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30.

LA FURGONETA

La furgoneta Kangoo llegó al


complejo policial de Canillas una
hora antes de lo que indican los
informes oficiales
Una de las incógnitas del 11-M era la gran cantidad de tiempo que le llevó a la furgoneta
Kangoo llegar desde Alcalá de Henares hasta el complejo policial de Canillas, donde luego
aparecería ese resto de Goma-2 ECO que los perros fueron incapaces de oler en Alcalá. La
furgoneta salió de Alcalá de Henares, remolcada por una grúa, a las 14.15, pero los informes
oficiales señalaban que no había llegado a Canillas hasta las 15.30. Demasiado tiempo para
ese trayecto. En realidad, fue depositada en los hangares de los Tedax a las 14.35.

Son muchas las especulaciones que se han realizado acerca del posible trayecto que la
furgoneta Kangoo hubiera podido seguir aquella mañana del 11-M, después de salir de
Alcalá. Sabíamos que la furgoneta salió de Alcalá de Henares a las 14.15, pero no tuvo su
entrada en el complejo de Canillas (según los informes oficiales) hasta una hora y cuarto
después.
 
Se había comentado, para explicar esa tardanza, que la furgoneta podría haber pasado por
otras dependencias policiales antes de encaminarse hacia Canillas. En concreto, se dijo que
la furgoneta podría haber hecho una parada en Moratalaz. Sin embargo, la realidad es
bastante más sencilla: no es verdad que la furgoneta hiciera su entrada en Canillas a las
15:30, sino que lo hizo a las 14:35, casi una hora antes de lo que dicen los informes
oficiales.
 
Del transporte de la furgoneta se encargó una grúa municipal.
Cuando la Policía requirió los servicios de la grúa, se presentó un
vehículo en la C/ Infantado de Alcalá. Sin embargo, ese vehículo
tenía la luz de emergencia del techo estropeada, lo que obligó a su
conductor a volver al depósito para traer otro vehículo. Una vez
llegada la nueva grúa, los dos empleados tuvieron que esperar unos
minutos a que el policía que estaba al mando del operativo en
Alcalá les diera la orden definitiva de llevarse la furgoneta. Recibida
la orden, procedieron a calzar con una plataforma de ruedas la parte delantera de la
furgoneta Kangoo y a tratar de subir la furgoneta a la grúa.
 
Sin embargo, la furgoneta tenía una marcha metida, por lo que hubo que retirar el precinto
policial y entrar en el vehículo por la parte de atrás, después de forzar con una palanqueta el
portón.
 
Durante aquellos minutos, los operarios de la grúa tuvieron la oportunidad de ver el interior
de la furgoneta. En la parte trasera, que estaba prácticamente vacía, había una bolsa de un
supermercado y alguna herramienta: un martillo y unos alicates. No había prendas de ropa.
 
El viaje de ida y vuelta
 
Partieron hacia Canillas, aunque los empleados de la grúa no
conocían el destino que llevaban: un coche policial camuflado les
iba abriendo paso. En ese coche viajaba, además del conductor,
el policía que estaba al mando del operativo en Alcalá. Tardaron
en llegar a Canillas unos 20 minutos, a lo sumo 25, porque
apenas había tráfico. Llegados al inmenso complejo policial, les
hicieron llevar la furgoneta a unos hangares situados junto a las
oficinas de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y
NBQ. Al ir a meter la furgoneta en uno de los hangares, una mujer vestida con bata blanca
les indicó que no lo hicieran. El policía que dirigía la operación se llevó a la mujer al interior
de las oficinas y volvieron a salir al poco tiempo, indicándoles que procedieran a introducir la
furgoneta en el hangar.
 
Tal como traían remolcada la furgoneta, la introdujeron dando marcha atrás con la grúa, con
lo que el morro de la Kangoo quedó hacia el interior del hangar y la parte trasera hacia
afuera. La furgoneta quedó pegada a la pared derecha del hangar, para dejar un pasillo de
separación con respecto al mostrador que ocupaba la parte izquierda, en el que tan sólo
había unas cinco bolsas de plástico cuyo contenido no alcanzaron a ver.
 
Finalizada la operación, volvieron hacia Alcalá. En total, pasaron en Canillas no más de un
cuarto de hora. El turno del conductor de la grúa finalizaba a las tres, así que estaba ansioso
por llegar a su base, cosa que hicieron a las 15:15.
 
Los informes oficiales nos decían que la furgoneta llegó a Canillas a las 15:30, pero en
realidad la grúa ya estaba de vuelta en Alcalá quince minutos antes de esa hora.
 
Los informes oficiales
 
A las 22:51 de la noche del 11 de marzo, la Sección de Actuaciones Especiales del Servicio
de Innovaciones Tecnológicas de la Comisaría General de Policía Científica enviaba al juez la
lista provisional de efectos intervenidos en la furgoneta Kangoo, pero sin adjuntarle el acta
oficial de registro.
 
El informe de inspección ocular de la furgoneta Kangoo fue redactado por la Policía Científica
(y enviado al juez) el 24 de marzo, trece días después de los atentados. Para empezar, llama
la atención la fecha del informe. ¿Es que no se redactó ningún informe de registro o de
inspección ocular anterior, con sus correspondientes fotografías? Parece imposible, así que la
pregunta es: ¿dónde está ese informe original de inspección?
 
