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Curso para Miembros
Curso para Miembros
INTRODUCCION
"Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número
cada día". Hechos 16:5
2. Incentivar en los miembros un interés creciente en los diversos temas del "Curso".
Es un hecho real que surgen muchas interrogantes en las personas nuevas que
manifiestan su propósito de relacionarse con la Iglesia. Esas preguntas deben ser
contestadas en el momento inicial, lo que hará posible que dichas personas puedan
avanzar con seguridad hacia su relación de miembros en pleno comunión, y en total
certidumbre del paso que se han propuesto dar.
Por otra parte, para nadie es un misterio la alarmante carencia de conocimientos sobre
Historia, Doctrina y Organización de la Iglesia Metodista, de que adolecen muchos
miembros. Es nuestra confianza que este "Curso" seguido con seriedad, contribuirá a un
mejor desarrollo de nuestras congregaciones locales.
Les deseamos éxito en la tarea y pedimos a Dios su divina dirección para guiar a las
personas que manifiestan públicamente su anhelo de ser salvos de sus pecados y vivir
sinceramente en fe y prácticas cristianos, reconociendo a Jesucristo como su Señor y
Salvador y comprometiéndose como lealtad a El, a servir activa y fielmente a través de
la Iglesia Metodista.
Comité Editor
CAPlTULO 1
HISTORIA DE LA IGLESIA
Todo el mundo miraba hacia Roma como fuente y cabeza de esta estructura singular,
nadie ponla en tela de juicio el poder supremo del sumo pontífice, en lo temporal ni en
lo espiritual.
Los siglos XIV y XV presenciaron serias resquebrajaduras en el sistema, las cuales, una
tras otra, amenazaron con el derrumbe total del mismo.
Hacia fines del siglo XII, Valdo mercader de Lyon, hizo traducir la Biblia a la lengua
vulgar y salieron él y sus discípulos, de dos en dos, para predicar el mensaje divino a
las multitudes. Ellos insistían en el sacerdocio espiritual de los laicos y negaban la
validez de los sacramentos administrados por sacerdotes de mala vida. En el siglo XIV,
Wyclif, profesor de la Universidad de Oxford, hizo traducir la Biblia al inglés y la puso en
manos de predicadores laicos que recorrían el país. Además, escribió duramente en
contra del papado y la jerarquía, rechazando la misa, la doctrina de la
transustanciación, el culto de los santos y las indulgencias. Después de su muerte, la
Iglesia lo condenó por hereje, hizo desenterrar sus restos y los quemó. Menos suerte
tuvo Hus de Bohemia, quien por doctrinas análogas fue condenado por el concilio de
Constanza (1414) y llevado a la hoguera.
Un día advirtió un hecho que resultaba ser causa de grave perversión religiosa y moral
de la Iglesia romana. Mientras León X era sumo pontífice, y con motivo de la
reconstrucción de la basílica de San Pedro en Roma, el dominico Tetzel fue encargado
de promover la venta de indulgencias, que el pueblo, ignorante de las sutilezas de la
teología oficial, interpretaba como permiso para pecar o, por lo menos, como medio
fácil de evitar las consecuencias del pecado. En tales circunstancias, el 31 de octubre de
1517, Martín Lutero clavó, en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, sus noventa y cinco
tesis, que no proponían ninguna doctrina nueva. Únicamente recordaban la enseñanza
clásica de la Iglesia, según la cual las indulgencias no tienen ningún poder redentor.
En cambio, el joven emperador Carlos V, instado por los partidarios del Papa a tomar
cartas en el asunto, citó al reformador a comparecer ante la Dieta Imperial de Worms
en abril de 1521. Al término de dos días de discusiones, le exigieron que se retractara
de sus errores (según ellos), mas Lutero respondió: "Me es imposible retractarme, a
menos que se me pruebe que estoy equivocado, por el testimonio de la Escritura o por
medio del razonamiento; no puedo confiar ni en las decisiones de los concilios ni en las
de los Papas, porque está bien claro que ellos no sólo se han equivocado, sino que se
han contradicho entre sí. Mi conciencia está afirmada con la Palabra de Dios, y no es
honrado ni seguro obrar en contra de la propia conciencia. ¡Que Dios me ayude!
¡Amén!"
Desde este momento, el reformador fue puesto bajo el bando del Imperio, expuesto a
la muerte a manos de cualquiera. Pero el secretario del emperador, escribiéndole a un
amigo desde Worms, le dijo: "Allí tenéis, como algunos se imaginan, el fin de la
tragedia; sin embargo, estoy persuadido de que no es el fin sino el comienzo. Porque
mientras el Papa insiste en que Lutero debe ser condenado y quemado, yo percibo que
la totalidad de la cristiandad corre hacia la destrucción, a menos que Dios mismo nos
ayude.
Mientras viajaba de vuelta hacia Wittenberg, Lutero fue raptado por sus amigos y
llevado al castillo del Warburgo, en Sajonia, donde hizo su clásica traducción del Nuevo
Testamento del griego al alemán. Volvió a Wittenberg en medio de gran agitación
popular, el 7 de marzo de 1522; y desde esa fecha, con la eficaz colaboración de su
joven colega Felipe Melanchton, dirigió con mano firme el movimiento de reforma.
La Reforma del siglo XVI no surgió de una crítica doctrinaria. Lutero había dicho: "Nadie
puede negar que nosotros mantenemos, creemos, cantamos y confesamos todas las
cosas de acuerdo con el Credo de los Apóstoles y la fe de la Iglesia antigua; que no
hemos introducido en ello ninguna novedad ni tampoco agregado nada y que, por esta
razón, pertenecemos a la Iglesia antigua y nos sentimos unidos a ella". Las confesiones
clásicas del protestantismo (luteranismo, calvinismo y anglicanismo) confirman esta
lealtad a las doctrinas tradicionales. Los reformadores renovaron la insistencia de la
Escritura como sola norma de doctrina, la "Sola Scriptura", es decir, basta con la
revelación escritural y es sólo por la revelación escritural que se conoce a Dios.
b) La religión de gracia y fe. Por la fe sola (Sola Fide) y a Dios solo la gloria (Soli Deo
Gloria), fueron como la marca visible de la Reforma protestante. Correspondían
respectivamente a la doctrina luterana de la justificación por la fe, y a la doctrina
calvinista de la soberanía de Dios, doctrinas que expresan motivos permanentes de la
vida protestante. (Romanos 5:1-11)
El gran movimiento Metodista, sin embargo, no comenzó sino después que Wesley
dejara su residencia en Oxford para ir a Norteamérica como misionero y regresara a
establecerse en Londres. A pesar de su firme disciplina religiosa y su intenso anhelo de
santidad, Wesley no estaba realmente seguro de su salvación personal, no tenia
tranquilidad de espíritu, ni era capaz de comunicar su fe a otras personas. El momento
decisivo de su vida tuvo lugar la noche del 24 de mayo de 1738 en una reunión de
oración y testimonios que se celebraba en la calle Aldersgate en Londres. Anota Wesley
en su diario de vida:
"A la noche fui con muy pocas ganas a una Sociedad de la calle Aldersgate, donde
alguien leía el Prefacio de Lutero a la Epístola a los Romanos. A eso de las nueve menos
cuarto, mientras describía el cambio que Dios opera en el corazón mediante la fe en
Cristo, yo sentí un extraño ardor en mi corazón. Sentí que confiaba en Cristo, y
únicamente en Cristo, para mi salvación; y me fue dada una seguridad de que El había
quitado todos mis pecados, sí los míos, y me había librado de la ley del pecado y de la
muerte... Comencé a orar con todo mi ser por aquellos que de alguna manera particular
me habían usado desdeñosamente y me habían perseguido. Luego testifiqué
abiertamente a todos los allí reunidos lo que ahora, por primera vez, experimentaba en
mi corazón."
