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Pueden deberse a ulceraciones del meato urinario (infección del prepucio en niños y vulva en niñas).
También se puede obstruir en caso de estenosis uretrales. Si tenemos un niño que llora
fundamentalmente durante la micción y palpamos globo vesical, estaremos casi seguro ante una
obstrucción uretral.
Trayecto del sistema urinario:
Otra alteración sería la incontinencia. El control diurno de la vejiga suela alcanzarse a los 2-3 años, y el
control nocturno un año después, 3-4 años. No obstante pueden producirse accidentes, sobretodo
cuando tiene problemas o está nervioso. Cuando se produce un retraso, siempre hay que realizar una
densidad de orina y una medición de diuresis junto con la determinación de la cantidad hídrica q ingiere
el niño durante todo el día, para ver el balance hídrico. A la falta de este control de la micción se le
conoce con el nombre de ENURESIS. Se produce por una maduración tardía (por un trastorno
psicológico o inflamación local).
En las niñas puede presentarse la existencia de un uréter ectópico, que en vez de desembocar en vejiga
lo hace por debajo del esfínter uretral externo. Presenta micciones normales y además una incontinencia
de goteo constante.
Tratamiento médico: Corrección quirúrgica en caso de ectopia, y farmacológico en caso de inflamación.
Si existe alteración psíquica emplearemos psicoterapia.
Cuidados enfermeros:
1. Debería pautar que el niño debe hacer visitas frecuentes al cuarto de baño hasta que establezca
una pauta.
2. No debe aconsejar dar líquidos antes de dormir.
3. El despertar al niño por la noche y hacerle orinar.
4. Orientación y apoyo hacia los padres. Esto es muy frecuente.
¿Dónde se dan con más frecuencia las infecciones? En niñas, porque el trayecto es más corto. Son muy
frecuentes en la infancia, a cualquier periodo de la vida, tienden a volver a producirse de nuevo, pero
hay que distinguir cuando aparece una bacteriuria, que suele ser asintomática, no da ningún problema y
generalmente se producen por falta de higiene. La mayoría de las veces porque están muy cerca del ano
y suele ser fuente de contaminación por las heces.
Los gérmenes patógenos urinarios serían la Echerichia Coli, clepsiela, enterococo y micrococo. Todos
ellos son miembros de la flora bacteriana rectal. La forma de infección es siempre ascendente (prepucio
y vulva hacia riñones).
El diagnóstico se hace por la clínica y pruebas de laboratorio. La prueba se debe recoger de forma limpia
y a la mitad de la micción. A veces también se hace un aspirado suprapúbico, que consiste en pinchar
con una intramuscular en la pared abdominal baja, directamente en vejiga, y aspirar la orina. Siempre
que se utilice cualquier método se debe despreciar la primera parte de la micción, porque los gérmenes
están en la vulva y prepucio, y con el arrastre de la orina se eliminan.
TRATAMIENTO Y CUIDADOS
Pielografía: No es meter contraste por uretra, si no a través de alguna arteria que vaya al riñón, la
mejor la arteria renal. Se contrasta el riñón y uréteres y se van haciendo radiografías seriadas del
contraste.
Ganmagrafía renal: Contraste radiactivo, y se ve la capacidad q tiene el riñón de captar esa sustancia
radiactiva, y nos da información de la corteza y médula del riñón. Si hay alguna anomalía necesitaría
tratamiento quirúrgico para subsanar el problema.
Cuidados de enfermería (para los niños a los que se les realizan estas pruebas):
o Reposo en cama
o Si la fiebre es alta, medidas físicas y antitérmicos.
o Aumento de la ingesta de líquidos para que el riñón por sí sólo se limpie.
o Vigilar función miccional.
o Recogida lo más perfectamente posible.
o Pesar diariamente al lactante y RN con infección.
o Aseo corporal y correcta alimentación.
