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Introducción

En la época del Renacimiento, algunas personas vinculadas en la política y parte en la religión,


prestaron una visión al mundo que chocaba con la realidad que se manifestaba. Frente a las
monarquías absolutas que ocupaban toda Europa durante este siglo, estas personas, de la mano de la
mentalidad humanista, crearon “nuevas realidades paralelas”, las utopías. En una utopía, su autor
plantea un nuevo sistema para dar un nuevo orden al mundo. En dichas utopías se centran en todas
las variables en las que un sistema se pueda mover: política, economía, religión, relaciones
sociales...

Viendo que en las utopías se tratan dichas variables, nuestra intención es ver, en los principales
autores, si se tiene en cuenta las relaciones de parentesco, y de ser así cómo las tratan o qué
novedades, o no, proponen frente al sistema establecido en el que se mueven los autores, es decir,
según su contexto.

Los autores que hemos escogido son: Tomás Moro, Francis Bacón y Campanella.

Tomás Moro

Autor

Fue político y humanista inglés. Nació en Londres, 1478 procedente de la pequeña nobleza. Estudió
en la Universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa como jurista. Su experiencia como
abogado y juez le hizo reflexionar sobre la injusticia del mundo, a la luz de su relación intelectual
con los humanistas del continente, como Erasmo de Rotterdam. Desde 1504 fue miembro del
Parlamento, donde se hizo notar por sus posturas en contra de la tiranía.

Su obra más relevante como pensador político fue Utopía A pesar de haber mantenido en el plano
teórico estas aspiraciones premonitorias del pensamiento socialista, Moro fue prudente y moderado
en cuanto a la posibilidad de llevarlas a la práctica, por lo que no combatió directamente al poder
establecido ni adoptó posturas ideológicas intransigentes.

Enrique VIII, atraído por su valía intelectual, le promovió a cargos de importancia creciente:
embajador en los Países Bajos (1515), miembro del Consejo Privado (1517), portavoz de la Cámara
de los Comunes (1523) y canciller desde 1529 (fue el primer laico que ocupó este puesto político en
Inglaterra). Ayudó al rey a conservar la unidad de la Iglesia de Inglaterra, rechazando las doctrinas
de Lutero; e intentó, mientras pudo, mantener la paz exterior.

Sin embargo, acabó rompiendo con Enrique VIII por razones de conciencia, pues era un católico
ferviente que incluso había pensado en hacerse monje. Moro declaró su oposición a Enrique y
dimitió como canciller cuando el rey quiso anular su matrimonio con Catalina de Aragón, rompió
las relaciones con el Papado, se apropió de los bienes de los monasterios y exigió al clero inglés un
sometimiento total a su autoridad (1532).

Su negativa a reconocer como legítimo el subsiguiente matrimonio de Enrique VIII con Ana
Bolena, prestando juramento a la Ley de Sucesión, hizo que el rey le encerrara en la Torre de
Londres (1534) y le hiciera decapitar al año siguiente. La Iglesia católica le canonizó en 1935.

Obra

El autor escribe en el Renacimiento, en el pleno auge de las monarquías absolutas en todo el


continente europeo, aunque la que más se centrará es en la de Inglaterra, bajo la soberanía de
Enrique VIII. Tomás Moro fijará su mira a esta monarquía para criticarla en su obra. (A pesar de
que en un principio contase con el apoyo de este rey).

Algunos aspectos que influyeron en la construcción de la obra, a parte del absolutismo del monarca,
fue la desigualdad de la época. Existía una gran brecha entre pobres y ricos, de la cuál era casi
imposible pasar de una clase a otra debido a la fuerte división social provocada por la economía, es
decir, los títulos nobiliarios otorgados por el rey y su correspondiente riqueza eran la única manera
de subir en la escala social.

También el papel religioso está muy presente en su obra. Hay que tener en cuenta que durante esta
época Inglaterra se desvincula de la Iglesia Católica, formando la Anglicana, algo que Tomás Moro,
un católico devoto, estaba en contra. Lo podemos ver en algunos aspectos de su obra, a pesar de que
propone un estado con libertad de culto, la principal tiene muchos matices casi idénticos, como las
oraciones, la confesión, su papel en la política...

