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ANAMNESIS: Examen clínico de los antecedentes patológicos del enfermo.

Son los datos o información relevante acerca del paciente, su familia, el medio en que ha
vivido, las experiencias que ha tenido, incluyendo sensaciones anormales, estados de ánimo
o actos observados por el paciente o por otras personas con la fecha de aparición y duración
y resultados del tratamiento.
Es la obtención de datos acerca de un paciente con el propósito de identificar los problemas
actuales de salud. Incluye datos objetivos y subjetivos:

OBJETIVOS: Son la parte observable de la información. Se pueden medir y se obtienen


por técnicas de exploración y valoración. Técnicas de obtención de datos objetivos:
Inspección, palpación, auscultación,
percusión

SUBJETIVOS: Son los datos aparentes para la persona afectada y pueden describirse sólo
por esa persona. Corresponde a los síntomas.

Entrevista: es la capacidad de comunicación mediante la cual, la enfermera explora los


pensamientos, sentimientos y percepciones del individuo, con el propósito de: Obtener
datos, dar información, identificar problemas, evaluar cambios

Tipos de entrevista: ENTREVISTA DIRECTA: Se realiza sobre el paciente y está


altamente estructurada. Sirve para sacar datos específicos sobre una patología, mediante
preguntas específicas. ENTREVISTA INDIRECTA: El paciente lleva la conversación y
pauta donde el profesional puede intervenir para conseguir datos concretos.

Contenido de la entrevista.

- Filiación, Perfil del enfermo: Nombre, apellidos, edad, sexo, estado civil, ocupación.
- Fuente de datos: Quien es el informante (enfermo, familia…), el estado del enfermo es
importante (niño, anciano, perdida de conciencia), se debe valorar la confiabilidad del
informante, la familia y otros allegados son fuente secundaria de información y que nos
puede ayudar a completar la información o los datos.
- Problema principal: Es aquel que obliga al paciente a buscar atención sanitaria.
- Historia de la enfermedad actual: Fecha de comienzo cronológico de las
manifestaciones, detalle de síntomas específicos, dolor, fiebre (intensidad, duración,
características…), el entrevistador debe incidir en los factores que agraven o alivien los
síntomas.
- Antecedentes personales: Anotar cronológicamente todas las enfermedades importantes
sufridas anteriormente, complicaciones, medicación, vacunaciones, alergia a fármacos y
sustancias, uso de alcohol y drogas
- Revisión de aparatos y sistemas: Valorar la presencia o ausencia de síntomas pasados o
presentes
- Antecedentes familiares: Buscaremos enfermedades hereditarias o contagiosas en
padres, hermanos, abuelos, hijos, primos, cardiopatías, cáncer… También en enfermos que
viven con el paciente.
- Perfil del enfermo: Capacidad del paciente para afrontar el problema, relaciones sexuales
e intimas, ocupación estudios, significado de enfermedad para él, sostén emocional y físico,
estilo de vida: costumbres y hábitos, acontecimientos del pasado relacionados con la salud,
experiencias previas, ambiente físico donde vive, y riesgos potenciales.

