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MANUAL DEL ANFITRIN

Cocteles de siete a diez


El mundo est lleno de gente con gustos estrafalarios. Hay quienes
aseguran que una de las cosas que ms les gusta es un buen membrillo
con tinta morada, otros pasan los mejores momentos del da sentados
frente a la televisin; he odo inclusive a una seora confesar que le
gustan los cuadros de Nierman, pero hasta la fecha no he encontrado a
nadie, repito, nadie, que diga que se divierte en cocktail parties, vinos
de honor, homenajes con botanas, o como se quiera llamar a estas
reuniones de desconocidos parados, agarrados de un vaso.
Todos deploramos esta clase de fiestas pero muchos nos
resignamos a asistir a ellas. Al grado de que todos los das ocurren
varias y todas estn repletas. No slo nos resignamos, sino que hay
ocasiones, al caer de la tarde, cuando el dinero se nos acaba antes que
la sed, en que paga uno la cuenta, sale uno de la cantina y se mete en
el cocktail party ms cercano, que en esos momentos se presenta como
una bendicin.
Pero ni aun en esos caso dice uno Qu fiesta tan divertida!
Los asistentes son vergonzantes, igual que los que hacen cola en el
Monte de Piedad.
Yo estoy aqu por pura obligacin. Todos los das tengo que
echarme una de estas pachangas. Como t comprenders, ya las
sueo.
Yo vine noms de entrada por salida, para que el agasajado vea
que hice acto de presencia y no me reclame.
Hay otros que son ms sinceros. Entran en la reunin y le
preguntan al primer conocido que encuentran:
Dnde estn los alcoholes?
Nadie da un cocktail party en honor de s mismo. Al contrario. El
agasajado tiene por obligacin presentarse en la reunin a
regaadientes, como si lo hubieran llevado a fuerzas y como si prefiriera
estar en ese momento en otra parte. La expresin del agasajado debe
ser semejante a la de quien se sac un reintegro en un cachito de
lotera. Dir a sus ms ntimos:

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