Por último destacar el trabajo de la riqueza y el trabajo de la época. La agricultura y la ganadería


estaban mal vistas por los nobles y los gremios que se trasladaban a las ciudades a montar un
negocio, los nuevos burgueses. Lo único importante del trabajo es que genere riqueza que les pueda
ayudar a marcar un estatus social. El trabajo del campesino era de subsistencia y para un
determinado señor, recordando así a los feudos. Este hecho lo critica Tomás Moro, tanto el trabajo
como la riqueza. La idea de trabajo por deber y satisfacción, centrándose en el campo como el
mayor recurso de generar riqueza, aunque tal concepto no existe en la isla ficticia inventada en el
autor, hablamos de riqueza en este caso con la obtención de bienes para su consumo y producción,
ya que si nos referimos a riqueza de dinero o beneficio caemos en el error. El dinero, que movía a la
sociedad en la que vive Tomás Moro, no existe, todo se mueve por reciprocidad e intercambio. De
hecho, los habitantes de “Utopía” ven absurdo el uso del oro, donde según ellos los extranjeros les
da un valor “sagrado”.

La obra es un planteamiento idílico sobre un estado perfecto, con lo que se centra en la política,
organización social y moral, a penas da importancia a los criterios de relación entre individuos y
parentesco. En este punto nos centraremos en el último apartado, intentando ver las relaciones de
los individuos.

En la sociedad domina el sistema patriarcal y patrilineal. Esto quiere decir que el hombre manda en
el grupo y que los descendientes pasan al grupo del padre, aunque las mujeres, cuando se van a
casar, cambian de residencia. Pasan de la residencia del padre a la del grupo del marido, es decir,
una residencia patrivirilocalidad. Dentro de este tipo de familias quien manda es el más anciano,
que es el cabeza de familia, por lo que el orden de obediencia va del más mayor al más joven, pero
el papel de la mujer es inferior, ya que su tarea es servir al marido. Este punto estaría “justificado”
por la que se ha escrito la obra, recordemos que durante muchos años el papel de la mujer era
insignificante y en ocasiones no era reconocida como persona. De ahí seguramente como el papel
de la mujer en el mundo de la Utopía sea prácticamente el mismo que el de la realidad de la época,
aunque sí se le da el derecho al trabajo y al estudio, pero en las relaciones de poder sigue sin tener
poder alguno. Aunque dejando a un lado el papel de la mujer, la propia familia sí que era distinta a
la concebida durante el renacimiento. La familia de la época era nuclear, marido y esposa con sus
correspondientes hijos. Pero en Utopía la familia es extensa. Según Tomás Moro una familia normal
estaría formada por cuarenta miembros, incluyendo siervos, presididos por el más anciano de la
familia y su mujer. También el casamiento choca con la mentalidad de la época, ya que no es
matrimonio por conveniencia entre familias, que era lo que dominaba la realidad de la época. A la
hora de elegir esposa, el futuro marido tiene que ver a su futura esposa desnuda, ya que según
escribe Tomás Moro, muestra la verdadera esencia y naturaleza de la mujer. El hombre también se
muestra desnudo para mostrar esa misma naturaleza, aunque la mujer no elige esposo. Ambos son
presentados por los padres, pero la verdadera elección es del hombre, como ya he dicho no existen
intereses sobre qué esposa se debe tomar o no.

Este sentido de poder en las familias se puede ver en los ritos y ceremonias que festeja el pueblo
ilustrado por el autor. Por ejemplo en la disposición de la mesa, ya que se sientan de más anciano,
presidiendo la mesa, al más joven. De hecho, las mujeres se sientan a un lado y los hombres al otro.
Las mujeres se sientan de cara a la pared, es decir, en los bancos exteriores; de esa forma pueden
servir la comida, aunque en realidad se justifica el significado patriarcal de la sociedad. Esto
también se puede ver en las oraciones que hacen en el templo, donde la esposa pide perdón por sus
pecados al marido, donde él puede castigarla o perdonarla.

