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SEIS POEMAS (SOBRE MUERTE) I Bar subterrneo entre la vida de una supuesta civilizacin, lleno de gusanos que bailan

entre los cuerpos anorxicos el alcohol que es tu sangre, la oscuridad. II Abro las ventanas para la muerte, para que ingrese libre como el humo en mi cuerpo, que ingrese, como la aguja al corromper mi piel mi carne y succionar parte de mi vida. Que ingrese y la succione toda: me vace de sangre, quiebre mis huesos, apague mi mente III. Soy un muerto, un cadver que escribe, un pobre diablo que pone sobre el papel blanco el juego de versos ridculos de un amor inexistente. Soy el poeta que muere y soy el poeta que se suicida. Soy un saco de huesos que devora las palabras, las mastica insaciablemente, las quiebra, las desgarra, las mata. Y se muere.

IV. El deseo insaciable de tu cuerpo desnudo, de tus manos alrededor de mi cuello, del dulce sabor de ese ltimo beso. Deseo que me poseas por completo, que extraigas de mi cuerpo hasta la ltima gota, que tomes mi alma entera, que me dejes sin aire.

V. Soy un muerto. Un cadver que escribe. Soy un conjunto irregular de huesos envueltos en la fina sbana de mi piel manchada. Algo an fluye por mi cuerpo pero no es sangre. Mi corazn escupe secuencialmente un lquido blanco y malformado que me recorre. Soy un crneo sin pelo y con ojos cada vez ms hundidos. Escribo pero estoy muriendo. Escribo pero ya estoy muerto. VI Sostengo un ocano de sangre en mis manos y me ahogo en l. En las profundidades de su roja oscuridad, en la oscuridad de los ojos que se cierran.

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