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El carbunclo es una criatura fantástica del folclore que vive en el norte del país, tiene el tamaño y forma de una tortuga cubierta de piedras preciosas, con huesos de oro y plata y sangre de fuego, lo que le causa sed que calma bebiendo aguas frescas por las noches. Es bondadoso y puede ver el alma de las personas, ayudando a los de buen corazón a encontrar vetas de oro. En una ocasión, un conquistador trató de engañarlo y robarle,
El carbunclo es una criatura fantástica del folclore que vive en el norte del país, tiene el tamaño y forma de una tortuga cubierta de piedras preciosas, con huesos de oro y plata y sangre de fuego, lo que le causa sed que calma bebiendo aguas frescas por las noches. Es bondadoso y puede ver el alma de las personas, ayudando a los de buen corazón a encontrar vetas de oro. En una ocasión, un conquistador trató de engañarlo y robarle,
El carbunclo es una criatura fantástica del folclore que vive en el norte del país, tiene el tamaño y forma de una tortuga cubierta de piedras preciosas, con huesos de oro y plata y sangre de fuego, lo que le causa sed que calma bebiendo aguas frescas por las noches. Es bondadoso y puede ver el alma de las personas, ayudando a los de buen corazón a encontrar vetas de oro. En una ocasión, un conquistador trató de engañarlo y robarle,
Cuenta la leyenda que el carbunclo es un animal fantstico que
habita en el norte de nuestro pas. Los que lo han visto aseguran que es pequeo, tiene el tamao y la forma de una tortuguita y su caparazn est cubierto de piedras preciosas. Sus huesos son de oro y plata, y su sangre, de fuego. Es por eso que durante las noches debe salir a beber agua fresca de las cascadas y manantiales de los cerros, para aplacar la sed que le causan las llamaradas de sus venas. Dicen que el carbunclo es muy bondadoso y puede, a simple vista, ver el alma de los hombres; por eso, a los que tienen buen corazn les hace descubrir vetas de oro. Se cuenta que, una vez, un conquistador quiso engaar al carbunclo y le prepar una emboscada: su objetivo era quitarle todo, para luego asesinarlo. El carbunclo, al saberse amenazado, no dud: lo fulmin con el resplandor de las piedras preciosas de su caparazn y lo dej ciego. (170 palabras)