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FILOSOFÍA PREMARXISTA.*
Como sistemas filosóficos más o menos íntegros, que hicieron las primeras tentativas
de comprender el mundo como un todo, el materialismo y el idealismo aparecieron
muchos siglos antes de nuestra era en las sociedades esclavistas del Antiguo Oriente:
China, India, Egipto y Babilonia. La filosofía de aquellos tiempos alcanzó su máximo
florecimiento en Grecia y Roma. El nacimiento del materialismo se debió al progreso
alcanzado en el desarrollo de la producción, a los primeros éxitos de la ciencia, y desde
sus primeros pasos entabló una lucha inconciliable con su adversario, el idealismo. Ésta
fue un reflejo de la lucha de las fuerzas progresistas de la sociedad esclavista contra la
reacción.
Así, los Charvakas, en la India antigua (s. IV-II a. n. E.), afirmaban que todo lo
existente en el mundo consta de cuatro elementos: el fuego, el aire, el agua y la tierra,
que constituyen todos los seres vivos, sin excluir al hombre. No reconocían la existencia
de ningún Dios y consideraban que el mundo se desarrolla en virtud de su propia
naturaleza, de sus causas internas. Las doctrinas de Sankhya, Nyaya, Vaiseshika y otras
escuelas y corrientes filosóficas de la India antigua contenían asimismo tendencias
materialistas.
Salidas de las capas medias democráticas de la clase esclavista, Demócrito era, por sus
convicciones políticas, un demócrata. Era partidario del desarrollo de la artesanía, del
comercio y de la ciencia.
Afirmó que éste "... no ha sido creado por ningún Dios ni por ningún hombre, sino
que ha existiendo siempre, existe y seguirá existiendo como un fuego eternamente vivo,
encendiéndose y extinguiéndose por partes.
Lenin conceptuó ese pasaje como "una exposición muy buena de los principios del
materialismo dialéctico". En él hallaron su primera expresión, aunque de manera aún
muy candorosa, las ideas fundamentales del materialismo dialéctico: la unidad material
del mundo, su objetividad, su existencia independiente de la conciencia, la unidad de
materia y movimiento y el movimiento de la materia con sujeción a leyes.
Marx y Engels tenían una alta opinión de Aristóteles. Marx lo llamó el Alejandro
Magno de la filosofía griega. Al mismo tiempo criticaron su inconsecuencia y las graves
concesiones que había hecho al idealismo.
Al plantear toda una serie de importantes problemas (la esencia material del mundo, el
movimiento en la naturaleza, etc.), los filósofos antiguos dieron un vigoroso impulso al
desarrollo del pensamiento filosófico. Posteriormente, numerosas generaciones de
filósofos se han dedicado a resolver esas cuestiones.
La profunda crisis del régimen esclavista acabó por llevarlo a la tumba y fue
sustituido por la sociedad feudal, basada en el trabajo de los siervos de la gleba. La
Iglesia, que ejercía inmensa influencia en la política, en la ciencia y en la enseñanza,
ejerció una función rectora en esa época. La filosofía se convirtió en servidora de la
teología. Cayó en olvido el materialismo de los antiguos, entronizándose durante largos
siglos el dominio de la concepción religiosa del mundo.
Entre los siglos XVI y XVII se desencadenó en Europa occidental una ola de
revoluciones burguesas. A fines del siglo XVI se consolidó el capitalismo en los Países
Bajos; a mediados del siglo XVII en Inglaterra; y a fines del siglo XVIII estalló la
revolución burguesa en Francia. La consolidación del capitalismo fue seguida de un
impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas, que originó la necesidad de obtener
conocimientos científicos más profundos.
En esa época adquirió particular desarrollo la mecánica, fenómeno motivado ante todo
por tareas técnico-industriales como la necesidad de diseñar máquinas y mecanismos de
regular torrentes montañosos, etc. además, el movimiento mecánico es el más simple y
susceptible de investigación; por eso los naturalistas lo estudiaron antes que el de otros
tipos.