Wesley recibió para sí, como profunda experiencia personal, lo que Pablo y Lutero
habían recibido, "que no son las reglas y leyes ni nuestros propios esfuerzos hacia la
perfección, sino la fe en la misericordia de Dios, manifestada en Cristo, lo que permite
al hombre entrar en posesión de la vida y de la paz." Su hermano Carlos, quien habría
de convertirse en el gran poeta-himnólogo del Metodismo -autor de más de 6.000
himnos, muchos de los cuales han pasado a la himnología universal cristiana- había
tenido una experiencia similar cuatro días antes.
La búsqueda de la santidad, que había sido la sublime obsesión de los jóvenes del "Club
Santo", comprendida ahora no como logro humano, sino como obra del Espíritu Santo
en la vida del creyente, se hace presente también como anhelo ferviente en los
miembros de las Sociedades, inspirados por Wesley. La santidad se entendía como una
vida de "perfeccionamiento en amor" no de mística individualista, sino como "santidad
social"; o sea, de mutua ayuda en el camino de salvación, y de amor y servicio a
nuestros semejantes. La verdadera fe, Wesley siempre insistió, es aquella "que obra por
amor". De ahí que la preocupación social se manifiesta en el Metodismo desde sus
inicios. El apodo de "Metodistas" también empezó a aplicarse a los miembros de las
Sociedades.
Esta "reforma de la nación" Wesley no la entendió como una reforma de la sociedad por
medio de cambios legislativos, salvo con respecto a la abolición del sistema de
esclavitud humana, que denominó "la más execrable de las villanías". Para ello, le dio
todo su apoyo al parlamentario Wilberforce en su lucha por lograr esa abolición. En el
siglo XIX, sin embargo, una mayoría de los Metodistas ingleses, gente de origen
campesino y de obreros industriales en su mayor parte, imbuidos por su fe evangélica
de un nuevo sentido de su dignidad humana como hijos de Dios, y el consecuente
derecho a igualdad de oportunidades para una vida plenamente humana, si bregaron
pacíficamente por otras reformas legislativas conducentes a una mayor justicia social.
Avance del Metodismo a Norteamérica y a todos los continentes
La Iglesia Católica a esa fecha era la aliada política del Partido Conservador, defensor
de los intereses de los terratenientes y de las pretensiones monopólicas de la Iglesia,
derivadas de su tradición hispánica. Como reacción al Partido Conservador, surgieron
partidos anti-clericales que llegaron al poder introduciendo reformas legislativas que
decretaban libertad de religión y de pensamiento, aunque sin llegar a la separación de
la Iglesia y el Estado. Taylor también encontró que había un gran interés por escuelas a
las cuales los ciudadanos británicos y los elementos liberales de la nación pudieran
enviar a sus hijos, para quienes deseaban enseñanza de inglés, y, una alternativa a la
educación dogmática impartida por las escuelas católicas, las cuales, además, eran
escasas, y las fiscales de calidad aún más.
Aunque los Comités, organizados por Taylor en Chile y Perú como auspiciadores de los
colegios que habrían de iniciar los misioneros, habían prometido enviar los fondos
necesarios para costear el viaje, cuando el primer grupo llegó a Nueva York para
embarcarse, estos fondos no habían llegado, el grupo tomó la decisión de seguir
adelante de todas maneras, usando sus propios fondos para viajar en cubierta. El
establecimiento de los colegios resultó ser para los misioneros una obra de inmenso
sacrificio. Aunque las leyes garantizaban libertad de acción, había gran hostilidad en el
ambiente, instigada por el clero católico. Con fe y perseverancia, sin embargo, los
misioneros siguieron adelante. Grupos adicionales llegaron en 1878 y 1879. ¡Entonces
estalló la Guerra del Pacífico, desbaratando completamente la obra ya iniciada en Tacna
Iquique y Antofagasta!. Sin embargo, los colegios iniciados en Santiago y Concepción
lentamente comenzaron a afirmarse, y el Colegio Inglés de Iquique pudo restablecerse
en 1885, ahora en territorio chileno. Tan difícil fue la obra de estos años, que el
propósito central de establecer congregaciones en castellano no pudo iniciarse
seriamente hasta 1890. Anota el Rev. Goodsil F. Arms, autor de "La Historia de las
Misiones de Auto-Sostén William Taylor en la Costa Occidental de Sud-América":
"Durante la primera década 1878-1888 más de cien misioneros viajaron a Chile. Del
primer grupo que arribó en Julio de 1878, el Rev. Ira La Fetra es el único que
permanece". De este número, tres murieron después de cortos meses de servicio y más
de 60 habían abandonado el país.
Entre los primeros misioneros debe destacarse en forma especial al Rev. Ira H. La
Fetra, el cual, designado por Taylor como Superintendente de la Misión, fue el
verdadero fundador del Metodismo en Chile. Más que ningún otro, dice el Dr. Arms, "él
fue el constructor de la Misión Metodista en Chile". Su primera labor en el país fue
como pastor a los marinos de habla inglesa en Valparaíso, donde residió en el hogar del
Rev. David Trumbull, iniciándose así la buena relación que siempre existió entre los
obreros presbiterianos y metodistas. En 1880 se trasladó a Santiago. Aquí contrajo
matrimonio con la Srta. Adelaide Whitfield, enviada a Chile en 1881 por Taylor para
servir como Directora fundadora del Santiago College para señoritas. Los esposos La
Fetra llevaron al Santiago College al más alto sitial de prestigio entre los colegios de
Sud-América. El Dr. La Fetra permaneció en Chile por 25 años, guiando la obra con
gran sabiduría, regresando a los Estados Unidos en 1904 con su salud totalmente
quebrantada por el exceso de trabajo. También en el primer grupo estuvo el Rev.
Lucius Smith, el primer misionero Metodista en predicar en castellano en Chile, primero
en Copiapó, y luego en Santiago. En ambos lugares sufrió persecuciones de turbas
fanáticas. El Rev. Goodsill F. Arms y Sra. Ida Taggard de Arnis, llegaron a Chile en
1888, asignados a Concepción donde ayudaron a consolidar la obra educacional. Como
Superintendente para la zona sur, el Dr. Arms dirigió el desarrollo y avance de la obra
evangelizadora en los pueblos y ciudades de esa región. Los esposos Arms laboraron en
Chile por 39 años.
El crecimiento de la obra en castellano fue más rápido comenzando con el año 1890.
Los misioneros educadores vivían con escaso sueldo. Consolidado el éxito de los
colegios en Iquique, Santiago y Concepción, estos produjeron fondos de superávit de
operación que permitieron afrontar los salarios, tanto de misioneros como de
predicadores chilenos que se dedicaron enteramente a la evangelización y a la dirección
de las primeras congregaciones. Entre estos pastores debe destacarse al misionero
Willis C. Hoover, quien dejó la dirección del Iquique English College para asumir la
dirección de la Iglesia recientemente formada.
A pesar de que Taylor había reclutado a todos sus misioneros dentro de la Iglesia
Metodista Episcopal de los Estados Unidos, con la idea de que los frutos de su obra
fueran incorporados a esa Iglesia allá, la labor de la Misión no tuvo conexión oficial con
ella hasta 1890, cuando fue incorporada como el Distrito de Chile de la Conferencia
Anual de Cincinnati, Estado de Ohio. En 1893 todo el Distrito fue trasladado para formar
parte de la Conferencia Misionera de Sudamérica. Ese año la labor de la Misión también
fue incorporada a la supervisión de la Sociedad Misionera de la Iglesia Metodista
Episcopal, continuándose por un tiempo más, sin embargo, con la responsabilidad del
sostén propio de los misioneros, asumiendo la Sociedad responsabilidad por los viajes y
ayuda a construcciones. En 1898 la obra Metodista en Perú y Chile fue reconocida como
la Conferencia Misionera Occidental de Sudamérica, y luego el 8 de febrero de 1901, la
obra de Chile y Bolivia fue constituida como la Conferencia Anual Andina, cambiándose
su nombre a Conferencia Anual de Chile en 1909, cuando la pequeña obra de Bolivia
quedó separada de ella.
