Está en la página 1de 3

Consideraciones sobre la voluntariedad en el Proyecto de Ley 070 de 2010

El día 4 de Agosto de 2010, fue radicado en el congreso por la senadora Alexandra Moreno
Piraquive el proyecto de Ley 070, mediante la cual se definen normas sobre la responsabilidad
social empresarial, la protección infantil y otras disposiciones.

En el Artículo 1º de dicho Proyecto se establece que su objeto es la promoción de


comportamientos voluntarios, socialmente responsables por parte de las organizaciones que
comprenden esta ley. En total son 10 artículos en los que se estipulan el campo de aplicación
(Articulo 2.), el accionar de empresas micro y pequeñas (Articulo 3.), la interpretación (Articulo 4.),
el informe anual (Articulo 5.), la actividad empresarial (Articulo 6.), el Consejo de Responsabilidad
Social Empresarial (CRSE) (Articulo 7.), la certificación (Articulo 8.), la protección del trabajo infantil
(Articulo 9.) y su vigencia (Articulo 10.).

Pese a que el referido proyecto constituye una buena iniciativa en cuanto visibiliza el tema ante el
poder legislativo y abre la puerta para la aplicación de políticas públicas frente al mismo, no puede
dejarse de lado el hecho de que uno de los principios rectores de la Responsabilidad Social
Empresarial como es la voluntariedad, podría quedar de lado convirtiendo algo que debe surgir
naturalmente del empresario como una expresión de la solidaridad y el compromiso frente a la
sociedad y al medio ambiente, en una acción que forzosamente debe cumplirse para obtener
diferentes beneficios del gobierno.

De otra parte, al referirse únicamente a empresas micro y pequeñas, se excluye de esta


reglamentación a las grandes empresas y al sector financiero entre otros.

A lo largo de lo que se plantea en el proyecto, puede identificarse una serie de incongruencias que
llevan a retomar el debate sobre si la Responsabilidad Social Empresarial debe seguir por el
camino de las acciones voluntarias, o si se deben implementar políticas públicas que favorezcan la
estimulación de esta. Por ejemplo, en el Artículo 1º se afirma que el objeto de la ley es la
promoción de comportamientos voluntarios, sin embargo, en el artículo 5º se establece la
obligación de publicar un informe anual que contenga impactos sociales, ambientales y
económicos, una valoración de los impactos significativos, políticas de empleo y prácticas
laborales, y políticas, planes, proyectos o programas que hagan efectiva la responsabilidad social
empresarial. Estas exigencias sumadas a las fechas límites en las que tendría que ser presentado
el informe, llevan a pensar que todo principio voluntario de las diferentes empresas y sectores se
verá opacado por la necesidad de cumplir con este requisito, e inclusive podrá generar que los
resultados presentados no sean los que realmente se esperan en cuanto a las acciones voluntarias.

Por su parte el artículo 3º plantea que se otorguen incentivos tales como puntajes adicionales en
licitaciones públicas, facilidades de acceso a créditos, fomento de innovación tecnológica y otros
que se incorporen en el futuro por el Gobierno Nacional, lo cual hace que las empresas se vean
obligadas a realizar acciones que favorezcan la responsabilidad empresarial para mantener los
estándares competitivos, dejando de lado nuevamente el factor de la voluntariedad.

El artículo 7º, contempla la creación de un Consejo de Responsabilidad Social Empresarial (CRSE)


que entraría a expedir normas y a evaluar el estado de la Responsabilidad Empresarial y Medio
Ambiental en Colombia, lo que podría resultar problemático, ya que obligaría a cumplir ciertos
parámetros y normas que sean expedidos por el gobierno.

Los motivos que llevan a la formulación de esta ley, como son incentivar y valorar las actuaciones
social y ambientalmente responsables de las empresas del país, al igual que asignar deberes y
responsabilidades a los representantes legales de organizaciones y empresas, son válidas en
cuanto al fomento y la visibilizacion del tema a nivel general, aspectos que cobran importancia en
un país como Colombia que desde la esfera estatal no ha producido lo suficiente sobre un tema
crucial para un país en conflicto. En el proyecto de ley, se afirma que se pretende mejorar el rol de
los actores sobre el tema en todo el territorio nacional y establecer sanciones a las empresas que
perjudiquen a las comunidades o el medio ambiente, temas claves de toda estrategia de
Responsabilidad Social Empresarial.

En conclusión, pese a los aspectos que lo originan y a las buenas acciones que pretende, no se
puede pasar por alto que el proyecto contradice la naturaleza voluntaria de las prácticas en
Responsabilidad Social Empresarial y que puede llevar a desincentivar a muchos sectores o
empresarios que por falta de recursos o de fuerza laboral no pueden cumplir con las exigencias de
la ley pero que de alguna u otra manera quieren hacer su aporte social. Igualmente podría
resultar contraproducente en empresas grandes y sectores como el extractivo que se ven
reducidos en esta ley y que sistemáticamente han venido haciendo aportes a las comunidades y al
respeto por el medio ambiente. Tanto por los buenos motivos como por los problemas que pueda
llegar a generar, esta ley entra a hacer parte del debate mundial sobre si la Responsabilidad Social
Empresarial debe seguir siendo voluntaria o si debe ser regulada por medio de políticas públicas,
por lo que la pregunta central seguirá siendo: ¿es posible una ley de fomento de la
Responsabilidad Social Empresarial sin cuestionar la voluntariedad de la cultura empresarial?

María Andrea Contreras

También podría gustarte