Las ciencias naturales de aquel tiempo entendían que su misión principal era
investigar experimentalmente algunas cosas y fenómenos. Para ese fin se empleaba en
amplia escala el denominado método analítico (del griego análisis, descomposición,
desmembración). Los sabios dividían mentalmente la naturaleza en partes, las
clasificaban, investigaban cada una por separado y estudiaban sus propiedades y las
leyes de su movimiento.
El primer representante del materialismo de este nuevo período fue el filósofo inglés
Bacon (1561-1626), quien atacó duramente el idealismo y la religión, considerando que
la misión de la filosofía, y de la ciencia en general, era conocer la naturaleza y ayudar al
hombre a que dominase sus poderosas fuerzas. Reconociendo que el mundo es material,
Bacon opinaba que la materia es infinita en su diversidad cualitativa la materia refulge
en la filosofía de Bacon con su poético y sensitivo resplandor.
Bacon dio al modo de estudiar la naturaleza una interpretación filosófica que los
naturalistas de su tiempo aplicaban en vasta escala. Decía que para saber es necesario
experimentar, observar, analizar los hechos, y luego pasar de los hechos y cosas
aislados a la síntesis y conclusiones. La operación mental que consiste en pasar de los
hechos aislados a la síntesis se llama inducción (del latín inductio, acción de instigar, de
mover a.). Bacon fue el fundador de la ciencia experimental, del método inductivo del
conocimiento; en eso consiste su aporte al desarrollo del pensamiento filosófico. Sin
embargo, convirtió a la inducción en algo absoluto, ignoró la deducción, método
opuesto que permite inferir conclusiones de hechos particulares en base a tesis
generales.
En la segunda mitad del siglo XVII la burguesía triunfó en Inglaterra. Sin embargo, a
pesar de ello, no rompió con la aristocracia feudal, cuyas posiciones en la sociedad
inglesa aún eran muy fuertes. Por eso no fue casual que en Inglaterra, en la primera
mitad del siglo XVIII el materialismo cediera el paso a la filosofía idealista subjetiva de
Berkeley (1684-1753) y Hume (1711-1776).
Berkeley fue enemigo inconciliable del materialismo. Declaró que el mundo
circundante es producto de la conciencia del hombre. Consideraba que todas las cosas
son combinaciones de sensaciones. Según él, los objetos, las cosas, existen sólo porque
el hombre las percibe, siente, ve, oye y palpa. La tesis fundamental de su filosofía dice:
existir significa ser percibido.
Espinosa fue un insigne ateísta del siglo XVII. No criticó simplemente la religión,
sino que se esforzó por demostrar científicamente lo erróneo de la misma y por
descubrir las causas que la originaron y el papel reaccionario que desempeñaba. Su
aserto de que la naturaleza es la causa de sí misma excluye a Dios de ella y es, en
esencia, la fundamentación filosófica del ateísmo.
EL MATERIALISMO FRANCÉS DEL SIGLO XVIII
A fines del siglo XVIII triunfó en Francia la más radical de todas las revoluciones
burguesas europeas. Acabó con el feudalismo e implantó en el país el dominio completo
del régimen capitalista. Fue precedida por la lucha ideológica de la burguesía
revolucionaria contra el feudalismo y su concepción idealista y religiosa del mundo. En
esas condiciones de cruenta lucha política e ideológica se formó el materialismo francés
del siglo XVIII. Sus representantes principales fueron Lametrie (1709-1751), Diderot
(1713-1784), Helvetius (1715-1789) y Holbach (1723-1789).
Los materialistas franceses elevaron también a un grado más alto la teoría del
conocimiento. Consideraban el conocimiento como el reflejo, en la cabeza del hombre,
de los objetos y fenómenos que existen realmente. Al excitar los órganos de los
sentidos, los objetos producen las sensaciones, de las que nacen los conocimientos.