DIAGNÓSTICO DE VULNERABILIDAD
Avalados por el progreso de los conocimientos y el prestigio de la ciencia jurídica,
médica, psiquiátrica y forense, el diagnóstico es una pieza clave que define, que se sitúa en
la bisagra entre un sistema de cuidado (o protección), y el menor que debe llevar a su cargo.
Es una pieza clave de la bisagra del encuentro con el sujeto en situación de desamparo o de
infracción, es decir cuando hay derrumbe (o una perturbación) de la institución familiar que
formalmente debe tomarlo a su cargo. Es mediante saber quién es ese que llega que se
establece esta entidad médico-psiquiátrica y médico- forense que designamos diagnóstico.
Su utilización está consagrada por el uso, y el diccionario, tanto el de la Real Academia
como el Robert, dice que en la etimología de diagnóstico está la noción de conocimiento, y
en una de sus acepciones dice que es el saber de una enfermedad a través de sus síntomas y
signos o. por extensión, un juicio sobre una situación o estado de cosas.
De modo que la persona, el técnico, el experto se coloca en una posición de saber sobre el
objeto, en este caso un sujeto, un ser humano, sobre el que debe pronunciarse y decir quién
es. Cabrían aquí muchas digresiones sobre transparencia y panoptismo, pero eso nos
desviaría.
Entonces, el núcleo del problema es que no es un conocimiento descriptivo, inocuo, sino
que son conocimientos que son portadores de poder eficaz de sanción y de consecuencias
en cuanto establecer el destino de aquellos a quienes se les aplica; que tienen un valor de
anticipación, un valor predictivo, aquello de que con un diagnóstico de cáncer es casi
seguro, puede ser que me voy morir, mientras que con un diagnóstico de gripe no. El
diagnóstico no es sólo portador de un fotografía del presente sino de una presunción
anticipada sobre el futuro, sobre las consecuencias A veces ocurre, (como en lo que los
psicólogos llaman situaciones o enunciados autopredictivos; que lo que ahí se establece
como que es probable que ocurra en realidad suele ocurrir. Un ejemplo d los efectos de una
predicción puede ser que si los ahorristas de un banco desconfían de la estabilidad de éste
retiran sus fondos y efectivamente lo que era un temor se transforma en una realidad.

DIAGNOSTICO

Un diagnóstico es aquello perteneciente o relativo a la diagnosis. Este término, a su vez,


hace referencia a la acción y efecto de diagnosticar (recoger y analizar datos para evaluar
problemas de diversa naturaleza).

En la medicina, un diagnóstico es el acto de conocer la naturaleza de una enfermedad a


través de la observación de sus síntomas y signos. También es el nombre que recibe la
calificación que da el médico a la enfermedad según los signos que advierte.

Puede diferenciarse entre el diagnóstico en clínica, que se enmarca dentro de la evaluación


psicológica y supone el reconocimiento de una enfermedad o un trastorno por la
observación de sus signos y síntomas, y el diagnóstico en enfermería, donde se analizan
los datos acerca del paciente para identificar los problemas que constituirán la base del plan
de cuidados.
El diagnóstico clínico requiere los dos aspectos de la lógica: el análisis y la síntesis. Se
utilizan diversas herramientas en el proceso, como la historia clínica, la exploración física y
las exploraciones complementarias, entre otras.

Existen dos grandes tipos de diagnóstico: el diagnóstico diferencial (que implica


diferenciar un trastorno de otros que cuentan con características de presentación similares)
y el diagnóstico provisional (se aplica en situaciones de duda, cuando un médico presume
que la persona presenta los criterios para un determinado trastorno, pero no cuenta con la
suficiente información como para afirmarlo).

Por último, cabe destacar que, en la biología, un diagnóstico es la descripción característica


y diferencial abreviada de una especie, género, etc.

El diagnóstico pedagógico o Educacional, al abordar el estudio y “perfeccionamiento” de


algo tan complejo como lo es el escolar, debe incluir en su enfoque no sólo aspectos de
carácter social sino también propios del desarrollo biológico de este, para que entonces el
conocimiento abarque su esencia BIOSOCIAL.

2.      Relacionado con lo anterior se considera que el proceso del Diagnóstico Educacional,
para que cumpla con esta exigencia debe contener dos dimensiones:

La Sociopsicopedagógica
La Morfofisiológica.
3.     Que dicho proceso no debe ser centrado en las dificultades del
aprendizaje, sino en todas las condiciones y factores que limiten el
desarrollo de las potencialidades de los educando, en su sentido más
amplio de la definición, lo que apunta a su  Desarrollo Integral.
4.      Es el maestro del alumno, que se somete al proceso de
Diagnóstico Educacional, el que posee muy buenas condiciones para
la ejecución de este proceso, en las dos dimensiones, aun cuando
hiciera falta un perfeccinamiento y/o ayuda para que esto fuera
posible, ya que hace muchos años, el maestro se ha especializado
sólo en la aplicación de los indicadores de la primera, de las dos
dimensiones por las que debe estar constituido el proceso de
Diagnóstico Educacional.

Con estas premisas teóricas, se proponen las ideas que contiene el


presente artículo, cuya principal finalidad es promover nuevamente el
análisis y reflexión de un tema tan importante como lo es el Diagnóstico
Educacional.

