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Cinco conversaciones sobre el miedo - El incidente agotó todos los ataúdes listos en la

Agencia, y tuvimos que preparar de emergencia otros


„Todo tiene un significado cuatro, sabes. Èse fue un día muy atareado como digo.
cuando tu propia vida - Sí, te sigo.
está en juego” - Mientras regresaba a casa muerto de cansancio pensé que
el suicido de esas personas era una reacción desesperada
William S. Burroughs frente a una situación que en realidad nos afectaba a
todos en la ciudad.
- Explícate, por favor.
Primera conversación - La gente con la que me cruzaba en la calle parecía
ocuparse del modo usual en sus asuntos, pero había algo en
- Confiesa que tienes miedo. Te va a hacer bien. ellas que me daba mala espina.
- No puedo. - Algo en su conducta?
- Por qué? - En las miradas o en general los rostros. Pese a que se
- Porque no estoy cómodo. esforzaban por parecer naturales, no lograban ocultar del
- Qué necesitas? todo una suerte de fingimiento o, mejor, de automatismo
- Una silla. defensivo en sus facciones.
- Siéntate en el sofá. El aire de la ventana te refrescará - Trata de ser más concreto.
la memoria. - Recuerdo que en el bus descubrí entre los pasajeros una
- Bueno. mujer entrada en carnes que me horrorizó.
- Y ahora? Puedes hablar ahora? - Por qué motivo?
- De poder, puedo. Pero no tiene sentido que lo haga. - A pesar de que sólo la veía de perfil, mirarle la cara
- Por qué? resultaba una tarea desagradable y agotadora.
- Porque estás demasiado lejos. Tendría que gritar. - A causa de qué?
- Pretextos y más pretextos. Bueno, ya estoy a tu lado. Y - Sus ojos se comportaban de una manera harto extraňa
ahora? dentro de las órbitas, sabes. Se elevaban primero como
- Necesito un cigarrillo. tratando de enfocar las cejas, y resbalaban enseguida
- Tú sabes que no fumo. hacia un costado hasta alcanzar el extremo de los
- Sí, lo sé. Pero acaso tú no sabes que yo sí? párpados. La mujer cerraba entonces éstos como si tratara
- Dejemos eso; un cigarrillo puede esperar. de inmovilizar sus pupilas, y cuando los volvía a abrir
- Eternidades, claro. Pero yo no soy un cigarrillo. las dos circunferencias estaban otra vez mirando al
- Vas a hablar, o no? frente. Una vez en esta posición iniciaban una nueva serie
- Ya te he dicho que necesito sentirme cómodo. de idénticos recorridos, pero ahora en sentido contrario.
- Y no lo estás? Dale y dale, sin parar.
- No. - Terrible.
- Qué te hace falta ahora? - Yo la miraba entre las cabezas de otras dos mujeres más
- Un cigarrillo todavía. jóvenes que viajaban de pie a su lado. Noté que la de la
- Por qué no piensas en otra cosa? izquierda, una mujer bastante atractiva, comenzaba a dar
- En qué, por ejemplo? muestras de una obsesión similar.
- En el miedo que sientes. - Pudiste observarla con la misma atención?
- Huy! - Sí. En ella era la nariz y la boca las que pugnaban por
- Lo ves? Anda, suelta la lengua. Después te vas a sentir desplegar una voluntad propia.
mejor. - Ah, sí?
- Pero ... - La serie de movimientos compulsivos comenzaba en ella
- Pero qué! con un ligero temblor en las comisuras de los labios, que
- ... no sé si lo vas a entender. enseguida la mujer buscaba disimular fingiendo una
- Por qué no me pones a prueba? sonrisa. Lo cual empeoraba por supuesto su situación.
- OK ... tengo miedo ... tengo miedo de encontrarme solo - Cómo así?
cuando despierto antes que amenazca para ir al trabajo; - Una sonrisa inmotivada en medio de una multitud de
miedo cuando desayuno mientras el resto de la humanidad desconocidos, te imaginas lo penoso del caso?
duerme. Cuando camino por las calles en penumbra y escucho - Tienes razón.
el eco de mis pasos resonando desde la vereda del frente, - Evidentemente se le hacía necesario reprimir también esa
tengo miedo. También tengo miedo al volver a casa sabiendo sonrisa, y en este momento la nariz entraba en funciones.
que nadie me espera. Y al tender la cama y al salir de Dos, tres fruncimientos de la misma parecían volver a
compras y cuando lavo los platos tengo miedo. Cuando entro poner orden en su rostro. Al cabo de unos segundos todo el
a un café y descubro el rostro de una mujer que me atrae, proceso comenzaba sin embargo de nuevo. Y así durante todo
tengo también miedo. Tengo miedo en el cine, en el teatro el trayecto.
y en el bus. Cuando voy al Correo tengo miedo. Tengo miedo - Es casi increíble.
