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La masacre del 10 de agosto de 1810

La capital fue testigo de una masacre sin precedentes donde corrió sangre inocente y patriota por
las cárceles y calles de la ciudad. Una vez más, EXTRA cuenta los hechos con su estilo único.
Quito entero está conmocionado. Sus mayores líderes políticos e ideológicos cayeron asesinados
cruelmente en manos de españoles que hasta el último momento y sin que les tiemble la mano intentaron
defender la conquista al precio que fuera, matando a gente inocente y ultrajando a las mujeres en señal
de poderío.

El ejército realista procedente de Lima está involucrado en el asesinato de varios patriotas que fueron
tomados presos, y además en el saqueo de la ciudad.

El ataque fue feroz. Hubo pocos sobrevivientes en la masacre perpetrada las 14:20 del jueves 2 de
agosto de 1810, en el cuartel Real de Lima (cárcel de Quito). Un grupo de criollos armados con cuchillos
entró al centro de reclusión con la intención de liberar a los patriotas detenidos un año antes, el 10 de
Agosto de 1809.
Uno de los presos que lograron sobrevivir contó que todo lo ocurrido "fue después del almuerzo y varios
compañeros tenían visitas, pero de un momento a otro se escucharon gritos y cañonazos en las afueras
del cuartel. Varios civiles corrían donde estábamos nosotros, pero en la puerta cayeron abatidos por las
balas y los sables de los militares", contó.

Al parecer, en primera instancia, los soldados españoles no ofrecieron resistencia ante el golpe libertario
de los criollos; pero después reaccionaron y disparando un cañón barrieron con casi todos los atacantes.
Seguidamente bajaron a los calabozos donde permanecían encerrados los patriotas e iniciaron la
matanza

Uno de los militares que estuvo de guardia en la tarde, el teniente Juan de Celis, cuenta sin dar más
detalles que todo fue por tratar de liberar a los presos y revoltosos que se encontraban dentro del cuartel
y ellos intentaron impedirlo.

Un cañonazo para abrirlos


Cerca de una veintena de civiles dispuestos a liberar a los presos, que no eran más que un grupo de
patriotas que buscaban liberar a Quito del yugo español, fueron los que llegaron al cuartel y dieron muerte
a uno de los guardias de apellido Galup.

Sin embargo, otros guardias españoles viendo la muerte de varios de sus compañeros dirigieron un cañón
y descargaron un balazo sobre el grupo de civiles liberadores y los hicieron explotar. Cerca de seis
cuerpos quedaron despedazados dentro del cuartel. Los otros siguieron a las celdas para seguir con la
hasta allí fallida liberación.

"¡No lo maten a mi padre!"


Esas fueron las últimas palabras que logró escuchar Manuel Rodríguez Quirola en las voces
desesperadas de sus dos hijas que imploraban por su vida. Pero solo un bayonetazo en la frente que
abrió casi toda su cabeza logró vencer a uno de los próceres detenidos que hasta el último momento se
portó desafiante ante sus captores. Sus dos hijas abrazaron el cuerpo de su padre, manchando sus
vestidos con sangre y lágrimas.

Los testigos de esta brutal matanza cuentan que la menor de las hijas se volvió loca el mismo instante en
que su padre fue herido de muerte. Los ojos de la pequeña quedaron desorbitados como muestra del
dolor y la indignación que pesaba sobre ella.
En otra celda la carnicería continuaba, pues el cuerpo de Juan de Salinas fue encontrado degollado sobre
su cama, rodeado de un lago que se había formado con su propia sangre.

Las balas y los sables tenían como objetivo las cabezas de los presos para dar una muerte segura y sin
testigos. Uno que otro logró esconderse fingiendo heridas para que no los mataran.

Celda tras celda era visitada por el ejército macabro que no perdonó a los presos que fueron los gestores
del 10 de agosto del año pasado, cuando se comenzó a gestar la libertad de los quiteños de las huestes
españolas.
Documentos oficiales indican que fueron cerca de 40 los fallecidos dentro de las celdas. Entre ellos se
encontraban el coronel Juan Salinas, el doctor don Juan de Dios Morales, los médicos Manuel Rodríguez
Quiroga y Juan Pablo Arenas.

También estaban en la lista el teniente coronel Francisco Xavier Ascázubi, don Pedro Montúfar y el
teniente don Juan Larrea y Guerrero.

Saquearon y violaron
Otra de las versiones que se cuenta en torno a este sangriento hecho perpetrado por los españoles y que
convirtió a Quito en Sodoma y Gomorra, pues fue una verdadera carnicería que dejó a la ciudad con ríos
de sangre, es que después de aquella masacre en las primeras horas de la noche, el ejército realista
mató en las calles a quien se le pusiera en el camino, incluyendo a niños, ancianos y gente discapacitada.
Y como si eso no fuera poco, varias quiteñas fueron violadas por un ejército compuesto por gente
proveniente de las cárceles de Lima.

Los soldados gritaban sin ninguna misericordia que habían prometido saquear la ciudad y castigarla ante
cualquier sublevación.
En la urbe todas las casas cerraron sus puertas y los que habían quedado vivos afuera fueron
encontrados muertos en las quebradas cercanas.

Cerca de 300 personas de bando y bando quedaron esparcidas por las calles. Uno de los testigos
presenciales afirmó que cerca del 15% de la ciudad estaba por enterrar a algún muerto y que Quito lloró
"lágrimas de sangre".

Haber Arturito te explico esto es deber de sociales tienes


que copiarlo en el cuaderno es para el día miércoles y es una
investigación.
Preferible haz un resumen de esto para q no tengas q
copiarlo todo ok.

Ahhh….el viernes dieron clases de elementos de economía


luego te presto mi cuaderno…

Como se ya no está el profesor delpeso ahora nos da


matemáticas moncayo y ah dado dos clases pero eso te lo
presto luego… no hay nada más que hacer.

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