En segundo lugar, sorprende un hecho curioso: el informe entregado al juez no contiene
ninguna fotografía de la furgoneta abierta por la parte trasera, con los objetos que estaban
en su interior. ¿Por qué se omite esa fotografía donde se nos muestre esa multitud de
evidencias que, según la Policía, aparecieron en la parte de atrás de la furgoneta? Parece
imposible que nadie realizara esa fotografía de la furgoneta, así que, de nuevo, la pregunta
es: ¿dónde está esa fotografía?
 
En tercer lugar, ese informe de inspección ocular indica que la furgoneta tuvo su entrada en
Canillas a las 15.30, pero las peripecias de la grúa muestran que la furgoneta había sido
depositada casi una hora antes en manos de los Tedax.
 
En cuarto lugar, los testimonios recogidos por Fernando Múgica entre los policías que
estuvieron en Alcalá inciden en un hecho de gran importancia: en la parte trasera de la
furgoneta no estaban esos objetos que luego aparecerían en dependencias policiales, entre
ellos las prendas de ropa con el ADN de los presuntos terroristas. Los operarios de la grúa
tampoco vieron en la parte de atrás de la furgoneta esas prendas de ropa.
 
El tarjetón de Mondragón
 
Fernando Múgica denunció también , a través de las páginas de El Mundo que, en la mañana
del 11-M, había una tarjeta de la Corporación Mondragón en el salpicadero de la furgoneta
Kangoo. El desmentido de la Policía a las informaciones de Fernando Múgica señalaba que,
en efecto, en el salpicadero de la Kangoo había una tarjeta, pero que se trataba de un
tarjetón de la empresa Gráficas Bilbaínas, radicada en Madrid; el propietario de la furgoneta
utilizaba ese tarjetón para aparcar la Kangoo en doble fila, indicando en qué establecimiento
comercial podían encontrarle en caso de que el coche estorbara.
 
El episodio no tiene ningún sentido: ¿nos están diciendo que unos presuntos terroristas
roban la furgoneta Kangoo el 28 de febrero cuando el propietario tenía su tarjetón puesto
(¿quizá porque estaba aparcada en doble fila?) y no se molestan durante doce días en quitar
del salpicadero ese tarjetón, que llama forzosamente la atención sobre esa furgoneta
robada? Es completamente absurdo, pero, de todos modos, vamos a suponer que fuera
cierto lo que dice la Policía. Vamos a suponer que lo que los policías vieron al llegar a Alcalá
aquella mañana fue ese tarjetón de Gráficas Bilbaínas en el salpicadero de la Kangoo.
 
Sin embargo, según el informe de inspección ocular de la furgoneta, en el salpicadero de la
Kangoo no apareció nada. Por lo menos no se reseña esa tarjeta o tarjetón entre los
elementos que estaban a la vista dentro de la Kangoo. ¿Por qué, si había efectivamente un
tarjetón de Gráficas Bilbaínas en el salpicadero, se omite ese detalle en el informe de
inspección ocular de la furgoneta?
 
De hecho, la fotografía frontal de la furgoneta incluida en el informe de inspección ocular
muestra que en el salpicadero no hay nada. Nada de nada. No aparece ninguna tarjeta de
Corporación Mondragón, pero tampoco ese tarjetón de Gráficas Bilbaínas que, según la
Policía, fue lo que los funcionarios policiales vieron al llegar a Alcalá. ¿Por qué se quitó ese
tarjetón del salpicadero antes de hacer la inspección ocular? Evidentemente, alguien quitó
algo (no sabemos qué) del salpicadero de la Kangoo antes de que se hiciera el informe de
inspección ocular.
 
Demasiadas falsificaciones
 

 ¿Cómo es posible que todos los testigos coincidan en que en la parte trasera de la
furgoneta no había prendas de ropa y, sin embargo, luego aparezcan esas prendas de
ropa con el ADN de los terroristas al llegar al complejo policial de Canillas?
 ¿Cómo es posible que los perros no olieran ningún explosivo en la furgoneta mientras
ésta estaba en Alcalá y luego aparezca un resto de cartucho en la furgoneta al llegar al
complejo policial de Canillas?
 ¿Cómo es posible que la Policía confirme que en el salpicadero de la furgoneta
Kangoo había algo y, sin embargo, ese algo del salpicadero no aparezca luego reflejado
en el informe de la inspección ocular que se le hizo al vehículo en el complejo policial de
Canillas?
 ¿Cómo es posible que los informes oficiales digan que la furgoneta llegó a Canillas a
las 15:30, cuando en realidad a esa hora la furgoneta hacía ya casi una hora que había
entrado en ese complejo policial?
 ¿Qué se estuvo haciendo durante esa hora con la furgoneta en el complejo policial de
Canillas? ¿Quizá introducir esas prendas de ropa que ninguna persona vio, añadir ese
resto de cartucho que los perros no olieron, eliminar del salpicadero esa tarjeta, o
tarjetón, o lo que fuera, cuya presencia no interesaba que constara?
 ¿Qué pudo pasar el 11-M que fuera tan horrible como para que hubiera que falsificar
todos los aspectos de las investigaciones?
 ¿Qué pudo pasar el 11-M tan horrible como para que un juez como Del Olmo haya
permitido que durante casi tres años le mintieran a él, y nos mintieran a todos los
españoles, en todos y cada uno de los aspectos de la versión oficial?

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