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Quinientos Años de evangelizacion

franciscana en América

Capítulo Provincial Intermedio 2024


de los Hermanos de la Provincia
Nuestra Señora de Guadalupe…

Fray Jit Manuel Castillo de la Cruz, OFM


Monte San Francisco, Guatemala, 12 de enero de 2024
• “Aconsejo de veras, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor
Jesucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan
con palabras, ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y
moderados, mansos y humildes, hablando a todos honestamente,
como conviene. Y no deben cabalgar, a no ser que se vean obligados
por una manifiesta necesidad o enfermedad. En cualquier casa en
que entren, primero digan: Paz a esta casa (cf. Lc 10,5). Y, según el
santo Evangelio, séales lícito comer de todos los manjares que les
ofrezcan (cf. Lc 10,8)”.
• (San Francisco de Asís, Regla Bulada, III)
Introducción

• Iniciamos nuestra reflexión “Quinientos años de evangelización franciscana en


América” con esta cita de la Regla Bulada no poque dado que estamos en el
octavo centenario de su aprobación haya que meterla a fuerza en todo,
• sino porque como veremos en seguida en esta presentación, la propuesta evangelizadora
de América está muy ligada a los procesos internos de Reforma de la Orden, que en el
caso de la Observancia, tuvo un marcado deseo de fidelidad a la Regla, coscientes de que
entre nosotros no podemos disociar vida envangélica de evangelización.
• y porque, es imposible desligar esta propuesta evangelizadora franciscana en América
del contexto geográfico, social, político, económico y cultural (por señalar las cinco
coordenadas que solemos utilizar para caracterizar la realidad) en el que esta se concreta y
que en este caso son los pueblos indígenas con sus indiosincracias, cosmovisiones y
problemáticas en el escenario de la colonización española del Nuevo Mundo.
• A mi modo de ver, en esta cita de la Regla Bulada, se nos recuerda
• que el encuentro constante, permanente y personal con Jesucristo es lo que le da
fundamento y horizonte a nuestra praxis evangelizadora.
• que la evangelización franciscana es imposible sin vida evangélica, esto es sin las actitudes
evangélicas que han de caracterizar a los hermanos que evangelizan.
• que no se trata tanto de buscar el martirio cuento de encarnarlo con las actitudes del Siervo
sufriente de Yahveh, tal como estas aparecen descritas en los evangelios.
• que las Bienaventuranza, que son el ADN del cristiano, deben caracterizar la
evangelización franciscana y que, por ende, esta no ha de confundirse con la predicación
del kerigma, una propaganda religiosa, un adoctrinamiento, una intrucción teológica o una
imposición de la fe.
• que en nuestra práctica evengelizadora, ante todo, los frailes hemos de ser hombres
reconciliados y reconciliadores, pacíficos y artesanos de paz, amantes de la naturaleza y de
la sencillez.
• Querer condenzar Quinientos años de Evangelización en América es una
empresa fracasa al inicio, como decía San Agustín de Hipona a propósito
de su intención de revelar su experiencia del misterio trinitario de Dios.
• Para que tengamos una leve idea de las dimensiones de esta propuesta, baste decir
que en estos cinco siglos se realizaron 598 expediciones a América en las que
viajaron 8,441 frailes franciscanos.*
• Empresa que se torna más desafiante si quien la encara no es un
especialista en la materia, ni siguiera un historiador, sino más bien un
aprendiz de teólogo y más concretamente un pastoralista apasionado.