Con fondos reunidos en la celebración del Centenario de las Misiones Metodistas en los
Estados Unidos, la Iglesia Metodista de Chile, en 1919, adquirió el fundo modelo "El
Vergel" en Angol, donde estableció una Escuela Agrícola y programas de mejoramiento
de cultivos, con prácticas agrícolas y de forestación que han ayudado significativamente
al agro chileno. En 1925 se fundó la Institución Sweet en Santiago, llamada así en
honor a sus benefactores, piadosos Metodistas de Kansas, Estados Unidos,
estableciéndose un instituto de capacitación de obreras cristianas y luego también una
sala cuna y jardín infantil que llegó a ser reconocido como modelo en su género en todo
el país. En la provincia de Cautín, la Junta de Obra Rural ha realizado una hermosa
labor educacional, médica y de extensión agrícola de gran importancia que se inició en
la década de 1930, y que se mantiene hasta hoy. La Federación Nacional de Mujeres
Metodistas inició el "Hogar Remanso de Paz" que hoy cobija a más de 20 ancianas.
Muchas congregaciones locales han mantenido programas de ayuda médica y asistencia
social a lo largo de los años, mostrando el acendrado espíritu de servicio al prójimo
necesitado, sin limitar la caridad a los "de casa".
Dirección Episcopal
Por tal motivo, la Conferencia Anual de Chile, en su sesión de enero de 1968, acordó,
en conjunto con las demás Iglesias pertenecientes a la Conferencia Central, solicitar a la
Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida, a reunirse en los Estados Unidos en
abril de ese año, autorización para constituirse como Iglesia Autónoma Afiliada, de
acuerdo con disposiciones legislativas recientemente vigentes en esa Iglesia. Concedida
la autorización, la nueva Iglesia Autónoma se constituyó como tal el 2 de febrero de
1969. Como Iglesia Autónoma, la Iglesia Metodista de Chile adquirió plena libertad para
adoptar su propia legislación y sus propias autoridades. Como Iglesia Afiliada sigue
ligada a la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos, mediante un acuerdo de
comunión fraternal y de cooperación en misión, pactado al momento de recibir su
autonomía. Sus delegados siguen invitados a participar en la Conferencia General de
esa Iglesia, tan sólo con derecho a voz. El paso a la autonomía de las Iglesias
componentes de la Conferencia Central, significó la disolución de ese organismo como
estructura subalterna de la Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida, pero de
inmediato, se formó el Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina
(CIEMAL). Este Consejo de carácter fraternal, está formado por las mismas Iglesias que
integraban la Conferencia Central, más las previamente autónomas Iglesias Metodistas
de México, Brasil y Cuba, fundadas por el Metodismo de los Estados Unidos, y también
la Iglesia Metodista del Caribe, fundada por las Iglesias Metodistas de Inglaterra,
ampliándose así la cooperación Metodista Latinoamericana. Además, la nueva Iglesia
Metodista de Chile, como era propio, ingresó al Concilio Mundial Metodista (cuerpo que
une a todas las iglesias que reconocen su origen en la obra de Juan Wesley), y fiel a su
tradición ecuménica, ingresó también al Consejo Mundial de Iglesias, el máximo
organismo de comunión cristiana en el mundo que relaciona a las principales
confesiones con excepción de la Iglesia Católica Romana, que se excluye a sí misma.
Dentro de Chile la Iglesia Metodista sigue buscando una relación fraternal con todas las
confesiones cristianas, incluyendo a la Iglesia Católica, la cual, con los cambios
introducidos por el Papa Juan XXIII y el Concilio Vaticano Segundo, se ha abierto a la
comunión fraternal y a la cooperación con otras iglesias en lo que se refiere a promover
la paz, la justicia y la ayuda a los necesitados. Sin embargo, diferencias doctrinales
importantes, aún impiden toda consideración inmediata de unidad orgánica.
El carácter del ministerio, con excepción del diaconado que se transformó en función
transitoria y no una orden, y las estructuras básicas de la Iglesia, se mantuvieron sin
alteración. La Conferencia Anual anterior, se transformó en la Asamblea General,
investida ahora como la máxima autoridad, con plenos poderes legislativos y resolutivos
a nivel nacional. Se continuó, como cuerpos de decisión en sus respectivos niveles, con
poderes otorgados por la Asamblea General, con las Asambleas de Distrito, y las
Asambleas de Iglesia local, ambas presididas por el Superintendente de Distrito.
El apoyo financiero fraternal de la Iglesia Metodista Unida, especialmente para las obras
de asistencia social iniciadas con el apoyo de esa Iglesia y para la capacitación de
líderes continúa, aunque en forma disminuida, evitando así una crisis en las
instituciones de servicio. En cambio, la Iglesia Autónoma ha asumido plena
responsabilidad por el sostén de su ministerio de tiempo completo. La Iglesia recibe
ayuda solamente para situaciones de emergencia.
Además del apoyo de la Iglesia Metodista Unida, la Iglesia Autónoma también está
recibiendo ayuda para su misión de parte de la Iglesia Metodista de Inglaterra, la
Iglesia Unida del Canadá, la Iglesia Unida de Australia y de varios organismos
ecuménicos.
Es de esperar que el hecho que hay un mayor número, no sólo de Iglesias, sino de
pastores con buena preparación para atender a aproximadamente al mismo número de
miembros que antes de la autonomía, unido a la labor de los laicos -pastores y laicos
todos impulsados por el poder del Espíritu Santo- ha de significar que la Iglesia
Metodista de Chile está en víspera de un avance significativo y sostenido. Dios espera
de cada Metodista una nueva consagración y apostolado.
NOTA: Excelente material adicional sobre este tema, puede encontrarse en las
lecciones, UN PUEBLO LLAMADO METODISTA
CAPITULO II
DOCTRINA
Juan Wesley, y todos los fundadores del metodismo, siempre se sintieron herederos de
la fe universal de la Iglesia (catolicidad) y, a la vez, continuadores de los postulados de
la Reforma protestante.
Es menester reconocer y valorar nuestros principios para saber hacia donde vamos. En
esto debemos reconocer primeramente que Juan Wesley no fue un teólogo al estilo de
los grandes teólogos de la cristiandad, sin embargo, encontramos valiosos fundamentos
en su pensamiento, que sirven para elaborar un planteamiento a la luz de sus mensajes
y de su actividad.
Si fuera necesario dar un título a Juan Wesley, sería el de "intérprete del pueblo".
Desde joven fue un verdadero estudioso, recibió junto a sus amigos el apodo de "polilla
de bibliotecas", esto por la manera de "devorar los libros" pero su singularidad consiste
en que él presentó los libros ya digeridos e interpretados al pueblo. Por esa razón lo
llamamos el intérprete del pueblo.
Juan Wesley, nunca fue un teólogo de escritorio, porque nunca se desarraigó del
pueblo. En su época fue un verdadero hijo del pueblo. Vibró con sus mensajes a los
pobres, a los niños explotados, a los mineros del carbón, a los encarcelados, etc. El
problema de la Iglesia moderna es la facilidad con que se desarraiga de su comunidad.
Por otra parte, en su pensamiento Wesley entrega un concepto de Dios como Aquel que
comprende al ser humano en sus debilidades, un Dios que actúa con amor frente a la
humanidad. El Dios cercano que acompaña al hombre en todas sus realidades.
