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Parroquia San Ignacio de Loyola

Del 27 de Diciembre de 2010 al 2 de Enero de 2011

Boletín Informativo
[Volumen 2, N° 83]
Mucho que agradecer
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Ordenación diaconal.
El 17 de Diciembre, en la Catedral de la ciudad de Osorno, se ordenó Diácono,
nuestro querido y recordado amigo Cristian Meneses, s.j. (Chubi). La ordenación fue
recibida de manos Mons. René Rebolledo, Obispo de la Diócesis. En la ceremonia
también fue ordenado el jesuita Iván Navarro. Tanto Iván como Cristián son ex
alumnos del Colegio San Mateo de Osorno.
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Evangelio de cada día Nos sentimos muy contentos y muy agradecidos


de todas aquellas personas que generosamente
Lunes : Juan 20,2-8. nos ayudaron a lograr esta maravillosa labor de
Martes : Mateo 2,13-18. llegar con estas cajas de Navidad a todas las
Miércoles : Lucas 2,22-35.
Familias de nuestra comunidad parroquial, de
más escasos recursos y que pudieron celebrar en
Jueves : Lucas 2,36-40.
Familia la llegada del Niño Jesús, con más
Viernes : Juan 1,1-18. Esperanza, Alegría y Amor.
Sábado : Lucas 2,16-21.
Domingo : También queremos agradecer a la Parroquia
Santa María de Las Condes, y a todas esas
personas que generosamente nos donaron, una
vez mas, 69 Cajas de Navidad, gracias a ello,
pudimos hacer felices a más Familias este año.
Todos ellos las agradecieron felices.

Fueron unos días de mucho trabajo, pero a la vez,


de mucha Alegría y Gratitud, al ver a todas esas
Familias tan contentas y agradecidas al recibir su
caja, su Regalo de Navidad!!, eso nos hizo
trabajar felices, sin llegar a sentir el cansancio.

Logramos regalar 250 cajas gracias a la ayuda de


todos.

Llegó mucha gente tan feliz, a la oficina


parroquial a entregar sus cajas llenas de
alimentos, regalos y de mucho amor, para las
familias que les fueron asignadas.

Les agradecemos infinitamente a todos su gran


generosidad, de otra forma no hubiéramos podido
hacer realidad esta maravillosa labor.

Equipo de Navidad
Parroquia San Ignacio de Loyola
Padre Hurtado.
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El modelo de Javier y el proceso de inculturación hoy (parte II)


Escrito por Ariel Grassini, S.J.
Lunes, 13 de Diciembre de 2010 00:00
Tiempo necesario

Un amigo me contó una experiencia personal que, a mi juicio, nos


puede ayudar a entender que la inculturación lleva tiempo. Él
siempre ha sido un mal cocinero, y lo sigue siendo, pero siempre
busca la forma de aprender. Desde los años que lo conozco aprendió
sólo una cosa: que hay alimentos que se cocinan rápido y otros que
necesitan de mucha cocción, y que ese proceso de cocción lenta no
se puede apurar… si no la comida se quema.

La inculturación se asemeja a los alimentos que se deben cocinar a fuego lento. Existen dos
posibilidades: que el alimento se quede crudo, porque no nos dimos tiempo para cocinarlo,
o bien que se queme, porque lo quisimos apurar.

Cuando se sale del propio ambiente al principio hay que seguir un proceso que parte con el
alejamiento, la separación. Esto es doloroso, es un duelo y se debe vivir como tal. Por más
bonita y atractiva que sea la misión que se está por empezar, y al hecho de que desde el
principio de nuestra formación como jesuitas nos hayan dicho que la misión es lo que
define nuestra vida, es innegable que los afectos tienen una dinámica de pasado, miran
hacia atrás, se refugian y gobiernan desde lo conocido.

