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Tipos de diabetes mellitus

La diabetes tipo 1, a veces llamada diabetes juvenil, empieza habitualmente en la infancia y


la adolescencia. En esta forma de diabetes, el cuerpo produce poca o ninguna insulina. Se
caracteriza por el inicio brusco de los síntomas y aparece con mayor frecuencia en personas
originarias de los países del norte de Europa. La diabetes tipo 1 también se denomina
diabetes insulinodependiente porque los pacientes necesitan administrarse inyecciones de
insulina varias veces al día.

Los diabéticos inestables son un subgrupo de diabéticos tipo 1 que tienen frecuentes y
rápidas oscilaciones de las cifras de glucosa en sangre entre la hiperglucemia (cuando
existe demasiada glucosa en sangre) y la hipoglucemia (cuando el nivel de glucosa en la
sangre es excesivamente bajo). Pueden necesitar inyecciones de diversos tipos de insulina o
una bomba de insulina durante el día para mantener su nivel de azúcar en sangre dentro de
un margen relativamente normal.

La forma más frecuente de diabetes, la de tipo 2, se presenta aproximadamente en el 3 al


5% de las personas menores de 50 años y aumenta del 10 al 15% a partir de los 50 años. En
los países desarrollados, más del 90% de los diabéticos son de tipo 2. A veces, se denomina
diabetes de inicio adulto, ya que suele presentarse en personas con sobrepeso y que no
realizan ejercicio. También es más frecuente en nativos americanos, hispanos y de
ascendencia afroamericana. Las personas que han emigrado hacia las culturas occidentales
también presentan más probabilidades de sufrir diabetes tipo 2 que las que permanecen en
sus países de origen.

La diabetes tipo 2 se considera una forma más leve, porque su inicio es lento (a veces, se
desarrolla en el curso de varios años) y puede controlarse habitualmente con dieta y
medicación oral. Sus consecuencias, si no se controla ni trata, son en cambio tan graves
como las de la diabetes tipo 1. Esta forma de diabetes también se llama diabetes no
insulinodependiente, un término a veces confuso. Muchas personas con diabetes tipo 2
pueden controlar su enfermedad con dieta y medicamentos orales, aunque a veces son
necesarias inyecciones de insulina.

Fuente bibliográfica: Diccionario de Medicinas Alternativas © 2003 THE GALE GROUP,INC. Estados
Unidos de América. Derechos mundiales/(c) 2009 EDITORIAL OCEANO
Código documento: 450691
Aspectos genéticos, clínicos y fisiopatológicos del Síndrome
Metabólico

Desde 1988 se describe el síndrome metabólico (SM) como una forma de identificar a las
personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular y se propone que la obesidad es
indispensable para el diagnóstico del SM. La industrialización permitió cambios en el estilo
de vida: una disminución del ejercicio físico y el consumo de una dieta alta en calorías, rica
en grasa y pobre en fibra dietética. Desde el punto de vista evolutivo el hombre desarrolló
un genotipo ahorrador, que asegura los cambios metabólicos necesarios para acumular
glucógeno muscular y triacilglicéridos en el tejido adiposo durante los períodos de escasez.
Cuando esta carga genética se somete a períodos de abundancia puede provocarse un
conjunto de trastornos que favorecen la aparición de enfermedades crónicas no trasmisibles.
Así se establecen los criterios para el diagnóstico de SM: Obesidad abdominal,
hipertrigliceridemia, disminución plasmática de HDL y aumento de glucemia. En esta
revisión se destaca la importancia de la obesidad en la aparición de enfermedad
cardiovascular (ECV) y el síndrome de resistencia a la insulina para abordar el SM.
Respecto al diagnóstico de SM se discuten los cambios en los puntos de corte para las
variables diagnósticas y la posible importancia de esta modificación. Se incluyen
comentarios sobre los mecanismos fisiopatológicos propuestos para el desarrollo de este
síndrome, y se hace énfasis en la importancia del diagnóstico y estudio del SM como
elemento preventivo de ECV.

Síndrome de Resistencia a la Insulina

Uno de los efectos secundarios del sobrepeso y la obesidad es la aparición de un aumento


en los niveles plasmáticos de insulina, que en los estadios iniciales cursa con valores de
glucemia dentro de límites normales31.

El síndrome de resistencia a la insulina no es una enfermedad sino un término usado para


describir un proceso fisiopatológico que se caracteriza por una disminución de la
sensibilidad tisular a la acción de la hormona, lo cual provoca la respuesta homeostática
compensadora aumentando la producción de insulina32. A la larga esta elevación de los
niveles plasmáticos de hormona acompañada de la disminución de la utilización periférica
de la glucosa puede generar un aumento de la glucemia e inducir una disfunción metabólica
que puede provocar serias consecuencias clínicas entre las cuales se incluyen Diabetes
Mellitus tipo 2 (DM2)33, enfermedad cardiovascular (ECV), algunas dislipidemias -en
particular hipertrigliceridemia-, síndrome de ovario poliquístico e hipertensión arterial entre
otras34.

31
Reaven G. The insulin resistance syndrome: definition and dietary approaches to treatment.
Annu Rev Nutr. 2005; 25:391-406.
32
Reaven GM.The metabolic syndrome: requiescat in pace. Clin Chem. 2005;51(6):931-8.
33
Fried SK, Rao SP. Sugars, hypertriglyceridemia, and cardiovascular disease. American Journal of
Clinical Nutrition. 2003; 78,(4): 873S-880S.
34
Reaven G M. The metabolic syndrome or the insulin resistance syndrome? Different names,
different concepts, and different goals. Endocrinol Metab Clin North Am. 2004;33(2):283-303.

Revista: Anales Venezolanos de Nutrición (Número: Vol. 20 Núm. 2)

Fecha de publicación: 07 / 2007 (Venezuela)

Fuente bibliográfica: Anales Venezolanos de Nutrición © 2007 Fundación Bengoa para la


Alimentación y Nutrición
Código documento: 1408289

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