La Biblia
La razón
Wesley dio verdadera importancia a la razón, llegando a afirmar que una religión
irracional es una religión diabólica. En este intento de valorar la razón humana, él
siempre combinó razón con revelación.
Para Wesley la "razón" implica toda la actividad intelectual, incluyendo los más altos
niveles de preparación. Por supuesto, nadie se salva mediante una razón esclarecida,
pero la ignorancia no constituye tampoco ningún mérito especial para la salvación.
La revelación bíblica es para él una verdad que el ser humano capta de manera
intuitiva. Es una verdad que la alcanzamos y hacemos nuestra porque la razón descubre
que es verdad, sin embargo ello no es suficiente. Tiene que transformarse en
experiencia, pero no en términos emocionales, sino que en términos de vida y práctica,
y lo que se practica es justamente, la ética del Nuevo Testamento.
La experiencia
La Tradición
En cuanto a las bases del pensamiento de Wesley, bien podemos decir que por su fe en
Cristo logró superar y romper las barreras teológicas de su tiempo. Fue un hombre
escogido por Dios, como profeta, para armonizar los valores del pensamiento cristiano
de su tiempo. El hace teología en el contacto de la experiencia cristiana, evangelizando
al hombre en su realidad. En la base de su experiencia y acción encontramos los
elementos para elaborar una teología Wesleyana.
En su sermón No. 36 señala "Cosas excelentes se dicen de la fe.... sin embargo, cuando
la fe se compara con el amor, desaparece su excelencia. Más aún, toda la gloria de la
fe, antes que desaparezca, consiste en saber, si sirve al amor... Antes de la fundación
del mundo no había necesidad de fe en su acepción general o especial. Empero había
lugar para el amor... Dios ordenó originalmente que la fe restableciese la ley del amor".
Wesley, al igual que Pablo, deja sentada la preeminencia del amor. La fe, sin embargo,
es el instrumento que el ser humano necesita para sentir el amor de Dios manifestado
en sí mismo.
Wesley no olvida la justicia de Dios, Dios es justo y su justicia es a través de Cristo. "Mi
palabra juzgará al mundo". La acción de este Dios de justicia y amor trae el acto de
redención a la humanidad. Dios redime al ser humano por su amor.
Wesley considera al hombre creado por Dios a su imagen, con la capacidad de razonar
y libre albedrío, con amor por la santidad, justicia, amor y perfección, amor que el
hombre perdió en su caída.
Estima, además, dudoso el hecho de que el hombre escogiera el mal por sí mismo,
sabiendo que era mal. La explicación es que el mal entra por satanás (instigador), que
para seducir a Eva, confunde la verdad con la falsedad y así la persuade para que no
crea en Dios. De esta manera ella cedió a la tentación que le fue presentada así: "Al
deseo de la carne, porque era algo bueno para comer... al deseo de los ojos porque era
agradable a la vista... y al orgullo, porque era codiciable para alcanzar sabiduría y, por
lo tanto, honorabilidad (Génesis 3).
He aquí tres cosas que propiciaron que la falsedad se convirtiera en verdad y sobrevino
la caída.
El pecado original consiste en haber perdido el amor por la santidad, la justicia, el amor
y la perfección. Wesley no discurre de cómo se hereda el pecado original, sino que lo
da por hecho. Esta naturaleza del hombre caído lo mantiene en una situación en la que
es indiferente a Dios, no se preocupa de Dios, ni por Su verdad, ni por la santidad. Vive
de acuerdo a los principios que ha aprendido y asimilado en el mundo.
Wesley nos presenta tres situaciones del hombre: el hombre natural, el hombre bajo la
ley, y el hombre bajo la gracia.
Es el ser humano que vive fuera de la ley de Dios. No tiene aguda conciencia del bien y
del mal, ni propósito de acercarse a Dios.
No teme a Dios ni lo ama. Su alma está sumergida en un profundo sueño y por lo tanto
no puede discernir entre el bien y el mal. Vive en completa ignorancia respecto a Dios y
su ley le parece extraña. De este modo, el ser humano está ciego y por eso se siente
seguro. Aún más, no tiene inteligencia suficiente para abrigar temores. Cree vivir en
una absoluta libertad y no se da cuenta que es esclavo del pecado.
Se esfuerza por romper con el pecado, pero mientras más lucha y se esfuerza, descubre
que el pecado es más fuerte. De este hombre, atormentado por la fuerza del mal
dentro de si mismo, lleno de remordimientos por su situación, sale la exclamación:
"Miserable hombre, pobre de mi".
El hombre bajo la ley siente una pesada carga que no puede arrastrar. Tiene sed de
libertad, poder, amor, pero aún permanece en la servidumbre y el temor. Cuando
percibe la gracia de Dios por medio de Jesucristo, su clamor obtiene respuesta.
El hombre bajo la gracia es aquel que se regocija en la esperanza del Reino de Dios, y
teniendo poder para dominar el pecado, es un testimonio viviente de la libertad de los
hijos de Dios.
¿Cómo puede el ser humano obtener su salvación?
Junto a la declaración de que somos salvos por la gracia de Dios, debemos declarar que
somos salvos por fe. Un tema inherente a todo cristiano es preguntar por la fe.
¿Por medio de qué fe somos salvos? Es la fe en Cristo, la fe cuyos dos objetos son
Jesucristo y Dios, por medio de Jesús de Nazareth. Y en esto se distingue la fe, en que
no es solamente una fe especulativa, fría y racional, un asentimiento inerte, una
sucesión mental de ideas, sino una disposición del corazón, una decisión de vida.
En la disposición del corazón, frente a estas verdades, se ve nuestra verdadera fe; otra
vez en Wesley el acento es la experiencia.
La justificación es algo que Cristo hace por nosotros, la santificación es algo que Cristo
hace en nosotros.
Es verdad que Wesley no quiere una religión irracional, sino una en que la razón tenga
lugar, pero también quiere que esa religión sea experimentada en el sentimiento y en el
corazón del creyente. No sólo pide que la razón se dé cuenta de su fe, sino exige que la
experiencia también dé cuenta de nuestra fe. La razón y la experiencia al servicio de la
fe, nos permite poner bien nuestros pies sobre la tierra y, a la vez, gozar plenamente
de la experiencia con Dios. Lo valioso en revisar la posición teológica de Juan Wesley,
no consiste en hallar una autoridad final, sino en comprender los principios que
motivaron el movimiento histórico que se produjo en su época. Tratándose de Wesley,
y del metodismo, el valor es aún mayor, pues nos ayuda a re-descubrir nuestra
identidad y entender la posición de la Iglesia Metodista.
2.2. LOS ARTICULOS DE FE DE LA IGLESIA METODISTA
Estas son las únicas afirmaciones formales que la Iglesia Metodista posee. Su carácter y
formación debe ser entendido a la luz de la historia de la Iglesia Cristiana, de donde se
extraen muchos de sus significados así como también sus limitaciones.
Los Art. de Fe de nuestra Iglesia Metodista, pueden ser identificados y explicados por
medio de tres ideas centrales:
b) Los 39 Art. de Fe, surgieron en una época de polémica, por lo cual en nuestros
actuales 24 Art. subyacen expresiones fuertes en contra de algunas doctrinas de la
Iglesia católica romana, que deben interpretarse a la luz de la historia.
Aunque no significan una autoridad de tipo dogmático, sin embargo, son el criterio
nivelador de una posición doctrinal en la Iglesia. Ellos han tenido su lugar de
importancia desde que fueron adoptados en 1784.
A todos los predicadores metodistas antes de ser admitidos como miembros en plena
conexión, se les pregunta: ¿Has estudiado las doctrinas de la Iglesia Metodista?, Art.
363 del Reglamento.
El significado de los Artículos de Fe
Puede ser que el vocabulario de los Art. de Fe no sea el más adecuado para la época
presente, pero el contenido y la fe doctrinal que tienen en su trasfondo es tan válido
para los metodistas contemporáneos como para los fundadores.
