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Despedida Cuartos Medios

Antes de comenzar con este discurso tengo el deber y el gusto de saludar a


las autoridades presentes: a Sor Elisa__________, al subdirector Milton Brebis
_____, a la inspectora general Ela Palacios Venegas, al jefe de UTP _____
Ceguel, a nuestros profesores y a nuestras familias que con su ayuda hemos
llegado hasta aquí, a esta ceremonia que puede resultar un tanto simple porque
dura apenas dos horas, pero luego de este tiempo dejaremos de ser parte de esta
comunidad educativa, de la que hemos sido partícipes por alrededor de doce años
de nuestra vida. Cuando hayan terminado estas dos horas entraremos en un
mundo que últimamente se ha vuelto muy recurrente, pero que ahora es algo de lo
que no podemos apartarnos.
Al comenzar nuestra etapa estudiantil éramos unas niñas que sólo querían
llegar al colegio para jugar y divertirse, luego al crecer íbamos para estar con
nuestras amistades. Fue en esta etapa cuando nos juntamos con las jóvenes que
ahora son nuestras mejores amigas, con las que compartimos todo el día, aquellas
que son casi nuestras hermanas, parte de nuestra familia. Al terminar estas dos
horas va a comenzar el proceso de la separación, ese proceso que se veía muy
distante cuando pequeñas, pero que ahora está a punto de concretarse. Debemos
estar seguras de que nos veremos más adelante con nuestras futuras familias y
trabajos, con la esperanza de que todas hayamos alcanzado nuestros sueños y
metas porque eso es lo que todas queremos: que todas seamos felices, porque
las uniones, los lazos de hermandad que se han formado a lo largo de este
proceso serán permanentes, los recuerdos de nuestra vida aquí siempre nos
seguirán, en especial los de los últimos dos años. Parece que cuando nos dimos
cuenta de que nos quedaba poco tiempo juntas nos pusimos a hacer cualquier
cosa, por tonta que fuera, el objetivo era tener momentos que recordar como
cuando cada año íbamos a la plaza San Francisco a mojarnos con las bombitas
de agua, o cuando fuimos a la casa de Catalina Lazcani, nuestra ex-presidenta,
para comer, beber y conversar de cualquier tema; las frases que decía Catherine,
eran tontas, pero muy graciosas como “caleta” o “cero”, cuando hacíamos todo a
última hora porque tenemos que aceptarlo, no somos de las más responsables,
pero al juntarnos y organizarnos hacemos cosas sin precedentes como el proyecto
que nos propuso la “profe Gabi”. Creo que en ese lugar, en ese momento nos
dimos cuenta de las cosas que podíamos hacer si estábamos todas juntas y esa
conexión que tenemos para organizarnos, esa ayuda innata que se hace notar
cada vez que una de nosotras necesitaba ayuda y que casi siempre aparecía
alguien que acudiera a ese llamado, esa amistad tan especial que tenemos no se
quebrarán tan fácilmente.
Cada una de nosotras es una integrante de la hermosa comunidad que
hemos creado y debemos considerar que si una faltara no sería lo mismo porque
cada una le aporta algo a esta, nuestra comunidad, por más pequeño que
creamos que sea ese aporte; porque eso es lo que nos hace diferentes, el que
todas podamos convivir en armonía, que nos ayudemos mutuamente y entregando
ese granito de arena que hace que las cosas que hacemos sean tan especiales.
A lo largo de estos años hemos crecido mucho, y no sólo físicamente, ahora
aparte de ser mujeres crecimos como personas, aprendimos a instaurar el respeto
y la dignidad en nuestra vidas, aprendimos a decidir, a usar nuestra libertad, a ser
cada vez más responsables y a usar nuestro discernimiento para elegir lo que
sucederá en nuestras vidas en un futuro cercano, ese futuro que significa dejar de
ser niñas para afrontar el mundo de frente como las mujeres que somos, alejarnos
de las raíces con las crecimos para crear las nuestras propias y espero que en
esas raíces y en esos próximos árboles estén presentes las cosas que hemos
aprendido con los años, los recuerdos y lazos que hemos formado en este periodo
y de esta forma tener algo permanente en nuestras memorias que nos una porque
todas las experiencias que hemos vivido juntas, es seguro que no se borrarán.
De ahora en adelante debemos vivir con el siguiente pensamiento: “El
cobarde muere muchas veces, el valiente sólo una”. Debemos esforzarnos y
luchar por lo que queramos porque como dijo un profesor una vez: “Aunque te
equivoques mil veces sólo fracasas si dejas de intentarlo”. Nunca dejemos de
intentarlo, si se ponen obstáculos en nuestro camino hallemos la manera de
superarlos para que cuando tengamos la edad suficiente para mirar hacia atrás no
nos avergoncemos ni nos arrepintamos de nada, si eso sucede es porque de
verdad hemos vivido nuestra vida al máximo, y que tengamos un espacio en
nuestro corazón para estos años de colegio que nos han hecho como personas y
nos han marcado porque cada una de ustedes ha dejado una huella en el mío.

Karina Peñas D’Angelo


IV medio A

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