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Cuento infantil

Autor: Fernando Lee

JERRY CONOCE A LA CRIATURA DEL VOLCAN

Jerry era un niño que siempre sacaba buenas calificaciones y al que le gustaba jugar,

también le gustaba leer muchísimo, en navidad ó en su cumpleaños no pedía juguetes como

los demás niños, sino lo que pedía eran libros, también le gustaba navegar en Internet en

busca de libros que pudiera descargar de forma gratuita, sus libros favoritos eran los de

suspenso y los de terror, aunque con estos últimos por lo general le costaba trabajo dormir.

A Jerry le encantaba pasar los fines de semana con su abuelito quien lo consentía mucho, le

preparaba cosas deliciosas para comer y lo mas importante era que el abuelo le permitía

entrar a su biblioteca repleta de libros de todos los temas y de todos los tamaños posibles.

Era viernes y Jerry se apuro a llegar a su casa de la escuela y se sentó a la mesa con sus

padres para comer.

-¿Cómo te fue en la escuela?- pregunto la madre de Jerry.

-Muy bien gracias, aunque me dejaron algo de tarea- contesto Jerry- terminando de comer,

me encierro en mi cuarto para hacerla y para estudiar.-

Al terminar, Jerry cumplió con lo prometido, primero estudio y luego siguió con la tarea,

tenia que hacer un trabajo acerca de cómo funcionaban los volcanes, consulto varias

enciclopedias, pero casi no encontró nada, en cambio encontró mucho material en Internet,

leyó la información y luego escribió en un cuaderno todo lo que había leído usando sus

propias palabras y cuando quedo a su gusto, entonces lo paso a la computadora, luego

agrego algunas fotografías y dibujos que también encontró en Internet e imprimió su

trabajo y lo guardo en un disco flexible, luego fue a una papelería para que le engargolaran

su trabajo y de regreso a casa, guardo su trabajo en su mochila de la escuela e hizo su


mochila que siempre llevaba a casa de su abuelo y con mochila en mano salio de su

habitación para buscar a su madre.

-Mamá, ya estoy listo para ir con el abuelo- dijo Jerry cuando encontró a su madre en la

cocina lavando los trastes sucios de la comida.

-Llegas justo a tiempo- la madre del niño coloco el ultimo plato que había lavado en el

escurridos, se seco las manos y agarro su bolso.

-¿Y papá?- pregunto Jerry después de subirse al automóvil en el asiento del pasajero.

-Tuvo que regresar al trabajo- la madre de Jerry encendió el automóvil y manejo en silencio

hasta la casa del abuelo. El viaje solo duro 10 minutos.

Jerry se bajo del automóvil, se acerco a la casa del abuelo y toco el timbre, la madre del

niño espero hasta que el abuelo abrió la puerta, el abuelo saludo a la madre de Jerry con la

mano y Jerry hizo lo mismo para despedirse de su madre y entraron a la casa.

-Hola abuelito- saludo Jerry cuando su abuelito cerro la puerta de su casa- ¿cómo has

estado?-

-Muy bien, ¿y tu?.-

-También muy bien, en la escuela me dejaron una tarea sobre volcanes, ya la hice, pero me

quede con las ganas de saber mas y de ver mas fotos, ¿tienes algún libro que me prestes y

que tenga fotos?.-

-Mira que casualidad, acabo de comprar un libro de volcanes y tiene muchísimas fotos,

primero ve a dejar tu mochila a tu cuarto y luego vemos el libro juntos.-

Jerry fue a dejar su mochila a la habitación que siempre ocupaba cuando iba a casa del

abuelo, dejo su mochila sobre un escritorio de metal y salio corriendo, su abuelito estaba en

la cocina preparando chocolate caliente y en la mesa había un pastel de chocolate.

-Se ve delicioso el pastel- dijo Jerry.


-El chocolate ya casi esta listo, por favor siéntate.-

Jerry obedeció y se sentó ante un plato y una taza, el abuelo sirvió el chocolate en las tazas

y luego coloco una rebanada de pastel en cada plato y se sentó en su lugar, los dos

comieron en silencio, el pastel estaba delicioso, pero el chocolate estaba aun mejor, tenia la

cantidad de chocolate exacta para no quedar muy dulce ni muy insípido.

