Está en la página 1de 7

c 



  

Joven matemático cuya vida es una muestra de constantes infortunios e


incomprensión. Fue un revolucionario activo en su tiempo, destrozó su vida luchando
con los necios, uno tras otro, visitó varias veces la cárcel y murió violentamente en un
duelo.

Évariste Galois nació el 25 de octubre de 1811 en Bourg-la-Reine, una pequeña aldea


situada a 10 km de París. Su padre fue Nicolás Gabriel Galois, hombre cultivado,
intelectual, saturado de filosofía, apasionado enemigo de la realeza y ardiente
defensor de la libertad. Nicolás fue el alcalde de la aldea, y servía de sostén a los
aldeanos frente al sacerdote y amenizaba las reuniones sociales recitando poesías que
él mismo componía. Estas actividades serían más tarde la ruin a de este hombre. De su
padre, Évariste heredó la facilidad para escribir y el odio a la tiranía y a la bajeza.

La infancia de Évariste fue razonablemente feliz. Era un niño cariñoso y serio. Aunque
su padre estaba muy atareado con sus labores en el ayuntamiento, el gusto por la
literatura, la filosofía y los clásicos mantuvo unida a la familia, sobre todo a Évariste
con su hermana mayor Nathalie-Theodore. En sus primeros años Galois no tuvo más
maestro que su madre, Adélaide-Marie Demante, una mujer de carácter fuerte, con
mentalidad generosa, la cual le enseñó latín, griego y todas las cosas que un joven de
su época debía conocer.

No hay registro de que las familias de los padres de Galois se caracterizaran por su
talento matemático. Su genio apareció como una explosión en los primeros años de su
adolescencia.

Évariste era extremadamente inteligente y aprendía con rapidez. En 1823, teniendo 12


años ingresó en el liceo de Louis le Grand en París, el cual era dominado por un
director que actuaba más como carcelero. Pues a pesar de reunir entre sus
estudiantes a algunos de los jóvenes más inteligentes del país, las condiciones de vida
del internado, los métodos de enseñanza que se utilizaban, la rigidez de horarios, de
estilo militar, la poca cantidad y escasa calidad de la alimentación y a las precarias
condiciones higiénicas, fue una verdadera tortura para la inquieta inteligencia de
Évariste se rebelaba contra esta situación.

De esta misma época data el primer encuentro de Évariste con las ideas
revolucionarias. Sucedió durante un homenaje al rey Luis XVIII. Los alumnos, molestos
por la expulsión de algunos compañeros a raíz de una revuelta provocada por el
posible retorno de los jesuitas a la dirección del colegio, se negaron a brindar a la salud
del rey. Este hecho provocó la expulsión de ciento veinte de los escolares más capaces
de la escuela. Galois no estaba entre ellos. Hasta entonces la tiranía constituía una
simple palabra para éste, pero ahora la veía en acción, este hecho deformó una part e
de su carácter durante toda su vida. Sintió una rabia incontenible.

Sus estudios, debido a la excelente instrucción de su madre marcharon a la perfección,


pero su interés por la literatura y por los clásicos terminó por el aburrimiento. Sus
resultados escolares de ese año fueron mediocres, por lo que lo obligaron a repetir el
curso. Fue quizá lo mejor que le podía suceder. Para evitar volver a estudiar materias
ya sabidas, se matriculó en un curso de matemáticas, disciplina poco importante que,
entonces, no era obligatoria.

Durante ese año Los Elementos de Geometría de Legendre abrió su camino. Se dice Comment [W1]: Aquí comienza mi avance
semanal
que dos años eran el tiempo usual empleado por los estudiantes más apasionados a las
matemáticas para comprender a Legendre, pero para Galois, fue como leer una
novela. Dicha obra despertó su entusiasmo y, pronto la dominó. Sin embargo, su
reacción fue un tanto diferente ante el álgebra. No le agradó al principio, puesto que el
texto que disponía era un manual sencillo. No obstante, cuando leyó Resolución de
ecuaciones numéricas de Lagrange para aprender álgebra, en éste, descubrió el
desorden reinante dentro del álgebra y de la cantidad de problemas sin resolver, los
cuales pasaron a ocupar la mayor parte de su tiempo. A los 14 o 15 años absorbía las
obras de análisis algebraico dirigidas a matemáticos maduros.

