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El documento critica a las mujeres que ocupan cargos políticos en Chile debido a su apariencia física, relaciones o falta de méritos en lugar de sus capacidades. La autora sugiere que si ella fuera obesa, apitutada y obsecuente habría sido invitada a un almuerzo político. También indica que si hubiera tenido una carrera política sin trabajar o relaciones con políticos, ahora tendría un cargo importante. Finalmente, señala que la corrupción es común en el gobierno chileno y que si ella particip
Descripción original:
Texto publicado en The clinic...
Vale la pena leerlo... muy lúcido y elocuente...
El documento critica a las mujeres que ocupan cargos políticos en Chile debido a su apariencia física, relaciones o falta de méritos en lugar de sus capacidades. La autora sugiere que si ella fuera obesa, apitutada y obsecuente habría sido invitada a un almuerzo político. También indica que si hubiera tenido una carrera política sin trabajar o relaciones con políticos, ahora tendría un cargo importante. Finalmente, señala que la corrupción es común en el gobierno chileno y que si ella particip
El documento critica a las mujeres que ocupan cargos políticos en Chile debido a su apariencia física, relaciones o falta de méritos en lugar de sus capacidades. La autora sugiere que si ella fuera obesa, apitutada y obsecuente habría sido invitada a un almuerzo político. También indica que si hubiera tenido una carrera política sin trabajar o relaciones con políticos, ahora tendría un cargo importante. Finalmente, señala que la corrupción es común en el gobierno chileno y que si ella particip
Si yo fuera obesa, apitutada y obsecuente, me habran invitado al almuerzo del da de la mujer en La Moneda. Vestida por las hermanas Ruitort ira al patio de las Camelias a comer un salmn asoleado y hacerle la pata a la Presidenta, aunque en verdad me pareciera "muy hija de milico, medio pelo, cero glamour". Si hace dos aos hubiera dicho que s a la oferta de Bachelet de sumarme a su spot promocional, estara ahora a la cabeza de una embajada, sera colega de la plyade de ex-amantes de polticos oficialistas que rebosan en los mejores cargos diplomticos, una forma original de agradecer con fondos del Estado a las sucursales de los hombres pblicos. Si yo hubiera vuelto de un cmodo exilio en Italia sin haber trabajado ni un da en quince aos, ahora sera Jefa de Partido, Intendenta de Santiago o parlamentaria de la Concertacin. Me habran nombrado supernumeraria de Comunidad Mujer, enchufara a mi hijo mayor a un cargo bien remunerado en la Cancillera y mandara a dejar la colacin escolar de mi hija menor, un sandwich de jamn y palta, en las diligentes manos de mi chofer fiscal, en mi vehculo estatal. Si yo fuera una burcrata concertacionista, falsificara mi curriculum para darme aires doctorales, usara zapato reina color blanco, trajes sastre talla 52, comerciara con autos de lujo en Buenos Aires, publicara mis novelas rosa en las mejores editoriales de habla castellana o simplemente instalara un fax en el living de mi casa y cobrara varios cientos de millones de pesos por asesorar a Codelco y Gendarmera en materias prescindibles. Si yo slo hubiera obtenido 500 puntos en la Prueba de Aptitud Acadmica y careciera de mritos intelectuales, hoy sera Ministro de Educacin. Mejor an, si no le hago asco al dinero ajeno, As donara a las hijas de mis amigos, una "comisin de servicio" de diez millones de pesos para que se vayan de tapas a Madrid, mi hijo ganara una jugosa beca de postgrado en Cambridge aunque tuviera calificaciones deplorables y acto seguido lo nombrara vocero de gobierno para que inicie desde la cumbre su carrera poltica. Mi hermanita falta de talento estara instalada como lectora de noticias en el Canal pblico, igual que Mnica Rincn. Mi cuado se llevara para la casa dinero suficiente para fundar diez empresas de ferrocarriles y mi yerno entrara con millonarias ganancias en el pujante negocio de los jarrones estatales. Si yo fuera capaz de hacer la vista gorda cuando me conviene, sera hoy la esposa aburrida de un ministro guatn y vulgar que se escapa con una funcionaria de Tesorera una vez a la semana a un departamento de dos ambientes ubicado en el sector Las Lilas y pagados con fondos del Ministerio. Yo me vera obligada a mantener intimidad con mi desagradable marido ministro, exprimido de predicar contra la corrupcin, agotado de vociferar que
la administracin es transparente, exange de hacer grgaras con la probidad