de estallar en conflicto y en muerte. Aqu s que se pone
en evidencia un mundo de utopas vacas, fundadas en la Nada de los dolos: una situacin humana y socialmente alienada. A esto es a lo que teolgicamente hay que llamar pecado; y de esto hay que convertirse para poder reconocer al Dios verdadero, que es todo amor y todo comunin.