El gran talento de Galois le permitía realizar casi completamente de memoria las más
difíciles operaciones matemáticas. Pero debido a la insistencia de sus maestros sobre
detalles los cuales consideraba obvios se exasperaba y perdía los estribos.

Con esta muestra de capacidad, el carácter de Évariste sufrió cambios, ya que sabía
que estaba cerca de los grandes maestros, y deseaba colocarse en primera fila para
compararse con ellos. Por ello, sus maestros, compañeros e incluso su familia lo
encontraron extraño, decían que había algo extravagante, lo acusaban de ͞ser
ambicioso y tener el deseo de parecer original͟.

Inclusive uno de sus maestros declaró que ͞la locura matemática domina a este
muchacho. Pienso que sus padres deberían dedicarle tan sólo a la matemática. Aquí
está perdiendo el tiempo, y todo lo que hace es atormentar a sus maestros y
perturbarse͟.

A los 16 años, sin saber que Abel estuvo convencido, al comienzo de su carrera, de
haber hecho lo que era imposible, resolver la ecuación general de quinto grado, Galois
repitió el mismo error, durante cierto tiempo, aunque breve, creyó haber logrado lo
que no puede lograrse.

A partir de esta época el joven Galois tenía una meta en su vida: ser matemático. La
mejor forma de conseguirlo era ingresar en la Escuela Politécnica, madre de los
matemáticos franceses, fundada durante la Revolución francesa para dar la mejor
educación científica en matemáticas que podía darse en el mundo. Para entrar era
necesario aprobar los exámenes de ingreso. Desgraciadamente fracasó, puesto que
durante el examen oral, los examinadores no comprendieron las explicaciones de
Évariste ni el alcance de sus nacientes trabajos en el campo del Álgebra. Un candidato
de inteligencia superior se pierde ante un juez de inteligencia inferior. Galois dijo
͞Debido a que ellos no me comprenden, soy un bárbaro͟. El fracaso fue casi el toque
final, se concentró sobre sí mismo y le amargó toda su vida.

En 1828, a la edad de 17 años Galois encontró a alguien que tuvo la capacidad de


comprender su genio, un maestro de matemáticas especiales en Louis Le Grand
monsieur Richard, este reconoció inmediatamente que tenía en frente ͞el Abel de
Francia͟.

En 1829 Galois escribió un magnífico trabajo sobre resolución de ecuaciones, campo


en el que había trabajado desde el principio de sus estudios matemáticos. Era un
estudio brillante, innovador, lleno de ideas interesantes. Sin embargo, estaba muy
condensado y era difícil de entender. Lo envió a la Academia de Ciencias para su
publicación. Tuvo la mala fortuna de que su trabajo cayera en manos de Augustin-Louis
Cauchy, el primer matemático francés de la época. Cauchy estaba muy ocupado con
sus propias investigaciones, no lo entendió y no le prestó demasiada atención. El caso
es que el trabajo de Galois desapareció. Nunca volvió a saber de él.

