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Dostoievski

(1821-1881)

EL GRAN INQUISIDOR

Dostoievski, ruso nacido en Moscú. El 11 de noviembre de 1821, naciente en una


sociedad en némesis, su sublevación que se extinguía debido al hambre, la
necesidad y la opresión de la Rusia zarista. Es ahí en su compromiso de escritor
con su realidad política y la realidad que lo circunda que lo empuja a palpar el
fondo de la mente y el sentimiento más profundo de lo humano. Su infancia
bastante triste seria el principio de las circunstancia que lo llevarían a preguntarse,
como si fuese un monologo si la verdad está en la conciencia humana o en la fe
construida en su mano; en la idealización de un mundo posible o en las manos de
quienes quieren gobernar al hombre condicionando su pensamiento.

Cuan tenía 17 años su padre que era retirado del ejército, lo en vio a la academia
militar de san Petersburgo, ya graduado se dedico a la literatura. Se unió a un
grupo interesados en leer y debatir las teorías socialistas de los escritores
franceses. Este grupo era clandestino ante la Rusia zarista y mediante la
infiltración de un policía son detenidos y enviados a prisión. En diciembre de 1849
se le condujo al lugar de fusilamiento, llegada la hora se retractaron cambiando la
pena máxima por una de exilio. Lo sentenciaron a cuatro años de trabajos
forzosos en Siberia y a servir a su país, como soldado.

El pasado ha quedado detenido en la espera de ese dios divino, protector y


salvador, una espera cargada de esperanza en la ansiedad de aliviar su ser del
estremecimiento de la soledad. Esta gran sala de espera en la que el reloj y el
calendario desgastados con el pasar de los siglos sé ha convertido en el carretón
de evasión fuera de lo desconocido. El diablo sonámbulo que describe no es más
que la posición de rechazo ante la inexistencia de la fe vehemente del dios
siniestro erigido por el cardenal gran inquisidor símbolo de la manipulación y la
opresión, de parte de los grandes hacía el pueblo. “La espera a terminado a
decidido volver” ante el pueblo pecador desde Adán, pero que aún tiene la mirada
al cielo creyendo que hay algo más allá de lo que pueden ver sus ojos. Pero no es
el dios prometido por lo contrario no es más que la causa de las hogueras,
quemado a cientos que decidieron simplemente buscar la verdad y el génesis de
su existencia en su conciencia.

La recreación de pasajes de la biblia como la entrada de Jesús en Nazaret con


alabanzas y la nueva entrada que hace sobre las cenizas de los supuestos
“herejes” es una ironía, burla dirigida al dios inquisidor Vs el dios divino prometido
y como este ha sido manipulado por los grandes inquisidores de la historia de la
humanidad.

Creo que el Cristo en cerrado es el Dostoievski, preguntándose a sí mismo,


prueba de esto sería este fragmento: ¿Quién tenía razón, di? ¿Tu o quien te
interrogo?....el muestra la contradicción en la que nos sumergimos queriendo
libertad pero desando pertenecer al algo a alguien, ¿tal vez por eso existen
nuestros dioses? El hombre necesita de universales de conciencia, ya que
necesita seguridad que le proporciona la verdad, pero en realidad busca
protección. Precisa darse significado, es por eso escribe su historia. Sin la imagen
que se construye andaría en caos, des propició de sentido, sin memoria y por
ende en el olvido, ignorándose sin hallar horizonte.

El hombre se ha preguntado desde el principio en donde hay verdad y sentido


yendo en busca de verdad, ficcionándo, para encontrar su imagen en la historia y
en la creación de mundos posibles. El crea su fe y sus puestos pero también ha
olvidado que quienes lo rodena han forjado utopía en su historia, aprovechándose
de la quimera los inquisidores de la humanidad.

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