En sus opiniones había también elemento de dialéctica. Diderot, por ejemplo, expresó
la idea del desarrollo de los organismos, de la vinculación de las plantas y los animales
con las condiciones de su existencia. Pero, en suma, sus opiniones no iban más allá del
materialismo mecanicista, del materialismo metafísico.
El desarrollo de la filosofía en los siglos XVII y XVIII aportó una nueva forma de
materialismo, la del materialismo metafísico. Como era la concepción de la burguesía,
clase progresista de aquel tiempo, asestó un golpe demoledor al idealismo y a la
religión, ideología reaccionaria del feudalismo. El materialismo metafísico estuvo
estrechamente ligado con las conquistas de las ciencias naturales de su tiempo y ellas le
proporcionaron serios argumentos científicos. En suma, representó un considerable paso
adelante en el desarrollo de la concepción científica del mundo.
En el siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX, Alemania era un país en el que
dominaban las relaciones feudales. El fraccionamiento político y económico del país fue
la causa de su atraso. No obstante, el capitalismo también fue madurando allí, y la
burguesía creciendo lenta e indeclinablemente. A diferencia de la burguesía radical
francesa, la alemana era medrosa, indecisa. Debido a su debilidad económica y política
no era capaz de conquistar el poder y se contentaba con reformas a medias, procurando
únicamente renovar y perfeccionar parcialmente el régimen existente para obtener algún
provecho. El reconocimiento de su debilidad y el miedo a la revolución la obligaban a
desear sólo un compromiso con el feudalismo y la monarquía.
LA FILOSOFÍA DE KANT
Kant (1724-1804) fue un insigne filósofo del siglo XVIII. En su juventud se dedicó
provechosamente a las ciencias naturales. La conocida hipótesis cosmogónica de Kant-
Laplace, según la cual la tierra y otros planetas del sistema solar surgieron de manera
natural de una nebulosa primaria, asestó un rudo golpe al mito religioso de la creación
del mundo. Es verdad que en su hipótesis Kant hizo una grave concesión a la religión:
reconoció la existencia de Dios. Sin embargo, según él, la misión divina acabó al poner
en movimiento las fuerzas de la naturaleza.
Kant creó su sistema propio de categorías lógicas, de los conceptos más generales del
pensamiento, como la causa y el efecto, la necesidad y la casualidad, la posibilidad y la
realidad, pero opinaba que estos conceptos no reflejan la realidad, sino que representan
únicamente categorías de nuestro entendimiento. El hombre da a la naturaleza, por
medio de esos conceptos, un orden y leyes determinados. Criticado este aspecto de la
filosofía de Kant, Lenin consideró que la fórmula kantiana "el hombre da las leyes a la
naturaleza y no ésta al hombre" es una fórmula de fideísmo y oscurantismo clerical.
Hegel (1770-1831) fue el representante más ilustre de la filosofía clásica alemana del
siglo XIX. Criticó el idealismo subjetivo y el agnosticismo de Kant, pero desde la
posición del idealismo objetivo. Afirmó que el mundo es obra de la actividad y la
creación de cierta conciencia extrahumana que existe objetivamente, la " idea absoluta",
el "espíritu universal". "Todo lo real, por cuanto constituye algo auténtico - escribió -,
es la idea y posee su autenticidad por medio y en virtud de la idea".
Según Hegel, la idea se desarrolla primero por sí misma. Luego, en una etapa
determinada de su proceso "toma cuerpo" en la naturaleza, originando así los diversos
objetos y fenómenos. Luego la idea engendra la sociedad humana, cuya historia es el
proceso del conocimiento de esa misma idea absoluta. El proceso de la cognición de la
idea absoluta acabó, según Hegel, en su sistema filosófico, que él consideró como el
coronamiento del desarrollo filosófico.
