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Tarot

Viva Bien Con El Tarot

El propósito de la vida es la felicidad. Todos buscamos la satisfacción de formas


distintos durante nuestra vida. Suponemos que está en otra persona, o al poseer mucho
dinero o entregando nuestra vida a una causa. estas oportunidades son lindas, pero igual,
momentos difíciles cuando acaban o reconocemos que, igualmente, continuamos
abatidos.

Porque realmente la alegría está dentro de nosotros mismos, pero equivocadamente la


procuramos afuera. Le damos tanta relevancia a facetas pasajeras en nuestras vidas y
nos relacionamos tanto con estas, que cuando pasan relegamos nuestra valencia real y
nos encontramos vacíos y sin confianza.

El tarot se convierte en un vehículo eficaz para establecer que somos capaces de


encontrar alegría verdadera dejando a un lado lo que acontezca en nuestra existencia.
Sea bueno o no tan bueno, este nos enseña que cada uno define qué sitio ocupa cierta
situación en nuestra realidad y cuánta consideración le damos.

Este ejercicio es muy útil para asistirnos en ver las eventualidades en perspectiva y
aliviar el sufrimiento.

Sujete el tarot, véalo detenidamente y escoja tres cartas. La primera debe simbolizar a
un amigo, la segunda a alguien que sea su enemigo y la tercera a alguien que le haga
sentir neutral; ni cariño, ni mal. Elija los tres naipes que mejor encarnen a estos seres.

Ponga las cartas en la mesa, hacia usted y estudie la de su enemigo. Observe en esa
carta del tarot a un individuo que le haya traído pena y déjese sentir el rencor o antipatía
que le causa. A continuación acepte, conscientemente, encontrar qué acontecimiento
podría convertir a esa persona en su amigo.

Luego, estudie el naipe que le es indiferente y sienta lo que le provoca ese individuo.
Igualmente, piense qué se necesitaría para que ese individuo se convirtiera en su amigo
o enemigo. Identifique con qué voluntad usted tiene facultad para apreciar u odiar a
alguien.

Por último, observe el naipe que simboliza a su amigo e imagine a este individuo en el
naipe del tarot. Piense que este individuo en algún momento fue alguien desconocido y
cualquier cosa se puede transformar en cualquier momento. Piense en qué sería capaz de
convertir a un amigo en enemigo.

Observe otra vez el naipe de su enemigo e intente percibirlo de forma distinta.


Reconozca el hecho de que un pequeño cambio de actitud sería capaz de hacer de este
individuo otra cosa desde este instante.

Concéntrese en las cartas del tarot, admita ver a los tres seres claramente en estas y
piense cómo ellos buscan la misma realización que usted, la felicidad. Ubíquese en sus
zapatos y perciba.

Descubra cómo somos ágiles para etiquetar a otras personas, y que estas están en una
clase solo porque nosotros así lo queremos, sin embargo, realmente, podemos extraerlas
de ahí en cualquier oportunidad y decidir observarlas con otros ojos, con los ojos de la
comprensión y la felicidad. Advertir con el tarot que no necesitamos odiar sino que
podemos escoger apreciar, nos encamina hacia la felicidad real.

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