Himno a Agni: Encendido con Palabras por los Dioses

Palabras con perfecta expresin T aumentas en nosotros Tus poderes estn en todas partes. Los dioses encienden a Agni Todas las leyes estn en ti Agni el de la mente feliz. Encendido a travs de las palabras, Palabra para ganar los rayos Esta bien asentado. Ubicado aqu por Indra y otros dioses, Agni: Trado desde el mundo de la Verdad Riqueza de conocimiento inspirado. Firme en la ayuda. Cranos para la vida superior Proteccin contra todos los enemigos. Agni, destruye a nuestros enemigos, Agni, con Energa Perfecta. Agni, llama varios poderes. Una Luz por todos los Tiempos, La llama de Agni es irresistible. Rig Veda, h. 1200 a.C. (Mandala I, Shukta 36, Seccin V, Himno 1:36) Nota: Si bien la composicin final y puesta por escrito de este himno data del 1200 a.C. aproximadamente, este cntico, como la mayora de los ms antiguos presentes en el Rig-Veda, se rementa a muchos siglos antes, a travs de la transmisin oral. En este simple y sucinto texto, en honor al dios vdico del fuego (agni tiene la misma raz proto-indoeuropea que el trmino latino: igneus), puede apreciarse todos los usos y actividades relativas al fuego que se daban en los tiempos proto-indoeuropeos y quizs mucho ms atrs en el tiempo. Si se lee con atencin, estn presentes la transmisin oral de conocimientos de quienes se sentaban alrededor de las fogatas; el uso del fuego como arma de guerra; la cualidad de iluminar y proteger del mismo, sus usos domsticos, etc Finalmente la parte ms interesante: Es Indra, el dios de las nubes, las tormentas y los rayos (versin indostana de Zeus) quien enciende a Agni -el fuego- a travs de su palabra -el trueno-. Esto no slo es una reminiscencia de la ms antigua tradicin

indoeuropea, sino que muestra el como los humanos descubrieron el fuego muchos miles de aos antes: A travs de los incendios producidos por los rayos y las tormentas elctricas. Este himno, en su esencia ms profunda y temprana, recoge tradiciones orales que se remontan sin duda al paleoltico y al comienzo de nuestra propia especie.-