Hegel formuló las leyes fundamentales de la dialéctica que rigen el proceso de las
ideas y los pensamientos. Mostró que su desarrollo no transcurre en un círculo cerrado,
sino de manera ascendente, pasando de las formas inferiores a las superiores; que en el
proceso del desarrollo se produce el paso de los cambios cuantitativos a cambios
cualitativos, uy que las contradicciones internas son la fuente del desarrollo. Caracterizó
los conceptos (categorías) fundamentales de la dialéctica y mostró su concatenación y la
convertibilidad de unos en otros.
Hegel comprendía también de manera limitada el proceso del desarrollo. Opinaba que
la naturaleza no se desarrolla en el tiempo, sino que evoluciona únicamente en el
espacio. Veía el desenvolvimiento de la sociedad sólo en el pasado. Consideraba que la
cima del progreso social era la monarquía estamental-burguesa prusiana, contemporánea
suya. Creía asimismo que las contradicciones de la sociedad no se resuelven por lucha,
sino por conciliación. Suponía que había plena armonía de intereses de clase en el
Estado prusiano contemporáneo. De ese modo sacó conclusiones y expuso ideas
chovinistas que luego recogieron los ideólogos reaccionarios del imperialismo.
EL MATERIALISMO DE FEUERBACH
Feuerbach elevó asimismo a un grado más alto la teoría materialista del conocimiento,
en la que prosiguió consecuentemente las tradiciones del sensualismo. Consideraba que
el hombre recibe las primeras impresiones de la naturaleza por medio de los órganos de
los sentidos. Luego estas impresiones sensitivas son sintetizadas por el raciocinio que
forman los conceptos y da las denominaciones a los objetos.
Feuerbach fue ateísta. No se limitó a repetir los asertos de los materialistas franceses
acerca de que la religión es fruto de la ignorancia y del miedo sino que buscó sus raíces
en la propia vida humana y las encontró en el poder imaginativo inherente al hombre.
Sin embargo no logró descubrir las causas clasistas de la religión. Al refutarla, exigía
que se pusiera en lugar de ella el saber, y en lugar de la Biblia, la razón.
Así, pues, la filosofía clásica alemana de laos siglos XVIII y XIX constituyó otro gran
paso en la creación de la concepción científica del mundo. El materialismo cobró mayor
desarrollo en las obras de Feuerbach. Hegel compuso un sistema ordenado de dialéctica
idealista, un conjunto de categorías lógicas. El gran mérito de Hegel consiste en que,
tras la dialéctica de las ideas, adivinó la dialéctica de las cosas, o sea, el carácter del
desarrollo de los objetos y fenómenos del mundo material.
Su íntima vinculación con la vida y la lucha revolucionaria del pueblo, así como su
conocimiento de las conquistas logradas por las ciencias naturales de su tiempo, les
permitieron superar en varias cuestiones importantes la limitación de la filosofía
premarxista de Occidente y dar un gran paso adelante en el desarrollo del pensamiento
filosófico materialista. Interpretaron la dialéctica de Hegel de un modo materialista y la
aplicaron para fundamentar teóricamente el movimiento emancipador de los
trabajadores. Herzen, por ejemplo, la llamó "álgebra de la revolución". Él y
Chernishevski expusieron varias hipótesis brillantes acerca del gran papel que los
factores materiales desempeñan en el desarrollo de la sociedad. Por eso los fundadores
del marxismo-leninismo valoraron en alto grado el pensamiento de los demócratas
revolucionarios rusos. En su análisis de las concepciones filosóficas de Herzen, Lenin
consideró que éste se había acercado al materialismo dialéctico y se detuvo ante el
materialismo histórico. En Rusia, los mejores representantes de la democracia
revolucionaria fueron los precursores inmediatos del marxismo.
Los pensadores rusos del siglo XIX siguieron siendo idealistas con respecto a sus
concepciones de la sociedad. No pudieron comprender la importancia determinante de
la producción material en la vida de la sociedad, a pesar de que le concedieron gran
atención.
NOTAS
(1) Sustancia (del latín substancia, que significa esencia) base invariable de todo lo
existente en la filosofía premarxista.
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