*Pedro Borges y Francisco Morales, “Los hermanos menores en las Provincias de América. Su prcedencia
geográfica”, en Francisco Morales (Comp y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años de presencia
evangelizadora, Conferencia Franciscana de Santa María de Gaudalupe, Mexico, Centroamérica, Panamá y
El Caribe, México, 1993, p. 129-130).
• Esta encomienda tan desproporcionada la hemos asumido en gran
parte por obediencia, por osadía y por confiar en que, si a mis
actuales superiores se les ocurrió pensar en mí para realizar esta
tarea, es poque a través de ellos, Dios entendió que yo tenía algo
que aportar al respecto.
• Esto es lo que intentaremos hacer a continuación para los
hermanos capitulares, por lo que pasamos página (en este caso
diapositivas) a las excusas que lo que hacen es restarle tiempo a la
ya insuficiente hora que me han asignado para presentar nuestra
reflexión “Quinientos años de evangelización franciscana en
Amética”.
• Solo nos resta decir en esta introducción que, en principio, quería presentar lo
ocurrido en cada uno de los países de Centroamérica que componen la Provincia
Nuestra Señora de Guadalupe, pero muy pronto la investigación me mostró que
debíamos concentrarnos en el caso de México, esto por dos razones:
• porque los referidos quinientos años de evangelización franciscana en América
celebrados en 2023-2024 apuntan a ello y
• por lo fecunda y paradigmática que fue esta propuesta misionera, como aquí
tendremos la oportunidad de mostrar.
• También en nuestro proceso de delimitación de nuestro tema vimos que era
necesario hacer una breve referencia a lo acontecido en El Caribe y el
concentrarnos en los siglos XVI y XVI, y a partir de la praxis misionera
impulsada por los frailes menores en estos dos escenarios, apuntalar las
enseñanzas que estos nos pueden legar para el hoy de nuestra tarea
evangelizadora.
Esquema a seguir

I. Notas previas sobre la evangelización franciscana


II. La misión franciscana de Amárica en el contexto del proceso de configuración
de la Orden de Frailes Menores
III. La evangelización en América a la luz del ideal misionero de la Orden de
Frailes Menores
IV. Breve esbozo de los comienzos y expansión de la Orden en El Caribe y en
Nueva España (México)
V. Los grandes conflictos y las posiciones de los frailes en el
contexto de la conquista y colonización de América
VI. Apuntes para seguir profundizando: aciertos y desaciertos en estos
“Quinientos Años de evangelización franciscana en América”
I. Notas previas sobre la evangelización franciscana

• No podemos abordar este tema de los “Quinientos años de


evangelizacción franciscana en América” sin tomar en cuenta las
diviersas polémicas que se suscitan en torno a su interpretación:
• desde una perspectiva ingénua solo se ven cosas positivas y nos
incapacitamos para asumir que hubo graves errores nuestros en la aventura
misionera americana;
• desde una perspectiva hipercrítica, se dificulta el encontrar algo positivo
en la empresa evangelizadora emprendida por la Orden de Frailes Menores
en América.
• Con esta intervención queremos situarnos más allá de este maniqueísmo
dualista, e intentaremos aproximarnos, así sea someramente, a la
complejidad de este fenómeno.
• Para ello nos pueden ayudar las sabias preguntas que se hiciera fray Francisco
Morales al respecto de una ponencia suya sobre este tema presentada en el
Capítulo de la Orden del año 1991:
• “¿Cómo entendió el hermano menor su vocación evangelizadora? ¿Qué
fidelidad mantuvo a ella? ¿Qué medios le ayudaron a sostener esa fidelidad
evangélica, si la mantuvo, o en caso de infidelidad, qué tropiezos se lo
impidieron? ¿Cuáles de los elementos que han caracterizado al hermano
menor y le han dado su singularidad en la Iglesia tuvieron especial impacto
en la conversión de nuestros pueblos al cristianismo?”*
*Francisco Morales, “Evangelización franciscana en América a cinco siglos de su inicio”.
Recuperado en https://www.franciscanos.org/historia/Morales-
EvangelizacionfranciscanaenAmerica.htm
• Entendemos que estas preguntas son muy relevantes para nosotros
hoy y que no hemos de perderlas de vista en esta reflexión, aunque
aclaramos de entrada que en esta intervención no las contestaremos,
sino que sencillamente las apuntalaremos.
• A la hora de abordar el tema de la evangelización franciscana en
América no hemos de perder de vista los diversos paradigmas de
evangelización que han caracterizado a la Iglesia y su vinculación
con cada época histórica y con los paradagimas antropológicos,
filosóficos y teológicos que los sustentan.*