Al terminar de comer fueron a la biblioteca, normalmente Jerry se sentaba ante un

escritorio pequeño para leer, pero en esta ocasión el abuelo lo invito a que se sentara en él

en su escritorio, un mueble de madera con una computadora encima, los dos tomaron

asiento y el abuelo abrió un libro que había sobre el escritorio acercándolo para que Jerry

pudiera verlo, era un libro grueso con buenas hojas y bastantes fotografías; llevaban mas de

una hora leyendo cuando el teléfono sonó.

-Permíteme un momento, el teléfono inalámbrico creo que lo deje en la cocina, puedes

seguir leyendo en lo que vuelvo- el abuelo salio de la biblioteca y cerro la puerta tras de si.

Jerry siguió leyendo, estaba fascinado con el libro, Jerry ni siquiera se dio cuenta de a que

hora se quedo dormido, pero cuando se despertó no estaba en la biblioteca, estaba en un

lugar desconocido, Jerry se puso de pie y miro a su alrededor, estaba en un volcán, muy

cerca del cráter, Jerry camino hacia el cráter y miro en su interior, había lava burbujeante de

color anaranjado y el olor a azufre era insoportable, Jerry se quedo atónito cuando vio que

de la lava salía una mano humana, pero cubierta en su totalidad de lava humeante, luego

salio una cabeza también cubierta de lava, la criatura se acerco poco a poco a la orilla del

cráter en donde estaba Jerry quien retrocedió un par de pasos con cuidado para no tropezar,

la criatura comenzó a salir del cráter, Jerry dio la media vuelta y se echo a correr lo mas

rápido que pudo, la criatura persiguió a Jerry, el niño corrió hacia una zona con el piso
cubierto de nieve, en esa zona, la nieve no dejaba que Jerry avanzara con rapidez por lo que

la criatura se acercaba a él.

Jerry logro llegar a un árbol y lo comenzó a trepar, Jerry era muy bueno trepando árboles,

pero en esta ocasión le estaba costando trabajo, Jerry tenia mucho frió, pero por fin logro

subir hasta arriba, las ramas estaban cubiertas por gruesas capas de nieve lo que le dio una

idea a Jerry, la criatura llego hasta el árbol y miro hacia arriba para ubicar al niño, cuando

Jerry vio a la criatura debajo del árbol, comenzó a moverse con todas sus fuerzas, las ramas

se movieron y de repente toda la nieve de las ramas cayo cubriendo a la criatura de lava, el

montículo de nieve que cubría a la criatura estuvo echando humo por un buen rato y

también se derretía, cuando la nieve dejo de derretirse, la criatura tenia nada mas la cabeza

descubierta, lo que antes había sido lava, ahora era roca sólida.

La criatura levanto la mirada y se le quedo viendo fijamente al niño.

-Ayúdame- dijo la criatura con voz apenas audible.

-Si te libero, ¿prometes no hacerme daño?-

-Lo prometo-

Jerry quito con rapidez la nieve que cubría a la criatura y luego la ayudo a caminar.

-Al cráter, llevame al cráter- dijo la criatura.

Fue difícil el camino, no nada mas por la nieve y luego por el camino de piedra, sino que

Jerry tenia prácticamente que ir cargando a la criatura, pero al fin Jerry se detuvo a la orilla

del cráter y soltó a la criatura que cayo de rodillas.

-Lo lamento, pero hasta aquí puedo acompañarte- dijo Jerry- tendrás que llegar tu solo

hasta la lava.-

-Gracias- la criatura hizo un ultimo esfuerzo para ponerse de pie y avanzar hasta que logro

entrar a la lava y se sumergió durante algunos segundos y cuando volvió a asomar la


cabeza, la tenia cubierta de lava como en un principio, luego saco una mano y se despidió

de Jerry.

Jerry también se despidió y unos segundos después Jerry se despertó y miro a su alrededor,

estaba en la biblioteca del abuelo, todo había sido un sueño, en ese momento el abuelo

entro a la biblioteca y llevaba una charola con dos tazas con chocolate y un par de platos

con pastel de chocolate.

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