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OBJETIVO: Muchas veces un sujeto no encuentra en su ambiente personas

modelos de las cuales puede identificarse y entra en una crisis de identidad.


Este es un problema social que afecta a la población joven de nuestra época
actual y como docentes podemos ayudar a generar identificaciones positivas.
Esto es muy importante porque implica que el sujeto construya una posición
básica de ser en el mundo.
TRIBUS URBANAS
Búsqueda de la identidad es un viaje que dura toda la vida, cuyo punto de
partida está en la niñez y acelera su velocidad durante la adolescencia.
La identificación se inicia con el moldeamiento del yo por parte de otras
personas, aquí el grupo de pares tiene un papel preponderante en la formación
de actitudes y comportamientos.
Si algo ha caracterizado a los jóvenes desde siempre es su tendencia a
agruparse según sus aficiones, gustos, ídolos, ideas. Ello tiene su parte
positiva: como signo de diversidad y pluralidad en una sociedad abierta y
tolerante.
Pero no hay que engañarse: no todos los aspectos son positivos, actos
irracionales parecen haberse adueñado de muchos de estos grupos, a diario
podemos informarnos con noticias de hecho de violencia protagonizados por
jóvenes que se identifican a determinados grupos que la sociedad a dado en
llamar "Tribus Urbanas".
Las tribus urbanas, se manifiestan a través de movimientos y expresiones
juveniles que adquieren distintos sentidos y significados, con el fin de enfrentar
y trascender lo establecido.
La etiqueta "tribus urbanas" despierta implícitamente la idea de violencia en
cualquiera que la escucha. Pero hasta qué punto esta reacción es lógica, o es
la expresión de un miedo irracional, basado en el desconocimiento de estos
grupos.
Caracterizaremos a continuación algunos de los grupos que forman las "Tribus
Urbanas".

 Los Góticos: característica sobresaliente los tonos negros y la oscuridad.


En cuanto a su apariencia, es muy cuidada y de estilo barroco: peinado
cuidadosamente descuidado, de color negro, con toques y mechones de otros
colores, tez pálida y aspecto enfermizo, gran preferencia por los símbolos de
muerte o religiosos.
De ideología fuertemente individualista y pesimista, el género musical que los
caracteriza es precisamente el que origina el nombre de la tribu, el gótico. Entre
los destacados de siempre figura con un papel importante el grupo inglés The
Cure.

 Skins.- Se caracterizan por llevar el pelo cortado al cero, indumentaria


pseudo (falso) militar pero con prendas de marca.
Les gusta la música Ska y Oi, de origen jamaiquino, consumen cerveza y
tienen por víctimas a los drogadictos, travestís, inmigrantes, judíos,
homosexuales y a las personas de color, pero como enemigos a los Punks.
Su ideología se fundamenta en la limpieza y la higiene, el otro polo del
comportamiento Punk. La ira que descargan contra travestís y homosexuales
no es sino otra forma de limpieza, en el terreno sexual, o racial tratándose
judíos, negros, etc.
 Rokers.- Son los herederos de los años cincuenta y es la única tribu que
solo acepta a mayores de 22 años. En resumen, se podría citar a la
mítica figura de Elvis para ilustrar a estos individuos.
En cuanto a la violencia manifestada por estos grupos, el alcohol ocupa el
primer lugar como disparador de algunas peleas ocasionales.
 Hervís.- Se trata de una de las tribus más difundidas aunque sería tal
vez más correcto decir que es el estilo más difundido, sobretodo en las
ciudades de provincia y en las clases populares. Vaqueros ceñidos,
campera de cuero con tachas y alguna remera que lleve la imagen de su
ídolo musical, constituyen la vestimenta tradicional de esta tribu. No es
necesario aclarar que la música que escuchan es Herví Metal y que
alguna de sus principales actividades es juntarse los fines de semana a
escuchar música, asistir a algún concierto y fumar marihuana. Esta
droga, el alcohol y la excitación musical son los elementos que conllevan
manifestaciones violentas. Es el grupo más estable y se trata del que
más intergeneracionalidad tiene.