*Cf. David Juan Bosch, Misión en transformación. Cambios de paradigmas en la


teología de la misión, Editorial Libros Desafíos, Michigan, 2000.
• En el caso de la evangelización franciscana de América, que se da en el
contexto de la colonización, hemos de enterderla en ese marco para no caer en
anacronismos, que en nada contribuyen a nuestro propósito.
• A la tradición evangelizadora de la Iglesia, hemos de sumar la tradición
evangelizadora franciscana con su originalidad y singularidad, como nos lo
muestra
• la visita de san Francisco al Sultán Malik al Kamil;
• la llevada a cabo por los primeros franciscanos en Marruecos y en Tierra Santa;
• la impulsada en Mongolia por fray Giavanni da Pian del Carpine (1245) y fray
William Rubrock (1252);
• las realizadas en China por fray Odorico de Pordenone (1320-1330) y fray Giovanni
Da Morignoli (1338);
• y las concretadas en Canarias, que como veremos más adelante, son fundamentales
para la misión franciscana en América.
• La experiencia franciscana de América está marcada por:
• las experiencias de la evangelización franciscana previas al “descubrimiento de
América”;
• la singularidad e independencia del desarrollo religioso y cultural del
Continente;
• la huella del contexto histórico en el que la tarea evangelizadora se lleva a cabo.
• la novendad del Continente Americano, con razón llamado “Nuevo Mundo”;
• la coincidencia entre evangelización y conquista, como un fenómeno de
inusitada novedad;
• el despuntar de los nacionalismos y de la expansión mercantil que tienen su
contraparte en el surgimiento del romanticismo.
• Todos estos elementos van a dar una peculiaridad muy propia al
proyecto evangelizador de los franciscanos en América.
• Con todo, no se trata de un proceso homogeno, sino que hemos de
matizar por lo que ocurre en cada contexto cultural y dependiendo de
los agentes de la evangelización y de sus destinatarios: Por poner un
ejemplo:
• no podemos valorar igualmente, la evangelización franciscana que se lleva
a cabo en El Caribe en los albores de la colonización cuando no se tenía
ningún marco referencial para la misma,
• que la que se da en Nueva España (México), en Centroamérica, en Brasil,
en Texa o en la alta California, cuando ya ciertos criterios habían sido
delineados.*

*Cf. Francisco Morales, “Evangelización franciscana en América a cinco siglos


de su inicio”, Op. Cit.
II. La misión franciscana de Amárica en el contexto del
proceso de configuración de la Orden de Frailes
Menores

• Iniciamos este apartado con una cita de fray Francisco Morales que
nos muestra las circunstancias favorables que vivía la Orden de
Frailes Menores en el contexto del “encontronazo entre culturas”
que caracterizó el proceso de la Conquista y la Evangelización de
América.
• La misma nos ayuda a entender el protagonismo de la Orden en el
proceso de evangelización que se llevó a cabo en el “Nuevo Mundo”.
• La Orden tenía una tradición histórica y una fisonomía institucional bien definidas y
consolidadas a finales del siglo XV, cuando los “nuevos mundos” geógraficos y humanos
se asoman a la historia europea. Es la familia religiosa más numerosa dentro del grupo
de instituciones religiosas que se llaman órdenes mendicantes (dominicos, franciscanos,
agustinos, carmelitas). Se había instalado en los recintos y en las actividades urbanos de
la baja Edad Media. Había asumido como propias las tareas de la predicación popular, el
ministerio penitencial, como formas de catequesis y animación religiosa. Tenía una larga
experiencia docente en el campo de las disciplinas escolásticas. Bajo el amparo del
Pontificado venía ejerciendo también una labor misionera en diversas áreas del cercano y
del extremo Oriente, entre pueblos paganos como los tártaros, monoteístas como los
mahometanos y persas, y entre diversas confesiones cristianas englobadas en la ortodoxia
oriental. Tenía, por lo tanto, un cierto entreno en tareas de animación cristiana y de
acción misionera. El hecho americano: llevará a desempolvar esta experiencia y a
ponerla en acción.*

*Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años de presencia evangelizadora,
Conferencia Franciscana de Santa María de Guadalupe, México, 1993, p. 21.
• En ese panorama, en su proceso de conformación institucional la Orden
vive unas tensiones entre las diversas facciones que la integran (los
Observantes, los Espirituales y la mayoría de la Orden, llamada la
Comunidad), que tiene sus orígenes en la época de la primitiva comunidad
franciscana y que se va agudizando a lo largo de los tres siglos siguientes.
• Sitación a la que hemos de sumar las diversas formas de encarnar el
carisma que se habían articulado en el siglo XV (la acción ministerial, la
reclusión ascética, la actividad docente y científica, la vida
contemplativa, la instalación en conventos urbanos, el retiro en
oratorios o mansiones rurales) que también fueron determinantes en todo
el proceso de evangelización americana.
• En este contexto en la familia franciscana renace el
espíritu misionero que estuvo tan presente en los
orígenes fundacionales de nuestra Orden,
• que nace como un proyecto de evangelización comunitario
que evangeliza,
• en el que nos sabemos llamados y enviados por Jesús,
• de modo que la voccación y la misión, son dos caras de una
misma moneda,
• que nos llaman a ir por el mundo, como artesanos de paz y
fraternidad.*

*Ferdando Uribe Escobar, “El modo franciscano de evangelizar”,


Apuntes del Master en Evangelización. Nuevos escenarios, propuesto
por la Orden, Instituto Teológico Franciscano, Petrópolis, 2011.
En la Observancia este espíritu misionero se renueva desde las dos
tendencias que lo articulan:
La cismontana La ultramontana

• Esta centra su atención en las • Esta se centra en el “Nuevo Mundo”, en


misiones de Tierra Santa. los paises colonizados por Castilla y
• Su ideal es el martirio y una misión Portugal,
integradora y testimonial. • Tiene un carácter más estratégico y
misional.
• Se centra en la observancia de la
Regla. • Se enfoca en los indígenas del “Nuevo
Mundo” y en los habitantes de las costas
• Busca la vivencia del carisma
de Africa, que.
franciscano y la implantación de la
Orden. • Busca la expansión de la Orden y los
acentamientos indígenas.
• La propuesta misionera ultramontana encuentra su
fisionomía institucional en las misiones de las islas
Canarias, que se caracterizan por:
• La vinculación a los conquistadores y a la Corona de Castilla.
• Una dependencia estricta con respecto a los frailes de Tierra
Firme.
• Su condición de ser misiones pontificias por su vinculación al
Papa.*

*Cf. Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años


de presencia evangelizadora, Op. Cit., p. 29.
• De acuerdo con José García Oro, en su artículo “La Orden
Franciscana ante el Nuevo Mundo. Reformas espirituales
de la Orden y Misión”, lo que se programa y realiza en la
Corte de los Reyes Católicos para Granada y que abarca
a las Canarias se extenderá después a las nuevas tierras
americanas:
• “De ahí que Granada resulta siempre la clave político-
eclesiástica, para comprender las grandes líneas de la
naciente colonización española”.*

