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LA

FISCALIDAD DE CONSTANTINO
Constantino sigui derrochando el producto de los impuestos en larguezas
que atribua no con entero conocimiento sino a individuos indignos e intiles,
mostrndose odioso a los ojos de los contribuyentes y enriqueciendo por el
contrario a los que no podan servir en nada, pues confunda prodigalidad y
liberalidad. Impuso por otra parte la contribucin en oro y plata a todos los que
transportaban mercancas a travs del mundo as como a los comerciantes
establecidos en las ciudades, comprendiendo a los ms modestos, y sin permitir
incluso que las desgraciadas cortesanas fueran exoneradas de este impuesto. As,
cuando cada cuatro aos se aproximaba el momento de pagar este impuesto, se
poda ver la ciudad llena de lamentaciones y de llantos, y, cuando el plazo era
llegado, el espectculo de los latigazos y las torturas infligidas a aqullos que su
extrema indigencia impeda pagar lo debido; entonces las madres vendan a sus
hijos, los padres prostituan a sus hijas, y, con lo que sacaban de ello, tenan que
pagar a los preceptores del chrysargiron. Por otra parte, como quera imponer
igualmente cargas sobre la aristocracia, cada vez que llamaba a uno de ellos al
honor de la prelatura, tomaba el pretexto de esta dignidad para exigirle una gran
cantidad de dinero. Es por esto que cuando llegaban a las ciudades los prepsitos
para esta colecta, se poda ver a todos huir y dejar su patria por temor de verse
gratificado con ese honor en detrimento de su fortuna. Adems hizo censar los
bienes de los clarissimi y les impuso una contribucin a la que dio el nombre de
follis. Tales impuestos agotaron completamente a las ciudades. En efecto, como
se siguieron exigiendo mucho tiempo an despus de Constantino y la riqueza de
las ciudades disminua poco a poco, la mayora perdieron a sus habitantes.
ZSIMO: Historia nova, II, 38. Publ. A. CHASTAGNOL, Le Bas-Empire,
Paris, 1969, pp.239-240.

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