Cuando Galois tenía 18 años ocurrieron otros dos desastres que moldearon su
carácter. Hizo un segundo intento de ingresar en la Escuela Politécnica. La costumbre
de Galois de trabajar casi completamente de memoria constituía una grave desventaja
cuando se hallaba ante el pizarrón. Durante la parte oral de los exámenes, su
examinador, el profesor Dinet, supervisor de exámenes durante más de cuarenta años,
le hizo una pregunta trivial sobre logaritmos. Sin duda esperaba que Évariste se ciñera
a lo conocido hasta entonces sobre el tema, expuesto en el popular libro de texto de
Leonhard Euler. Sin embargo, Galois se lanzó a una explicación de sus propias ideas
sobre el asunto. El viejo Dinet, que fue profesor de Cauchy, no lograba entenderle.
Galois lo intentó una y otra vez hasta que en un acceso de rabia y desesperación lanzó
un borrador al rostro de su atormentador. Acertó, pero aquel lanzamiento acabó con
su carrera matemática en el ámbito oficial.

El desastre final fue la trágica muerte de Nicolás. Su padre como alcalde de Bourg-la-
Reine, el viejo Galois era blanco de las intrigas clericales, puesto que siempre había
apoyado a los aldeanos contra el sacerdote. Hasta que un joven sacerdote organizó
una campaña contra el alcalde, como era bien sabido el talento de este para versificar,
el ingenioso sacerdote compuso una serie de versos contra un miembro de la familia
del alcalde, firmándolos con el nombre de éste y los hizo circular entre los habitantes.
El pobre sufrió una manía persecutoria, por lo que huyó a París, y en una habitación
cercana a la escuela donde su hijo realizaba sus estudios, se suicidó. Durante los
funerales estallaron serios disturbios, los habitantes irritados lanzaron piedras y el
sacerdote fue herido en la frente.

Después de su salida del liceo, en febrero de 1830 teniendo 19 años, Galois ingresó en
la Ecole Preparatoire posteriormente llamada Ecole Normal, un colegio universitario
donde se preparaban los futuros profesores de escuelas como la suya. Allí conoció e
hizo amistad con Auguste Chevalier, un hombre muy importante en su vida. De nuevo
absorto en sus estudios matemáticos, compuso tres trabajos que abren nuevos
campos. Este trabajo contiene en gran parte su obra sobre la teoría de ecuaciones
algebraicas, Galois lleno de esperanza resumió sus resultados, añadiendo otros
nuevos, lo envió a la Academia de Ciencias para aspirar al Gran Premio de
Matemáticas, este era la cinta azul para la investigación matemática. El trabajo fue
aceptado por el gran matemático Jean-Baptiste Joseph Fourier, pero
desgraciadamente murió antes de poder leerlo. El manuscrito, una vez más, se perdió
sin dejar rastro. Por lo que su odio creció y se entregó a la política, militando en el
republicanismo, que era entonces un radicalismo perseguido.

Los primeros brotes de la Revolución de 1830 llenaron de júbilo a Galois. Intentó llevar Comment [W2]: Avance semanal

a sus compañeros a la lucha, pero estos dudaron y el director, que no veía las cosas
claras les pidió que prometieran por su honor no abandonar la escuela. Galois se negó
a dar su palabra, y por la noche intentó escapar, pero los muros eran demasiado altos
para él.

Los últimos meses de 1830 fueron turbulentos como suelen ser después de un
alzamiento político. En diciembre Galois encerrado en el colegio, escribió una carta a la
Gazette des écoles (gaceta escolar), donde manifestaba su opinión de lo que era su
deber hacia los estudiantes y el director, por lo cual Évariste fue expulsado.

Nuevamente en la calle y sin recursos Galois de 19 años anunció una clase privada de
algebra superior, el curso iba a abarcar ͞una nueva teoría de las imaginarias͟( conocida
actualmente como la teoría de ͞las imaginarias de Galois͟), la resolución de las
ecuaciones por radicales y la teoría de números y funciones elípticas tratadas por pura
algebra, es decir, todo su obra, lamentablemente al no encontrar discípulos, Galois
decide abandonar temporalmente las matemáticas e ingresar tanto a la artillería de la
Guardia Nacional como a la asociación republicana Amis du Peuple (Amigos del
pueblo).
Su estancia en el ejército fue corta, ya que ingresó a la artillería el 4 de diciembre y por
orden real esta se disolvería el 31 de diciembre del mismo año.

