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EUGENIO CRUZ VARGAS

Poeta – Pintor – Poeta

Serie Documentos Biográficos de Chilenos Destacados

Eugenio Cruz ha dedicado los últimos 40 años de su vida a la


poesía y la pintura, en una tarea silenciosa e intimista de sostenido
autoperfeccionamiento que ha entregado al país, como valiosos
frutos públicos, cuatro exposiciones y tres extensos libros de
poemas, convirtiéndose para las generaciones jóvenes en un
verdadero ejemplo de trabajo, tenacidad e inagotable capacidad
creadora.

Nació en Santiago, Chile, el 2 de octubre de 1923.


Es casado con María de la Luz Vergara Errázuriz,
con quien tuvo 9 hijos. Tataranieto del poeta,
filólogo, educador y jurista venezolano, Andrés
Bello, también es bisnieto del rector de la
Universidad de Chile y autor del Código Penal,
hoy vigente Francisco Vargas Fontecilla y nieto
del escritor y critico literario Pedro Nolasco Cruz
Vergara. Participó con éxito en la creatividad
publicitaria, dedicándose en plenitud a la poesía
y la pintura desde 1970.

Poesía y pintura en Cruz son una síntesis extraordinaria que ha


podido volcar de manera natural en el papel y en la tela gracias a la
sensibilidad con que ha enfrentado a la vida en el largo camino de
una existencia plagada de mil experiencias.

El poeta

Es la poesía la que primero explota en el alma de Cruz y aflora de


manera pública en su primer libro que titula “La única vez que
miento” (Editorial Universitaria, 167 p., 1978), al que le seguirá
“Cielo” (Editorial Nascimento, 128 p., 1981).
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Y será la escritora María Carolina Geel, reconocida por la severidad


de su crítica literaria, quien dedique un cuarto de pagina en “Artes y
Letras” del diario “El Mercurio” de Santiago (febrero de 1979) para
desmenuzar la obra poética de Eugenio Cruz, concluyendo con dos
interrogante y sus respuestas:

“Pero a ratos aprieta uno el ceño. ¿Qué atrae en estos poemas


construidos con palabras tan ‘pacíficas’, por momentos domésticas? Y
trashojando hacia atrás se vuelve a buscar con cierta duda. Nada. Ahí
están casi todos con sus motivos y su lenguaje llanos.

“Sin embargo, no es así tan simple. Avanzado en la lectura el casi


se va distanciando. Aquí, allá, uno, dos versos, en que la norma
de la simplicidad se rompe y los ojos leen inquietantes.

“(…) ¿permite todo esto clasificar su poesía dentro del


surrealismo? Decimos que sí, ya que se ha definido éste como
‘asociación de ideas irracionales’ y ‘búsqueda de los efectos del
azar’. Cosas ambas que en todo el texto se perciben, pero en un
orden secundario podría decirse, porque el pensamiento creador
permanece latente y hasta patente a lo largo de la obra”.

Semanas después el mismo diario mencionado destaca


particularmente la obra de Cruz entre las novedades literarias,
señalando:

“La poesía puede ser expresión de individualidad en cuanto a


íntimo acontecer anímico, como también entrega de
repercusiones que el mundo exterior cause en lo íntimo. Esta
obra es un buen ejemplo de ambas posibilidades. Libro primero
de autor inédito, nos acerca un mundo en el que su motivación al
canto reside en el contacto entre el yo y el mundo circundante,
provincia luminosa y naturaleza de gran talla; también el
sentimiento aunador entre los seres, sobre todo el que dice del
amor y de su posibilidad de enlace profundamente significativo”.

El pintor

Mientras la poesía anidaba en Cruz Vargas, la pintura, luego de un


extenso proceso de experiencias, fue adquiriendo en el poeta
madurez. Ha elegido la temática paisajista clásica de los maestros
del siglo XIX, que él la expresa en óleos sobre tela donde recrea,
bajo su particular óptica, escenas rurales y de la costa chilena. De la
selección de estas obras surge su primera exposición realizada en
abril de 1986 en el Instituto Cultural de Providencia.
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La bienvenida de Cruz al mundo artístico la hace el reconocido


pintor, académico, crítico e historiador del arte, Víctor Carvacho
Herrera quien escribe:

“Eugenio Cruz da una lección de sensibilidad bien orientada,


original como pocas. Sus versiones de lo agreste tienen el sello
poético de lo pintado con sinceridad y serios frutos”.

Por su parte, el destacado crítico de arte, José María Palacios, dice


de la exposición de Cruz:

“Pinta, diría, con espontaneidad. Libremente. Él es autodidacto y


no está sujeto a normas rígidas. Pinta porque le nace desde
dentro hacerlo. Porque en su madurez como hombre tomó
conciencia de que también podía elevar la voz y hacerse oír o
hacer ver con sus cuadros”.