Para la confección de este material, fueron valoradas un total de 28


definiciones, seleccionadas al azar, que de una forma o de otra se
refieren al Diagnóstico Pedagógico o Educacional.
Dichas definiciones, fueron clasificadas en 2 grupos considerando como
criterios de selección  el enfoque y  el año de publicación:

1.   Enfoque centrado en el modelo médico con


orientación esencialmente clínico- pedagógica.
2.    Definiciones que enfatizan el aspecto socio-
sicopedagógico;

todo esto con la intención   de ver las características de cada uno de


estos  grupos y poder hacer más operativa la interpretación de los
“posibles cambios”  del concepto y alguna probable “tendencia”.

En el primer grupo se ubicaron las definiciones de 1960 en lo adelante


estando representado el grupo por 6 definiciones en la que incluyen  3
diccionarios,  1, perteneciente  la enciclopedia en soporte electrónico, “
Encartas” esta última de 2000 y 2 correspondiente a los autores Freedman,
(1982:808) y Rubinstein, Ya, S. (1989:72) los que convergen en el enfoque
médico - pedagógico  

Para tener una idea clara de la orientación se cita el perteneciente al Aristos


(1985:220) en el que se plantea que diagnóstico:

“... Es sinónimo de diagnosis / conocimiento de los síntomas de


una enfermedad / determinar el carácter de una enfermedad ...“  

Esencialmente igual aparece la propuesta de definición en “ Gran Diccionario


CUYAS” (1960:268)  de la lengua Inglesa,  al igual que su homólogo de lengua
francesa  Nouveau Petit Larousse (1970:167).

Se aprecia  que en los representantes de este grupo, relacionan al diagnóstico con el


análisis, valoración, interpretación,  y los síntomas de una enfermedad. Resulta válido
reconocer, que todo apunta a que es el campo de la Ciencias Médicas donde  el
diagnóstico tiene su nacimiento y sistematización – en un primer momento –  situación
que con el desarrollo de las de las demás  ciencias por un lado y la transferencia de
este como  método a otros objetos de análisis, trae como consecuencia que  se pierda
el dominio de las ciencias médicas sobre este método y se extienda y casi todas las
esferas de la vida.

 El  segundo grupo se  distribuyen  los enfoques dados por autores en una óptica que
tiende a lo general,  con inclinación a  los aspectos pedagógicos, por lo que se incluyen
en la dirección 2, donde se encuentran  González, Castañón. M.A. 1995,  González
Lamazárez, Magalys,  (1998:41) y Fernández Díaz, Ana Ibis (1999:15). En la
propuesta por la segunda autora de las antes mencionadas,  la definición que 
propone  resulta factible para organizar un algoritmo de aplicación del proceso de
diagnóstico, lo cual resulta importante para los ejecutores, que de alguna manera
puedan aprovechar al máximo este recurso en la práctica educativa. En estos autores
a  son comunes en la consideración que asumen  del diagnóstico:

El carácter de proceso
El de  estar caracterizado  por ser dinámico, requerir indicadores, valorar
peculiaridades del objeto receptor del proceso.

A modo de ilustrar al grupo se cita la definición ofrecida por Ana Ibis Fernández  en “
El  juego como alternativa de desarrollo en los niños con necesidades educativas
especiales ”:

      “... Diagnóstico: proceso de estudio para medir, determinar y caracterizar


particularidades individuales posibilitando instrumentar estrategias de
intervención  de acuerdo con las necesidades / potencialidades de cada
persona...”

Aquí se reitera una idea oficializada por el Ministerio de Educación a partir de 1994 –
1995, relacionado con la concepción del diagnóstico como un proceso de  Evaluación /
Intervención.

En el  caso del tercer grupo donde, de los 28 conceptos se ubican 18, se destaca el

análisis que de esta  categoría conceptual muy tempranamente en 1975 hiciera por 

Bruckner. J.L. y  Bond .L. Guy, autores  de una importante obra“ Diagnóstico y

tratamiento de las dificultades en el aprendizaje”   que aunque a no  dan una,

definición del diagnóstico si proponen las tres etapas generales que le  determinan que

son:

Comprobación y apreciación del progreso del alumno hacia metas educativas.