*José García Oro, “La Orden Franciscana ante el Nuevo Mundo. Reformas espirituales
de la Orden y Misión”, Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos
años de presencia evangelizadora, Op. Cit., p. 35.
• Lo que con razon, además le lleva a afirmar que desde el año 1475 la
Corona de España se empeñó en ser protagonista directa de un
programa concreto de cristianización al que llamó Reforma, que se
empezó a implementar en Las Canarias, pero que pronto se
extendería a las tierras conquistadas por España en el Nuevo Mundo.
• De acuerdo con este autor:
• “De las lejanas Canarias había una buena lección que tomar por los
resultados de atracción cristiana, conciertos de vasallaje y pactos de
ciudadanía a que se había llegado, rematando la obra de la
constitución de una verdadera iglesia que ya podía consolidarse”.*
*José García Oro, “La Orden Franciscana ante el Nuevo Mundo. Reformas
espirituales de la Orden y Misión”, Op. Cit., p. 36.
• En efecto, los frailes de la Observancia que se establecieron en
las Canarias bajo el liderazgo de Juan de Palma y Juan de Regla
• eran unos abanderados de una vuelta a una observancia literal de la
Regla y a la radicalidad de la pobreza, entendida como
desapropiación.
• Son precisamente ellos, los principales misioneros franciscanos
destinados a América.
• En este contexto, la propuesta misionera de los Observantes
tiene un importante carácter testimonial bajo los ideales del
• “desierto contemplativo” y del “radicalismo evangélico”.
• Así nace la Provincia de la Santa Cruz de Indias, que tiene un
arraigado tinte misionero.
• Fray Francisco de los Ángeles Quiñones le dio forma doctrinal a
esta propuesta y fue quien asumió el mando de la Orden en
1521.
• En este contexto el Emperador urge al Ministro General para
que envíe misioneros a las Indias. Quiñones asume esta
emprensa, escoge a 12 frailes de la Provincia de San Gabriel,
de los reformados del Santo Evangelio, y los envía a Nueva
España capitaneados por fray Martín de Valencia.
• Estos frailes van a la Nueva España con dos textos
inspiracionales escritos por Quiñones,
• la Instrucción, firmada el 4 de octubre 1523 en Santa María
de los Ángeles de Hornachuelos y
• la Observancia canónica, firmada el 30 de octubre de ese
mismo año en el mismo lugar, que dan consistencia a “uno
de los experimentos religiosos de más trascendencia en la
historia de la Iglesia”.*
*José García Oro, “La Orden Franciscana ante el Nuevo Mundo. Reformas espirituales
de la Orden y Misión”, Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América.
Quinientos años de presencia evangelizadora, Op. Cit., p. 43.
• Cuatro ideas sintetizan el ideario formulado por Quiñones
en estos dos documentos:
1. Fidelidad a la propia vocación y estilo de vida franciscana.
2. Autononmía juridiccional plena respecto a los demás superiores
e instituciones de la Orden.
3. Organización comunitaria dinámica que hace posible que los
misioneros elijan sus superiores.
4. La creatividad y disciplina con que se vive el radicalismo
evangélico, reflejado más en un espíritu de conversión
permanente que en ritualismos externos.
• De estos cuatro ideales podemos deducir que:
• Esta propuesta insiste más en las motivaciones
cristianas y franciscanas que en la cuestión
organizativa.
• Su llamada a una instalación urbana apunta al deseo
de los frailes de vivir entre el pueblo.
• Su mandato de las reuniones quincenales busca que
los frailes mantengan la cohesión.
• Su insistencia en la obediencia franciscana se
enmarca más en el ámbito religioso y espiritual que
en el jurídico.
IV. Breve esbozo de los comienzos y expansión de la Orden en
El Caribe y en Nueva España (México)

• Cuando se inicia la evangelización de


México, ya se contaba con una cierta
madurez en este campo, luego de las
experiencias de las islas de El Caribe, que a
la fecha ya contaba con una provincia
franciscna.
1. Experiencia evangelizadora franciscana en El Caribe

• En este contexto hemos de destacar


la labor misionera realizada en
minoridad por Juan de la Deule y
Juan de Tisín o Cousin, dos
hermanos belgas de opción laical que
llegaron a Santo Domingo en 1493,
en el segundo viaje de Colón y que
emprendieron una labor
evangelizadora bastante enraizada en
nuestro carisma fundacional.
• Estos dos misioneros franciscanos, además de Santo Domingo y
Haití, estuvieron en Cuba y en Jamaica.
• De la Deule es considerado como el primer catequista y etnógrafo de
América al decir de Mariano Errasti, con base en los escritos del Padre
Las Casas y fray Ramón Pané. En el año 1500, estos franciscanos dan
cuenta de que han bautizado a más de 2000 indígenas.*
• En 1502, 17 frailes (13 frailes sacerdotes y 5 frailes de opción
laical), capitaneados por fray Francisco de Espinal, fundan el
Convento de San Francisco.

*Cf. Mariano Errasti, Los Primeros Franciscanos en América. Isala Española, 1493-
1520, Fundación García Arévallo, Santo Domingo, 1998, p. 23-29.
• Experiencia que Antolín Abab denomina “la primera expedición
fundadora del Nuevo Mundo”,* pues esta es base del nacimiento de la
Provinicia de la Santa Cruz de la Española, erigida en 1505 en el Capítulo
de Leval, en Francia.
• Ya en el año 1508, el Primer Convento de América tiene una igleisa cuyos
muros son de piedra, aunque el techo es de madera.
• En el segundo desenio del siglo XVI los frailes de la Provinicia de la Santa
Cruz, envían frailes a Jamaica, Cuba, Puerto Rico y Cubagua, costas
orientales de Venezuela y al Darién, en el istmo de Panamá.

