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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y DE LA EDUCACIÓN


CARRERA DE FILOSOFÍA

MATERIA:
HERMENÉUTICA

TEMA:

EXPLICAR Y COMPRENDER COMO MOMENTOS


METODOLÓGICOS DEL INTERPRETAR EN PAUL RICOEUR

DOCENTE:

DR. ROBERT BOLAÑOS

DISCENTE:

JAIRO MOROCHO

NIVEL:

VII FILOSOFÍA
EXPLICAR Y COMPRENDER COMO MOMENTOS METODOLÓGICOS DEL
INTERPRETAR EN PAUL RICOEUR

INTRODUCCIÓN
Dentro del proceso histórico y reflexivo de la hermenéutica se mira cómo evoluciona,
da cambios, da giros magnánimos por la cuestión más reflexionada; que entender por
interpretar, que significa acaso es comprender o contrariamente explicar este ha sido
una de las grandes planteamientos de parte de los hermeneutas, Ricoeur recorre, se
sitúa en un contexto, revisa los postulados de sus antecesores y plantea una nueva
forma de mirar este quehacer de interpretar.

Este ensayo va consistir en mirar el postulado planteado por Ricoeur y hacer una
aproximación de que tanto el explicar y el comprender son momentos
complementarios en la tarea de interpretar un texto.

Para llegar a este acercamiento se realizará una revisión bibliográfica, se revisará el


recorrido histórico de la hermenéutica desde Schleiermacher dado que desde él se
puede hablar de desregionalización del quehacer general de la hermenéutica,
pasaremos por Dilthey, revisaremos el paso a la preocupación más ontológica que
epistemológica en Gadamer y Heidegger. Luego miraremos que entiende Ricoeur por
explicar y comprender y su complementariedad, después se hará una aproximación
sobre la teoría de Ricoeur sobre interpretar y finalmente sacaremos conclusiones
sobre la investigación.

1. Ricoeur y su relación con el círculo hermenéutico


Veamos como Ricoeur se sitúa a sí mismo con relación a Schleirmacher, Dilthey,
Heidegger y Gadamer1 La hermenéutica filosófica propiamente dicha surge con la
labor realizada a principios del siglo XIX por Friedrich Schleiermacher, a partir de la
fusión de la exégesis bíblica, la filología y la jurisprudencia. Ricoeur considera que no
es casual que el kantismo haya constituido su horizonte filosófico más próximo. Como
es sabido, Kant invirtió la relación entre una teoría del conocimiento y una teoría del
ser, midiendo la capacidad del conocer antes de afrontar la naturaleza del ser. Es
comprensible, entonces, que en un contexto así haya podido concebirse el proyecto de
relacionar las reglas de interpretación, no con la diversidad de los textos y las cosas

1
Cfr. RICOEUR, Paúl, “Del texto a la acción, Ensayos de hermenéutica II “, Editorial Fondo de Cultura
Económica, México, 2000, pg. 72-90
dichas en ellos, sino con la intención de unificar lo diverso dentro de la interpretación
misma. “Esta fusión entre varias disciplinas pudo producirse merced al giro
copernicano que dio primacía a la pregunta ¿qué es comprender? sobre la pregunta
por el sentido de tal o cual texto.”2

Pero la hermenéutica no podía sumarse al kantismo sin recoger de la filosofía


romántica su convicción más fundamental, a saber, que el espíritu es lo inconsciente
creador que actúa en las individualidades geniales. Ricoeur anota: “Por lo mismo, el
programa hermenéutico de Schleiermacher lleva la doble marca romántica y crítica:
romántica porque recurre a una relación viva con el proceso de creación; crítica por su
voluntad de elaborar reglas universalmente válidas de la comprensión.”3 Y no sólo la
de Schleiermacher, sino tal vez toda hermenéutica se halle marcada para siempre por
esta doble filiación. Pero el romántico Schleiermacher tan sólo trazó un esbozo de la
problemática hermenéutica en torno a la comprensión.

