La lechuza que visit a Saviano

En Enrique VI, Shakespeare, se refera a la lechuza que vuela de da como la imagen pavorosa de la muerte. como la lechuza cuando el da aparece.

La visita de esa lechuza es lo que cuenta hoy Saviano en una entrevista que debera leerse ms de una vez. El escritor dice, mi vida est suspendida, cancelada, detenida. Abandonado, a caus a de las amenazas de un clan de la Camorra, por muchas gentes y amigos se nota la pesadumbre de quien lamenta la injusticia de todas las condenas a muerte.

El da de la lechuza es el ttulo de una novela de Sciascia, mi escritor siciliano favorito de quien os hablo de vez en cuando. La primera novela que hablaba de la mafia, una organizacin que algunos defendan como una sociedad de socorros mutuos y otros, como el famoso Cardenal Ruffini, la calificaban como una invencin de los comunistas. Siempre hay cardenales dispuestos a negar cualquier cosa, sea Darwin, el holocausto o la Mafia.

En la novela se describe un poder mafioso que maneja los hilos para corromper a unos y atemorizar a otros. Ms all de la historia, el mensaje de Sciascia era la necesidad de conocer a la Mafia para poder enfrentarla.

Eso mismo ha intentado hace poco, muchos aos despus, otro siciliano Andrea Camillieri escribiendo un texto, Vosotros no sabis que refleja a modo de diccionario como es la mafia. Usa los papelitos escritos en clave, a travs de los que se comunicaba el jefe de la Cosa Nostra, para mostrarnos como es la Mafia.

Hay algo comn en los dos libros: los mafiosos carecen de "glamour", de la elegancia o inteligencia de los personajes de El Padrino. Son, efectivamente, lo que parecen: seres zafios, repugnantes, sin piedad, delincuentes de la peor calaa, que se amparan en la pobreza de sus conciudadanos y la debilidad del estado.

Eso mismo es lo que ha hecho Saviano: demostrar la pobreza moral de uno de los clanes de la camorra napolitana. El clan de los Casaleses le ha condenado a muerte por ello. Saviano debe morir y el mismo reconoce que, de algn modo, ya lo han conseguido. Rebelmonos con l ante esa condena.
PUBLICADO POR PEREGRINOMUNDO EN 00:01

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