Hay un solo Dios vivo y verdadero, eterno, sin cuerpo ni partes, de infinito poder,
sabiduría y bondad; creador y conservador de todas las cosas. Y en la unidad de este
Dios hay tres personas, de una misma substancia, poder y eternidad, el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo.
A través de este artículo se declara, además, que Jesucristo es la Palabra eterna del
Padre para reconciliarnos consigo mismo y para que ejerzamos el ministerio de la
reconciliación (11 Corintios 5:17-19, Juan 1:1-14).
El Espíritu Santo, el cual procede del Padre y del Hijo, es de una misma substancia,
majestad y gloria con el Padre y con el Hijo, verdadero y eterno Dios.
El Espíritu Santo es la tercera manera en que Dios revela a los hombres Su actuar, Sus
beneficios y Sus frutos en la vida de la Iglesia.
Las Sagradas Escrituras contienen todas las cosas necesarias para la salvación. Este es
uno de los postulados fundamentales de la Reforma.
El ser humano puede, por si mismo, acercarse a la Palabra escrita y encontrar, a través
de ella, el camino de la vida y salvación.
Este Art. expresa el valor del A. Testamento en relación con el N. Testamento. Señala
que en ambos se ofrece la salvación al género humano, por medio de Jesucristo, único
mediador entre Dios y los hombres, siendo que El es Dios y Hombre.
En este Art. no se trata del uso libre que el hombre tiene de su voluntad, sino más bien
que esa voluntad sea orientada por la gracia divina. Es cierto que el metodismo ha
sostenido la libertad de la voluntad humana contra el determinismo y la predestinación,
sin embargo, esta libre voluntad del hombre solamente determina en sí mismo la
aceptación o el rechazo de la gracia de Dios. En este Art. se trata de preveer la doctrina
extrema de Pelagio que enseñaba que era la voluntad sola del hombre la que aceptaba
o rechazaba a Dios.
Esta es la gran doctrina de Pablo, que fue enfatizada por los Reformadores. Es
importante señalar que los conceptos de gracia y de fe deben ir juntos. "Porque por
gracia sois salvos, por medio de la fe"Efesios 2:8: La Salvación por la gracia es un don
libre de Dios y sólo puede ser aceptado por el hombre como un don de Dios, lo cual
produce nueva vida en el creyente. "Por medio de la fe" significa que esto no es el
resultado de obras, ya que ellas no nos capacitan para la salvación.
Aunque no somos justificados por las buenas obras, la verdadera fe debe producir una
vida santa y fructífera. Si la fe es un rendirse a Dios, entonces toda la vida del creyente
debe ser cambiada por el Espíritu Santo. Las buenas obras son una consecuencia de la
fe.
13.- De la Iglesia
A través de este Art. se rechaza categóricamente la doctrina del purgatorio, como así
también las doctrinas de la absolución, la veneración y adoración de imágenes e
invocación de santos. Cada una de estas doctrinas no tiene fundamento bíblico alguno.
Establece que los sacramentos instituidos por Cristo no son sólo señales o signos de
profesión de los cristianos, sino más bien testimonios seguros de la gracia y buena
voluntad de Dios para con nosotros, por los cuales El obra en nosotros, y no sólo aviva
nuestra fe en El, sino que también la fortalece y confirma.
Los sacramentos instituidos por nuestro Señor Jesucristo son dos: EL BAUTISMO Y LA
CENA DEL SEÑOR.
La Cena del Señor es, principalmente, sacramento de nuestra redención por la muerte
de Cristo; de modo que, para los que responsablemente y con fe reciben estos
elementos, el pan que partimos es una participación del cuerpo de Cristo, y asimismo la
copa de bendición es una participación de la sangre de Cristo. El cuerpo de Cristo se da,
se toma y se come en la Cena sólo de un modo espiritual. Y el medio por el cual el
cuerpo de Cristo se recibe y se come en la Cena es por la fe.
Estos dos artículos son el resultado de la gran controversia que existió entre los
Reformadores y la Iglesia Católica Romana. La Transustanciación sostiene la idea que,
aunque uno "ve" pan y vino, estos elementos se han transformado totalmente en carne
y sangre del Señor. Esta doctrina es sostenida por la Iglesia Católica Romana.
Este Art. señala que Jesucristo murió una vez y que su sacrificio es válido para todos,
en toda época y es único.
Este Art. indica que la Palabra de Dios no manda a los ministros del evangelio hacer
voto de celibato, ni abstenerse del matrimonio. Lícito es, pues para ellos, igual que para
los demás cristianos, contraer matrimonio a su discreción, como juzguen más
conducente a la santidad.
Este Art. es una protesta contra todas las iglesias o movimientos religiosos que hacen
del ritualismo y las ceremonias algo rígido. Es así como algunas tratan de perpetuar
experiencias cúlticas y uniformar a sus adeptos para este fin.
Nuestra Iglesia, basada en el sentir de este Art., ha mantenido una tradición doble de
culto, uno ordenado, con 4 partes bien señaladas, otro más espontáneo que permite
adaptación a las necesidades y expresiones propias de cada medio ambiente.
Este Art. señala que el cristiano debe rechazar el juramento en vano y temerario (Mateo
5:33-37, Santiago 5:12). Es decir, jurar sin razón y hacerlo con el propósito malsano de
tentar a Dios. Por el contrario, el cristiano puede ser demandado a jurar para afirmar
una verdad, para hacer justicia y juicio, aquí la referencia es Jeremías 4:2.
CONCLUSION
Los Artículos de Fe no contienen toda la doctrina de nuestra Iglesia, sino más bien, los
énfasis esenciales. Es de suma importancia profundizar en su estudio y promover el uso
de ellos en la vida de nuestras congregaciones. Es más, cada miembro al recibirse como
tal, debe conocerlos.
Así como los Artículos de Fe dan cabida a críticas Protestantes a la doctrina Católica
Romana, hoy día en América Latina la fe y la presencia de los Metodistas aparece sobre
un fondo mayoritario de catolicismo. ¿Es el mismo catolicismo?
Ayudar a las membresías para que asuman como su campo misionero la realidad en
que vive el pueblo latinoamericano.
-Optar por una fidelidad total a Cristo en una situación como esta.
-Promover un diálogo pastoral y teológico entre las Iglesias y con las Iglesias en otras
partes del mundo para desarrollar una presencia misionera relevante en el Continente.
La Iglesia Metodista de Chile, goza de su autonomía nacional desde 1969, y forma parte
de CIEMAL (Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina) desde su
fundación ese mismo año. En todo este tiempo, hasta ahora, ha venido surgiendo una
reformulación del rol del Metodismo en América Latina y en Chile en particular. Este rol
surge de las marcas que nuestra herencia nos ha dado aplicadas a la realidad histórica
que determina las prioridades de nuestro testimonio. Por ello se dialoga en la Iglesia
sobre algunas tesis para la unidad en la misión:
1.- La Iglesia Metodista como una Iglesia Puente. Los Metodistas estamos llamados a
ser instrumento eficaz para la unidad y la reconciliación. Los Metodistas somos
Ecuménicos, y encontramos nuestra identidad en aquella tarea iniciada por Cristo de
producir un acercamiento entre los creyentes y, más allá, entre aquellas personas de
buena voluntad, sensibles hacia sistemas de vida más acordes con la promesa de vida
en plenitud con que Jesús dio contenido al Evangelio: la Buena Nueva de vida en su
Reino.
