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LEYENDA HINDÚ

- Objetivos:

Plantear y descubrir que el valor de las personas está en su interior, en lo que


llevan dentro, en lo que son, no en lo que tienen.

Respetar a los demás.

Tener una autoimagen positiva, puesto que llevo en mi interior la divinidad, el


valor máximo de la persona.

- Narración:

«En tiempos remotísimos, todos los hombres eran dioses. Pero abusaron tanto y
tanto de su poder que Brahma, el gran dios, reunió en Consejo a los dioses menores para
decidir qué se tenía que hacer ante aquella situación. El Consejo decidió quitar a los
hombres la divinidad y esconderla en un lugar donde jamás pudieran recobrarla.

Un dios menor propuso enterrarla en lo más profundo de la tierra. Se desestimó


la propuesta porque creyeron que fácilmente el hombre hurgaría en la tierra y la
encontraría.

Otro propuso sumergirla en el fondo del océano. Tampoco se aceptó puesto que
el hombre algún día podría llegar hasta el fondo y volver a abusar de la divinidad.

Cavilando estuvo el Consejo mucho tiempo sin hallar respuesta factible, hasta
que Brahma les propuso: "Creo haber hallado el lugar idóneo para esconder la divinidad,
de manera que el hombre nunca la encuentre y pueda abusar de ella. La esconderemos
en el fondo del mismo hombre. En la profundidad de su ser será el único lugar donde
jamás se le ocurrirá buscar".

Desde entonces, todos los hombres en lo más profundo de ellos mismos, tienen
escondida la divinidad.»

- Orientación didáctica:

La leyenda podemos narrarla de distintas maneras:


- explicarla el tutor;
- representarla un pequeño grupo a los demás;
- narrarla con títeres unos cuantos;
- simplemente fotocopiarla y que cada uno la lea.

Para la reflexión de la leyenda podemos utilizar varios recursos: panel, Phílips 66,
fórum, etc.
«En tiempos remotísimos, todos los hombres eran dioses. Pero abusaron tanto y
tanto de su poder que Brahma, el gran dios, reunió en Consejo a los dioses menores para
decidir qué se tenía que hacer ante aquella situación. El Consejo decidió quitar a los
hombres la divinidad y esconderla en un lugar donde jamás pudieran recobrarla.

Un dios menor propuso enterrarla en lo más profundo de la tierra. Se desestimó


la propuesta porque creyeron que fácilmente el hombre hurgaría en la tierra y la
encontraría.

Otro propuso sumergirla en el fondo del océano. Tampoco se aceptó puesto que
el hombre algún día podría llegar hasta el fondo y volver a abusar de la divinidad.

Cavilando estuvo el Consejo mucho tiempo sin hallar respuesta factible, hasta
que Brahma les propuso: "Creo haber hallado el lugar idóneo para esconder la divinidad,
de manera que el hombre nunca la encuentre y pueda abusar de ella. La esconderemos
en el fondo del mismo hombre. En la profundidad de su ser será el único lugar donde
jamás se le ocurrirá buscar".

Desde entonces, todos los hombres en lo más profundo de ellos mismos, tienen
escondida la divinidad.»

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