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CAPITULO 13 El ngel de la muerte contra el gran seleccionador

El doctor Fritz Klein, quin haba seleccionado a Olga Lengyel como enfermera, era un alto oficial que se encargaba, junto con Irma Griese y otros oficiales de las selecciones a las cmaras de la muerte. Eran los das lunes, mircoles y sbados. Irma Griese tena 22 aos y es, segn la autora, una mujer de extrema belleza que gustaba de caminar frente a las reclusas moviendo sus caderas y presumiendo sus perfumes. Su crueldad era palpable pues azotaba con su ltigo indiscriminadamente. Por su parte, el doctor Klein llegaba a tener pruebas, sino de bondad, por lo menos de humanidad pues haba deseleccionado a varias reclusas que slo esperaban el momento para partir a la cmara de gas. En alguna ocasin, la autora cuenta como, luego de sus suplicas, el doctor Klein haba salvado la vida de treinta mujeres. Olga Lengyel fue castigada por Irma Griese sin embargo, apareci el doctor Klein y la mand llamar. Olga rompi filas y se acerc al doctor quien le extendi un paquete de medicinas. Irma Griese, quien era la jefa de campo protest y enfrent al doctor. Klein no se dej intimidar pues era el jefe de sanidad del campo. Ambos discutieron por Olga. Cuando la autora lleg a su barraca, fue llamada por el ngel de la muerte quien la golpe repetidas veces.

CAPITULO 14 Organizacin

Organizar era sinnimo de robar; robar a los alemanes para la supervivencia de la gente. L consigui cinco cucharas y una se la regal a Olga quin, como todas, coma con las manos. Desgraciadamente, su cuchara no tard en ser organizada por una antigua millonaria, segn descubrira despus.
CAPITULO 15 Nacimientos malditos

Los partos, representaban el problema ms agudo de la enfermera. Independientemente de la extrema insalubridad, tenan la seguridad de que si la madre y el beb nacan vivos, seran mandados de inmediato a la cmara de gas. Slo los bebes que nacan muertos garantizaban unos meses ms a la madre. Olga Lengyel y las otras enfermeras decidieron sacrificar recin nacidos para salvar a las madres. Los Nazis evitaban a toda costa la descendencia. Mujer que notaban embarazada era muerta de inmediato, an as, algunas lograban mantener su embarazo hasta el parto, pero su beb, de antemano, estaba condenado a morir en Birkenau.

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