De otro lado, están los pacientes con alguna alteración neurológica (enfermedad
cerebrovascular, parkinson, esclerosis múltiple...)
Tiene tratamiento. Un problema frecuente en los ancianos, al que no hay que darle la
espalda.
2. La incontinencia en cifras
Se estima que un 15% de los adultos mayores de una comunidad, y hasta el 50% de
aquellos que se encuentran en una institución (hospital, residencia) presentan
incontinencia urinaria severa.
La mitad de las mujeres tendrá un problema de incontinencia a lo largo de su vida.
Se estima que más de un millón de españoles con más de 65 años lo sufren. Como se ve,
es un problema importante por su frecuencia y también por la incapacidad que
provoca en quienes la padecen.
Además puede tener un importante impacto sobre el estado de ánimo de los afectados, de
modo que hasta un 30 por ciento de estos pacientes padece síntomas depresivos
asociados a la incontinencia.
Causas
- Debilidad y laxitud de los músculos del piso pelviano (por partos, envejecimiento,
déficit de estrógenos). La relajación pélvica incluye prolapso uterino y cistocele, que
permiten el descenso del ángulo normal uterino vesical.
- Debilidad del esfínter vesical o del esfínter uretral. En el hombre se limita a aquellos
que han sufrido daño del esfínter interno por procedimientos urológicos.
Se produce por inestabilidad del músculo que contrae la vejiga urinaria, que se
denomina Detrusor (40-70% de los casos en adulto mayor). Produce sensación de
urgencia miccional.
Causas
Inestabilidad motora y/o sensorial del detrusor, aislada o asociada con una o más
anomalías: Compromiso genitourinario local del tipo cistitis, uretritis, tumores, cálculos
y obstrucción del flujo urinario (incremento de estímulos desde la vejiga), trastornos del
Sistema Nervioso Cental como accidentes cerebrovasculares, demencia, parkinsonismo
(contracciones no inhibidas del Destrusor).
Es la causa menos común en los pacientes ancianos con incontinencia (7-11%).Este tipo
de incontinencia generalmente es debida a disfunción de la contractilidad de la vejiga
(vejiga atónica o hipotónica), o a obstrucción al flujo urinario.
Causas
Causas
4. Tratamiento
La mayoría de los trastornos pueden ser detectados por el médico no especialista.
Sin embargo, existen ciertos pacientes que deben ser derivados a urólogos, ginecólogos,
neurólogos, geriatras o psiquiatras.
El tratamiento tiene dos frentes, ambos igual de necesarios y que deben realizarse de
manera coordinada por el profesional y por el propio paciente.
- Eliminar los obstáculos que el anciano puede encontrar en la casa para llegar desde
la cama hasta el cuarto de baño, o disponer de un orinal o cuña sanitaria.
- Los fármacos que puedan influir en aumentar la micción como los diuréticos,
evitarlos que hagan efecto en horarios nocturnos.
Cálculos renales. Se forman dentro del riñón a partir de sustancias que están en la
orina.
La litiasis renal es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de cálculos
(cuerpos sólidos formados por la agregación de minerales) en el aparato urinario. Los
cálculos renales se forman dentro del riñón a partir de las sustancias que están en la
orina. Pueden quedarse en el riñón o desprenderse y bajar por el uréter hasta ser
eliminados con la orina.
Aunque al fin y al cabo éstos sean los motivos que provoquen la formación de litiasis, en
pocas ocasiones podemos identificar la causa como secundaria a otras
enfermedades, como el hiperparatiroidismo, la cistinuria, algunos tipos de cánceres, el
abuso de laxantes o por infecciones repetidas del tracto urinario.
Por otra parte, existen múltiples factores que pueden aumentar el riesgo de litiasis
renal:
- Factores climáticos y estacionales, que posiblemente sean los que influyan sobre los
geográficos, ya que la incidencia de la enfermedad es mayor durante los meses de
verano.