*Antolín Abab, “La organización de la Orden Franciscana en el nuevo Mundo. Siglos XVI-
XVIII”, Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años de
presencia evangelizadora, Op. Cit., p. 120.
• Esta propuesta caribeña se diferencia de la emprendida en
el año 1500 por fray Francisco de Cisneros, que tenía un
programa bien definido.
• Esta a su vez se diferencia de la emprendida por los 12
primeros misioneros, llamados los 12 apóstoles, impulsada
por fray Francisco de los Ángeles Quiñones, que se gesta
en 1523, en un escenario muy preciso, el de la Reforma de
la Orden, marcada por la radicalidad evangélica que
inspiró fray Juan de Guadalupe.
• También hemos de establecer una clara diferencia entre lo que
sucede en el siglo XVI, donde no hay una clara política española de
colonización de lo que acontece en los siglos posteriores, sobre todo
en los siglos XVIII y XIX cuando este panorama cambia
radicalmene.
• En este proceso son determinantes
• los agentes evangelizadores europeos,
• los destinatarios o sujetos americanos de la evangelización,
• los paradigmas que inspiran esta práctica y
• el contexto social, político, económico y cultural en el que esta se
realiza.
2. Experiencia evangelizadora franciscana en Nuevo México

• Iniciamos diciendo que a quienes conocemos


como los “doce primeros misioneros franciscanos”
en llegar a México en realidad no son los primeros
misioneros en arribar a estas tierras.
• Es verdad que los dos primeros franciscanos que
viajaron a Nueva España con Hernán Cortés no se
han de considerar como misioneros, sino más bien
como sus capellanes: nos referimos a fray Diago
Altamirano, que era pariente suyo, y a fray Pedro
de Melgarejo.
• Los primeros misioneros que llegan a México en 1523
fueron tres frailes belgas:
• fray Juan de Tecto, graduado en París,
• fray Juan de Agora y
• fray Pedro de Gante, pariente del Emperador Carlos V, considerado
un modelo de maestros.
• Sin embargo, los doce primeros misioneros son los que pasan a la historia como
tales, por la gran labor que realizaron en estas tierras.
• Arribaron al puerto de San Juan de Ulúa el 3 de mayo de 1524. Estos son: fray
Martín de Valencia, quien los dirigía, fray Francisco de Soto, fray Martín de la
Coruña, fray Juan Suárez, fray Antonio de Ciudad Rodrigo, fray toribio de
Motolinía, fray García de Cisneros, fray Luis de Fuensalida, fray Juan de
Ribas, fray Francisco Jímenez, fray Juan de Palos y fray Andrés de Córdoba.
• Casi todos ellos son provenientes de la Reforma de San Gabriel y en
su mayoría, tenían una muy buena formación teológica, adquirida
probablemente en Salamanca.
• A ellos se les unen otros franciscanos ilustres, que eran grandes
letrados e intelectuales, pero estas no son sus principales
características, sino su condición de frailes reformados, austeros,
luchadores, que cultivan la mística, la ascesis y la profecía, lo que
los lleva a enfrentarse con las autoridades civiles y eclesiástica, con
los indígenas e incluso con sus propios hermanos de hábito.
• Entre ellos podemos destacar a fray Alonso de Herrera, fray Juan de
Perpignan, fray Andrés de Olmos y fray Bernardino de Sahagún.
• Este contingente de hermanos se estableció en cuatro centros indígenas de
gran importancia para México: Tenochtitlan, Texcoco, Texcala y
Huejotzingo, desde donde extendieron su labor evangelizadora a otros
poblados.
• Para el año 1550 ya habían establecido unos cincuenta conventos,
impactando las zonas más importantes de la cultura mexicana: la nahua,
la otomí, la tarasca, la totonaca, la hualesca y la maya.
• El primer desafío al que se enfrentan los frailes venidos a Nueva España
es la total novedad cultural a la que se enfrentan, que fray Juan de Tecto
describe como “la teología que San Agustín desconoció”.
• Con todo, a los cinco años muchos de ellos ya hablaban el nahualt
con tanta fluidez, que fray Pedro de Gante dirá que lo escribe mejor
que su lengua materna, hasta el punto de que probablemente junto a
fray Luis de Fuensalida doctaron a esta legua de una gramática
antes que la tuvieran algunas lenguas modernas europeas.
• Gracias a este esfuerzo antes de los 10 años de la
presencia de los frailes ya se contaba con compendios
catequéticos con los que se instruía a los indigenas
bautizados, que revelan una interesante apertura de los
frailes al mundo religioso de los indígenas, como lo muestra
el que llamaran a Dios:
• “Dador de la vida”, “Dueño de las Barracas”, “Nuestra madre
nuestro padre”, “libertador de las gentes”, hasta el punto de que
hay una investigadora llamada Louse M. Burkahrt que habla de
estos frailes “como evangelizadores evangelizados”.
• En 1524 estos primeros franciscanos de México entablaron unos
coloquios teológicos con los sacedotes indígenas y los caciques que no
tienen parangón en la historia de las misiones americanas ni de otros
lares, al menos en este contexto.*
• Otra primicia de los frailes es el aprovechamiento de los niños para la
evangelización. Iniciativa que comienza con los frailes que llegaron a
la Española en 1993, ejemplo que en 1511 se seguió en Puerto Rico y
Jamaica y en 1514 en Panamá.

