poder poltico o econmico o inters nacional, de clase, o de
partido o, tambin, valores espirituales de Occidente o de la civilizacin) es hacer de nuevo la mayor ofensa a Dios convertido en dolo regional e interesado y, a la vez, impedir la fe en Dios de todos aquellos que experimentan este supuesto orden como opresin y privacin de dignidad y de los derechos ms elementales. Como explica Vncent Cosmao en su libro Transformar el mundo (Sal Terrae, Santander 1981), cuando se presenta a Dios como garante del orden establecido, el atesmo se convierte en condicin necesaria para el cambio social. Se comprende que en un mundo en el que los hombres sienten en lo profundo una honda insatisfaccin y angustia ms all de una despreocupada y superfical autosatisfaccin y anhelan cambios radicales para que su existencia no sea vivida bajo constante opresin o amenaza de muerte, aquel Dios supuestamente ligado con el desorden establecido haya sido objeto de rechazo, a