3.- La Iglesia Metodista inició una nueva forma de cristianismo, centrado en la Doctrina
del Espíritu Santo. Más que con doctrinas intelectuales o formas litúrgicas, los
Metodistas se encuentran unidos en acción. La Iglesia Metodista se encuentra muy
ligada al movimiento evangélico mundial y a las iglesias pentecostales. A su manera, la
Iglesia Metodista es una Iglesia Pentecostal, que ha aprendido la lección de abandonar
una piedad de autocomplacencia para convertirse en testimonio de un Dios vivo, quien,
por Su Espíritu, está produciendo cambios históricos. Un Espíritu Santo que se revela en
mensaje y martirio de aquellos hijos que toman la cruz del Maestro de Nazareth.
¿Cómo entender los consejos éticos y morales en la Biblia, donde se nos presenta una
sociedad primitiva, con hombres que se mueven al influjo de sus impulsos, de una
sociedad organizada en forma tribal, con leyes de tipo rural?
Hoy día, no es suficiente mostrar una solución puramente individual, por ejemplo a
través de la salvación de las almas. Hoy se nos exige un testimonio de vida en la
sociedad y por la sociedad, de lo contrario corremos el peligro de apartarnos y no ser la
"sal y la luz de la tierra".
Nuestra Herencia
Wesley insistió permanentemente en que todos aquellos que son perdonados por el
Señor, son también equipados por El para amar. Y, esto, de la manera más práctica en
todas las relaciones humanas. Para Wesley la santidad no sólo se limita a los deberes
religiosos sino que compromete todo el diario vivir. El invirtió una inmensa cantidad de
tiempo atacando las necesidades físicas y mentales de los necesitados. Para ello abrió
dispensarios, escribió sobre medicina poniendo al alcance de los pobres conocimientos
elementales, organizó programas de alivio para los reclusos, se opuso a la esclavitud, y
sobre todo abrió escuelas y colegios.
Creemos que la Iglesia es de Cristo y ha sido llamada para predicar con su palabra y su
vida las riquezas del Reino de Dios. Por amor a Dios, quien nos ofrece la redención en
Jesucristo, la Iglesia busca diligentemente aquellas condiciones espirituales sociales y
naturales que respondan a las aspiraciones más elevadas que como dones de Dios
anidan en el espíritu humano.
PRINCIPIOS SOCIALES
Recursos Naturales
Toda creación es del Señor y somos mayordomos de ella. El aire, el agua, la, tierra, los
minerales, las plantas, la vida animal y el espacio se deben valorar, respetar y
mantener, en primer lugar, porque pertenecen a Dios, y en segundo lugar, porque han
sido puestos para servir a la vida humana. Apoyamos en consecuencia aquellas
medidas que los protegen, y la investigación científica para su mejor utilización. Sin
embargo, nos oponemos a toda devastación, contaminación e investigación que
destruyan esta creación o pretendan avances de investigación a expensas de no
satisfacer las necesidades humanas normales.
Relaciones Humanas
La comprensión del Evangelio nos señala el valor infinito de cada persona como Hijo de
Dios y hermano nuestro. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de evaluar, fomentar
y desarrollar aquellas formas de comunidad en las que el ser humano nazca, se
eduque, trabaje y desarrolle su espíritu, en respeto y libertad.
Uso del Poder
Todos los poderes: económicos, culturales, políticos y militares están bajo el juicio de
Dios. Es responsabilidad de quienes administran el poder, establecer y desarrollar
reglamentos, modificar o derogar leyes inoperantes y gestar aquellas que tiendan al
bienestar comunitario e individual de las personas sin someterlas a criterios arbitrarios,
o a la explotación, o a su utilización interesada.
Los cristianos metodistas chilenos buscamos armonizar toda la vida, con sus
actividades, posesiones y relaciones con la Voluntad de Dios. En consecuencia, es
nuestro deber pronunciarnos en relación a los problemas sociales, y estructurar nuestro
comportamiento individual como nuestra tarea institucional en obediencia a estos
Principios Sociales.
La Familia;
Temperancia;
Libertad en pluralidad;
La Familia
- promover programas que provean viviendas dignas a las familias que carecen de ellas;
- promover el acceso a la salud, de tal manera que este servicio deje de ser un campo
propicio para el rápido enriquecimiento de unos pocos;
Economía
- denunciar aquellas políticas arancelarias que hacen del país un proveedor de materias
primas baratas, lo que disminuye los recursos para el desarrollo integral de la vida de
todos los habitantes;
- denunciar aquellas políticas previsionales que ponen en peligro un nivel de vida digno
para quienes terminan su vida activa como trabajadores;
El Panamericanismo
- Denunciar todo intento por activar diferendos fronterizos o territoriales, cuyo notorio
propósito sería dividir al pueblo latinoamericano, en beneficio de intereses foráneos.
ART. 6 : Podrán ser miembros de la Iglesia Metodista de Chile, las personas naturales,
que reúnan los requisitos establecidos por estos Estatutos. Habrá dos tipos de
miembros: a) a prueba, y b) en plena comunión.
a) Miembros a Prueba:
ART. 7 : Serán miembros a prueba: 1) Los menores de doce años que hayan sido
bautizados en la Iglesia Metodista, y hayan sido anotados en sus registros de bautismo.
Cumplida dicha edad, sino solicitaren ser mantenido a prueba, perderán esa condición.
2) Aquellas personas que habiendo sido bautizada en otras Iglesias Cristianas,
participaren activamente en la Iglesia Metodista, manifestaren su deseo de ser recibidos
como miembros o a prueba, y fueren ingresados al registro de miembros a prueba de la
Iglesia . 3) Aquellas personas mayores de 12 años que no hubieren sido bautizadas, y
que habiendo recibido de Dios el llamado a una nueva vida participaren activamente en
la Iglesia Metodista, y manifestaren sus deseos de ser bautizados, fueren ingresados al
Registro de Miembros a Prueba de la Iglesia, y 4) Aquellas personas que siendo
mayores de 12 años, y habiendo recibido el bautismo de la Iglesia Metodista, iniciaren
un conocimiento más directo de la Iglesia, y previa aceptación de los votos bautismales,
fueren enrolados en el Registro de Miembros a Prueba de la Iglesia, a la espera de una
decisión personal de su experiencia de fe y comunión cristiana.
ART. 8 : Serán miembros en plena comunión , las personas mayores de 15 años, que
habiendo permanecido a lo menos 6 meses como miembros a Prueba, hubieren
cumplido la etapa de capacitación, que la Iglesia les otorgue a través del curso para
miembros, y adquirido una formación y experiencia personal cristiana, que tomaren la
decisión de servir junto a sus hermanos, al Señor de la Iglesia, Jesucristo, que
aceptaren voluntariamente los votos de miembros en plena comunión con la Iglesia, y
que manifestando públicamente su deseo de unirse a la Iglesia Metodista de Chile,
fueren incorporadas al Registro de Miembros en Plena Comunión con la Iglesia.
CAPÍTULO II: De los derechos y obligaciones de los miembros :
ART. 9 : Los miembros a Prueba, por cortesía, tendrán derecho a voz en las
Asambleas de Congregación si fueren contribuyentes y participaren
activamente en la vida de la Iglesia; no tendrán derecho a voto en las
Asambleas, y no podrán ser elegidos para servir cargos en las Iglesias. Con
todo, podrán asistir a éstas , y participarán de todos los servicios, asistencia y
los beneficios espirituales y materiales que la Iglesia prestare a sus
miembros. Como contrapartida, deberán colaborar activamente en las tareas
que determinare la Iglesia, por medio de sus instancias de dirección; deberán
así mismo, respetar y cumplir estos Estatutos, y los Reglamentos de la
Iglesia Metodista de Chile, como también, las resoluciones y acuerdos
adoptados por las respectivas instancias de dirección de la Iglesia; del mismo
modo deberán contribuir al sostenimiento de la Iglesia, mediante ofrendas y
aporte oportuno y sistemático de diezmos o contribuciones.
