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au Seminaric Yedda E. T. A. Hoffmann El hombre de la arena E.T. A. Hoffmann Cuentos, 1 El libro de bolsillo Literatura Alianza Editorial “Tranvcroxs: Carmen revo Viste Primer ei on EL so e seo 1985 ‘Sexe renprat: 1 ‘Bamers ein en Ata de consist: Lieaur: 002 ‘Pines spre: 2006, Ox fete ise de abi: Aliana Eoial nce Gaspar Dar Frc Abd ares, 3809 el, sen Neca de Bei eer ot ee Beni de ce cr erty ot ESIC one ps yo man dm dob crepes ‘lesen oh 9 pre tn le eps a Seep Pars plies eneloop mec, SEE idl, es treme, merc © aru ae Gin clin npn rot (© dea ead: Herds de Carmen Bravo Vilasante (© Be coe: Alana Eat SA, Mad, 189, 1988, 1995, 1954, 19961999, 2002, 2006| Cae Joe gna Le de Te. BIST Made elfen 91353 6888 Srnaaaseeres ISBN 420640972 (Tor D ISBN; 4206-41005 (0.0) Dept ga 7383-2006, Teneo en Ferniader Gi. Pore a Spla Elhombre delaarena* DeNatarieta Lotario Seguro que estardsinguleto porque no escribo desdehace mucho, mucho tempo. Mi madre estaré enfadada y Clara pensar que hago qu vida deloco y que olvido su imagen angelica que tengo grabada en mi mente, pero no esas Diariamente os recuerdo todos y contemplo la figura en- cantadora de Caza, con su céndida sonrsay sus josclaros, ‘gual que cuando regresabaacasa...Pezo, mo podrées” cribiros en elestado en que me alll. )Meha sucedido algo ‘spantoso!Torvespresentimientos de un destino amenazi- ory fatal seciernen sobre mi como negrosnubarrones,im- pidiendo que penetre un rayo de so. Sloat voy adecirte Jnguemeha sucedido, Me imagine gue terezislocamente cuando lo sepas.. A, mi querido Lotario! ;Cémo te dine para quelo comprendasquelo que me ha sacedido hace al- ‘unos dis ba trestornado realmente mi vidal Siestavieras ‘qui, mismo podria verlo, pero seguro que me conside- sun visionario chillado... En resumnidas cuentas, lespan- *DerSondmamn 2 tosoacontecimiento que me sucedi, ycuya tremends im- presin en vano meesfuerzo en olvidar, no esotra cose sino ‘Guehace dis, precsamente e130 de octubre, als doce del ‘hediodia,un vendedor debardmetrosentré en micasa para ‘ffecerme la mercancfa, No le compré nada, yle amenseé ‘Con tirarl esealeras abajo, cosa que no hice gracias quel seretng prudentemente, Puedes saponerte queen algunos acontécimientos des vosde vida tuo in tuencia este suceso, pues fueron fans tasmisrelaciones cola persona de aque! malvado traficants ‘Lacosa fue ast. Antes quiero referirtealgunos detalles de ‘ni primera infancis, para que comprendas todo yt hagas iden de lo que sucedid, Antes de comenzar me parece verte tlendo y oigo a Clare decir: "Pero, qué nieriat”.jRiete, S-tetedemftodolo que quieras...osfosuplic...Pero, por Digs, lospelos se me ponen de punta cuando os pido que os rials pues verdaderamente estoy loo y desesperado, como Franz Moor ante Daniel, Perovamosal asunto! ‘Bin aque tiempo, mi hermana y yo no solfamos ver a nuestro padre ms que alas horas de come, pues los nego ios parecian absorber toda su actividad: poco después de ‘enar, toda as nochesfbemos con nuestra made ssentar~ ros alrededor de la mesa edonda dela habitacién donde trabajaba mi padce, Mi padre encendia su pipa y lenaba hhasaelborde un inmenso vaso de cerveza,ynosrefeia una Snfnidad de maravllosas historias; durante la narracin se pagaba lapipa y yo mealegraba mucho de elo, porque e- tabaencargado deencenderla cuando esto sucedia. A mena- do, sino esta de may buen humor, nos daba libros my ‘bonitas con estampas precioses, yA se recostaba en wn st Tien de encina,lanzando con febril actividad bocanadas de Thum, deforma que desaparecia de puesta vist como en- ‘yoo tastnaespesa niebla. Aquellas noches, mi madre se ponf triste y, cuando el reloj dab ls neve, nos decfa"Nifios, ala cama, alscama, eons sms {que viene el hombre dela arena!” Apenas pronunciaba es- tas palabras, ofa yo enla escalera el ruido de unos pasos po- sadostdeberia de erel hombre dela arena, »Cierta noche, quel rumor fantéstico meatemoriz6 mas aque de costumbre y pregunté a mi madre: “Oye, mamé, ‘quign es ese hombre dela arena, que siempre nos obliga a ‘salir dela habitacin de papa”. "No hay hombre