Wilhelm Dilthey ha dado pasos decisivos en el perfeccionamiento de la epistemología


de las ciencias del espíritu con su clásica distinción entre explicar (ciencias de la
naturaleza) y comprender (ciencias del espíritu). En 1900, Dilthey escribía un ensayo
titulado ‘El origen de la hermenéutica’, en el que quería dar a las ciencias del espíritu
una fundamentación epistemológica tan sólida como la que Kant había dado a las
ciencias naturales. Se trataba de elaborar una crítica del conocimiento histórico y de
subordinar a ella los procedimientos dispersos de la hermenéutica clásica. Pero la
interpretación de textos es para Dilthey tan solo una provincia del comprender y no un
problema universal. Y comprender es, para él, entrar en la subjetividad de otro,
adivinar su pensamiento.

Pero ¿cómo explicar que, cuando se lee un texto del pasado, uno se conmueve con la
psicología ausente del autor del texto? Todo el planteo hermenéutico diltheyiano,
implica concebir que la interpretación sea una variedad de la teoría del conocimiento, y
que el debate entre explicar y comprender deba mantenerse dentro de los límites de la
metodología de las ciencias propia del neokantismo.

En ‘Ser y Tiempo’ Martin Heidegger trata acerca de la pregunta olvidada por el


sentido del ser. En ella estamos guiados por lo mismo que buscamos: “la teoría del
conocimiento desde el principio queda invertida por un interrogante que la precede y

2
Ibid, pg. 29
3
Ibid, pg 74
que se refiere a la manera en que un ser se encuentra con el ser, antes mismo de que
se le oponga como un objeto que enfrenta a un sujeto.” 4 Y por más que ‘Ser y Tiempo’
pone el acento en el Dasein, no se concibe a éste como un sujeto para el que haya un
objeto, sino como un ser en el seno del ser. Y pertenece a su estructura ontológica
tener una precomprensión del ser. Así, “la hermenéutica no es una reflexión sobre las
ciencias del espíritu, sino una explicitación de la base ontológica sobre la que estas
ciencias pueden erigirse.”5 El problema de la comprensión en Dilthey pasaba por la
comprensión del otro, era un problema psicológico. Con Heidegger se transforma en el
problema de la comprensión del mundo, adquiriendo un rango ontológico. “La
pregunta por el mundo toma el lugar de la pregunta por el otro. Al mundanizar así el
comprender, Heidegger lo despsicologiza.”6

El Dasein comprende estando ya arrojado al mundo, estando abierto a él, antes que
tal o cual objeto pueda aparecérsele. De esta precomprensión (del ser) se deriva la
comprensión (de éste o aquél ente). Al Dasein, pues, le compete una estructura de
anticipación. Y esta estructura de anticipación del comprender trasladada a la teoría
del conocimiento no es otra cosa que lo que recibe el nombre de prejuicio. Llevando
esta cuestión al plano lingüístico, podemos decir que comprender es ante todo
escuchar, que la primera relación con la palabra no es la producida sino la recibida,
porque la interpretación sólo es posible en función de una comprensión previa.

El gran aporte heideggeriano reside en haber señalado que el comprender está


antecedido por una precomprensión del mundo en el que estamos lanzados.
Igualmente, según Ricoeur, Heidegger no resuelve la cuestión hermenéutica, sino que
tan sólo traslada su aporía de la epistemología a la ontología, Heidegger se remitió a
los fundamentos ontológicos de la hermenéutica, pero se ha quedado allí, no ha vuelto
a cuestionar el estatuto de las ciencias del espíritu. “La preocupación por enraizar el
círculo más profundamente que toda epistemología impide repetir la pregunta
epistemológica después de la ontología.”7

