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Wolfgang Kayser: Origen y crisis de la novela moderna. (Entstebrang und Krise des modernen Romans) * ‘Traduccién de Eladio Garcia Carroza QUIEN TOXA parte, como lector, en Ia vida literaria del presente lee novelas, El miimero de liricos que son conocides es minimo y adn, a quien ¢s literariamente weulto, Ie seria dificil tal ver citar mas de media docena de recopilaciones liticas de los tiltimos afios. El conocimiento de poesias ¢s proporcionado a través de encuen- tros casuales por periddicos, revistas 0 antologias. Los teattos se Henan todas las noches, pero la existencia de In dramaturgia es precaria. La resonancia de un dra- ‘ma ya raramente ms alld de Ja experiencia de 1a representacién, La literatura como sector, en el cual el individuo se siente e:timulado a comparar valores y a ordensr Ja cantidad de fenémenos, esta constituida, hoy dia, por 11 novela. Se puede encontrar la misma yerificacién para los tltimos 150 0 200 afios. La tarea de elegir, comparar, yalorar y ordenar, corresponde a la historia de la litera tura, A numetosos importantes capitulos de ella pertenecen escritores que s6lo han conseguido valor como narradores; Gotthelf, Raabe, Keller, Stifter, Alexis, Fon- taine, para nombrar solamente algunos de Ia literatura alemana, En lengua extran- jera se acumulan nombres como los de Dickens, Thackeray, Hardy, Joseph Conrad, James Joyce o Flaubert, Stendhal, Balzac, Zola, Proust, Gide 0 Gontschatoff, Dosto-. iewsky, Tolstoi. Desde hace mas 0 menos 200 afios posce la novela tal participacién esencial en el sector de Ja literatura, Ella la ha conquistado en un proceso sorprendentemente cor- to y, por decitlo asf, de la nada. Porque de las diez novelas que aparecieron el aiio 17401 en Alemania, ninguna fue considerada literatura y las revistas literarias, ain tuna década después, no Jas discutieron junto con Jas nuevas tragedias, comedias, poesias, poemas épicos, ete, Por supucsto, eran consideradas como lecturas de muje- res ociosas y estudiantes bohemios. Si alrededor de 1740 aparecieron 10 novelas anualmente, alrededor de 1770 eran ya 100 y, entonces estaba cumplida su incorporacién al circulo de la poesia; en 1775, eran 300 anuales y en 1800, 5002, Con estos mimeros aparece como mas expresivo 1 aumento del ptiblico lector en el siglo xviit que, tanto para Alemania ¢ Ingla- terra, se ha calculado en un crecimiento de 12 a Lf veces y que ha sido él, en bue- na parte, Ia consecuencia (evidentemente también una causa) de aquel aumento, El que la novela en Ia primera mitad del siglo xvit no fuese considerada poesia, se explica por su relacién con Ia prosa. A Ja poesia pertenecia el verso. Este criterio em- *Versiém completa, segiin Ia tercera eilicién de Ja J. B. Metzlersche Verlagsbuchhandlung, Siutigart, 1961. Hay traduccién del sefior Aurelio Fuentes Rojo cn Cultura Universitaria xuvut, Caracas, enero-febrero, 1955. spara las cifras, comparese R. Jentusch: Der dt - latein. Biicermarkt, 1912, HL, H, Borcherdt, Der Roman der Goethexeit, 149, p. 239. 'En el siglo xx aparecen en Alemani Inglaterra se indica 1a misma cifra. ‘en un término medio anual 2000 novelas. Para WOLFCANG KAYSER: ORIGEN Y CRISIS DE LA NOVELA MODERNA 2 perd evidentemente a vacilar en el transcurso del siglo cuando los Zdilios de Gessner, eseritos en prosa ritmica, despertaron entusiasmo y ctiando una prosa decidida in- vadi6 el escenario con ia comedia burguesa. Pero todavia Schiller trat6 de liberarse en 1798, de una ver por todas, del Wilhelm Meister de Goethe con la tesis de que a prosa motivaba un puro réalismo, que causaba una sericdad no pottica, Perjudi: cial era, por lo demis, 1a falta de ejemplos antiguos. En el periodo helenistico, en €1 siglo sir después de Gristo, apareci6, recién, con los viajes etidpicos de Heliodoro, como Ia forma artistica de Occidente y si esta antiquisima novela ha legado a ser luna de las obras ms brillantes de Ia literatura universal, a Ia cual