Identificación de factores que puedan interferir el desarrollo.
Adaptación de los aspectos  a las necesidades del discente1.  

Las etapas planteadas por los autores resultan medulares para el proceso del
diagnóstico y cabe significar que a diferencia de otros, en una etapa donde predomina
en la visión de muchos el paradigma médico- pedagógico su análisis se enmarca en el
escolar, por lo que le dan a sus puntos de vistas, el fundamento pedagógico del
diagnóstico. En nuestra opinión, los mencionados autores, muchos años antes de
introducirse el término de necesidades educativas especiales, en la que se reconocen
4 grupos de factores generadores de dificultades en al aprendizaje:

El niño/a
El entorno escolar
La familia
La comunidad

Lo común en todos ellos es el considerar el diagnóstico como un proceso de 


evaluación – intervención, lo que en un momento  del desarrollo del pensamiento
fue – y es – importante pero en los análisis que se reitera en una considerable
cantidad de artículos, materiales docentes, etc., se “oficializan” tanto que  tienden a
producir el efecto de parálisis paradigmática, analizada esta como la característica
que un determinado modelo nos permite explicar fenómenos y obtener resultados en
la práctica pero al mismo tiempo nos limita a ver “más allá de este paisaje”,
por muy buenos y superiores que puedan parecer en un momento determinado a decir
de Julio Le Riverend, lo que al convertirse sutilmente en un factor limitante, reduce las
posibilidades del desarrollo, cosa que debe ser tenida muy en cuenta. Si bien  puede
que alguno de esto lo reconozca pero con esto no basta.

Otro elemento muy frecuente en este grupo también lo es que como asumen que el
diagnóstico tiene un enfoque ecológico y este modelo no considera la posible existencia
de los factores que desde la esencia orgánica y cambiante del escolar existan
modificaciones que interfieran el aprendizaje – cosa esta demostrado en la
investigación por muchos resultados que incluso nos llegan desde el predominio de lo
clínico en el diagnóstico, y busca entonces las causas en el entorno:  - familia, escuela,
comunidad – lo que tiende a desconocer la esencia orgánica, biológica del sujeto
receptor del proceso de diagnóstico, con lo que se absolutiza lo social  a costa del
desconocimiento de lo biológico. No se trata de escoger una u otra trinchera sino
de tener presente que el escolar ante todo es un ser humano y como tal definido
por la relación dialéctica biosocial, lo que nos indica que el diagnóstico tiene que
se adecuado no sólo en la forma sino también en su esencia. Todo este análisis
debe conducirnos a re-pensar en este proceso tan importante para el trabajo
pedagógico científico como lo es el diagnóstico educativo en la necesidad de
aplicar/evaluar enfoques que al abordar los dos elementos que forman la
esencia del hombre- la biosocial- permitan a los ejecutores desarrollar un
mejor y mucho más preventivo trabajo.

Desde el punto de visita cuantitativo al distribuir los 28 autores, por tendencia y año,
se observa lo siguiente:

Estos resultados en nuestra opinión, refuerzan la idea que se expone anteriormente,


en el que se puede ver como en los trabajos que abordan la temática se inclinan la
segunda vertiente. Si como bien se ha dicho que lo más importante es lograr el
desarrollo integral y pleno del niño/a/s se debe realizar uno proceso de diagnóstico,
que en la figura del maestro, que es el que más tiempo esta con él, que lo observa en
distintas situaciones, etc., contemple la seguimiento además del desarrollo orgánico, lo
que traerá  como resultado que la prevención de múltiple desviaciones en el desarrollo
se realice muy tempranamente, en el que el pronóstico de dicha afectación
comprometa lo menos posible la integralidad de cada niño/a, trabajo que de conjunto
se realizará con el médico y demás especialistas y factores . Se debe prestar mucha
atención a lo que puntualizan un grupo de expertos  en el libro resumen  de la
 La UNESCO “ 50 años en pro de la educación "  p.155, cuando  expresaran:

        “... Las dificultades de aprendizaje son el resultado de un conjunto


de deficiencias  de   origen físico, psíquico,   socioeconómico o cultural...

