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Sobre el tema de la responsabilidad

La Responsabilidad civil consiste en la obligación que recae sobre una


persona de reparar el daño que ha causado a otro, sea en naturaleza o
bien por un equivalente monetario, (normalmente mediante el pago de
una indemnización de perjuicios).

Las obligaciones se clasifican habitualmente como de medios y de


resultados, y esto tiene una gran importancia a la hora de determinar la
responsabilidad civil contractual. El incumplimiento, que es uno de los
requisitos básicos para que la responsabilidad se produzca, dependerá
de la clase de obligación.

También ocurre la Responsabilidad extracontractual, la cual surge


cuando el daño o perjuicio causado no tiene su origen en una relación
contractual, sino en cualquier otro tipo de actividad.

La responsabilidad extra contractual, la podemos definir como "aquella que existe cuando una
persona causa, ya por si misma, ya por medio de otra de la que responde, ya por una cosa de su
propiedad o de que se sirve, un daño a otra persona, respecto de la cual no estaba ligada por un
vínculo obligatorio anterior relacionado con el daño producido". Esta área del Derecho Civil
también se conoce como delitos y cuasidelitos civiles (fuentes de las obligaciones). Las fuentes
principales de las obligaciones extracontractuales son el hecho ilícito y la gestión de negocios.

La responsabilidad adquiere características peculiares cuando el daño o perjuicio es causado por la


administración pública.

Aunque por regla general la administración incurre en responsabilidad por su hecho anormal,
irregular o ilícito (lo que se denomina en los ordenamientos inspirados en el francés "falta de
servicio"), en ciertos países o bajo ciertas hipótesis, puede incurrir en responsabilidad también por
su actuar normal, sin necesidad de que haya habido ninguna irregularidad en el hecho que origina
el daño.

En tales casos, se le exige un grado de responsabilidad más severo que a los particulares, llegando
en muchos casos a la responsabilidad objetiva, responsabilidad por daños causados sin dolo ni
culpa.

En casos excepcionales, el Estado puede ser responsable de daños y perjuicios causados por la
creación de normas jurídicas válidas, incluso de leyes (responsabilidad del Estado legislador),
cuando resultan perjudiciales para algunas personas concretas, aunque busquen un bien para la
generalidad de los destinatarios. Suele fundarse esta responsabilidad sin culpa en la noción de
ruptura de la igualdad ante las cargas públicas.

El Estado puede ser responsable también por errores judiciales, por accidentes causados por el
mal estado de las carreteras, etc.
Es importante distinguir la responsabilidad civil de la responsabilidad penal, ya que esta última
tiene por finalidad designar a la persona que deberá responder por los daños o perjuicios causados
a la sociedad en su totalidad, no a un individuo en particular. A la vez, todas estas especies de
responsabilidad jurídica deben distinguirse de la responsabilidad moral, en la cual los responsables
no responden de sus actos ante la sociedad, sino ante su propia conciencia.

La responsabilidad moral es la imputación o calificación que recibe una persona por sus acciones
desde el punto de vista de una teoría ética o de valores morales particulares. Se trata entonces de
la responsabilidad que se relaciona con las acciones y su valor moral. Desde una ética
consecuencialista, dicho valor será dependiente de las consecuencias de tales acciones. Sea
entonces al daño causado a un individuo, a un grupo o a la sociedad entera por las acciones o las
no-acciones de otro individuo o grupo.

En una ética deontológica, en cambio, tales acciones tendrán un valor intrínseco, independiente
de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, es un sistema de principios y de juicios compartidos
por los conceptos y las creencias culturales, religiosas y filosóficas, lo que determina si algunas
acciones dadas son correctas o incorrectas. Estos conceptos son generalizados y codificados a
menudo por una cultura o un grupo, y sirven así para regular el comportamiento de sus miembros.
De conformidad a tal codificación se le puede también llamar moralidad y el grupo puede
depender de un amplia conformidad a tales códigos para su existencia duradera.

Desde el punto de vista de la organización social, la responsabilidad moral se diferencia de la


responsabilidad jurídica por su carácter interno. La responsabilidad moral se refiere
principalmente al carácter interno de las conductas (la conciencia o intención de quien ha
actuado), sin importar aspectos externos como el hecho de que éstas hayan sido descubiertas o
sancionadas. Por el contrario, los procesos jurídicos no son necesariamente procesos de intención.

