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El discurso describe las virtudes de los atenienses. Resalta que aman la belleza pero no la ostentación, cultivan el intelecto sin languidez, y ven la riqueza como una oportunidad no como un fin en sí mismo. También enfatiza que los atenienses se preocupan por los asuntos públicos además de sus intereses privados, toman decisiones colectivas tras un debate profundo, y afrontan los riesgos con audacia y desprendimiento. Finalmente, señala que Atenas sirve de ejemplo para Grecia y que cada ciudad
Descripción original:
TUCÍDIDES - Guerra Del Peloponeso, Liber II, Discurso de Pericles
El discurso describe las virtudes de los atenienses. Resalta que aman la belleza pero no la ostentación, cultivan el intelecto sin languidez, y ven la riqueza como una oportunidad no como un fin en sí mismo. También enfatiza que los atenienses se preocupan por los asuntos públicos además de sus intereses privados, toman decisiones colectivas tras un debate profundo, y afrontan los riesgos con audacia y desprendimiento. Finalmente, señala que Atenas sirve de ejemplo para Grecia y que cada ciudad
El discurso describe las virtudes de los atenienses. Resalta que aman la belleza pero no la ostentación, cultivan el intelecto sin languidez, y ven la riqueza como una oportunidad no como un fin en sí mismo. También enfatiza que los atenienses se preocupan por los asuntos públicos además de sus intereses privados, toman decisiones colectivas tras un debate profundo, y afrontan los riesgos con audacia y desprendimiento. Finalmente, señala que Atenas sirve de ejemplo para Grecia y que cada ciudad
Nos encantalobello,pero no laostentacin,ycultivamoslosplaceresintelectuales,perosin
languidez. Necesitamos la riqueza como una oportunidad para nuestras iniciativas, no para lucir cuando hablamos. Y admitir la pobreza no es vergenza para nadie, mucho ms vergonzosoesnotrabajarduroparasalirdeella. El cuidado de los intereses privados procede para nosotros de la mano con la actividad poltica, y aunque cada uno est con sus ocupaciones diversas, podemos todava tener un buen conocimiento de los asuntos pblicos. El hecho es que nosotros somos los nicos a considerar a los que no cuidan de lo pblico no gente tranquila, sino buenos para nada. Y nosotros somos los mismos que participamos en las decisiones colectivas es decir para reflexionar con profundidad en los asuntos del Estado, porque no creemos que el debate perjudique a la accin el peligro se encuentra ms bien en no aclarar las ideas discutiendo, antesdeabordarlasaccionesquesepretendenimplementar. Ya que incluso en esto somos diferentes: sabemos dar prueba de la mxima audacia y al mismo tiempo evaluar con desprendimiento lo que estamos a punto de emprender mientras que,paratodoslosdems,laignoranciaempujahacialaaudaciaylareflexinllevaadudar. Pero sera justo reconocer la mayor fortaleza del alma de los que, conociendo muy bien tanto los peligros como los aspectos agradables de la vida, no por eso sesustraendelriesgo. Incluso por la nobleza del alma somos lo opuesto que la mayora nosotros no hacemos nuestras amistades para obtener beneficios, somos ms bien nosotros a brindarlos: el favor del benefactor siempre es ms constante, porque un comportamiento benvolo siempre garantiza el debido reconocimiento por otro lado quin est en deuda y tiene que devolver, no est motivado por un sentimiento igualmente vivo, ya que reconoce quelosserviciosque va a hacer a su vez, no se considerarn como un favorespontneo,sinocomocompensacin porladeuda. Y nosotros somos los nicos que se dedican a ayudar libremente los dems no por astucia, sinomsbiencomobsquedadelibertad. En resumen, podemos decir que nuestra ciudad en su conjunto constituye una instruccin para Grecia, y, al mismo tiempo, que donde nosotros cada ciudadano puede, en mi ver, desarrollar independientemente su talento en los ms diversos mbitos con gran gracia y aplomo. Y que estas no sean pomposas palabras de circunstancia, sino la verdad de hecho! la evidenciadeelloesjustoelpoderdelaciudad,quehemoslogradograciasaestascualidades.