Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
35 El Libro de Caja
35 El Libro de Caja
EL LIBRO DE CAJA
En el artículo anterior veíamos que todos los datos apuntan a que no es verdad que los
hindúes detenidos el 13-M hubieran comprado una partida de 80 teléfonos Trium, como nos
dijeron. Y que tampoco era verdad que hubieran liberado 20 de esos teléfonos en la tienda
del policía Kalaji, como nos dijeron.
La pregunta que quedó en el aire es: ¿vendieron esos hindúes, al menos, esos teléfonos
Trium que nos dicen que fueron usados en las bombas del 11-M? ¿Vendieron esos teléfonos
Trium a unos supuestos búlgaros, teléfonos que habrían acabado siendo utilizados con las
famosas tarjetas Amena supuestamente vendidas a través del locutorio de Jamal Zougham?
El análisis del libro de caja de esa tienda de los hindúes donde supuestamente se compraron
los teléfonos Trium revela que, en realidad, toda la historia era falsa. Y que ese libro de caja
fue muy probablemente manipulado, con el fin de añadirle las anotaciones correspondientes
a los teléfonos Trium.
Que las anotaciones no las realiza conforme va realizando las ventas, él cuando
vienen las personas a comprar si se juntan tres o cuatro realiza las ventas, conserva los
tickets y después cuando tiene tiempo libre lo apunta.
Es decir, que el hindú iba realizando ventas y sacando el ticket correspondiente. Luego,
cuando había algún momento de respiro, apuntaba en el libro de caja los tickets pendientes
de anotar. Es un procedimiento bastante lógico en una tienda de este estilo.
Sin embargo, el libro de caja contiene una serie de errores que demuestran que al menos
varias de las hojas del libro no fueron confeccionadas a partir de los tickets de compra, sino
que fueron copiadas a partir de otras hojas anteriormente existentes. Lo que se deduce de
ello es que, con toda probabilidad, alguien obligó al hindú a que rehiciera parte de las hojas
de libro.
Veamos algunos ejemplos de esos errores a los que nos referimos. Para entender cómo
pudieron llegar a producirse esos errores de copia, póngase el lector en situación: imagine
que alguien le obliga a rehacer varias de las hojas del libro de caja, copiando los datos
(convenientemente modificados) en otras hojas en blanco, que luego serán insertadas en el
libro de caja original en sustitución de las hojas antiguas. Imagínese que usted tiene que ir
haciendo esa labor de copia sometido a una gran tensión y que tiene que ir pasando los
datos hoja a hoja.
ERROR NÚMERO 1: Continúa copiando la hoja siguiente en la misma hoja
Observe el lector las anotaciones correspondientes a los días 10 y 12 de enero de 2004
(folios 1951 y 1952 del sumario). Como puede verse, al terminar de copiar la hoja
correspondiente al sábado 10, la persona que estaba copiando el libro se equivoca y continúa
copiando en la misma hoja los apuntes correspondientes al lunes 12 (con una sola omisión,
de un apunte de venta de unas pilas Duracell):
Tratemos de imaginar una explicación benévola. ¿Podría ser que, al llegar el lunes 12 de
enero a trabajar, el hindú no se diera cuenta y empezara a anotar las ventas del lunes en la
hoja correspondiente al sábado? Resulta difícil de creer, porque lo normal es que se diera
cuenta, al hacer la primera anotación del día, de que estaba escribiendo en una hoja ya
rellena. Además, el hecho de que el total del sábado aparezca después de las anotaciones
tachadas exigiría que el sábado el hindú se hubiera olvidado de totalizar las ventas del día.
Es poco verosímil pero, de todos modos, vamos a admitirlo como posible.
Veamos el siguiente ejemplo
ERROR NÚMERO 2: Comienza a copiar de nuevo una hoja ya copiada
Observemos ahora las anotaciones correspondientes al día 5 de enero de 2004. Como puede
verse, al cambiar de hoja, la persona que estaba copiando el libro se equivoca y comienza a
escribir de nuevo los datos de la hoja anterior. Al darse cuenta del error, los tacha y continúa
copiando los datos de la hoja siguiente
Tratemos, de nuevo, de imaginar una explicación benévola. Podemos, por ejemplo, pensar
que ocurrió lo siguiente:
¿Podría haber sucedido esto? Sería posible, pero de nuevo resulta poco verosímil, por dos
motivos. En primer lugar, por la casualidad de que este error se produzca al principio de la
hoja. Si esa explicación benévola fuera cierta, el error se hubiera podido cometer en
cualquier punto de la hoja, no necesariamente al principio. El hecho de que el error se
produzca al principio encaja mejor con la hipótesis de que el hindú estaba copiando de una
hoja a otra. En segundo lugar, cabría esperar que, si la explicación benévola fuera cierta,
este tipo de error se hubiera repetido más días, en lugares aleatorios de las hojas. Sin
embargo, en el libro de caja no aparece ningún ejemplo de este tipo de error en mitad de
una hoja.
De todos modos, admitamos también como posible esta explicación benévola y veamos otro
ejemplo.
ERROR NÚMERO 3: Se salta los dos últimos apuntes del día
Fijémonos en las anotaciones correspondientes al día 13 de febrero de 2004. Aquí, la
persona que estaba copiando las hojas se salta los dos últimos apuntes y escribe
directamente el total. Luego se percata de que se ha equivocado, tacha el total, añade los
dos apuntes que faltaban y vuelve a escribir el total.
En este caso, la explicación benévola es bastante más difícil, porque el total tachado coincide
exactamente con el total que al final se incluye en la hoja. Si el libro de caja no fuera una
falsificación, ¿cómo podría haber anotado el hindú el total correcto antes de anotar los dos
apuntes finales?
Puestos a ser rebuscados, podríamos tratar de imaginar que el hindú disponía del total
correcto del día en la caja registradora y que lo copiaba de ahí, en lugar de sumar los
apuntes anotados en la hoja, pero cada vez la explicación benévola va siendo más
inverosímil.
Pero veamos un último ejemplo todavía más llamativo.
ERROR NÚMERO 4: Comienza a copiar de nuevo la hoja anterior
En las anotaciones correspondientes a los días 7 y 9 de febrero de 2004 podemos observar
cómo, de nuevo, la persona que estaba copiando las hojas se equivoca y empieza a copiar de
nuevo en el 9 de febrero la hoja que acababa de terminar de copiar (la del día 7). Después,
al darse cuenta del error, tacha los dos apuntes y los sustituye por los correctos.
Como puede verse en la figura, en la hoja falta el apunte 6, y la suma del día es incorrecta,
lo que indica que se han saltado un apunte. La única manera de que este error se produzca
es copiando de un libro a otro.
Por tanto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que al menos varias de las hojas
del libro de caja incorporado al sumario son copia de otro libro anterior. De donde
cabe deducir, lógicamente, que los apuntes pudieron modificarse a voluntad para certificar
que en la tienda de aquellos hindúes se habían vendido los teléfonos Trium supuestamente
utilizados en las bombas.
Si a esto le añadimos los datos expuestos en el enigma anterior, podemos concluir, casi con
total certeza, que en la tienda de aquellos hindúes nunca se compraron los 80 teléfonos
Trium que nos dijeron, nunca se liberaron los teléfonos Trium que nos dijeron y nunca se
vendieron los teléfonos Trium que nos dijeron.
Todo era una pura y simple patraña. Pero, de nuevo, las sorpresas sobre el tema de los
hindúes no acaban aquí, como tendremos ocasión de comprobar en un próximo artículo.