A pesar de los aspectos que hemos mencionado antes, con el tema en referencia a las relaciones de
poder en la familia y su sistema de parentesco, existen otros aspectos que ponen en duda que la
relación que mantiene cada miembro. Por ejemplo, una familia debe tener entre diez y dieciséis
niños. Si sobrepasa el límite de dieciséis, los niños que “sobren” pasarán a pertenecer a una familia
que tenga pocos hijos, o incluso se van a una colonia a las afueras para establecer nuevas relaciones
de comercio en el extranjero. Pero no sólo ocurre por un caso demográfico, por ejemplo, los padres
enseñan a sus hijos el trabajo al que están especializados, a parte de la agricultura que todos
practican cada familia tiene una especialización. Tomás Moro deja claro que existe libertad de
elección en cuanto a esa especialización por parte de los niños, pero, si no eligen la del padre y
eligen otra, el joven debe irse con la familia que este trabajando la especialización que desea. En un
sentido parecido ocurre con la madre cuando enferma o muere. Cuando esto ocurre, el papel de la
madre lo ejerce otra mujer, que se la tiene como sirviente, pero realiza exactamente las mismas
funciones que la madre. Claro está que no ejerce como mujer del esposo que ha quedado viudo.

Con estas últimas aclaraciones lo que quiero expresar es que, a pesar de ser un patriarcado con una
filiación patrilineal, dicho sentido no está tan fijo como es en otras culturas, ya que la movilidad de
los miembros del grupo pueden ocurrir de manera muy diversa sin tener que ver en nada con la
descendencia o el paso por matrimonio. Existe cierta libertad en algunos aspectos de movimiento
entre miembros del grupo.

En relación con la residencia, que dijimos que era patrivirilocal, también existe una excepción, ya
que dos años, cada familia cambia de vivienda. Esto quiere decir que tampoco hay un sentido aferro
a un determinado hogar.

Como conclusión, podemos sacar de la obra de Tomás Moro que su sistema de parentesco es el
patriarcado y tienen un sistema de filiación patrilineal con residencia patrivirilocal, pero con cierta
libertad de cambio de grupo según se den las condiciones demográficas, laborales o del estado, en el
caso de residencia. También podemos dar como conclusión de que el hecho de que sean familias
extensas el modelo base familiar de esa sociedad tiene que ver, en parte, a que es una sociedad sin
propiedad privada donde se mueve por reciprocidad de bienes y servicios, con lo que el sentido de
unidad de grupo y de subsistencia tiene un carácter fuerte, junto al sentido moral que le da Tomás
Moro, importante por su vinculación con el catolicismo, con la unidad familiar y su tradición.
Francis Bacon

Autor:

Era hijo menor de Sir Nicholas Bacon, nombrado guardián del Gran Sello por la reina Isabel I. Su
madre, Ann Cooke Bacon, segunda esposa de Sir Nicholas, era sobrina de Sir Anthony Cooke,
hablaba cinco idiomas y estaba considerada como una de las mujeres más ilustradas de su época.

Aunque no se haya establecido con seguridad, hay razones para creer que Bacon recibió tutorías en
su casa durante sus primeros años, y que su salud durante aquel periodo, al igual que con
posterioridad, era delicada. En 1573, a la edad de 13 años, ingresó en el Trinity
College de Cambridge, institución en la que cursó estudios hasta 1576, periodo que pasó en
compañía de su hermano mayor, Anthony.

En Cambridge, sus estudios de las diversas ciencias le llevaron a la conclusión de que los métodos
empleados y los resultados obtenidos eran erróneos. Su reverencia por Aristóteles, del que, a pesar
de todo, no parecía tener excesivo conocimiento, contrastaba con su desapego por
la filosofía aristotélica. A su juicio, la filosofía precisaba de un verdadero propósito y nuevos
métodos para alcanzarlo. Con el primer germen de la idea que le consagraría, Bacon abandonó la
universidad.

