La leyenda de la flor Mutisia Cuenta la leyenda mapuche que hace mucho
tiempo, en la zona del volcn Lann, existan dos tribus enemigas
irreconciliables que guerreaban a menudo y se guardaban mucho rencor. Un da, el joven hijo del cacique de una de las tribus y la hija del cacique de la otra se enamoraron locamente. Pero dado el intenso odio que exista entre las familias no podan tratarse a menudo y verse abiertamente. Una oscura noche, la machi (hechicera) vigilaba junto al rahue (altar) mientras se realizaba el Nguillatn. De repente rompi el silencio el graznido del pun triuque (chimango de la noche). La machi se estremeci, pues saba que se era un grito de mal presagio. Mir a su alrededor y escuch un ruido sospechoso. Observ atentamente y vio a la hija del cacique que escapaba sigilosamente con el hijo del cacique enemigo. En ese momento, la machi se dio cuenta que ese era el peligroso suceso anunciado por el pjaro agorero. La machi crea que esa accin mereca ser castigada y corri a comunicar al padre la fuga de su hija. Enseguida se escuch por segunda vez el alarmante grito del pun triuque. El padre, muy enojado, orden la persecucin y captura de los enamorados, que pronto fueron apresados, juzgados y condenados a muerte. Ambos jvenes fueron atados a un poste y con lanzas y machetes todos se arrebataron contra ellos, dndoles la ms cruel de las muertes. A la maana siguiente, los ejecutores de este brbaro crimen, quedaron asombrados al ver que en el lugar del suplicio de los jvenes enamorados, haban nacido unas flores de ptalos anaranjados nunca vistas. Quiilhue! gritaron los primeros que la vieron-, con ese nombre se conoce la flor que produce una enredadera que se abraza y trepa por los rboles, como se abrazan los jvenes enamorados. Avergonzados y arrepentidos, los mapuches empezaron a venerar esa flor llamada Mutisia por los blancos. Las almas de los jvenes amparados por la futa chao en el pas del cielo se amaron por siempre, mientras esa delicada flor de ptalos rojos nos recuerda el martirio de los enamorados dado por los hombres injustos.