cuando ya otra vez en casa tocan el timbre. Tengo miedo de - Finalmente llegué a mi destino, pero sólo para descubrir
contestar el teléfono, pero igualmente tengo miedo cuando que había olvidado mis llaves en la funeraria.
pasan varios días sin que nadie llame. Tengo miedo de leer - Qué hiciste?
el periódico; hasta cuando recibo una carta tengo miedo. - Entre regresar, y probablemente no encontrar ya a nadie
Tengo miedo de visitar a mis amigos. Tengo miedo de salir en la Agencia, o subir hasta el último piso del edificio
de viaje. Tengo miedo de estar aquí conversando contigo para pedirle al conserje la llave maestra, preferí hacer
sobre el miedo. Tengo miedo de que no me entiendas, de que esto último.
creas que tengo miedo de todo ... - Una decisión de valor práctico.
- No soy tan tonto. - El conserje, un hombre de pocas palabras, me recordó sin
- ... porque en realidad sólo tengo miedo de una cosa. embargo con parquedad que tras los saqueos al final de la
- Ajá? guerra cada vecino se había encargado de garantizar la
- Tengo miedo de que esta situación no cambie y se quede inviolabilidad de su domicilio como mejor se le ocurriera.
en mi vida como un gigantesco forúnculo supurante. De que - Nada de llaves maestras, claro.
toda mi vida no sea otra cosa que este forúnculo. - Si hubiera estado un poco menos nervioso, yo mismo
- Un forúnculo! Qué interesante. habría caído en este detalle. Mi puerta tiene cuatro
- Sí, un forúnculo, pero también podría haber dicho un cerraduras distintas, cada una obedece a una llave
agujero, un cráter, un abismo o una noche sin estrellas. diferente. Por ésto es que los bolsillos de mis pantalones
Puedes escoger. tienen todos un agujero.
- Muy generoso. - Oh!
- Así soy yo cuando tengo ganas. Te dicen algo mis - Ahora que lo pienso, hace un rato olvidé decirte que
metáforas? también tengo miedo cada vez que meto la mano en el
- Me gustaría que fueras más preciso, que vayas al detalle bolsilo, sabes. Este simple acto me pone cara a cara con
de tus recuerdos. la precariedad de mi vida. Meter la mano en el pantalón y
- Quieres tener miedo tú también? descubrir que tus dedos tocan la piel de tu pierna es una
- A lo mejor. experiencia desorientadora.
- Bueno, vamos a ver. Voy a tratar de concentrarme y - O la de tu sexo?
hacerlo lo mejor que puedo. - Sí, también la de tu sexo. Pero en este caso uno se
- Sí, tómate tu tiempo. Hazlo con calma. siente además culpable.
- Todo comenzó hace unos meses, sabes ... ese día ... ese - Interesante.
día ocurrieron cosas muy extraňas ... - A veces ocurre también que olvidas el agujero y echas
- Ajá, eso suena significativo. dinero en el bolsillo. Ésto suele ocurrir en los momentos
- Había sido una jornada muy agitada en la Agencia más inapropiados. En el Correo, por ejemplo, haciendo cola
Funeraria donde trabajo, recuerdo. Dieciseis entierros el para comprar un par de estampillas. O en el supermercado,
mismo día es algo que normalmente no pasa. Pero aquel día frente a la caja. Las monedas ruedan por el suelo, y tú
ocurrió. tras ellas aparentando normalidad. Todo debido a los
- Algún accidente de aviación? saqueos tras la guerra. Se diría que la historia lo
- No, un suicidio grupal. persigue a uno.
- Puedes darme algún detalle? - Pero, bueno, cómo terminaron las ocurrencias de ese día?
- De primera intención la policía sospechó un asesinato en - Simplemente llamé a Petra, una amiga escultora que
masa pues los cadáveres mostraban marcas que parecían ser admiro, y le pedí que me dejara dormir en su casa.
el producto de golpes. La autopsia reveló sin embargo que - Te confieso que no he llegado a sentir miedo como
la causa de la muerte había sido envenenamiento. Los ofreciste.
fallecidos eran todos miembros de una secta pseudo- - Es que todavía no sabes lo que pasó donde Petra. Pero lo
religiosa. que voy a hacer ahora es ir a comprar cigarrillos. Te lo
- Ah, ya, el caso de “los ingleses”. Me acuerdo bien. Los cuento otro día.
diarios hablaron del hallazgo de ácido arsénico en varios - No, espera. Te acompaňo, y así me lo cuentas en el
de los cuerpos, es cierto. camino.
- Pero es una historia larga y confusa ...
- No importa. Ya te he dicho que a lo mejor todo lo que
quiero es sentir un poco de miedo yo también.
- Quieres que te la cuente en mitad de la calle? No sé si
seré capaz. Pero, bueno, vamos.

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