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XX
La Guerra Civil (1936-1939) supuso en España una ruptura con la tradición literaria
inmediatamente anterior. El género narrativo, que había sido cultivado sobre todo por
la Generación del 98, por los escritores “novecentistas” y por algunos autores
vanguardistas, será el más desarrollado por los autores después del conflicto, con
temas como la propia guerra vista por ambos bandos y la descripción de la situación
económica y moral en que ha quedado España tras la contienda. En la inmediata
posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no
puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni
parece válida la estética deshumanizada de los años 20.
El tipo de novela que se cultivara en esta época se puede dividir en dos etapas:
-Años 50 Novela Social: A partir de los años 50, y conforme avanzaba el tiempo,
comenzaron a aparecer en España novelas que se alejaban del carácter triunfalista o
de la simple evasión de la posguerra.
El objetivismo
Tiene como referentes la narrativa norteamericana y francesa. Sus rasgos son:
Los autores más importantes del objetivismo son: Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio
Aldecoa y Carmen Martín Gaite.
Los autores más representativos del realismo crítico son los hermanos Goytisolo y Juan
Marsé entre otros.
Podemos encontrar tres autores dentro del contexto de la novela del siglo XX:
En muchas de sus obras se destaca una de sus grandes aficiones, la caza, como en
Diario de un cazador. Miguel Delibes se da a conocer con su novela La sombra de
ciprés es alargada.
con ella el habitual estilo moderado y sencillo con el que pretende plasmar el
mundo rural castellano. No obstante, el tono crítico y de denuncia ha ido
incrementándose en sus obras, como se puede comprobar en su mejor novela Cinco
horas con Mario.
Otras obras importantes son Las ratas, Los santos inocentes y El príncipe destronado.
ARGUMENTO: El protagonista es Pedro, ese huérfano que utiliza todos los argumentos
a su alcance para extraer sentido de la existencia. El voluntario exilio se convierte en
un modo de escapar de toda esa inquietud. Como quien persevera en la búsqueda de
lo inmarcesible, el joven parece, al menos en un principio, preferir la energía de la
naturaleza a la que le brinda el afecto humano, más intensamente coloreado por la
fantasía cuanto más esencial es su impresión. Y no obstante, cede por fin a dicho
sentimiento, aunque tampoco éste sea un estado de ánimo duradero, pues Pedro ha
de perder a Jane en muy trágicas circunstancias. Al final, el retorno a Ávila y el efecto
calmante que le ofrece el diálogo con los más queridos fantasmas —toda novela es
una cabalgata de espíritus— traza una interesante deriva en el protagonista, quien
parece dejar aparte sus iniciales turbaciones.
Leyendo cómo sondea el narrador este proceso, queda claro que el pesimismo viene a
ser la reacción del raciocinio ante las marcas que dejan en el carácter cada golpe y
cada convulsión, cada espasmo y cada arrebato.
Con la novela el camino, el mismo dice que encuentra su voz y estilo narrativo.
Estilo de Delibes:
-los críticos
-la riqueza de su vocabulario y su habilidad para el uso de todos los registros del
lenguaje
- la rememoración de la infancia,
- la representación de los hábitos
La prosa de Miguel Delibes es heredera de la novela realista del siglo XIX. En general,
es una prosa sencilla y amena, muy fácil de leer incluso cuando experimenta con
técnicas narrativas novedosas. Delibes es un penetrante artista de la descripción y del
análisis psicológico. Delibes se va transformando lentamente, superando incluso los
límites del realismo social de la promoción anterior. Es uno de los autores de su
promoción en los que más se manifiesta está la huella de la Guerra Civil, a pesar de
que, no ha dedicado a la guerra ningún libro.
Delibes tiene una gran capacidad para el detalle, sus novelas suelen parecer algo lentas
y elaboradas.
