Fieros lobos que se invitan a mi mesa por si solos Viento inocuo que a mi ventana atraviesa Enmarcando la tristeza que me mando el mismo Dios
Frente gacha como eterno y constante pasatiempo
Ojos húmedos mi permanente entretenimiento Es el frío de estar solo en este doloroso lecho Sin tus besos en mi rostro sin tus mejillas en mi pecho.
Otra vez despierto al alba como el alacrán
En la alcoba que te extraña y que te llora Como espina que se yergue frente a otra Como bruma que antecede al huracán
Paso el día pensativo sumergido en mi pesar
Y en mi urna acorralado jiro y jiro sin parar Dan las horas consecuentes van cargadas de dolor Y en el alma se me muere la esperanza de tu amor
Te arrancaron de mi lado una noche de verano
Y sin dar opción alguna a este pobre desconsolado Le hincaron puñal en mano con el filo envenenado Por palabras de una huérfana que ya se ha condenado
No es mi letra la que juzga las acciones del pasado
Es Dios mismo el que guarda de los hombres su pecado Solo rezo y clamo al cielo que me quite esta penumbra Que destroza mi interior y me encierra en ultratumba
Se me cae el corazón en pedazos muy pequeños
Cae uno y caen dos al compás de los desdeñes ya se oye el chasquido que provocan contra el suelo Los pedazos muy pequeños de mi corazón en duelo
Siete vidas han pasado y siete más pasarán
Mas aquí desde el exilio siete veces replicarán Que se hace mas fuerte hijo mío, aquel que ha sufrido Que el que se dice fuerte sin antes haber padecido
Dos alondras han venido con dos alas cada una
Una noble y pensativa más bonita que un rosal Otra fuerte e incansable con grandeza de un titán A su nido llevarán a un hombre muerto en vida Alzarán su vuelo firme convencidas e incansables Lucharán por la reforma de un injusto desatino Velarán día tras día cual dos ángeles nobles para ver el resultado de dos risas sin martirio
He de partir ahora hacia un camino desconocido
Te llevaré conmigo y estaré a tu lado hijo mío Mas dejaré mientras tanto mi corazón partido Compártelo con tu hermana amado mío
Te dejo los consejos que la vida me enseño
Para cosechar amor debes sembrar amor Sigue a tu corazón él te guiará por el buen camino Sé feliz y cuanto hagas, hazlo con empeño
Los años pararán sin darnos mucha cuenta
El tiempo, sus mitos nos revelará Pero el daño ocasionado en tu memoria Habitará en la mía y jamás se irá
Algún día volveré cual gavilán tras de su presa
Y tomaré entre mis brazos a dos niños que adoré A dos risas sin martirio que la vida me arrancó Y uniré mi corazón con sus lágrimas de amor.