El 27 de junio de 1576 ambos hermanos ingresaron en de societate magistrorum y unos meses más
tarde fueron destinados a Francia como agregados del embajador Sir Amyas Paulet. La situación
política y social en la Francia de aquella época, durante el reinado de Enrique III, le proporcionó al
joven Francis una valiosísima experiencia política al verse en la necesidad de llevar a cabo algunas
comisiones diplomáticas delicadas. Aunque vivió en Poitiers, durante su estancia en el continente
visitó París y las principales ciudades francesas, además de recoger informes sobre los recursos y la
situación política de los diferentes países europeos, informes que se han venido publicando en sus
obras bajo el título de Notes on the State of Christendom (Notas sobre el estado de la cristiandad), a
pesar de que como apuntara el historiador James Spedding, el trabajo parecía ser autoría de uno de
los ayudantes de su hermano Anthony.
En 1579, al conocer la muerte de su padre, Francis regresa a Inglaterra. La modestísima herencia
que le deja su padre, al no poder éste cumplir el deseo de dejarle a su hijo menor en posición
acomodada por sorprenderle la muerte repentinamente, obliga a Francis a adoptar una profesión que
a la postre sería el derecho.

Con sus estudios en derecho, literatura y diplomacia, Bacon aspira a conseguir un puesto político de
importancia. Esto lo logra cuando Jacobo I de Inglaterra asciende al trono en 1603, el cual lo
designa procurador general en 1613. Su carrera política avanza y es nombrado canciller de
Inglaterra en 1618. Posteriormente, Bacon se ve envuelto en intrigas políticas que lo acusan de
desprestigiar al rey, y luego en 1621 fue acusado de corrupción y maltrato a sus subordinados. Sin
embargo, Bacon logra salir airoso de esta situación, acumulando una fortuna durante el ejercicio de
la labor pública, con la cual se retira para ocuparse de sus estudios en filosofía y ciencias.

Murió en Londres en 1626, debido a una neumonía.

En 1626, el filósofo inglés Francis Bacon publica La Nueva Atlántida (The New Atlantis), delirante
utopía en pro de un mundo basado en los principios de la razón y el progreso científico y técnico.

Obra

En su utopía La Nueva Atlántida, Bacon aspira a una reforma de la sociedad a través de la ciencia
aplicada, para lo cual, será necesario, en primer lugar, iniciar una revisión de los objetivos y los
métodos científicos.

En cuanto al tema de sistemas de parentesco y familia aporta poca información en su obra ya que
solo especifica una serie de leyes a cumplir: Poseen también muchas y excelentes leyes respecto al
matrimonio. No permiten la poligamia. No pueden casarse o celebrar el contrato matrimonial previo
hasta que ha transcurrido un mes después de su primera entrevista. No invalidan el matrimonio
celebrado sin consentimiento paterno, pero lo castigan con una multa a los herederos; los hijos de
estos matrimonios no pueden heredar más de una tercera parte de los bienes de sus padres. No se
ven desnudos antes de casarse.

Esta teoría tan tradicional choca en un autor cuyas obras parecen tener una vista al futuro anormal
en las que habla de avances científicos y técnicos que aún ni existían en el momento en el que
escribía. Quizás la coyuntura no ayudaba en un momento en el que el rey de Inglaterra y Escocia en
ese momento fuera de algún modo muy aferrado al antiguo régimen y a la iglesia.
Campanella
Autor
Giovanni Domenico Campanella (Italia, 1568-1639) era el nombre antes de entrar en la Orden
Dominica a los 15 años de Tomasso Campanella.
Estudió filosofía y teología, mostrando especial admiración por la física naturalista y el
antiaristotelismo de Telesio
En 1589, Fray Tommaso, acompañado de un rabino judío, se intereso en el estudio del naturalismo
y el hermetismo. Por lo que, termino siendo condenada por las autoridades eclesiásticas, bajo los
cargos de demonismo y herejía, lo que al final le traería como consecuencia el terminar siendo
encarcelado por orden de la Santa Inquisición.
Pasado los años formaría parte del ataque contra las autoridades españolas cuyo objetivo era la
implantación de la República, sería nuevamente detenido y procesado bajo los cargos de rebelión y
herejía, siendo en 1602 condenado a cadena perpetua, pena que debería de cumplir en el Castillo de
Nápoles. Veintisiete años permanecería en prisión hasta que finalmente una orden papal lo liberó. Y
sería precisamente durante ese largo encarcelamiento que escribiría su obra cumbre, La ciudad del
Sol.
Aunque fue perseguido por la Inquisición Campanella confiaba en el poder del Papado para
instaurar lo que él consideraba la sociedad perfecta (reflejada en su obra La ciudad del sol), en la
que el poder estuviera en manos de sacerdotes y sabios (ESTADO TEOCRATICO).
El supremo gobernante de la ciudad del sol es el Sacerdote Sol (Hob) que ostentara este cargo hasta
que otro ciudadano demostrara ser más sabio y apto para gobernar la ciudad. Este será apoyado por
los Príncipes o triunviros Pon, Sin y Mor, competentes en el ámbitos de poder, sabiduría y amor. Al
Príncipe Pon le compete conocer el arte guerrero y de los ejércitos; al Príncipe Sin, la enseñanza de
las ciencias y la sabiduría, y al Príncipe Mor, las labores de la procreación y la educación de los
infantes.
Obra.

