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Con esto los padres de familia, los docentes, los directivos docentes, la institución y el
sistema educativo mismo adquieren un protagonismo esencial en los procesos evaluativos de
los estudiantes y en el acompañamiento de estos para el logro de las competencias básicas.

En este escenario empieza a ser muy importante poder tener

procesos de evaluación en el aula, donde por medio de distintas
estrategias valorativas, se busque no solo medir logros educativos
de los estudiantes sino realmente estar al tanto de los procesos de
aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes. Allí es esencial que no
se realicen únicamente aplicaciones de pruebas en un corte de
tiempo definido sino que realmente se implementen procesos
permanentes de evaluación integral y formativa. Ê

Con esto, el trabajo de evaluación a emprender al interior de las aulas de clase debe
procurar empoderar a los estudiantes de sus procesos de aprendizaje y que ellos tengan
plena claridad sobre los desempeños sobre los cuales están siendo evaluados. Es dec ir,
resulta vital hacer participe a los estudiantes de los procesos evaluativos que se generen al
interior de las clases y que las aplicaciones de pruebas censales nacionales sean un elemento
mas de análisis para una evaluación que busca ser de carácter formativo y que busca
acompañar y evidenciar los avances en el desarrollo de competencias de los niños.

Es claro que los buenos resultados y reportes en las evaluaciones

no son casualidad, son fruto directo de un trabajo cuidadoso de
planeación, consenso, ejecución y análisis de practicas
pedagógicas que involucren los intereses y contextos de los
estudiantes y que permitan hacer explicita la forma de evaluación
y las reglas de juego con las cuales se espera valorarlos a ellos.
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Es trascendental entonces que avancemos hacia el establecimiento de una cultura de la

evaluación, donde se deje de pensar esta como una herramienta punitiva o de sanción y más
bien se piense en el aporte que le da al proceso de mejoramiento de la calidad de la
educación que se vuelve una prioridad ineludible después de los reportes de resultados que
están alcanzando nuestros estudiantes. Se hace vital que entendamos como país la
evaluación dentro del marco de mejoramiento de la calidad de la educación y que se vuelva
una instancia articulada de prácticas pedagógicas cada vez más dinámicas e incluyentes.
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