Tu mamá te besa. Tu papá te besa.
Te besan tus her-
manas y hermanos. Toda la parentela. Cuando dejas la
infancia empiezas a despedirte de beso de tus amigas
y amigos… bueno, a algunos sí les plantas los labios
en la mejilla, a otras les lanzas el beso al aire.
Un día te besas de verdad con alguien que te gus-
ta. Tu boca siente el calor y la humedad de la otra,
los labios suaves, flexibles, la lengua viscosa, los
dientes ajenos. Entonces, vuelas. Tu mente flota,
parece que se desprende de lo terrenal aunque no
se desconecta de tu cuerpo, en donde se desenca-
denan reacciones químicas y físicas que confluyen
en un solo punto mágico.
Claro, siempre dependerá de quién sea esa per-
sona a la que besas, y que te besa. Porque nunca es igual:
cambian los sabores, las texturas, las formas, las dimen-
siones; cambian las emociones, los sentimientos, el de-
seo.
Pero siempre regresas por más.
Siempre quieres más.
Un beso es poderoso.
Madonna besó a Britney.
***
Ya Judas había besado a Jesús hace siglos...
Desde entonces en los besos palpita / el amor, la trai-
ción y los dolores / en las bodas humanas se parecen / a la
brisa que juega con las flores, escribió Gabriela Mistral,
poeta chilena que fue distinguida con el Premio Nobel y
que —se supo en años recientes— era lesbiana.
Lo suyo era besar labios de mujer.
Gabriela Mistral besó con palabras dulces y apasiona-
das a Doris Dana, con quien compartió la vida ocho años,
hasta que murió, en 1957.
Como se sentía “prisionera de la ignorancia” en Chile,
Gabriela viajó, vivió en México y finalmente se estacionó
en la ciudad de Nueva York con Doris, para el mundo su
secretaria, para ella su amor.
Pero debieron cuidar su relación. Doris y Gabriela
nunca pensaron siquiera en un beso público.
***
Los besos son poderosos. Y causan estragos entre los
mirones. Bien lo sabía el alcalde panista de Guanajuato,
Eduardo Romero Hicks, que quiso prohibir los besos en
público de todo tipo: heterosexuales, homosexuales, me-
trosexuales… Todos.
El 15 de enero de 2009 fue aprobado un nuevo regla-
mento para impulsar “las buenas costumbres” en la ciu-
dad colonial famosa por su Callejón del Beso. Así, se san-
cionaría con multas de hasta mil 500 pesos o con ¡cárcel! a
las personas a las que se encontrara besándose en la calle.
Ante la indignación general que despertó la inquisido-
ra pretensión, el alcalde aclaró en rueda de prensa que sólo
se castigarían los “agarrones olímpicos” (sic).
Y procedió a explicar: “es que se toquen partes priva-
das (¿?) de las personas. Cuando empiezan a desabrochar
la ropa, eso es un tocamiento obsceno”.
(Me intriga: ¿cómo le hace cuando lo hace él?).
Ante la amenza de veto del propio gobernador del esta-
do, también del PAN, y de un maratón de besos organiza-
do por el PRD en protesta, la norma nunca entró en vigor.
Por Viétnika Batres
la 69
Un beso
de ésos…
***
La han llamado Queer Kissing Flashmob. En buen espa-
ñol, significa que el domingo 7 de noviembre a las nueve
de la mañana, acudirán a la Plaza de la Catedral de Barce-
lona quienes quieran besarse durante dos minutos al paso
del papa Benedicto XVI, que estará de visita por allá.
No habrá pancartas, ni banderas, ni gritos, ni consig-
nas. Sólo besos.
La convocatoria, que se está realizando por redes so-
ciales y blogs, es para hombres y mujeres homosexuales y
simpatizantes de las personas a las que se discrimina por
su preferencia sexual.
La acción colectiva se ha planteado como “una lucha
por los derechos sexuales y afectivos, no desde la violen-
cia, sino desde la pasión”.
“Cuando Benedicto XVI pase por delante de nosotros,
nos besaremos, hombre con hombre o mujer con mujer. Es
curioso notar como un acto tan noble como un beso pueda
ser considerado revolucionario aún hoy en el siglo XXI”,
declaró en días pasados Marylène Carole, quien tuvo la
idea original y ahora es una de las organizadoras del acto.
Como en estos casos, no ha faltado el negrito en el
arroz. El grupo Queer Kissing Flashmob, que creó un per-
fil en Facebook, fue eliminado por los administradores de
la red social cuando ya llevaban convocadas más de mil
500 personas y un total de 12 mil habían sido invitadas.
Entre otras razones, Facebook argumentó que “no son
permitidas páginas que inciten al odio, amenzacen o sean
obscenos”.
Estoico y perseverante, el grupo se ha vuelto a dar de
alta dos veces más.
El acto será pacífico y los organizadores piden que los
participantes no contesten a ningún tipo de provocación o
insulto. Dicen que nada impedirá su manifestación.
Es el poder de los besos. ¶