 "CIBERPUNKIS".- Se caracterizan por ser expertos navegadores en


Internet. Enfocan su vida a todo lo que tenga que ver con nuevas
tecnologías.
¿Cómo es su aspecto? Les gusta la ropa negra y de colores plateados.
¿Cuál es su música? La música con la que se sienten identificados es la
música Tecno.
Curiosidad: Celebran fiestas multimedia, donde consumen bebidas compuestas
por vitaminas y aminoácidos.
"GRUNGE"
Su ideología se basa en el rechazo del consumismo y de los poderes
establecidos.
¿Cómo es su aspecto? Aspecto desenfadado. Con el pelo siempre
desordenado, los "Grunges" visten pantalones de pana deshilachados y jerseys
o camisetas superpuestas.
¿Cuál es su música? Escuchan principalmente a Nirvana.
Muchas actividades antisociales de estos grupos son una verdadera amenaza
para la sociedad, se requieren de técnicas adecuadas para recuperar
positivamente a los jóvenes.
Es necesario prever el ambiente favorable en el que, antes de cualquier otra
cosa, se aprendan los sentimientos, los valores, los ideales, las actitudes y los
hábitos de significación ético social. Es ésta una responsabilidad conjunta
primero de la familia y después de la escuela; formar personas socialmente
adaptadas de modo que, al salir del círculo familiar y escolar, puedan ocupar el
lugar que les corresponden en la comunidad de los ciudadanos.
Grupos sociales como: clubes, equipos, fraternidades, organizaciones
juveniles, etc. favorecen el proceso de socialización mediante la comunicación,
la participación activa posibilitando adquirir muchos de los conceptos
fundamentales y procedimientos que son la base de una prospera vida social.

CRISIS DE CULTURA

A simple vista, puede percibirse el carácter universalizador del concepto


"identidad cultural". Supone, por una parte, una función cuantitativa - respecto
del número y variedad de individuos a los que unifica- y, por otra, una función
disciplinaria -respecto del rol de las instituciones para producir y conservar
discursos de identidad con las reglas de acceso a ellos y las posiciones
relacionadas con el hacer y el representar de los individuos en las sociedades.
La forma, tal vez, más evidente en que se muestra la identificación de los
individuos con una cultura es en la aceptación de los valores éticos y morales
que actúan como soportes y referentes para preservar el orden de la sociedad.
Su aceptación y cumplimiento hacen más soportable las tareas que los
individuos deben cumplir y, a la vez que conserva a los individuos en el grupo,
limita la acción del indiferente y el peligro de los disidentes. En este sentido, se
dice que los valores expresan la tensión entre el deseo (del individuo) y lo
realizable (en lo social). Tal tensión es productiva mientras los individuos
puedan representarse su propia existencia y darse una imagen estable y
duradera de sí mismos, lo que es posible con una memoria atenta que
reactualice e integre de manera permanente los acontecimientos fundantes de
su propia identidad y los proyecte como orientación hacia acciones futuras
responsables y creativas.
Esta tensión es inmanente a todo imaginario social, ya que las tradiciones
heredadas del pasado y las iniciativas de cambio del presente se expresan en
ellos.
La estructura simbólica de la memoria social se encuentra representada en las
ideologías. Estas son las que difunden los acontecimientos constitutivos de la
identidad de las comunidades, de lo que se desprende su carácter preservante,
legitimante e integrador.
"La función de la ideología -dice Paul Ricoeur- es la de servir como posta a la
memoria colectiva con el fin de que el valorinaugural de los acontecimientos
fundadores se convierta en objeto de la creencia de todo el grupo"
La ideología tiene como contracara la utopía cuya naturaleza cuestionadora
denuncia el carácter distorsionador y encubridor de las ideologías triunfantes.
"Es la expresión de todas las potencialidades de un grupo que se encuentra
reprimido por un orden existente; es un ejercicio de la imaginación para pensar
de otra manera la manera de ser del ser social".
No es casual que se las interprete, muy livianamente por cierto, como
generadoras de desorden, de sin-sentido y de pérdida de credibilidad en lo
fundacional.
El resultado es un ataque deliberado a la diversidad, el silenciamiento de los
discursos diferentes con la enunciación ideológica de conceptos pseudo
universales para legitimarse como autoridad, domesticando el recuerdo,
creando estereotipos si faltaran y justificando el accionar de la autoridad como
garantía de permanencia y continuidad de los valores. Ante la eventualidad de
la pérdida del sentido del actuar, la eficacia de la retórica de la ideología es
abrumadora porque, como dice Ricoeur, si una sociedad no puede mantenerse
sin normas, tampoco puede hacerlo sin un discurso público persuasivo que
codifique toda realidad.
Aun siendo tan diferente el accionar de una y otra, lo cierto es que la ideología
y la utopía se complementan porque parten del mismo suelo referencial de la
identidad cultural, realidad dinámica y no dogmática, por cierto.
Pero cuando una sociedad se enfrenta ante el desorden, la ineficacia e
incomunicabilidad de los valores y la falta de horizonte al carecer de objetivos
comunes, se hacen evidentes los síntomas de una crisis de identidad que se
manifiesta en todas las instituciones de la cultura: las familiares, las laborales,
las políticas, la estatal, las educativas, las religiosas, etc.
Así, hoy nos enfrentamos diariamente al pesimismo, al escepticismo de todas
las generaciones que conviven en la actualidad y a la incomunicación existente
entre ellas. Falta el discurso vinculante, falta el criterio unificador con que
interpretar la realidad, pero, por sobre todas las cosas, falta la voluntad social,
comunitaria de hacerlo. Cualquier individuo es prescindible y, lo que es peor
aun, como consecuencia de ello, no se sabe a qué grupo se pertenece.
Lo que pudo haber sido utopía para otros, hoy, sencillamente, resulta
insoportable. Si la promesa de un tiempo de ocio era entendida como el
derecho ganado por la dedicación laboral al progreso de la sociedad en
beneficio de las generaciones venideras, hoy se ha convertido en tiempo de
desocupación con las consecuencias que se enfrentan a diario: olas delictivas,
inseguridad física, angustia ante un futuro y un presente inciertos.
Asistimos a un momento sintomático para pensar las razones de la crisis y para
pensar una solución. Es importante, entonces, presentar los supuestos
filosóficos de la actualidad y vincularlos con otras transformaciones culturales,
al menos cercanas temporalmente, para poder comprender si el concepto de
identidad cultural tiene vigencia o si, definitivamente, se ha tornado también él
prescindible.