Mientras tanto, Ya que no podía acceder a los círculos científicos oficiales, decidió, en
junio de 1831, dar a conocer sus descubrimientos mediante una serie de conferencias,
que pagó de su bolsillo con la ayuda de su familia, en una librería cerca de la Sorbona.
Así mismo alentado por Simeon Poisson, y en su último esfuerzo por triunfar Galois
envió una memoria sobre la resolución de ecuaciones, ahora llamada la teoría de
Galois, a la Academia de Ciencias, Poisson fue el juez. Éste en su informe afirma que la
memoria era ͞incomprensible͟, pero no dice cuanto tiempo había empelado para
llegar a esta conclusión. Fue la gota que derramó el vaso, y Évariste dedicó todas su
energía a la política, ͞Si se necesita un cadáver para poner en movimiento al pueblo,
escribía, yo daré el mío͟

Bajo el régimen de Luis Felipe tuvieron lugar sus primeros roces con la justicia que ya
no le abandonarían hasta el fin de sus días. El 9 de mayo de 1831 marcó el comienzo
del fin. Su primera detención tuvo lugar tras un banquete en homenaje a ciertos
presos liberados por la policía al que, por cierto, asistió también el escritor Alejandro
Dumas. En él, Galois realizó un brindis por la 'salud' de Luis Felipe con no muy buenas
intenciones tras el que fue enviado a prisión. Afortunadamente para él, su abogado y
el jurado mostraron simpatía hacia su juventud durante el juicio celebrado el 13 de
junio de 1831, y pudo salir sin cargos de la cárcel de Santa Pelagia, pero marcado como
un agitador político y un peligro para la ley y el orden. Su libertad fue muy breve.
Durante el 14 de julio, Día de la Bastilla, él y un compañero desfilaron por las calles de
París armados y vestidos con el lujoso uniforme de la artillería de la Guardia Nacional
disuelta en diciembre del año anterior. Por lo tanto era ilegal vestir su uniforme y, al
día siguiente Galois fue detenido en la casa de su madre. Esta vez la justicia fue menos
benévola y le condenó a seis meses de prisión que cumplió, juntamente con e l tiempo
que pasó en condición de preso preventivo, de nuevo en la cárcel de San ta Pelagia. Su
estancia en prisión fue terrible pues estuvo permanentemente expuesto a los malos
tratos y humillaciones que su juventud provocaba entre los guardias y el resto de los
reclusos.

Finalmente pudo salir de aquel lugar, la epidemia de cólera de 1832 fue causa de que
trasladaran a Galois a un hospital, el 16 de marzo. El ͞importante prisionero político͟
que había amenazada la vida de Luis Felipe, era demasiado precioso para ser expuesto
a la epidemia.

Durante esa época hizo amistad con una joven de dudosa reputación y se desarrolló su
única aventura amorosa. Galois estaba disgustado con su amor, consigo mismo y su
amante. A su amigo Auguste Chevalier le dirigió las siguientes palabras:
:  
   
 
    
                  
       
              
  
     
  




      

 
   


 
 
!  
   
 

  "  #
$%
 
&'($! 
 
# 
 
    


No se sabe claramente lo que ocurrió el 29 de mayo. Los párrafos de dos cartas


permiten suponer lo que se acepta corrientemente como la verdad. Galois fue
perseguido por numerosos enemigos políticos inmediatamente después de su libertad.
Estos "patriotas" querían impulsarle a la lucha, y se las arreglaron para hacer caer al
infortunado Galois en una cuestión de "honor".

En una "carta a todos los republicanos", fechada, el 29 de mayo de 1832, Galois


escribe:

"
              
     )  
     * ) 
       
   +,-   .                 

