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De qu modo los prncipes deben cumplir sus promesas.

Un prncipe que cumple su palabra, que obra con rectitud, es muy admirado. Pero la
historia nos dice que los prncipes que han faltado a su palabra, que han corrompido
muchas veces lo prometido; es decir que son aquellos que han logrado grandes empresas en
pos de su propio beneficio. Para ello un prncipe debe saber comportarse como hombre y
como bestia. Dentro de lo cual hay dos maneras de combatir: una, con las leyes, otra, con la
fuerza. La primera es distintiva del hombre; la segunda de la bestia.
Como el destinatario es mitad bestia y mitad hombre, un prncipe debe saber emplear las
cualidades de ambas naturalezas, ya que una no puede durar sin la otra. Es decir que como
bestia conviene que el prncipe se transforme en zorro y en len; porque el len no sabe
protegerse de las trampas y el zorro no se protege de los lobos.
Un prncipe prudente no debe observar la fe jurada cuando semejante sujecin vaya en
contra de sus intereses y cuando hayan desaparecido las razones que le hicieron prometer
ya que los hombres son perversos. Se podra citar innumerables ejemplos, como tratados de
paz y promesas vueltas intiles por la infidelidad de los prncipes. Hay que saber
disfrazarse bien y ser ms hbil en el fingir y el disimular.
Es preciso que un prncipe posea todas las virtudes mencionadas, pero es indispensable que
aparente poseerlas. Hay ocasiones que el tenerlas y practicarlas siempre es perjudicial, y el
aparentar tenerlas es til. Est bien mostrarse piadoso, fiel, recto, humano y religioso, as
mismo serlo efectivamente; pero se debe estar dispuesto irse al otro extremo si fuera
necesario. Un prncipe debe tener muchsimo cuidado de que no le brote nunca de los labios
algo que no est empapado de las cinco virtudes antes citadas. Y en las acciones de los
hombres, particularmente de los prncipes, donde no hay apelacin posible, se atiene a los
resultados.

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