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Marco Antonio Mosqueda Lázcares

El rescate de la banca mexicana después de la crisis de 1994-1995.

José Vargas Mendoza Extracto de tesis doctoral LA DEUDA EXTERNA DEL SECTOR
PÚBLICO DE MÉXICO Y SU IMPACTO SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO 1988-2008.

La crisis de 1994-1995 vino a desnudar los malos negocios y los fraudes de los banqueros. La crisis de la
banca fue la expresión de la crisis del aparato productivo nacional; sin embargo, en su detonación
concurrieron una serie de factores que se fueron incubando desde la estatización de la banca el primero
de septiembre de 1982 y que continuaron vigentes en el proceso reprivatizador de 1990-1991 y
estallaron con la crisis de 1994-1995

Entre las causas que potenciaron esa crisis, están las siguientes:

-El sistema bancario estaba abandonado a su suerte

-No se establecieron criterios apropiados ni había una medición precisa de los riesgos crediticios

-Las normas contables se volvieron anacrónicas y se carecía de transparencia de la información

- Antes de la crisis de 1994 los bancos presentaban malas condiciones

- Durante el período 1989 -1994 se presentó una expansión en los créditos de las familias, las empresas
y los créditos a la vivienda que preparó el camino para la insolvencia de la banca

Una vez que los bancos entraron en crisis, el Estado mexicano tenía dos alternativas: declarar en quiebra
a todos aquellos bancos que efectivamente fuesen insolventes o rescatarlos, sin realizar ningún criterio
de depuración de sus carteras vencidas.

Posteriormente se creó el Fondo de Apoyo Preventivo a las Instituciones de Banca Múltiple (FONAPRE),
y que fue un Fondo que operaba con base a las aportaciones que hacían los bancos privados para su
funcionamiento y hasta aquí no hubo problemas graves de la banca que ameritaran su intervención y
cumpliera con su papel de salvamento. En la constitución de este Fondo se estableció la participación
del Banco de México como fiduciario, donde el Gobierno Federal por conducto de la Secretaria de
Hacienda y Crédito Público fungía como fideicomitente y las instituciones de Banca Múltiple como
fideicomisarias

Las instituciones de banca múltiple, en su calidad de fideicomisarias, tenían la capacidad de recibir los
beneficios de este fideicomiso, porque la Función del FOBAPROA era procurar el cumplimiento de esas
obligaciones a cargo de la banca; podría considerarse que el público ahorrador también tiene carácter
de fideicomisario.
El FOBAPROA tenía facultades para realizar las siguientes operaciones sustantivas como era la de
otorgar financiamiento a las instituciones o las sociedades controladoras de éstas, mediante préstamos,
aperturas de crédito simples o en cuenta corriente, o mediante cualquier otra operación prevista por la
legislación mercantil.

Para salvar a los deudores de la banca, el Gobierno Federal instrumentó a través del FOBAPROA seis
programas:.1) El Programa de Beneficios Adicionales a la Planta Productiva; 2) Programa de Apoyo
Crediticio a Estados y Municipios; 3) Programa de Apoyo para Deudores de Créditos de Vivienda; 4)
Acuerdo de Apoyo Inmediato a los Deudores de la Banca; 5) Acuerdo para el Financiamiento del sector
Agropecuario y Pesquero; y 6) Acuerdo de Apoyo Financiero y Fomento a la Micro, Pequeña y Mediana
Empresa.

Las acciones y los programas que instrumentaba el Gobierno Federal a través del FOBAPROA se reducían
al ámbito del Poder Ejecutivo, pero cuando el Presidente Zedillo pretendió legalizar los programas
referidos como deuda del FOBAPROA mediante el reconocimiento de esa deuda como deuda pública
con la aprobación del Congreso de la Unión, el rescate de la banca se volvió un escándalo político que
hasta nuestros días no ha dejado de serlo.

¿cómo se paga el rescate de la banca?

En manos del IPAB, los pasivos de los programas de deudores y ahorradores de la banca son financiados
con cinco fuentes de recursos; a) fiscales, b) recuperación de los bienes producto de las capitalizaciones,
c) emisión de Bonos de Protección al Ahorro (BPA), d) financiamientos con la banca comercial y de
desarrollo y, e) con las aportaciones de los bancos a través de cuotas. Sin embargo, a pesar de las
diversas fuentes de financiamiento que se señalan, sólo una cumple cabalmente esta función, se trata
de los recursos públicos que se canalizan año tras año a ese rescate

Está claro que la venta de los activos que administra el IPAB se hizo con criterios políticos para favorecer
a los grandes grupos económico-financieros del país y a sectores sociales que gozan de información
privilegiada y el tráfico de influencias.

Al privilegiar una modalidad de acumulación que no permite que los grandes grupos económico-
financieros caminen con pies propios, el Gobierno Federal asume no sólo el papel de promoverlos, sino
también de rescatarlos, en el sentido en que lo establece el derecho administrativo mexicano que señala
esta acción sólo es posible cuando en un contexto de hegemonía política, el bloque dominante tiene una
correlación de fuerzas a su favor de tal grado, que puede darse el lujo de asumir los riesgos financieros
en los que incurren los particulares

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