En ‘Verdad y Método’ Hans Gadamer se propone reanimar el debate en torno a las


ciencias del espíritu a partir de la ontología heideggeriana, denunciando aquellas
metodologías que se caracterizan por un ‘distanciamiento alienante’ que implica
destruir la relación primordial de pertenencia a la historia. Este debate entre

4
Ibid, pg. 83
5
Ibid, pg. 84
6
Ibid, pg. 85
7
Ibid, pg, 90
‘distanciamiento alienante’ y ‘experiencia de pertenencia’ lo mantiene Gadamer en tres
esferas en las que se divide su obra: esfera estética, esfera histórica, esfera
lingüística. En la esfera estética, la experiencia de ser poseído por el objeto precede y
hace posible el ejercicio del juicio. En la esfera histórica, la conciencia de ser sostenido
por tradiciones que nos preceden es lo que posibilita todo ejercicio metodológico en
las ciencias sociales y humanas. En la esfera del lenguaje, la copertenencia a las
cosas dichas por las grandes voces de los creadores de discurso precede y condiciona
todo tratamiento científico del lenguaje.

Según Ricoeur, la meditación de Gadamer llega a su cenit en la segunda parte, con lo


que el filósofo alemán llama ‘conciencia de los efectos de la historia’, que mienta la
conciencia de estar expuesto a la historia y a su acción. La gran enseñanza
gadameriana radica en señalar que el pasado no puede ser separado de nosotros,
como un objeto ante un sujeto, ya que estamos siempre situados en la historia y
debemos asumir su verdad. Sobre esta importante cuestión, Ricoeur saca a la luz un
problema patente: ¿cómo es posible introducir algún tipo de instancia crítica en una
conciencia de pertenencia expresamente definida por el rechazo del distanciamiento?

2. ¿Explicar o comprender?
Luego de haber ubicado a Ricoeur en el círculo hermenéutico vamos a quedarnos en
el campo de la comprensión y la explicación. En este campo vamos a ubicar bajo el
doble título de la explicación y de la interpretación, en Dilthey dado que encontramos
en el esta dualidad, en él un término excluye al otro, “o bien se explica, a la manera
del sabio naturalista, o bien se interpreta, a la manera del historiador” 8 y este es el
punto de partida que toma Ricoeur para la discusión dado que el plantea que no hay
una dualidad sino una reciprocidad, que no se repelen sino se complementan estos
dos términos, explicar e interpretar.

Ahondemos más la problemática de Dilthey, cuando este afirma ésta dualidad él


entiende a la interpretación como una provincia de de la comprensión. Entonces hay
que replantear esta discusión y partir ya no de la oposición entre interpretación y
explicación sino de explicación y comprensión.

Pero por qué Dilthey hace esta separación, recordemos que él está en un contexto de
una reestructuración de la epistemología de las ciencias, separando así la explicación

8
Ibíd., “Del texto a la Acción”, pg., 132.
correspondería a las ciencias naturales, en cambio la comprensión a las ciencias del
espíritu.

Pero que entiende Dilthey por comprensión es así que él manifiesta “Llamamos
comprensión al proceso por el cual conocemos algo psíquico con la ayuda de los
signos sensibles que son su manifestación”9 entonces interpretar sería el arte de
comprender aplicado a tales manifestaciones, a tales testimonios, a través del texto
que guarda todas estas manifestaciones del espíritu.

Es así que comprender proporciona el fundamento, el conocimiento mediante signos


del psiquismo ajeno, y la interpretación aporta el grado de objetivación, gracias a la
fijación y a la conservación que la escritura confiere a los signos.

Pero porque Ricoeur no reconoce esta distención y el manifiesta que “ésta distinción
entre explicar y comprender es clara pero se oscurece cuando se plantea la pregunta
sobre las condiciones de cientificidad de la interpretación… si bien se expulsó a la
explicación al campo de la ciencias naturales, pero en el corazón mismo del concepto
de interpretación renace el conflicto entre el carácter intuitivo inverificable” 10. Con esto
reconocemos que para Dilthey son más apremiantes las exigencias epistemológicas
que definir qué mismo es comprender.