ART. 10: Los miembros en plena comunión con la Iglesia Metodista de Chile, que se
encontraren al día en el cumplimiento de sus obligaciones para con ésta, y cumplieren
los requisitos generales y especiales, establecidos en estos Estatutos, así como los
contenidos en el Reglamento de la Iglesia Metodista de Chile, se denominarán
“habilitados”, y tendrán los siguientes derechos: a) elegir y ser elegidos para servir
cargos en los distintos ámbitos e instancias de la Iglesia. b) participar en las Asambleas
de Congregación de su respectiva Iglesia Local, con derecho a voz y voto. c) ser electos
delegados en representación de su Iglesia Local con derecho a voz y voto a la Asamblea
de Distrito, a la Asamblea General, y a otras instancias eclesiales. d) recibir y participar
de todos los servicios, asistencia, y beneficios espirituales y materiales que la Iglesia
presta a sus miembros. e) representar a la Iglesia en otras instancias eclesiales
nacionales e internacionales, y f) hacer proposiciones y participar en proyectos de
buena administración, como también solicitar por los medios establecidos, informes
sobre la marcha administrativa y social de la Iglesia; todo ello en las formas y
oportunidades establecidas por estos Estatutos y el Reglamento de la Iglesia Metodista
de Chile.
ART. 11 : Como contrapartida, todo miembro en Plena Comunión con la Iglesia, para
estar en la condición de habilitado, deberá cumplir las siguientes obligaciones: a) Servir
los cargos para los cuales hubiere sido designado o elegido de conformidad a estos
Estatutos y Reglamento de la Iglesia, y colaborar activamente en las tareas acordadas
en las respectivas instancias de dirección de la Iglesia, a saber: Asambleas Generales o
Juntas Generales, Asambleas Distritales o Juntas Distritales, o bien su propia Asamblea
de Congregación o Junta de Oficiales, como así mismo en aquellas que estas entidades
determinen y le encomienden. b) Respetar y cumplir el Estatuto y Reglamento de la
Iglesia Metodista de Chile y las resoluciones y acuerdos adoptados por las entidades o
instancias de dirección antes relacionadas. c) Asistir a las reuniones estatutariamente
citadas, fueren de Asambleas, Juntas, comisiones, agencias, comités, consejos, u otra
entidad de la Iglesia, a la que perteneciere en calidad de miembro, y d) Contribuir al
sostenimiento de la Iglesia con sus ofrendas y aporte oportuno y sistemático de
diezmos o contribuciones.
CAPITULO III: De la suspensión o inhabilidad, y de la pérdida de los derechos
de los miembros.
ART. 12 : Quedarán inhabilitados en sus derechos a ser elegibles para los cargos de la
Iglesia en cualquiera de sus niveles e instancias, en el derecho de ejercer el o los
cargos y representaciones para los cuales hubieren sido electos, y en su derecho de
participar en las votaciones de Asambleas (General, Distrital y de la Congregación) y
Juntas (General, Distrital y de Oficiales) de la Iglesia: a) los miembros que no
estuvieren al día en sus obligaciones pecuniarias con la Iglesia, situación que será
determinada por la respectiva Comisión de Nombramientos . Esta suspensión o
inhabilidad cesará de inmediato una vez cumplida la obligación morosa que le hubiere
dado origen. b) los miembros que sin causa justificada dejaren de asistir con
regularidad a los cultos y actividades generales de la Iglesia, o perturbaren el estado de
armonía con el pastor y hermanos de la Iglesia, y c) los miembros que
injustificadamente se negaren a servir los cargos en los que hubieren sido elegidos, a
colaborar en las tareas acordadas por la Iglesia, y a asistir a las reuniones de la
instancia en que le correspondiere participar.
A) Asamblea de la Congregación
El pastor del cargo podrá, con el consentimiento por escrito del Superintendente,
convocar a Asambleas Extraordinarias.
B) Asamblea de Distrito:
C) La Asamblea General:
ART. 28 : Al igual que las Asambleas , las Juntas funcionarán en tres niveles o ámbitos,
a saber: a) En el ámbito de la Iglesia Local, funcionará como ente ejecutivo la Junta de
Oficiales; b) En el ámbito del Distrito, funcionará como ente ejecutivo la Junta Distrital,
y c) En el ámbito nacional funcionará como ente ejecutivo la Junta General.
La Junta de Oficiales
ART. 30 : La Junta de Oficiales está compuesta por: a) El pastor o pastora del cargo;
b) Los diáconos si los hubiere; y c) Los siguientes oficiales electos en la Asamblea de la
Congregación: uno o dos Delegados a la Asamblea General, los Delegados a la
Asamblea de Distrito, el Secretario de Vida y Misión, el Secretario de Administración, el
Sindico, el Tesorero, el Director o Directora de la Escuela Dominical, los Oficiales de
Comunión y cualquier otro Oficial que establecieren este Estatuto y el Reglamento de la
Iglesia.
La Junta Distrital
La Junta General
Serán miembros de la Junta General con derecho a asiento y voz: El Presidente del
Consejo Judicial Nacional o la persona en quien este delegare; el Contralor Nacional de
la Iglesia Metodista de Chile; el Presidente del Consejo de Finanzas y Economía; el
Presidente de la Comisión Nacional de Estudio y Promoción de Proyectos; el Tesorero
Nacional o Secretario Nacional de Finanzas y Administración; el Secretario Nacional
Eclesiástico o Secretario Nacional de Vida y Misión; el Representante Legal o Secretario
General de la Iglesia Metodista de Chile; los Directores de Instituciones Nacionales, y
los Presidentes de los Comités creados por la Asamblea General que fueren
especialmente invitados para tratar materias específicas.
Del Obispo :
De los Superintendentes:
ART. 37 : El Delegado Laico Nacional al Gabinete será elegido por la Asamblea General
por un periodo de cuatro años, y el presidente de la Comisión de Actividades Laicas,
será elegido por los delegados laicos de la Asamblea General, por un período de dos
años; podrán ser reelegidos solo una vez. Ambos delegados laicos deberán, a lo menos,
tener estudios teológicos reconocidos, ser miembros en plena comunión por un plazo
no menor a diez años, y no podrán pertenecer a ninguna institución o entidad de la
Iglesia Metodista de Chile para la cual prestaren servicios remunerados; asimismo no
podrán ocupar cargos directivos en directorios de Federaciones ni Ministerios Nacionales
o en el ámbito del Distrito; no podrán pertenecer a otra Agencia o Comisión de la
Iglesia y no podrán ser familiares directos de un miembro del Gabinete.
De los Delegados Laicos de los Distritos:
ART. 38 : Los Distritos hasta mil miembros podrán enviar un Delegado Laico a la Junta
General y aquellos con más de mil miembros podrán enviar dos delegados. Estos son
electos en la Asamblea de Distrito respectiva y duran dos años en sus cargos pudiendo
ser reelegidos. Un Delegado de cada Distrito será miembro de la Comisión Nacional de
Nombramiento.
ART. 43 : Los Juveniles y Menores serán representados en la Junta General por sus
Consejeros Nacionales, por el período para el que hayan sido designados, y a falta de
estos, por el Secretario Nacional Eclesiástico o Secretario Nacional de Vida y Misión.
De las Citaciones:
ART. 47 : Las Asambleas General y de Distrito, y las Juntas General, Distritales y Junta
de Oficiales requerirán para constituirse y sesionar el quórum de dos tercios de sus
miembros. La Asamblea de la Congregación requerirán para constituirse y sesionar el
quórum de mayoría absoluta de sus miembros habilitados. De no reunirse dicho quórum
se dejará constancia de ello en el acta y se deberá disponer de una nueva citación a
sesión.