En la obra escrita por Campanella se muestran sus ideas sobre las relaciones sexuales y el rol que
les corresponden a hombres y mujeres como parte de una sociedad comunitaria.

En la sociedad manifestada se establece el sistema patriarcal y como expondremos más adelante hay
ausencia de familia y no existe la institución del matrimonio.

El hombre no tiene opción a elegir mujer, ya que serán elegidos por uno de los mandatarios de la
cuidad (Mor) que tiene a su cargo todo lo concerniente a la procreación, con el fin de que los
hombres y mujeres se unan entre sí en las condiciones idóneas para engendrar una excelente prole.

Ninguna mujer debe entregarse a la procreación antes de los diecinueve años. En el caso de los
hombres no se da hasta los veintiuno, aunque se les permitirá la unión carnal antes de dicha edad
con mujeres estériles. A los hombres que se abstengan de mantener relaciones hasta los veintiún
años o más se le reconocerá honores en ceremonia pública.

Como en los entrenamientos militares los hombres y mujeres permanecen desnudas, el magistrado y
sus ayudantes saben que mujer es más adecuada a cada varón. De este modo, las mujeres bellas y
robustas se unen a hombres apasionados y fuertes, las delgadas a los gruesos y las gruesas a los más
delgados.
La unión carnal se lleva a cabo cada dos noches una vez que los progenitores se habían lavado y
habían hecho la digestión. En las habitaciones en las que las mujeres se encontraban antes de las
relaciones sexuales se colocaban estatuas de hombres esbeltos a las que estas han de contemplar
para garantizar así que su descendencia adquiera dichas facultades.

Durante los tres días anteriores a la unión carnal los procreadores tienen que haber conservado su
semen además de no haber cometido malas acciones y haberse confesado. Quedan exonerados de
estas obligaciones a aquellos que se unan a mujeres estériles.

Los maestros de las ciencias y los magistrados (que son todos sacerdotes) no pueden mantener
relaciones sexuales sino después de muchos días de abstinencia, ya que el habitual ejercicio de las
facultades intelectuales debilitan el instinto sexual.

Si una mujer no es fecundada por el hombre que le fue asignado, el magistrado (Mor) la juntaran
con otros hombres hasta considerar si la mujer resulta ser estéril. Una mujer estéril no se puede
sentar con las Matronas en la mesa, en el templo, y en la asamblea de procreación.