Es por esto que Ricoeur afirma que no ha acabado esta discusión, él retoma
nuevamente este planteamiento de otro punto de vista ya no como lo hacía Dilthey
centrado en las manifestaciones del espíritu que es una psicologización y que estas
hay que mirar para comprender al autor de aquella manifestación.

Ricoeur plantea otra visión, ella es, la lectura hermenéutica de un texto, es decir la
comprensión de un texto es el acto por el cual el sujeto es capaz de dejarse guiar de
tal manera por la ‘cosa del texto’ que logra integrar en sí el sentido y el mundo que el
texto despliega ante él. De este modo, la comprensión del texto es una apropiación del
mundo del texto, que es un desapropiarse de sí mismo para dejarse apropiar y guiar
por el mundo nuevo del texto, para luego desde allí ser sí mismo. En otras palabras: la
comprensión del texto es dejar obrar al texto para ser sí mismo como discípulo de él.
“No imponer al texto la propia capacidad finita de comprender, sino exponerse al texto

9
WILHELM, Dilthey, “Origen y Desarrollo de la Hermenéutica, Editorial” Artículo publicado en El
Mundo del Espíritu, Paris 1947.
10
RICOEUR, Paúl, “Del texto a la acción, Ensayos de hermenéutica II “, Editorial Fondo de Cultura
Económica, México, 2000, pg. 133
y recibir de él un sí mismo más vasto, que sería la proposición de existencia que
respondería de la manera más apropiada a la proposición de mundo. La comprensión
es entonces todo lo contrario de una constitución de la cual el sujeto tendría la
clave.”11

Como vemos un rasgo característico de la hermenéutica de Ricoeur es procurar


mediar polos que se presentan como excluyentes. Su interés por integrar la noción de
distanciación en una tradición caracterizada por la pertenencia (“la comunicación en y
a través de la distancia”, se manifiesta en los complementos que aporta a sus
predecesores12: frente a Gadamer evita prescindir de las cuestiones de método en la
búsqueda de la verdad, frente a Heidegger hace un camino de vuelta desde la
radicalidad ontológica hacia las consideraciones epistemológicas, frente a Dilthey
intenta superar la dicotomía entre ciencias del espíritu y ciencias de la naturaleza. La
búsqueda de una hermenéutica atenta a las cuestiones metódicas y epistemológicas
para no tener que suscribir tan fácilmente las tesis de Dilthey que estima que o bien se
explica, a la manera del sabio naturalista, o bien se interpreta, a la manera del
historiador.

En particular su enfrentamiento con el estructuralismo le hace considerar el análisis


estructural como una etapa entre una interpretación ingenua y una interpretación
crítica, en la que la explicación de las estructuras, de las relaciones internas de
dependencia que constituyen la estática del texto, sirve para interpretar, para tomar el
camino del pensamiento abierto por el texto, para ponerse en la ruta hacia el oriente
del texto. Con ello se corrige una operación subjetiva de la interpretación como acto
sobre el texto por una operación objetiva de la interpretación como acto del texto.
Superadas las polaridades excluyentes es posible situar la explicación y la
interpretación en un único arco hermenéutico e integrar las actitudes opuestas de la
explicación y la comprensión en una concepción global de la lectura como
recuperación del sentido.

Explicar más para comprender mejor; la explicación al servicio de la comprensión;


explicación estructural (o genética) para favorecer lo que está en el otro extremo del
arco: la apropiación que hace que la interpretación de un texto se acaba en la
interpretación de sí mismo de un sujeto que desde entonces se comprende mejor, se
comprende de otra manera o, incluso, comienza a comprenderse.
11
Ibíd. pg., 117
12
Cfr. VARIOS AUTORES, “Lecturas de Paul Ricoeur”, Editorial Universidad Pontificia Comillas,
Madrid, 1998, pg. 223-240
Por todo esto podemos afirmar que los aportes de Ricoeur se resumirían así el buscar
en el acto mismo de la lectura la dialéctica fina entre el divorcio instituido por Dilthey
entre explicación y comprensión los articula de forma que ni la comprensión sea
irracional o “mágica” o un exagerado racionalismo de la explicación. Hay entre las dos
una dialéctica que las une.