se rendia home: haje en el siglo xvi como modelo inalcanzado, no pertenecia ella a los cénones de lis obras cldsicas a los cuales se orientaba el siglo xvi Porque, y éste ¢s el mo- tivo mas importante para tal menosprecio, lo que desde fines del siglo xvit aparecia como novela no podifa aspirar a considerarse poesfa. La lamada novela galante ‘mo tipo que predomina, eran lecturas “para_pasar el tiempo”, de entretenimiento, como variedades de la novela de estudiante © Ia novela de aventuras. Justamente el hermetismo de la novela galante, en 1a cual una historia de amor del mundo cortesino Ie era presentada a un lector que no pertenecia a él, no ofre- ninguna posibilidad de desarrollo. Las novelas de Bohse, Hunold, Hamann, Schnabel, eran tan perfectas y convencionales en cuanto a estructura como ha sido Ja literatura de pasatiempo de todlas las épocas. Se conocian, en efecto, todavia, las grandes obras del barroco, que’ se habian propuesto y habian logrado las mayores exigencias Aun Ia generacién de Goethe leia las novelas de A. Buchholts, Anton Ulrich von Braunschweig, Lohenstein y Zigle-Kliphausen, pero no ya con la dispo- sicién de apreciar el contenido estracturante como habfan hecho los lectores del siglo xvi, sino por una atraccién por el asunto (folletinesca) de que en verdad no carecian estas novelas, A todas ellas, subyace una estructura que evidentemente Heliodoro hia acuriadlo’. AL principio esté el encuentro de las parejas Pero su deseo de reunite, que repre: senig una fuerza consciente para la continuacién del acontecimiento, wopieza con conttatiedades. Motivos cntorpecedores como asaltos, cdrcel, naufragios, ete, los se- paran. Porque, al mismo tiempo, y esto es esencial para la novela berroca, ellos son principes, y como su amor no es una cuestién privada, sino altamente politica, in- tervienen otros soberanos como amantes ocasionales 0 amigos. EI lugar donde con- vergen kis curvas de ambos destinos crece de una manera incaleulable, E] mundo del Imperio Romano es con predileccién el elegido tanto temporal como espacial. mente: en ZiglerKliphausen aquel del lejano Oriente. Las novelas estén tan Menas de acontecimientos enredados y palpitantes que son lefdas durante 100 afios como cn- tretenimientos llenos de tension. Ellas cumplen lo que Opitz a principfos del siglo xvit exigia en su poética, de la epopeya. Ella debe poner mucho de lo que es nuevo € inesperado, ademas de aquello que ¢s necesario para despertar In admiracién en los espiritus, 0 Jo que un narrador intercalado en la Asiastische Banisen, prome: te: “acontecimfentos curiosos y truculentos”. El acontecimien‘o ¢s tanto ms embro- Ilado si el narrador sigue, en la presentacién, la técnica “Inmediasres” de Helio- doro y aclara Ia historia pasada, lentamente y por trozos, mediante narraciones in- tercaladas. Los poctas del siglo xv aumentan Ia confusién y 1a obscuridad colocan- do, junto a la principal, un montén de parejas, de tal maneta que las lineas se en- treeruzan hasta 1o indiscriminable, las figuras, sobre todo, cambian nombres, trajes, sComparese, por ejemplo, Mme. de Scudéry: “Je vous dirai done que j'ai prist et que prendrai toujours pour mes uniques modelles Vinmortel Héliodor et lz grand Urfé. Ce sont les seuls maftres que jimite et leus seuls quiil faut imiter”. AEAPOCHO. posicion y son trastrocidas bajo falsos nombres y a lugares extrafios. Sorpresa, inver- siones, cruces, contradicciones contra las esperanzas humanas, €sas son las leyes a las que el rico acontecer obedece. En estas novelas lo espiritual es concebido como el mundo dominado por Ia fortuna y por supuesto, los lectores podian entregarse tranquilos a es tensién, porque todas las novelas desembocan, como remate de Ia estructura, en Ia unién de las parejas y en In solucién de sus cuitas. Otra ver existe una adlaracién espiritual: sobre la Fortuna esti 1a Proyidencia que ya se ha mani- festado a través de presagios o

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