4. Síntomas
Un paciente puede tener litiasis renal durante años y no presentar ningún síntoma. De
hecho, no es raro detectar esta dolencia en estudios ecográficos rutinarios o pruebas
radiológicas pedidas por otras causas.
En caso de que las piedras sean lo suficientemente grandes como para no poder ser
expulsados con la orina (a partir de 5 mm., aproximadamente), el paciente puede sufrir
síntomas de un cólico nefrítico. Este tipo de cólico se caracteriza por un dolor súbito y
creciente que comienza en el dorso y se irradia lateralmente hacia el abdomen y la ingle,
continuando en los hombres hacia el testículo y en las mujeres hacia los labios mayores.
Es un dolor que no cede con los cambios posturales y que se acompaña frecuentemente
de náuseas, vómitos y sudoración.
Estos síntomas se producen porque los ganglios celíacos inervan ambos riñones y el
estómago, por lo que, en ocasiones, también van acompañados de íleo o estasis intestinal
o diarrea.
El cólico nefrítico se trata con analgesia pautada en función de la severidad del dolor.
A veces es necesario acudir a urgencias, ya que los vómitos hacen imposible controlar el
dolor con medicación oral.
Durante la fase aguda del cólico, el paciente deberá abstenerse de ingerir abundantes
líquidos porque esto conllevaría una mayor producción de orina que se tendría que
eliminar, dilatando aún más la zona obstruida parcial o totalmente por la litiasis y
exacerbando el dolor.
Una vez el dolor esté controlado, se recomienda beber lo suficiente como para orinar
al menos dos litros al día.
El uso de calor local como mantas térmicas y baños de agua caliente pueden ser
beneficiosos como analgesia complementaria.
5. Diagnóstico
Como primera medida, el médico puede realizar una radiografía simple de aparato
urinario y una ecografía renal.
Por otro lado, está internacionalmente reconocido la realización de una tomografía sin
contraste como protocolo de cólico nefrítico en determinadas ocasiones.
6. Tratamiento y cuidados
En caso de que al paciente se le diagnostique litiasis renal, deberá acudir a su urólogo,
quien planificará, a través de las pruebas clínicas y diagnósticas pertinentes, el
seguimiento en función de la severidad del caso.
Las diferentes posibilidades terapéuticas van desde el tratamiento médico para algunas
litiasis, como las compuestas por ácido úrico, hasta la intervención quirúrgica. Como
recomendación general, el especialista aconsejará la correcta dieta e hidratación, aparte
de medidas concretas para cada caso.
- Litotricia extracorpórea por ondas de choque: el médico utiliza una máquina que
envía ondas de choque directamente sobre la piedra y la muele, convirtiéndola en piedras
más pequeñas que se pueden eliminar con la orina.
- Cirugía laparoscópica
Los pacientes con alto riesgo de formación litiásica tienen muchas posibilidades de
presentar nuevos episodios si no son correctamente tratados o si no cumplen el
tratamiento recomendado. El tratamiento de los nuevos episodios litiásicos en cuanto a la
actitud quirúrgica no varía, pero seguramente se deban corregir algunos aspectos del
tratamiento médico o del cumplimiento de éste por parte del paciente.
Se reconoce que un riñón puede recuperar su función tras llevar un mes totalmente
obstruido, pero en caso de un riñón obstruido e infectado se trata de una emergencia
y precisa de derivación urinaria urgente, bien mediante catéter ureteral o a veces
nefrostomia percutánea.
Por tanto, la litiasis renal no sólo puede tener implicaciones sobre la tensión arterial y la
función renal, sino que puede en determinadas situaciones convertirse en una sepsis
urinaria con grave riesgo para la vida del paciente.
Europa Press
Con la colaboración del Dr. José Ramón Cansino
Especialista de la Unidad de Litiasis de Urología y Laparoscopia del Hospital
Universitario de La Paz (Madrid)
Puleva Salud