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Las brechas digitales: uso y apropiación

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vida digital, internet, brecha digital, juan freire
Por JUAN FREIRE (SOITU.ES)
Actualizado 09-11-2008 12:33 CET

El concepto de brecha digital y su compañera cercana, la "alfabetización digital"


(traducción limitada de la «digital literacy»), es tan elusivo como relevante para
el presente y futuro de nuestra sociedad. Relevante porque en una sociedad red que
funciona sobre un uso intensivo de la tecnología digital, "desconexión" significa
marginación. Y elusivo porque cualquier etiqueta constituye una simplificación de
una realidad que es compleja (posiblemente no existan "conectados" y
"desconectados" absolutos, sino grados de conexión) y, sobre todo, que cambia
rápidamente.
(REUTERS)

Así, las brechas definidas en el pasado casi inmediato pueden ser irrelevantes en
el presente, mientras las nuevas brechas —las que realmente nos van a afectar en
el futuro próximo— no están aún catalogadas. Pero ¿cuál es la importancia de esta
clasificación? Sólo los problemas identificados y definidos son susceptibles de
acción política. Esta puede ser la razón por la que, como explicaré aquí, las
iniciativas políticas tratan casi siempre de resolver brechas que han dejado de
ser relevantes y olvidan totalmente los problemas emergentes.

El 31 de octubre tuve la oportunidad de participar en la presentación en Sevilla


del Espacio-Red de Prácticas y Culturas Digitales, un proyecto de la Universidad
Internacional de Andalucía (UNIA). En este evento, Francis Pisani, "vecino
digital" y director del proyecto de la UNIA, identificó de una forma clara e
incisiva las tres grandes brechas digitales a las que se enfrenta, y se ha
enfrentado en los últimos 15 años, nuestra sociedad:

1. Brecha de acceso. Esta es la fractura que surge en primer lugar, y que


separa a aquellos que pueden acceder a las infraestructuras de telecomunicaciones
y los que están aislados, físicamente, de las redes digitales. Por supuesto esta
brecha tiene un doble origen: la ausencia de infraestructura y el coste demasiado
elevado de su uso.
2. Brecha de uso. El tener acceso a una tecnología no implica necesariamente su
uso. Es un hecho bien conocido como una vez que la mayor parte de una población —
por ejemplo en España— tiene acceso (la infraestructura está disponible y podría
permitirse su coste), una proporción importante sigue sin utilizar la oferta
tecnológica (o no se conecta o no usa las herramientas e información disponibles).
El uso está motivado por la posibilidad de acceso, el interés en ese acceso (que
la tecnología le aporte valor al usuario) y la educación que les capacite para
usar esas tecnologías.
3. Brecha de apropiación. Una buena parte de los usuarios de internet y
tecnología digital hacen un uso básico. Y se sienten en la práctica superados por
las herramientas, dado que perciben (con razón) que podrían hacer usos más
sofisticados y valiosos. La tecnología genera cambios cualitativos y radicales
cuando los usuarios no sólo la "usan", sino cuando se apropian de ella y le dan
usos inesperados y por tanto innovadores y creativos.

El impacto de los medios sociales, que se desarrollan con las herramientas de la


web 2.0, es un buen ejemplo. Así, los blogs que se limitan a replicar el modelo de
los medios de comunicación no aportan casi nada nuevo. Por el contrario la
Wikipedia, los blogs de mayor influencia o popularidad que han desarrollado nuevas
narrativas o procesos creativos y comunicativos, o la remezcla de contenidos son
los modelos que han generado mayor impacto y, de hecho, han acabado por
transformar los medios tradicionales.
El usuario que no se ha apropiado de la tecnología se siente "extraño", de un modo
similar a lo que sucede cuando alguien se debe comunicar en una lengua que no es
la materna. Pero ni en la lengua ni en la tecnología existen usuarios que per se
sean avanzados (es decir, que hayan sido capaces de apropiarse de las
herramientas). La experiencia y el aprendizaje son las que permiten a la gente
apropiarse de la tecnología. Ser nativo, en ambos casos, proporciona ventajas
evidentes pero las clasificaciones demográficas son excesivamente limitadas. En
este sentido, conceptos como los de nativos e inmigrantes digitales adquieren un
nuevo significado. No son categorías estancas, demográficas o sociales, son fases
de un proceso de aprendizaje y desarrollo personal.

Cada una de estas brechas puede entenderse como procesos dinámicos que van
cambiando en el espacio y en el tiempo. Así la brecha de acceso tiende a reducirse
con el tiempo a la vez que van conectándose nuevas regiones geográficas y espacios
urbanos. De este modo, esta brecha que era realmente relevante en España hace unos
pocos años puede considerarse en estos momentos resuelta en buena parte de nuestra
geografía. Aún así, persiste la brecha de acceso en algunos enclaves geográficos,
como muchas zonas rurales, para algunos sectores sociales (fundamentalmente por el
coste del acceso) y surgen nuevas brechas derivadas asociadas a accesos a
determinados servicios (ADSL, cable, 3G…).

En estos momentos los verdaderos desafíos se sitúan en la superación de la brecha


de uso y, especialmente, la de la apropiación. En el próximo post analizaremos la
naturaleza de estos procesos y las estrategias para superar las barreras
existentes.

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