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Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y


la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su
célebre libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995. Goleman estima que la
inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y
sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las
relaciones.

Enfermedades sociales - Introducción

Se utiliza generalmente este término para denominar aquellos trastornos que


provienen de la influencia del medio en el que se vive o surgen a consecuencia
del mismo.

El estrés, por ejemplo, se considera una de las principales consecuencias de la aceleración


y rapidez de la vida en el mundo moderno. Otras enfermedades que también se consideran
como producto de la sociedad son las adicciones como el alcoholismo.

Racismo, xenofobia, etnocentrismo, mestizaje y multiculturalidad

El racismo es una afrenta a la dignidad humana básica y una violación de los derechos
humanos. Las personas con sentimientos humanos, los tratados internacionales, los
humanistas y las ONGs  tratan  de terminar con el racismo, una desafortunada creencia
cultural, que transciende en una actitud social, que propugna y afirma que la gente de
diferentes grupos humanos se diferencian en  valor, y que existen estatus con diferencias
sociales, intelectuales, de un grupo en relación a otros.

En ocasiones racismo, se refiere a creencias, prácticas e instituciones que discriminan


contra la gente de acuerdo a su agrupación racial percibida, afirmada o presunta. También
se llama racismo a la ideología política, que defiende la existencia de varias razas de seres
humanos y la inferioridad de unas respecto a otras. Hay comportamientos que son
discriminatorios y van en contra de la igualdad, como el etnocentrismo o creencia de la
superioridad de una raza sobre otra, creencia de las personas que idealizan al grupo y
admira las realizaciones de éste, y por otra, ofrece una referencia contrapuesta frente a los
grupos exteriores. Ensalza la imagen de si mismo y la de su grupo y proyecta mediante las
creencias compartidas de su grupo, sobre la culpabilidad de las gentes de afuera, que son
interpretados a través del modelo de pensamiento del propio grupo: Lo nuestro es mejor
que lo vuestro.

La xenofobia es prejuicio de: recelo, odio, fobia y rechazo contra los extranjeros, y en
general, contra los grupos étnicos diferentes, y contra personas cuya fisonomía social y 
cultural se desconoce. La xenofobia comportaría añadir al etnocentrismo un
comportamiento excluyente en preservación de la propia identidad e intereses, en base a un
espacio social sin la presencia de individuos provenientes de otros pueblos o culturas. Todo
individuo «foráneo» es rechazado de la estructura social por el hecho de serlo,
independientemente de su condición personal.

El etnocentrismo y la xenofobia son matrices culturales que favorecen la aparición del


racismo en una sociedad concreta, pero si bien son condiciones necesarias, no son
suficientes. Para que el racismo tome su verdadera dimensión, se precisa la aparición del
componente ideológico de legitimación de la dominación en base a los caracteres propios y
permanentes del otro.

El racismo, según Albert Memmi, es la valoración generalizada y definitiva, de diferencias


biológicas, reales o imaginadas, en beneficio del acusador y en detrimento de la víctima, a
fin de justificar sus privilegios y su agresión.

Lévi Strauss describe el racismo como ideología precisa en la que se cree que hay una
correlación entre el patrimonio genético y las capacidades intelectuales o disposiciones
morales; que todos los miembros de una raza poseen esas cualidades; que hay razas
superiores e inferiores, y que aquéllas más privilegiadas están «autorizadas» a dominar,
explotar o destruir a las «inferiores» si es necesario.

El concepto raza también plantea problemas. Los científicos aseguran que el componente
genético es el mismo y que las diferencias sólo existen en el fenotipo, los caracteres
externos. Desde esta visión científica no existen las razas y no hay estudios serios que
indiquen que biológicamente las denominadas razas tengan mayores o menores aptitudes
psíquicas, de inteligencia, morales o de cualquier tipo.
Es evidente que a nivel sociocultural existen las razas, con las diferencias entre los
humanos porque son evidentes en el color de la piel, en el cabello, en la constitución física,
en los gestos y en las formas. Pero el racismo, tal como lo percibimos en las sociedades
occidentales, es la más acabada y desarrollada ideología de la dominación.

Juan Aranzadi hace una diferenciación entre el racismo popular y el científico.

A)     El racismo popular basado en la sensibilidad y percepción empírica coge las


características físicas palpables y las eleva a su definición de raza. Este racismo conserva su
sensibilidad y no está lejos de la piedad que nos define como humanos.

