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“Sería necio si simplemente me dejo llevar por el romanticismo y provincialismo de defender un lugar porque nací ahí”

Félix Ángel, el curador del arte

Félix Ángel es oriundo de Medellín, pero hace más de 30 años vive en Estados Unidos, donde encontró las oportunidades que le
fueron negadas en Colombia.

El próximo 20 de agosto, este artista paisa director del Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo, lanzará su libro
“Nosotros, Vosotros, Ellos”, que es un documento histórico sobre la historia del arte de Medellín en los años 70. Ángel, un personaje
digno de admirar, le cuenta a EL MUNDO lo que piensa de la ciudad, del arte y propone ser agentes de cambio, sin perder el espíritu
crítico.
Corresponsal en Washington

En cuatro años que llevo viviendo en los Estados Unidos, me encuentro en todo tipo de escenarios, colombianos que lo dejan a uno
con la boca abierta por su tesón, formación académica y por los cargos que ejercen en diferentes disciplinas. Washington, por
ejemplo, es la ciudad donde nuestros compatriotas mandan la parada entre la comunidad hispana, pues muchos de los cargos
directivos, no sólo a nivel latino sino también americano, son ejercidos por colombianos. La OEA, el BID, el Banco Mundial, las
universidades, las instituciones del gobierno federal y muchos otros estamentos están colmados de conciudadanos que con
disciplina han construido sus vidas, empezando desde abajo y asumiendo los retos de transición que conlleva ser inmigrante en los
Estados Unidos.

Félix Ángel es un vivo ejemplo de esto. Oriundo de Medellín, se vino hace más de 30 años para los Estados Unidos en busca de
oportunidades, las cuales en sus palabras, le fueron negadas en Colombia. Irreverente, muy trabajador, honesto, sincero, que podría
pasar por antipático y pedante debido a su forma de ser y de pensar, pero que en el fondo no es más que la muestra del empuje
paisa.
En el BID, al igual que en la ciudad de Washington y en Latinoamérica es todo un personaje, reconocido por sus logros artísticos y
literarios. Arquitecto que a pesar que no está en Medellín y que es crítico de la ciudad y del país, aporta con lo que hace a la
solución de tantas dificultades. EL MUNDO lo entrevistó, a propósito del lanzamiento de su libro “Nosotros, Vosotros, Ellos”, que es
una viva historia del arte en Medellín en los años 70”.

- ¿Quién es Félix Ángel?

“Nací en Medellín y desde niño siempre quise ser artista y arquitecto, y conseguí ambas cosas. Me eduqué en el colegio de los
hermanos cristianos, un colegio con mucho rigor pero que me enseñó disciplina. Soy arquitecto de la Universidad Nacional. Un día,
cuando me había graduado me di cuenta que todo lo que yo podía saber o aportar, el medio no estaba preparado ni le interesaba,
entonces decidí venirme para los Estados Unidos, con un gran espíritu de incertidumbre, sin embargo estaba decidido a que tenía
que salir adelante”.

- Como artista y arquitecto, ¿qué piensa de la nueva cara que Medellín ha ido tomando en los últimos años?

“Las ciudades se vuelven amorfas, y cuando paso por Medellín, y me llama la atención que una ciudad que ha progresado tanto,
sigue siendo una ciudad con grandes problemas de infraestructura, pues tenemos un sentido muy extraño del progreso. Me resulta
muy extraña la ciudad. Nunca me sentí cómodo en Medellín, y cuando voy tampoco me siento cómodo”.

- ¿Cómo así, usted no quiere la ciudad? La mayoría de gente que hay por aquí añora estar en su ciudad.

“Son hipócritas. Si la añoran tanto, ¿por qué no están allá? Yo soy muy crítico, lo que no significa que no la quiera, pues he donado
muchas de mis obras de arte al Metro de Medellín. Yo por lo menos tengo el valor de decir que me sentía mal allá. Al decir esto, no
significa que esté atacando mi ciudad, que es lo que la gente asume.

Yo tengo una posición crítica, como ser inteligente que soy. Sería necio si simplemente me dejo llevar por el romanticismo y
provincialismo estúpido de defender un lugar, simplemente porque nací ahí. En el fondo valoro el hecho inevitable de haber nacido
donde nací, y yo quisiera que fuera mejor, y me da rabia que no sea mejor. Me molesta porque hay una especie de conformidad
colectiva en ser mediocres, y eso sí que me molesta. No puedo, por un falso regionalismo, aceptar cosas que van en contravía del
propio desarrollo de mi personalidad. Eso sí, sigo con la obligación de tratar de hacer las cosas mejor, y por eso hago lo que hago.

Le he regalado al Metro obras de arte porque siento el deber, y con eso tengo el derecho de seguir criticando, pues hago parte de la
solución”.
- Bueno, y si hay tanta incomodidad con la ciudad, ¿por qué va a lanzar su libro en Medellín el 20 de
agosto? Cuéntenos un poco de ese libro y la relación con la ciudad.