3. Conclusiones
Con todas las aseveraciones anteriores diremos que la explicación está al servicio de
la comprensión y viceversa y tomaremos la afirmación de Ricoeur “explicar más para
comprender mejor” que la repite incansablemente.

Por ello decimos que los aportes de Ricoeur para la hermenéutica contemporánea, es
mediar entre esta separación o contraposición que comenzó con Dilthey entre
explicación y comprensión ya que el media de una forma en la que tanto la
subjetividad de la comprensión me ayude a comprender mi ser en el tiempo, es decir
comprenderse es apropiarse de la historia de la propia vida; comprender la historia es
relatarla, nos hacemos lectores de nuestra propia vida y la explicación como una
aproximación a una objetividad dado el análisis de la estructura lingüística del texto
dado para interpretar no se contraponen sino se complementan de una forma tal que
sin la una n o se entiende la otra.

Aseveramos que la interpretación es precisamente la combinación de las fases de


explicación con otras de comprensión. Y es interesante analizar esta relación en la
teoría del texto (leer no es una situación como la del diálogo, para la explicación
narrativa se requiere el rodeo de la explicación) de la acción (el cuerpo en la
naturaleza es a la vez cosa entre las cosas y manera de existir de un ser reflexivo) y
de la historia (la historia es una forma de relato, su referencia es a las acciones del
pasado) todas ellas necesariamente necesitan una explicación, por ello podemos
resumir su mutua implicación de la siguiente manera: explicar más es comprender
mejor. La compresión precede, acompaña y envuelve a la comprensión, la explicación
la desarrolla analíticamente.

En conclusión, hay que rechazar, en este tema de la explicación y la compresión, tanto


los dualismos como los monismos. La compresión incluye la explicación y ésta
desarrolla y prepara la compresión. El intento de Dilthey al separarlas no era romántico
como muchos tal vez lo afirman, sino que él quería dar estatutos científicos a la
compresión en las ciencias del espíritu. Hay que decir que ambas se implican
epistemológicamente y ontológicamente. Hay por tanto continuidad y discontinuidad al
mismo tiempo entre ciencias de la naturaleza y del espíritu.

En general podemos sacar tres conclusiones prácticas en la hermenéutica:


– No privilegiar o detenerse en la diacronía es no buscar ‘detrás del texto’. Lo
fundamental en la interpretación no está ni en las intenciones del autor, ni en el
contexto histórico-social, ni en los primeros destinatarios.
– No privilegiar o detenerse en la sincronía es no buscar ‘dentro del texto’. Implica
hacer uso de los métodos estructuralistas rechazando la ideología estructuralista que
niega que el texto tenga un afuera, que tenga referencia. No aceptar la clausura, del
texto.
– Ni detrás, ni dentro, sino buscar delante del texto, frente a él. Delante del texto está
el lector, está el intérprete. Intérprete con su mundo, con su horizonte, con su pre-
comprensión. Se trata de buscar lo que el texto abre, las posibilidades que ofrece.

Bibliografía:

 RICOEUR, Paúl, “Del texto a la acción, Ensayos de hermenéutica II “, Editorial


Fondo de Cultura Económica, México, 2000.
 VARIOS AUTORES, “Lecturas de Paul Ricoeur”, Editorial Universidad
Pontificia Comillas, Madrid, 1998.
 WILHELM, Dilthey, “Origen y Desarrollo de la Hermenéutica, Editorial” Artículo
publicado en El Mundo del Espíritu, Paris 1947

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