CAPÍTULO I: El Gabinete
ART. 64 : De los acuerdos adoptados por la Asamblea y Junta General, por cualquier
comisión, agencia, organismo, institución o entidad nacional de la Iglesia, o del
incumplimiento de los mismos, conocerá el Consejo Judicial Nacional, entidad
autónoma, única autorizada por los Estatutos para interpretar estos acuerdos junto con
los Reglamentos, en forma definitiva. Dicho Consejo tomará razón, observando y
anulando el acuerdo contrario a estatutos y reglamentos.
ART. 65 : Sólo el pleno del Consejo Judicial Nacional podrá sancionar o tomar razón
respecto de acuerdos de Juntas y Asambleas que importaren la constitución de
entidades jurídicas, fueren estas de derecho público o privado, teniendo como
obligación primera el velar por la situación legal y patrimonial de la Iglesia en dichas
gestiones; de igual forma, le corresponderá el control preventivo y a posteriori de toda
actuación con repercusiones legales y jurídicas de las Asambleas, Juntas, Consejos,
Distritos, Entidades, Organismos e Instituciones de la Iglesia o relacionadas con ésta,
Comisiones, Federaciones, Ministerios, Pastorales e Iglesias Locales, así como dar fe de
actos, documentos y gestiones propias de la entidad jurídica.
ART. 72 : El Consejo de Finanzas y Economía estará formado por cuatro laicos y dos
pastores, quienes deberán ser profesionales en esas materias, o con amplia experiencia
y conocimiento financiero.
Los laicos y los pastores serán elegidos cuadrienalmente por la Asamblea General, a
propuesta de la Comisión Nacional de Nombramientos, y podrán ser reelegidos por un
nuevo período.
ART. 74 : Habrá un Tribunal Electoral, constituido por dos instancias: Una distrital,
compuesta por los Tribunales Electorales de cada Distrito, y otra nacional, compuesta
por el Tribunal Electoral Nacional. Su integración, requisitos y forma de elección será la
misma del Consejo Judicial.
ART. 88 : Su propósito será aunar los objetivos que persiguieren las Federaciones,
Instituciones y el movimiento Laico en General de la Iglesia Metodista de Chile, tanto en
el ámbito nacional como en el Distrital.
En el ámbito Nacional estará constituida con derecho a voz y voto por: El Presidente de
la Comisión Nacional de Actividades Laicas, todos los Presidentes o sus Representantes
de los Organismos o Federaciones Nacionales, de los Ministerios, de las Comisiones y
Agencias de la Iglesia (si fueren laicos) a nivel Nacional y los delegados laicos a la Junta
General.
En el ámbito Distrital estará constituida con derecho a voz y voto por: El Presidente de
la Comisión Distrital de Actividades Laicas, todos los Presidentes o sus Representantes
de los Organismos o Federaciones Distritales, de los Ministerios, de las Comisiones y
Agencias de la Iglesia (si fueren laicos) a nivel Distrital, y los delegados laicos a la Junta
Distrital.
ART. 95 : Para todos los propósitos, se entenderá por Iglesia Local a aquella
congregación de personas que hayan profesado su fe en Cristo, hayan sido bautizadas,
hayan asumido los votos de miembros de la Iglesia Metodista de Chile, y estén
asociadas fraternalmente como una Iglesia Metodista local a fin de oír la palabra de
Dios, recibir los Sacramentos y llevar adelante la obra que Cristo ha encomendado a su
Iglesia. Tal congregación de creyentes, por el solo hecho de estar dentro de la Iglesia
Metodista de Chile y sujeta a estos Estatutos y Reglamento, se considerará también
parte inherente a la Iglesia Universal, la cual está compuesta por todos aquellos que
aceptan a Cristo como Señor y Salvador, y a la que en el Credo de los Apóstoles
declaramos la Santa Iglesia Universal.
ART. 100 : Los Ministerios de la Iglesia Metodista de Chile, serán entidades que
agruparán a las instituciones y pastorales de la Iglesia, según sus fines e intereses. Su
tarea será coordinar el trabajo de todas ellas, y aportar desde sus respectivas áreas, al
trabajo misional integral de la Iglesia.
ART. 101 : La Iglesia establecerá, para los fines que se indican, los siguientes
Ministerios: a) Ministerio de Salud, que agrupará a las pastorales e instituciones de la
Iglesia Metodista de Chile relacionadas con el área de la Salud. b) Ministerio de
Educación, que agrupará a las pastorales e Instituciones de la Iglesia Metodista de Chile
que atienden el área de educación, y c) Ministerio Social, que agrupará a las pastorales
e instituciones de Servicio y Acción Social de la Iglesia.
ART. 102 : Los Ministerios trabajarán con carácter nacional, aunque tendrán su base
de acción en los Distritos. Aquí radicarán los respectivos Consejos Superiores Directivos,
los cuales representarán, administrarán y coordinarán la gestión de los Ministerios, de
las Instituciones Nacionales y de las entidades relacionadas en los respectivos Distritos.
ART. 103 : El cuerpo pastoral estará formado por todos los pastores en
servicio activo y jubilados de la Iglesia Metodista de Chile.
El cuerpo pastoral tendrá como principal objetivo velar por todas aquellas situaciones
que conciernen directamente a los pastores, con respecto al ejercicio de su función
ministerial.
De los requisitos, condiciones, y deberes del Diácono y del Presbítero tratará en forma
detallada el Reglamento de la Iglesia Metodista de Chile.
ART. 107: Sin perjuicio de las establecidas para algunos cargos, y para el correcto y
transparente funcionamiento de las diversas entidades de la Iglesia, deberán
observarse las siguientes inhabilidades e incompatibilidades: a) En ninguna Junta,
Entidad, Directorio, Comisión, Agencia o Comité de la Iglesia, fuere en el ámbito local,
distrital o nacional, podrá haber más de dos integrantes de una misma familia con
derecho a voz y voto ; b) No podrán tener cargos de representación de la Iglesia local,
o del Distrito en Juntas de Oficiales, de Distrito o General, las personas que prestaren
servicios remunerados bajo contrato de trabajo, para entidades relacionadas o
instituciones de la Iglesia; c) No podrán prestar servicios remunerados bajo contrato de
trabajo u honorarios, más de dos personas de una familia, en una misma entidad o
institución de la Iglesia o relacionada con esta; d) No podrá desempeñarse como
director o administrador de cualquier Institución de la Iglesia, la persona que no fuere
miembro en plena comunión con ella; e) El director o administrador de una institución
Metodista no podrá sugerir para prestar servicio bajo contrato para su institución a
familiar consanguíneo o colateral, según se establezca en el Reglamento de la Iglesia.
ART 109 : En el eventual caso de que las entradas anuales de la Iglesia Metodista de
Chile no alcanzaren para cubrir sus gastos, de forma tal que la Iglesia no pudiere
cumplir sus objetivos y Misión Evangelizadora, la Junta General por mayoría de tres
cuartos del total de sus miembros presentes votantes, podrá acordar citar a una
Asamblea General Extraordinaria para resolver lo que conviniere a la Iglesia. En el caso
de que dicha Asamblea acordare la disolución de la Iglesia Metodista de Chile, este
acuerdo deberá ser adoptado por la unanimidad de los miembros presentes votantes en
esa Asamblea General Extraordinaria. El acto que diere cuenta de la disolución de la
Iglesia y de las condiciones de dicha disolución, se reducirá a escritura pública. Por otra
parte, la Iglesia Metodista de Chile también podrá disolverse, en cumplimiento de
sentencia judicial firme, recaída en juicio incoado a requerimiento del Consejo de
Defensa del Estado, dictada por la Corte de Apelaciones respectiva. Disuelta que fuere
la Iglesia Metodista de Chile, sus bienes pasarán a la Corporación Metodista, persona
jurídica de derecho privado y personalidad jurídica, vigente según Decreto número dos
mil novecientos veintinueve del quince de septiembre de mil novecientos seis.-