Las mujeres que han concebido, se abstienen de todo ejercicio físico por espacio de quince días.
Después del parto amamantan y crían a sus hijos en edificios comunes especialmente destinados
para ello. El período de lactancia dura dos o más años, una vez deje de mamar, el niño queda bajo el
cuidado de las Maestras, si es hembra; y al de los Maestros, si es varón. Comienza entonces a
ejercitarse en el aprendizaje de los alfabetos, en el conocimiento de las pinturas, en la carrera, en el
paseo, en la lucha…
Como en su mayor parte nacen bajo la misma constelación, todos los coetáneos son semejantes en
virtud, costumbres y aspecto físico, lo cual produce en la República una concordia permanente, un
recíproco amor y un mutuo afán de ayudarse unos a otros
Toda los bienes son comunes y son los magistrados los que disponen de la autoridad para establecer
la redistribución de los mismos encargándose de que nadie reciba más que el resto ni le falte nada
de lo que necesite. Se establece de este modo la comunidad de bienes y de mujeres, ya que las
mujeres pasan a ser comunes, siguiendo siempre el orden de la procreación.
Los líderes defendían que la propiedad en cualquiera de sus formas nace y se fomenta por el hecho
de que cada uno posee a título exclusivo casa, hijos y mujeres. De aquí surge el amor propio, pues
cada cual aspira a enriquecer a sus hijos, encumbrarlos a los más altos puestos y convertirlos en
herederos de cuantiosos bienes. Para conseguirlo, los poderosos y los descendientes de noble linaje
defraudan al erario público; los débiles, los pobres y los de origen humilde se tornan avaros,
intrigantes e hipócritas. Por el contrario, una vez que ha desaparecido el amor propio, subsiste
solamente el amor a la colectividad.
Por lo tanto, la sociedad es igualitaria, practica la comunidad de bienes y de mujeres eliminando de
esta manera el dinero propio y la familia, fuentes del egoísmo que, una vez eliminadas, conducen a
la desaparición de los crímenes y la violencia.
Para fomentar lazos de amistad todos los contemporáneos se llaman hermanos unos a otros. Los
hombres antes de los veintidós años son denominados hijos, al cumplir esta edad pasan a ser
nombrados como padres.
Respecto a la división del trabajo las actividades más costosas que exigían andar largas distancias
eran realizadas por los hombres. Las mujeres se encargan de ordeñar a las ovejas, hacer queso y
cultivar los huertos cerca da las murallas de la ciudad. Además, también se dedican a la confección
de las prendas de ropa y tocar los instrumentos.
Las mujeres se encargan de cocinar y colocar la mesa, pero son los niños y niñas los que deben
servir la comida hasta cumplir la edad de veinte años.
A la hora de comer los hombres se colocaran en una hilera de mesas, mientras que las mujeres se
colocan en otra contigua. Es preciso comer en silencio. Los monjes y sacerdotes comen en mesas
aparte.
Las mujeres son castigadas con la pena de muerte si usan cosméticos, vestidos largos o zapatos de
tacón para parecer más bellas u ocultar su figura. Esto se debe a que se piensas que las mujeres que
acuden a estos métodos dejan de lado el interés por su salud y ponen el peligro la de su prole. Esto
último provoca que no sea lícita la unión sexual con estas mujeres a no ser que estuvieran
embarazadas o fueran estériles.
Otro tema a tratar seria la educación de la que destacaríamos que las paredes de la ciudad están
adornadas con murales que representan todos los conocimientos que las ciencias pueden abarcar y,
por lo tanto, los maestros y magistrados de las distintas disciplinas (astronomía, aritmética,
geología, retorica, gramática…) no necesitarían de libros para enseñar a los niños. Todo lo que hay
que saber sobre las distintas materias lo tendrían expuesto en uno de los muros.
Tanto hombres como mujeres recibirán enseñanza militar y tendrán una educación mixta en el
estudio de todas las ciencias. Antes de los tres años los niños hablan conocido el alfabeto y la
lengua. Hasta los siete se ejercitaran en la lucha mediante el juego y aprenderán algunos de los
oficios. Tras haber aprendido las nociones matemáticas básicas empezaran el estudio de las ciencias
naturales. Sera en este momento según las actitudes de cada joven donde este será designado a
actividades militares, funciones públicas o al estudio de ciencias más avanzadas (matemáticas,
medicina…). Los estudiantes que más destaquen en cada disciplina podrán llegar a ser elegidos
magistrados. Las mujeres no pueden instruir a los hombres ni ocupar puestos de magistrados. Sin
embargo, si podrán educar a las mujeres al poder desempeñar el puesto de maestras.
Los mayores de 12 años aprenden a manejar la espada, arco, lanza… a defenderse y atacar,
anticiparse al enemigo, a montar a caballo… Las mujeres reciben la misma instrucción para que
estas puedan ayudar a los hombres a defender las murallas de la ciudad frente a una posible guerra.
De todo ello se encargaran los magistrados que estén bajo la subordinación del príncipe poder
(Pon).
Para finalizar diremos que aunque la mujer se le permitía el estudio y trabajar fuera del hogar en las
tareas agrícolas o como maestras estas no podían ocupar puestos de poder y seguían estando bajo el
mandato de los hombres al considerarse a estos superiores a ellas .

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