“Precisamente, he pasado todos estos años tratando de articular en forma lógica toda mi experiencia de
haber nacido y crecido en Medellín. Tengo que encontrarle cierta justificación a eso, pues no puedo
entenderlo. La única forma de encontrar alguna paz en relación al lugar y al ambiente donde nací es
analizando los aspectos más cercanos a mis intereses, en este caso el arte.

Si todos hiciéramos lo mismo en su campo, tendríamos más autocritica, referencias para el análisis y
más criterio. Somos una sociedad que vive preocupada por el presente, no tenemos memoria, lo que es
un vicio muy conveniente, porque sabemos que nadie nos va a pedir cuentas. La gente no valora los
trabajos de las generaciones que nos han precedido. Decidí hacer un estudio sobre el arte en Medellín
en los años 70, periodo en el que crecí como artista. Un periodo maravilloso que no se volverá a dar y
es necesario recrearlo. Escribo este libro, tratando de establecer referencias para entender ese
momento. El estar lejos le ayuda a uno a analizar las cosas con cierta frialdad y tratar de encontrar
dónde están las fallas para que los artistas más jóvenes tengan una referencia y no cometan las fallas
que cometimos nosotros por inexperiencia, y así no tengan la excusa el hecho de que nadie les dijo las Félix Ángel es el curador
cosas como tenían que ser”. del Centro Cultural del BID.

- Nosotros, Vosotros, Ellos, ¿por qué ese título?

“En 1976 publiqué un libro sobre esa primera generación, que se llamó Nosotros, que pretendía sentar una pauta en el tiempo.
Quería dejar una referencia para que más adelante pudiéramos tener ese libro como un documento que nos ayudara a establecer si
llegamos lejos o no. Pasaron los años y fue el único libro que se hizo sobre artistas de esa generación. Era muy triste que nadie se
hubiera interesado por hacer un análisis de la contribución de los artistas de los 70s, entonces me dije: tengo que hacer otro libro
porque si no lo hago yo, nadie lo va a hacer. Afortunadamente, todos estos artistas están vivos, lo que me facilitó las cosas, pues
entrevisté a cada uno de los que a mi modo de ver, cumplieron un papel muy importante en esa época.

Cada entrevista es la pieza de un rompecabezas, que no se entiende sino sólo hasta el final. Son declaraciones de lo que sucedió
en todos esos años, por boca de los protagonistas. El trabajo mío fue difícil, en el sentido que tuve que articular las entrevistas de
una manera que salieran fluidas y que hubiera un cierto orden de ideas. Como yo fui parte de ese momento, yo sabía qué preguntar.

No solamente estamos los artistas de ese momento, sino que otros personajes, como la directora del Museo de Antioquia en esos
años. Hablando en las tres personas del plural, el libro da a entender que no sólo los artistas dan la opinión de lo que pasó en el
momento, sino otras personas. Es una historia del arte en Medellín en los años 70”.

- ¿Cuánto tiempo se demoró la redacción? ¿Quién le ayudó? ¿Por qué usted?

“La idea de hacer el libro surgió en el 2004. Yo no soy un personaje muy popular. Muchos de los artistas, en el comienzo, no
estuvieron muy entusiasmados con la idea. Sin embargo, soy muy persistente, y me tomé el tiempo de convencerlos de que era
importante la participación en el proyecto. Cubrí todo lo que tiene que ver con el libro: tiempo, recursos, investigación. Hice todo con
mi plata. Viajé a Medellín varias veces, a Nueva York, a Bogotá, donde viven varios de estos artistas. Hago esto es porque creo que
lo tengo que hacer. En cada generación, hay una persona que termina haciendo todo, así sea sin recibir las gracias. Soy un artista,
pero no uno común y corriente. Manejo diferentes roles, todos dentro del arte. No sólo pinto y dibujo, sino que también he estado
involucrado en la administración institucional, la investigación y la escritura. Son cosas que mi personalidad admite y me siento
cómodo haciéndolas. Tengo las herramientas para lograr mis objetivos”.

- Perdone mi ignorancia, cómo que usted es el curador del BID. ¿Qué es eso?

“Es un término que se ha aceptado en el mundo del arte, para denominar a una persona que atiende una tarea especifica que
requiere el mantenimiento, la conservación y el estudio de un tema en particular. Es una persona que coge algo que está crudo y lo
interviene con una serie de conocimientos, para que ese algo se proyecte en el tiempo y permita desarrollar otras dinámicas.
Cuando se trata de una colección de arte, curar es tratar de darle un orden a esa colección, velar por su conservación física, darle
las medidas para que la colección cumpla sus objetivos y cumpla efectos más allá de la simple exhibición, como pueden ser
actividades dinámicas con la misma”.

Autor: Juan Pablo Barrientos

EL MUNDO
MEDELLÍN / COLOMBIA
Viernes , 8 de Agosto de 2008

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