alguno de In arena, querido hijo repuso mamé-; cuando digo que vie- cel hombre dela arena, inicamente quiero decirque tenis, ‘sieio y que cerréis os ojos como sos hubieranechado are~ ‘na? La respuesta de mi madre nome satiizo, yen mi esp ‘tn ingantl arraigésela conviccion de que senos ocultabala tencia del persanaje para que no tuviéramos miedo, ‘pues sirmprele ofa subirla esclera, »Dominado por la curiosidad,y deseoso de saber alguna ‘cosa mas precisa sobreethombre dela arena ysusrelaciones ‘om los mos, preguntéfnalmente la anciana que cuidaba {demi hermanita quién era aque ser misterioso:“jAb, Tha- pelchent-me contesté~.No le conoces? Esun hombremuy malo, que viene en busca de los ninos cuando se niegan a scostarsey les arroja paiados de arena alos ojos, os en- ‘erra en un saco y solos leva a una para que sirvan de alimento a su ijt; éstos tienen, as{como los mochuelos, picos ganchudos, con ellos devoran los os de los nios ‘quenosoaobedientes” ‘Desde que of esto laimagen det hombre crue dela area se ij en mi mente bajo un aspecto horrible, y apenas aia porlanoche el ruido quehacia al suis, meestremecia dees- panto, El hombre dela arena! ;EVhombre dela arena”, ex- ‘lamaba yo, corriendo a refugiarmeen a aleoba;y durante todala noche me atormentabala terrible aparicidn. Ya ma yonyo comprendia muy bien que el cuento dela ancianaso- breel hombre dea aren ysushijs en la lana pedi no ser ‘verdad sin embargo, este personaje segua sendo para ‘on fantasma terrible, y me espantaba cuando le of subi scaler, abrir bruscamente a puerta del gabinete de mi pa~ Gre ycerrarla despues. Algunas veoes pasaban varios dias sin que vnier, pero luego sucedianse sus visitas, sto duré flgunos alos y nunca pude acosturnbrarme ala idea del ‘dioso expect, cuyasrelaciones con mi padre me preocu- peban cada diamés, Nomeatreviaapreguntarlex mi padre {quiénera, aunque siempre taté de averiguare misteri, de feral fabuloso hombre dela arena, medida que pasaban, Tosafios era mayor mi deseo, Elbombre dela arena me con cial estera de lo maravilloso, del fantistico, idea que tan féilmente germina ene cerebro delos nis, Nada me ‘igradaba tanto como ofr leer eventos de esprit, de he- ‘hiceros y de duendes: pero, a todo esto, se anteponts et hombre dele arena, cays imagen dibujaba yo con yesoocar- bine las mesas, nos araaris yen Iss paredes, represen ‘doo bajolas figuras mas extrafiasyhorribles. "Quando tuve diez aos, mimade me retiré dela habita~ inde los niios me instalé en un cuartito que comunica- ‘bacon un corredor, cera del gabinete demi padre. Todavia entoncessabiamos que debfamos acostarnos cuando, al dar lasnueve, oyésemos pasos del desconocido, Desde mi habi- taciéa le olaentrarenlade mi padee,y poco después me pa- rela percbir un olor estrato. Con la curiosidad se desperts {en miel valor suficente para trabar coniocimiento con el nombre dela arens; muchas vecesme deslizaba coma mayor ligereca deste mi cuarto al corredor, cuando mi madre se habla alejado, pero sin Iogracdescubrir nada, pues el hom- bre mistrioso habia entrado siempre, cuando yolegabe a sitio donde hubiera podido verleal pasar. Finalmente, leva~ do por un impulso irresistible, resolv esconderme en la ha- biticion misma de mi padre yesperarlallegada delhiombre dela arena, Certo dia, porelsilenciode mi pate ya triste ta de mi madre, presenti que el hombre misteioso vendris; hnelpreextode estar muy cansado sal delahabitaciéa un ‘ovo antes de las neve y me ocultéenun rinesn, Poco des- noses stone ts a peta de cs sar rechinando ys cerca sole esonden vest dnigiendost acs es Eun mac pcjeios non bere os be steven ssrement a poeta dl pnts de Date Etat ead cone de cOcmbre Senos cine In de expla spur, y no me vo Un manento después me ocultéen wt amano estado a cast ope, fuesloscaiaconuracrtnil Ls pss cep Bends veemisccca lacanpalarsoncon ete ts. leoransn me palpi de emoryasedad Ftc purtasc opens patie, apr eabre rennet Nosinhaceruncatueran ne stevonenteabrlncotns conprecauion. hom de laren dente dem pr de yaar dln candabros epoca ens ose ‘guerre qu tao nepal bogs

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