La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública cuando la
adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es insuficiente para cerrar
casos como son, por ejemplo, los escándalos de corrupción ligados al ocultamiento de cifras en la
contabilidad de las empresas, el derramamiento de petróleo afectando a la ecología en zonas
protegidas de vida natural, financiamiento ilegal de campañas políticas y escándalos de corrupción
política.

El término aparece también en la discusión de temas como el determinismo o libre albedrío,


puesto que sin la libertad es difícil ser culpado por las propias acciones, y sin esta responsabilidad
moral la naturaleza del castigo y la ética se convierten en una interrogante.

El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico,
incluyendo el pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la
irrompible cadena causa-consecuencia. El determinismo es el punto de vista en el cual todos los
eventos son resultados inevitables de causas previas, de que todo lo que pasa tiene una razón de
ser.

El libre albedrío es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que tenemos el
poder de elegir y tomar nuestras propias decisiones. El concepto es comúnmente usado y tiene
connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado
íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del
agente fue inducida por su propia voluntad.

Lo contrario a esto es el libertarismo filosófico, que mantiene que los individuos tienen libertad
metafísica y por lo tanto rechazan el determinismo. El indeterminismo es una forma del
libertarismo que, según su punto de vista, el libre albedrío realmente existe, y esa libertad hace
que las acciones sean un efecto sin causa. La teoría de la agencia es una forma del libertarismo
que mantiene que la elección entre el determinismo y el indeterminismo es una dicotomía falsa.
Finalmente el compatibilismo sostiene que ambos son verdaderos y que son la base de la mente
consciente.

Parece ser que el concepto de "responsabilidad" sirve para aplicar una penalidad. Una penalidad
cambia la probabilidad de que el individuo elija una cierta regla de actuación, ya que ciertas reglas
de actuación tienen peso negativo y es menos probable que se las elija en el futuro.

De manera que sí hay una especie de "libre albedrío", una elección, pero el individuo hace esa
elección al azar ponderando, basándose en la experiencia. El castigo y la recompensa tienen su
influencia sobre esta elección, haciendo que los resultados de las reglas de actuación sean buenos
o malos para el individuo. Los pensamientos sobre este problema permiten juzgar la actuación
pública de los individuos y constituyen una base en la construcción del imaginario de la sociedad
civil.

Jonas, Hans. 1995. "El principio de responsabilidad". Edit.Herder. Barcelona.


Lawhead, Willaim F. 2005. The Philosophical Journey: An Interactive Approach McGraw-Hill
Humanities/Social Sciences/Languages
Schopenhauer, Arthur, 1985. On the Freedom of the Will, Oxford: Basil Blackwell
__ El mundo como voluntad y representación. 1996. (Colección "Obras maestras del Milenio")
Planeta de Agostini. 
__ El mundo como voluntad y representación. Madrid, Trotta (2 tomos): Madrid, Trotta (2 tomos):
Volumen I {2004/2009 [2ª edición], Volumen II: complementos {2003/2009 [3ª edición],
Spinoza, Baruch, Ethics, Book III, page 2, note; Book II, page 48; Book I, apéndice.

El tema de la responsabilidad es particularmente sensible en el contexto de la posmodernidad que


es la corriente filosófica contemporánea que señala el fin de la modernidad y con ella los grandes
mitos de esta época: epistemología, metafísica y filosofía de la historia.

En este nuevo contexto el hombre se encuentra acorralado –y agobiado- por el mercantilismo


deshumanizante según J. F. Lyotard, (Francia 1924-1998), de acuerdo con Jean Baudrillard,
(Francia 1929- ) los medio de comunicación desfiguran la realidad, una realidad que ya le es
imposible al hombre conocer, y según Emmanuel Lévinas, (Lituania 1906-1995) la cultura está en
contra de la razón y ya no permite creer en una verdad. Las salidas propuestas son las teorías de la
deconstrucción (Jacques Derrida, Argelia 1930-2004) o la metafísica débil (Gianni Vattimo, Italia
1936- ).

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