No aceptar que uno extraña es negar lo vivido, es decirle a las personas con las cuales uno
ha compartido que las relaciones que se construyeron eran solamente accidentales y
funcionales. Javier en la India no dejó de extrañar a sus amigos (guardaba sus firmas en un
relicario al lado de su corazón). Ignacio mandó llamar de vuelta a Javier porque lo quería
cerca de nuevo, quizás para dejarle en sus manos la Compañía o simplemente porque
extrañaba su amistad cercana. Vale la pena mencionar que Javier nunca recibió esas cartas
porque ya había fallecido. Ni el deseo de Javier de tener presente a sus amigos, ni el deseo
de Ignacio de volver a tener cerca a Javier fue impedimento para la misión. Pero ambos no
negaron el afecto mutuo y sus deseos de estar cerca. Separarse duele, lleva tiempo, acelerar
ese proceso es quemar el alimento.

Ahora bien, junto con separarse hay que unirse a lo nuevo. La inculturación es eso, dejar
una cultura para ir a otra. El duelo de la pérdida seguramente irá perdiendo fuerza frente al
descubrimiento de lo nuevo. Esto no es cambiar una cosa por otra, sino animarse a hacer el
ejercicio afectivo de agrandar el corazón para que nuevos temas, nuevas personas, nuevos
afectos entren. No es mutar, es ampliar el espacio para que todo entre. Y eso lleva tiempo,
si esto no sucede el alimento queda crudo.

Este tiempo para reordenar los afectos necesita un condimento especial: estar libres de
prejuicios, o por lo menos ponerle un guión a la palabra: pre – juicios. Será necesario
comprender que lo que viene es un misterio donde incluso puede operar otra lógica
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diferente a aquélla en la cual he sido criado. Lo nuevo no ha de ser puesto bajo etiquetas
(que son fáciles de poner, pero difíciles de sacar) sino como un horizonte nuevo al cual
estoy invitado a conocer. Recordemos que primero será saber de qué hablan, hablar con
ellos y, también, pero al final, decir en qué estamos de acuerdo y en qué no. Las etiquetas,
como en todo alimento, se ponen al final, cuando todo esté cocido. Y cuando se come el
alimento es lo primero que se tira. Ellas no son tan importantes.

El teologado internacional como posibilidad para la inculturación


Desde hace dos la Compañía de Jesús en América Latina ha decidido unificar la última de
las etapas de formación antes de la ordenación sacerdotal (teología) en tres centros
(Santiago de Chile, Belo Horizonte, en Brasil y Bogotá, en Colombia).
Esta decisión ha supuesto que muchos estudiantes que habíamos sido formados en nuestras
provincias por años, y con perspectivas de terminar la formación en nuestros respectivos
países, nos hemos encontrado invitados a entrar en el proceso de inculturación del que
hemos estado hablando.

El esquema anterior de formación, en el cual cada provincia se hacía cargo de la formación


de los suyos de modo autónomo, era positivo en cuanto que la identidad y pertenencia a una
provincia era un objetivo muy bien logrado. Pero de igual modo tenía una aporía muy
fuerte: se multiplicaban formas de la Compañía universal, pero no se universalizaba la
Compañía como tal.

Este nuevo esquema que en América Latina está, en estricto rigor, reempezando -porque
nuestros compañeros mayores lo vivieron durante su formación- ha de ser una oportunidad,
una escuela no sólo de conocimientos sobre otras culturas sino una escuela para ampliar el
corazón.

Quizás se puedan transformar en la cocina ideal para que la cocción lenta que necesita la
inculturación se dé sin sobresaltos. Puede ser la oportunidad para que aprendamos juntos a
hablar de los temas, ya no de los otros temas o de mis temas, sino de los temas de
Latinoamérica, que son los temas de todos.

Este proceso supondrá muerte a la autonomía de la propia determinación, pero no será


inútil en cuanto vaya de a poco surgiendo una nueva comunidad, en la cual todos nos
percibamos incorporados plenamente en una comunidad que nos acoge y que nos abre así a
una existencia nueva y diferente.