CARMEN LAFORET
Carmen Laforet nació en Barcelona en 1921. A los dos años se trasladó con su familia
a Canarias, viviendo en las Palmas. Allí permaneció hasta los dieciocho años. A esta
edad marcha a Barcelona donde estudia, durante tres años, en la Facultad de
Filosofía y Letras. En 1944 obtiene con Nada el Premio Nadal, en su primera
convocatoria, y se convierte en la revelación de la narrativa española de posguerra,
abriendo nuevos horizontes a nuestra literatura. Se traslada después a Madrid,
donde contrae matrimonio y se instala definitivamente. Su producción literaria
tuvo en ese período tres hitos, las novelas que siguieron a Nada. En 1952 publicó
La isla y los demonios, donde evocaba los años de su infancia y adolescencia en
Canarias. Tres años después vio la luz La mujer nueva, un título que podría ser la
definición de su vida en esta época, pero que era en realidad el relato de su
«reconversión» al catolicismo tras unos años de agnosticismo.
Nada:
Ganó el Premio Nadal el 6 de enero de 1945; más tarde, en 1948, obtuvo el
Premio Fastenrath de la Real Academia Española.
La obra llamó la atención no solamente por la juventud de la escritora, que por
aquel entonces tenía 23 años, sino también por la descripción que Laforet hizo de
la sociedad de aquella época.
Frente a quienes dijeron que la novela era autobiográfica, la autora misma escribió,
en la introducción a la compilación titulada Novelas (Primera edición de 1957,
Barcelona, Editorial Planeta).
La escritora supo transmitir con esta obra, escrita con un estilo literario que
supuso una renovación en la prosa de la época, la lenta desaparición de la pequeña
burguesía tras la Guerra Civil.
Lenguaje y estilo:
La novela plantea una sociedad gris. Monótona. Como un túnel sin salida. Infeliz. Y
decepcionada porque la burguesía había ayudado a Franco a ganar la guerra y
pensaban que el país se arreglaría, ahora se encontraban con las cartillas de
racionamiento, la miseria, el hambre, la represión policial y política. Con una fuerte
inseguridad y una incerteza de lo que lo que deparará el futuro, tanto alrededor
como en el nivel personal.
A través de las experiencias de Andrea se muestran las 3 clases sociales, desde los
degradados barrios marginales de la calle conde del Asalto de Barcelona, hasta la
lujosa casa burguesa de la familia de Pons.
Por un lado nos presenta la vida de los más humildes a través de los personajes y
las situaciones que se suceden.
Después nos encontramos ante una clase modesta o menos humilde, algo
desesperada y consternada por la dificultad de ganar dinero. Es el caso de Andrea y
su familia, que ganan lo mínimo para subsistir y viven en un completo
conformismo.
Finalmente encontramos la burguesía, la clase alta de Barcelona. Vanidosa, ufana,
frívola, orgullosa y egocéntrica. Choca con la inseguridad de la clase media. Pero
destacaría su infelicidad. La juventud hija de esta burguesía tiene a su disposición
todo lo que necesitan. Los padres facilitan todo tanto a sus hijos que lo simplifican
todo, haciendo que sus vidas sean insignificantes y sólo sean marionetas. No se
esfuerzan por conseguir alcanzar los objetivos que se propongan. Una persona
modesta como Andrea aprecia bastante más lo que le ha costado trabajo
conseguir. Los padres se empeñan en dirigir el destino y la carrera y el futuro de
sus hijos
- ESTRUCTURA
Se divide en 19 capítulos donde transcurre la vida del autor desde que nace hasta que
mata a su madre y se marcha de su pueblo.
- PERSONAJES
Encontramos un sinfín de personajes secundarios pero vale la pena destacar a los dos
principales:
Estilo
A partir de la obra La familia Pascual Duarte Cela concibe la novelística como un
género en libertad:
- El escritor no se somete a ninguna norma, de ahí su estilo experimental que hace
que cada una de sus obras sea diferente
Mezcla con destreza los recursos narrativos de las vanguardias del siglo XX, se
convirtió en un artista "rompedor".
Cela utilizará en adelante una equilibrada aleación de humor, ternura, horror,
desenfado verbal y léxico escatológico en sus obras. Al contrario de otros autores.
Más adelante hizo servir Narraciones caóticas, con aparición de cientos de personajes
y empleo de técnicas cubistas de fragmentación y collage.
Su voluntad era recorrer únicamente tierras españolas, no le interesaba lo exótico, ni
lo lejano.
Las historias giran en torno a lo grotesco o repulsivo causada por los personajes que
viven en un ambiente de marginación, sumidos en la incultura, el dolor y la angustia.
Por tanto el tremendismo es un tipo de crítica social.