A su vez el conocido galerista Jorge Carroza López, señala en el


catálogo de la muestra de Cruz:

“Me enorgullece poder presentar a Eugenio Cruz en los inicios de


su carrera particularmente por su honestidad profesional, que es
una de las reglas intransable que debe tener todo artista…No
cabe en él la pintura comercial…enfrenta el paisaje con la
simpleza de su talento y consigue sustraerse en forma notable de
influencias ajenas. La pintura de Cruz es ‘su pintura’ y ello lo
puede decir con mucho orgullo”.
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Su segunda exposición, también presentada en el Instituto Cultural


de Providencia, se extiende entre el 8 de abril al 8 de mayo de
1999. En la oportunidad el crítico José María Palacios bajo el título
“Eugenio Cruz, maestro de sí mismo, rescata el valor pictórico del
paísaje”, escribe:

“La tónica de los paisajes de Eugenio Cruz se nos ofrece


fundamentalmente en la luminosidad, en esa que entrega el sol en
distintos horarios, lo que posibilita captar variaciones tonales y
perfilar o vigorizar la naturaleza. Y nuestro pintor discurre frente a
estos fenómenos con variados formatos de tela y buen empleo del
óleo. Su paleta es pródiga. Exigida por el pintor sabe asociarse a
sus emociones y recrear vistas con significativas sugerencias.
Destaca en esto el sentido de amplitud panorámica que
encontramos en la mayoría de sus telas”.

Inmediatamente después de esta segunda muestra, las obras de


Cruz son exhibidas durante el mes de junio en el exclusivo Salón de
Protocolo del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benitez, de
Santiago.

La tercera exposición de Eugenio Cruz se realiza entre junio y julio


de 2008 en la sede Montecarmelo del Instituto Cultural de
Providencia. El catálogo de esta nueva muestra advierte:

“En esta exposición Eugenio Cruz presenta una importante


variedad y cambio en sus temas. La gran amplitud en sus
paisajes, que era su característica, la cambia más
drásticamente…Hay una nueva línea de creación, mezcla los
paisajes con lo abstracto e impone diversos colores, aunque
estos no condicen con la temática normal , hay mucha fuerza y
belleza en estas pinturas con maestría en el manejo del óleo.
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Efectivamente, Cruz se presenta con una propuesta pictórica que


devela una nueva etapa en su vida artística, la misma que
sorprende por la vigencia, fuerza y belleza de sus telas,
advirtiéndose en su obra un proceso evolutivo que configura una
modalidad distinta en su forma de pintar.

El poeta

El poeta, que convive en armonía al interior de Cruz, emerge


nuevamente y plasma su obra, por tercera vez, en “De lo terrenal a
lo espacial”, (Estrella Verde Ediciones, 250 p., 2011), libro lanzado
en el auditorio del Instituto Cultural de Providencia el 8 de abril de
2011.

En el Prólogo del libro, el poeta Emilio Antilef, escribe:

“La poesía que vierte Eugenio Cruz en su obra, tiene todo el


ahínco de embarcarse en esa travesía sin brújula que ofrece esta
expresión tan vital y básica del ser como es la poesía.

“En los versos de Cruz existe esa vocación por emprender la


aventura de un poema como si fuera un exorcismo de sus más
queridas sombras, para teñirlas de tinturas propias que recrean
vivencia y reflexiones dejando espacio a la fantasía que incluso
no le teme al peligro de conquistar la juventud de un cuerpo
deseado y tampoco ahorra recursos líricos en celebrar la nueva
vida humana de un bebé, como fruto de un amor que es esfuerzo
y sacrificio, pero que lleva a darle gloria a la ternura y la alegría”.

Poesía y pintura

No cabe dudas que las acertadas palabras de Osvaldo Rivera Riffo,


Director del Instituto Cultural de Providencia, pronunciadas en el
lanzamiento del libro de Eugenio Vargas (08/04/2011) sintetizan de
manera precisa lo que ha sido la vida de este poeta y pintor chileno:

“Eugenio Cruz ha logrado recrear los antiguos vínculos entre


pintura y poesía del Renacimiento, donde no pocos poemas eran
descripciones de cuadros. En esos tiempos la reverencia de la
palabra a la imagen era total. Pero también la simetría pictórica lo
era de la poética.

“El poeta y el pintor se diferencian del resto de los mortales en


que tienen la capacidad de descubrir de manera audaz en la
naturaleza y en los seres humanos lo ingenuo, lo maravilloso, lo
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extraordinario, los contrastes y los impulsos interiores del alma y


de las cosas y transmitirlos en códigos de palabras o de colores.

“Eugenio Cruz es la síntesis extraordinaria de ese pintor-poeta


que escribe con los colores y pinta con la palabra.

“Hombre lleno de inquietudes, se ha formado bajo la disciplina del


autodidactismo, y poesía y pintura las ha convertido en canales a
través de los cuales expresa sus visiones de la naturaleza, el ser
humano y el mundo.

“La síntesis de su alma y espíritu no cabe duda se encuentra en


las 250 páginas de poemas del libro “De lo terrenal a lo espacial”
que hoy nos presenta y que encapsula verdaderas fotografías de
la extensa vida cotidiana de una persona que ha sabido trabajar
honestamente; que siente la vida y el tiempo: que ha tenido y
tiene pasiones; que sigue mirando extasiado las bondades de la
naturaleza: que ha amado y ama; que ha disfrutado con su familia;
que ha enfrentado vicisitudes con la suficiente entereza como
para no ceder ante ellas.

“La poesía y la pintura tiene la virtud y particularidad de


acercarnos a nosotros mismos, de enfrentarnos a nuestro
cotidiano que guardamos celosamente en nuestra intimidad”.

La portada de este libro corresponde al óleo obre tela "Paisaje en un color"


(100x 100 cm),obra de Eugenio Cruz Vargas expuesta el año 2008 en la sede
Montecarmelo del Instituto Cultural de Providencia.

M.F.W.
Editor General

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