De la feria de las culturas a nuestro modo de proceder

Creo que es importante no confundir en el ámbito de la vida de la Compañía el término


inculturación con el de “feria de las culturas”. El reto es cómo, sin despersonalizar y ni
negar la cultura propia y la ajena, no hacer de nuestra misión y de nuestro vivir una feria de
culturas que sólo consista en mostrar cada uno su excentricidad y sus productos y bailes
típicos. Junto con la importancia de manifestar la diversidad que enriquece, parte del
proceso de inculturación supone encontrar las coincidencias que nos permiten el diálogo.
Nuestro modo de proceder (que permitió que Javier fuera enviado a Oriente a predicar la fe
a un mundo que no la conocía, y que Laínez y Salmerón fuesen enviados como teólogos al
Concilio de Trento para reafirmar la fe común) seguramente nos podrá enseñar cómo hacer
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de nuestra vida no un modo de diferenciarnos que no permita el diálogo, sino un modo que
asuma las diferencias como una riqueza para la misión común.

“Métete y serás universal”


Hace unas semanas estuvo entre nosotros el Prepósito General de la Compañía de Jesús,
Adolfo Nicolás, sj. Contó que un jesuita (psicólogo, de 40 años) se había ofrecido para ser
misionero en China. Como tenía cuarenta años el Padre General le respondió que era difícil
que pudiese ir, porque aprender el idioma llevaba tiempo y con suerte en varios años podría
estar hablando apenas como un niño. Sin embargo, junto con ello le pidió que se metiera a
fondo en los suyo, que se siguiera especializando en psicología, y que fuese el mejor
psicólogo de su país, para que cuando la Compañía universal necesite a un psicólogo
pudiese contar con él.

Javier nunca estuvo en América, ni en África, e incluso muy poco en Europa. Su trabajo fue
en Oriente, se hizo especialista en Oriente, se cansó de bautizar niños orientales. Hoy no
hay misión en el mundo que no copie su modelo. Porque se “metió a fondo” se hizo
universal.

Dicen que habrá muchos juegos… actividades para compartir con los
hijos…
La oportunidad para disfrutar un ambiente alegre.

Lo mejor: La entrada da derecho a todos los juegos y si la compras antes,


solo cuesta $1.000.- por familia.
$1.200.- por familia si la compras ese mismo día.

ACTIVIDAD PRO FONDOS CURSILLOS 2011

Sábado 8 de enero desde las 11:30 hrs


Av. Peñaflor s/n, Parcelación Doña Amelia, Parcela 19 (Casa de Claudia y
Roberto Dastres)
Además, les contamos que "El Señor hace maravillas" con nosotros:

- Nació Sofia Valentina, nieta de Blanquita Tejo y Marcos San Martín. Bendiciones para
ellos y compartimos su alegría por el nuevo miembro que se suma a su familia.
- El Tata (Daniel Cantillana) está mejor de su neumonia. ¡Gracias Señor! por ellos.

Atte. Vocalía de Comunicaciones.


MCC Diócesis de San José de Melipilla.
email: comunicaciones.mccmelipilla@gmail.com.
sitio : www.mccmelipilla.cl
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Comunidad Cristo Rey, Los Aromos.


Pasadas las 20:00 horas, se dio inicio a La celebración
de la Misa del Gallo en la comunidad del sector de
Los Aromos. En esta ocasión la liturgia fue presidida
por el estudiante jesuita Luis García-Huidobro.
Próximamente, el Domingo 2 de Enero, a las 19:30, se
realizará una Eucaristía de acción de gracias por el
año 2010. Será presidida por nuestro párroco, el padre
Arturo. La comunidad extiende la invitación a
quienes deseen asistir a celebrar con ellos.

Escríbenos a:boletinsanignaciodeloyola@gmail.com o
Visítanos en:parroquiasanignaciodeloyola.blogspot.com

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