B)      El racismo científico se basa en el patrimonio genético que está oculto y es


imperceptible a los sentidos. Los judíos alemanes no se distinguían de sus compatriotas
alemanes, pero el nazismo provocó un genocidio al elegir el patrimonio genético como
determinante racial. Los judíos fueron descubiertos no por su idioma, vestimenta o aspecto
físico.

Aquí es donde radica el racismo, hacer ver a los semejantes como otros diferentes para
romper el sentimiento de empatía, hospitalidad, piedad, curiosidad o amor que sentimos por
los otros. Y es aquí donde hay que insistir y recordar, el racismo, el nazismo y el
totalitarismo en general no constituyen milagrosas caídas de la humanidad en la
irracionalidad sino que son fenómenos genuinamente modernos, enfermedades de nuestra
civilización, posibilidades abiertas por la racionalidad científica, burocrática y técnica de
nuestras sociedades. Hay miedos en algunas sociedades, cuando las estadísticas plantean
alarmadas que el índice de natalidad es bajo y que se va a envejecer la población, aparece el
temor de que la población estancada se vaya substituyendo por población inmigrada. Miedo
a que cambien las formas sociales, el mapa tradicional de relaciones e intercambios. Ante
esto, las sociedades se vuelven impermeables.

A pesar de la descalificación científica del racismo de base biológica, encontramos un


racismo popular que se basa en las características físicas y palpables de los que son
considerados diferentes. Este racismo, fruto de nuestra civilización moderna y de nuestra
racionalidad científica, con mentalidad racista que se ha ido gestando a través del concepto
del infiel, el salvaje o el extranjero.

Fue el componente colonial quien realmente avivó la llama del racismo como ideología de
dominación, y ahora cuando el mundo occidental está en crisis y después de colonizar todo
el mundo y expropiar las tierras de los nativos, ahora no aceptamos personas inmigradas en
nuestra ciudad.

Vano empeño, el mestizaje es un proceso natural imparable, al igual que la presión que
ejercerá el Tercer Mundo sobre el reducto de los países desarrollados. Nos encontramos con
un Occidente en crisis y conservador, en decadencia. Es probable que en pocos años ya no
existan estos polos de desarrollo y bienestar, que el eje de dinamismo y progreso nuevo se
desplace a otros países orientales o americanos. No obstante, seria de desear que el mundo
fuera un espacio multicultural y multirracial, donde cada pueblo tenga su espacio de
crecimiento y entre todos un espacio de encuentro. Rechazamos que el racismo no tenga
ninguna posibilidad ni ahora ni nunca, pues es la negación de toda humanidad.

Racismo
Desfile del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan en 1928 en Washington (Estados
Unidos)

El racismo es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales,


tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se
consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la
disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas.[1]
Apareció en Europa en el siglo XIX con el fin de justificar la supremacía de una supuesta
"raza blanca" sobre el resto de la Humanidad.[2] [3]

La discriminación racial es un concepto que suele identificarse con el de racismo y que lo


abarca, aunque se trata de conceptos que no coinciden exactamente. Mientras que el
racismo es una ideología basada en la superioridad de unas razas o etnias sobre otras, la
discriminación racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista,
no siempre lo está. En este sentido hay que tener en cuenta que la discriminación racial
positiva (cuando se establecen discriminaciones con el fin de garantizar la igualdad de las
personas afectadas), constituye una forma de discriminación destinada a combatir el
racismo.

Etnocentrismo
El etnocentrismo es el acto de ver y analizar al mundo de acuerdo con los parámetros de la
cultura propia.[1] El etnocentrismo suele implicar la creencia de que la propia raza o grupo
étnico sea la más importante, o que algunos o todos los aspectos de la cultura propia sean
superiores a los de otras. Este hecho se refleja por ejemplo en los exónimos peyorativos que
se dan a otros grupos y en los autónimos positivos que el grupo se aplica así mismo. Dentro
de esta ideología, los individuos juzgan a otros grupos en relación a su propia cultura o
grupo particular, especialmente en lo referido al lenguaje, las costumbres,
comportamientos, religión y creencias. Dichas diferencias suelen ser las que establecen la
identidad cultural.

3. Falacias

La característica común a todos los razonamientos que cometen falacias de atinencia* es


que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, no pudiendo
establecer su verdad.

La intimidación no necesariamente debe hacerse a través de enunciados que aludan a la


coacción física, ya que dichos enunciados pueden referirse a otros métodos de intimidación
no consistentes en las vías de hecho.

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