Resulta oportuno agregar que los autores de este artículo coinciden con este punto de
vista  por considerarlo el más abarcador y que no prioriza una cosa en detrimento de la
otra, como ocurre en la actualidad.

Ante esta situación no son productivos los atrincheramientos ni la defensa


estrecha de una u otra tendencia. Hay que hacer todo lo que se tenga que hacer
por solucionar cualquier factor, por mínimo o sutil que sea, en función de hacer de los
servicio educacionales los más idóneos para el logro del desarrollo integral de todos y
cada uno de nuestros alumnos. Este es también un deber que los profesionales de la
Educación, en cualquier nivel donde se desempeñe,  tendremos la obligación de
cumplir y hacer cumplir siempre. Este es nuestro punto de vista.

Añadiendo algunos elementos más a esa idea básica, Chambers (1989:1) la define como “la
exposición a contingencias y tensión, y la dificultad para afrontarlas. La vulnerabilidad
tiene por tanto dos partes: una parte externa, de los riesgos, convulsiones y presión a la cual
está sujeto un individuo o familia; y una parte interna, que es la indefensión, esto es, una
falta de medios para afrontar la situación sin pérdidas perjudiciales.”

La vulnerabilidad contempla así tres tipos de riesgos: el riesgo de exposición a las crisis o
convulsiones; el riesgo de una falta de capacidad para afrontarlas; y el riesgo de sufrir
consecuencias graves a causa de ellas, así como de una recuperación lenta o limitada
(Bohle et al., 1994:38).

El reverso de la vulnerabilidad es la seguridad (seguridad del sistema de sustento,


seguridad alimentaria, seguridad medioambiental).

También podemos considerar como la otra cara de la vulnerabilidad a las capacidades de


las personas, esto es, los recursos y aptitudes que les permiten afrontar y mejorar su vida
diaria, así como también encarar los procesos de desastre y la posterior rehabilitación. Un
instrumento sencillo y útil para poder analizar esta realidad dual es el análisis de
capacidades y vulnerabilidades, elaborado por Anderson y Woodrow (1989:9-25), que
permite estudiar unas y otras en los planos físico-material, social y sicológico.

La vulnerabilidad es una dimensión relativa. Es decir, todas las personas somos


vulnerables, pero cada una, en función de sus circunstancias socioeconómicas y
condicionantes personales, tiene su propio nivel de vulnerabilidad, así como también su
propio tipo de vulnerabilidad. Esto significa que uno puede ser muy vulnerable a un tipo de
catástrofe potencial, pero poco a otra, ya que cada una de ellas golpea de forma diferente y
pone a prueba aspectos diferentes.

También es importante matizar que la vulnerabilidad de una familia no es lo mismo que sus
necesidades: éstas tienen un carácter inmediato, mientras que aquélla viene marcada
también por factores de más largo plazo, muchos de ellos estructurales. En este sentido, la
ayuda de emergencia tradicional frecuentemente se limita a satisfacer las necesidades
básicas para la supervivencia, pero apenas incide en los factores que causan la
vulnerabilidad. Sin embargo, toda intervención que aspire no sólo al alivio puntual sino a
sentar bases de desarrollo futuro debe orientarse a no sólo a satisfacer necesidades sino a
reducir la vulnerabilidad.

1. Origen y evolución

El concepto de vulnerabilidad ha penetrado con fuerza desde hace unos años en las ciencias
sociales y, en particular, en el campo de los estudios sobre el desarrollo. Ha realizado así
una importante contribución a una mejor y más amplia comprensión de la situación de los
sectores sociales desfavorecidos y de los motivos de ésta. Se ha convertido en un fértil
instrumento de estudio de la realidad social, de disección de sus causas profundas, de
análisis multidimensional que atiende no sólo a lo económico, como puede hacer la pobreza
(al menos en un visión clásica), sino también a los vínculos sociales, el peso político, el
entorno físico y medioambiental o las relaciones de género, entre otros factores. Como dice
Bohle (1993:17), mientras que la pobreza se puede cuantificar en términos económicos
absolutos, “la vulnerabilidad es un concepto relacional y social”, que depende de las
contradicciones y conflictos sociales.

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