Pero cuando una sociedad se enfrenta ante el desorden, la ineficacia e


incomunicabilidad de los valores y la falta de horizonte al carecer de objetivos
comunes, se hacen evidentes los síntomas de una crisis de identidad que se
manifiesta en todas las instituciones de la cultura: las familiares, las laborales,
las políticas, la estatal, las educativas, las religiosas, etc.
Así, hoy nos enfrentamos diariamente al pesimismo, al escepticismo de todas
las generaciones que conviven en la actualidad y a la incomunicación existente
entre ellas. Falta el discurso vinculante, falta el criterio unificador con que
interpretar la realidad, pero, por sobre todas las cosas, falta la voluntad social,
comunitaria de hacerlo. Cualquier individuo es prescindible y, lo que es peor
aun, como consecuencia de ello, no se sabe a qué grupo se pertenece.
Lo que pudo haber sido utopía para otros, hoy, sencillamente, resulta
insoportable. Si la promesa de un tiempo de ocio era entendida como el
derecho ganado por la dedicación laboral al progreso de la sociedad en
beneficio de las generaciones venideras, hoy se ha convertido en tiempo de
desocupación con las consecuencias que se enfrentan a diario: olas delictivas,
inseguridad física, angustia ante un futuro y un presente inciertos.
Asistimos a un momento sintomático para pensar las razones de la crisis y para
pensar una solución. Es importante, entonces, presentar los supuestos
filosóficos de la actualidad y vincularlos con otras transformaciones culturales,
al menos cercanas temporalmente, para poder comprender si el concepto de
identidad cultural tiene vigencia o si, definitivamente, se ha tornado también él
prescindible.
CONCLUSIONES: el reto mayor consiste en armar (en base a esa identidad)
un proyecto de vida que incluye: vocación, profesión, ocupación (estudio y
trabajo), sexualidad(formar pareja, consolidar una familia) un conocimiento
acerca de quién soy, qué necesito, implica autoevaluación y autoestima.
Pensemos entonces en lo central que es el tema de la identidad cuando
hacemos, por ejemplo, una Orientación Vocacional cuando el niño está por
culminar el ciclo escolar, pues allí se pone en juego este quién soy o quién
quiero ser.
Consolidar nuestra identidad es, entonces, un trabajo que tiene una doble
finalidad: por una lado encontrar un sentimiento interno de unidad, y por otro el
de singularizarnos (esto es diferenciarnos del otro en algún punto). No en vano
la sociedad premia o destaca aquello que es creativo, aquello que se convierte
en marca registrada. Cuando reconocemos a alguien por su manera de hablar,
de escribir, de caminar, de hacer alguna cosa por sobre otras personas, es
porque algo de la identidad se puso en juego allí. Esto no implica que identidad
y creatividad vayan siempre juntas pero lo explicamos así solo para poner más
en evidencia que cuando la identidad está bien construida la persona logra
singularizarse del otro. Lo opuesto sería lo que comúnmente en Sociología se
denomina "hombre masa" (muy poco singularizado).
De modo que como última aclaración diríamos que la identidad es una totalidad
que incluye varias subidentidades: la sexual o de género, la física, la
psicológica, la social, la moral y la ideológica. A nivel escolar cuando hablamos
de identidad buscamos que el niño tenga presente ese ¿quiénes somos? y que
valore sus orígenes. De ahí la intrínseca necesidad de tratar el tema vinculado
a lo colectivo.

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