 
    
  

 "
En otra carta a dos amigos desconocidos dice:

"/ 

 
 
     ,  
 
  
  
   
 
        

 
     0   1     
   
   

 . 
 

 
 

  ! 


   

2
 
     1   

E. GALOIS" 

Estas fueron las últimas palabras que escribió. Aquella noche empleó las horas que
pasaban rápidamente las empleó para escribir su testamento matemátic o, añadiendo,
en su lucha contra el tiempo, algunas de las grandes ideas que su cerebro albergaba,
antes de que la muerte, que preveía, las borrara. De cuando en cuando escribía "No
tengo tiempo, no tengo tiempo"; y luego seguía planteando nuevos problemas. Lo que
escribió en sus últimas horas ha mantenido atareados durante siglos a varias
generaciones de matemáticos. Halló la verdadera solución de un enigma que
atormentó a los matemáticos durante siglos: ¿en qué condiciones se puede resolver
una ecuación? Pero este hallazgo es tan sólo una cosa entre otras muchas. En su gran
obra, Galois usó la teoría de grupos con excelente resultado. Galois era, en efecto, uno
de los grandes precursores de esta abstracta teoría, que en la actualidad tiene
fundamental importancia en toda la Matemática.

Aparte de las cartas mencionadas, Galois confió a su albacea científico algunos de los
manuscritos que debían ser entregados a la Academia de Ciencias.

Galois comunicó su voluntad a su fiel amigo Auguste Chevalier, a quien el mundo debe
que se haya conservado. "Mi querido amigo, comienza diciendo, he hecho algunos
nuevos descubrimientos en Análisis". Luego procede a describirlos, tratándose en
realidad de descubrimientos que marcan una época. Concluye diciendo: "Pide a Jacobi
o a Gauss que den públicamente su opinión. No respecto de la verdad, sino respecto
de la importancia de estos teoremas. Más tarde habrá, algunas gentes, así lo espero,
que encuentren provechoso descifrar toda esta confusión. J3   
4     5E. Galois".

En las primeras horas del 30 de mayo de 1832, Galois se enfrentó a su adversario en el


"campo del honor". El duelo era a pistola, a 25 pasos. Galois cayó, atravesados los
intestinos. Ningún cirujano estaba presente, y fue abandonado para que muriera
donde había caído. A las 9 de la mañana un campesino que pasaba le condujo al
hospital Cochin. Galois sabía que iba a morir. Ante la inevitable peritonitis, y
conservando aún la completa posesión de sus facultades, rechazó los auxilios de un
sacerdote. Quizá se acordó de su padre. Su hermano menor, el único de la familia que
había sido advertido, llegó llorando. Galois intentó consolarle mostrando su
estoicismo. "No llores, dijo, necesito todo mi valor para morir a los veinte años".

En las primeras horas de la mañana del 31 de mayo de 1832, Galois murió, teniendo 21
años. Según Alejandro Dumas su asesino se llamaba Pecheux d'Herbinville. Galois fue
enterrado en la fosa común del Cementerio del Sur, de modo que nada se sabe de los
restos de Evariste Galois. Su monumento permanente consiste en sus obras, que
llenan sesenta páginas.

Los estudios matemáticos de Galois permanecieron incomprendidos hasta mucho


tiempo después. Fue en 1846 12 años de su muerte cuando Joseph Liouville los publicó
completos en una revista matemática francesa. A partir de ese momento comenzaron
a influir en los trabajos de los matemáticos posteriores y a ser reconocidos por su
importancia. Tanto es así, que hicieron surgir una nueva rama de las matemáticas
llamada Teoría de Grupos y Cuerpos de Galois. Estas ideas fueron consideradas hasta
tal punto innovadoras y originales que el grandísimo matemático alemán Félix Klein
dijo de él a finales del siglo XIX: «En Francia apareció hacia 1800 una nueva estrella de
ininmaginable brillo en el firmamento de las matemáticas... Evariste Galois.»

También podría gustarte