*Cf. Lino Gómez Canedo, “Aspectos caracterísiticos de la acción franciscana en América”,


Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años de presencia
evangelizadora, Op. Cit., p. 103-104.
• Otro aporte importante de los frailes para la evangelización fue la
composición de catecismos, que luego musicalizaron en letra llana
para hacer más fácil la memorización y profundización de la
doctrina por medio del canto. Estrategia a la que se sumaría el
recurso de la dramaturgia, tan usada por Pedro de Gante.
• De acuerdo a la complilación realizada por Robert Richard, en lo
que se refiere a las obras escritas en lengua indígena en México,
entre 1524 y 1572 los franciscanos escribieron 80, los dominicos
17 y los agustinos 8.
• Muchas de las cuales son fundamentales para acercarse a la historia
de México en el siglo XVI, al conocimiento de los pueblos
indígenas, de su cultura y de su religión.*
• El uso de la literatura, el arte y la filosofía, fue otro de los métodos
usados efectivamente por los franciscanos para la enseñanza de la
doctrina cristiana. Esto lo iniciaron en las Antillas, lo continuaron en
México y luego lo llevarían a otras latitudes de América, a lo que
anadieron las artes y oficio (zapareto, sastre, carpintero y pintores), e
incluso, medicina, lógica y filosofía.
*Cf. Lino Gómez Canedo, “Aspectos caracterísiticos de la acción franciscana en América”,
Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en América. Quinientos años de presencia
evangelizadora, Op. Cit., p. 115-116.
• La formación de catequistas es otra de las novedades de la
acción evangelizadora de los frailes franciscanos. Ya para el
año 1559, fray Pedro de Gante informa que que cuenta con
unos cincuentas catequistas nativos junto a los cuales
evangelizó el Valle de México.
• El deseo de volver a los ideales
franciscanos es un elemento que posibilita
una apertura especial del hermano menor
al mundo indígena, y la superación de los
malos entendidos iniciales para avanzar
hacia una comunión de horizontes.
• Realidad que fray Toribio de
Benavente comprendió muy bien,
como además de en el cambio de su
apellido al de Metolinia, que significa
el que es pobre, se refleja en sus
palabras, cuando afirma lo natural
que es para los indígenas el vivir la
pobreza evangélica y el seguimiento
de Jesús (Historia Eclesiástica
Indiana).
• Esto lleva a que en el contexto
americano los frailes se cuestionen
sobre su testimonio de vida y sobre
la estructura de la Iglesia.
• Amparados en esta visión es que surge entre
los frailes menores el ideal de una “Iglesia
indiana”, una iglesia que ha de ser pobre y
para los pobres a ejemplo de la primitiva
iglesia cristiana, en la que la jerarquía no se
rige por el poder y la dignidad, sino por el amor
y el servicio. (Cartas de Religiosos).
• En la propuesta evangelizadora de México no
encontramos separación entre evangelización
y acción social, por lo que la idea de esta
nueva Iglesia también implica la gestación de
un nuevo orden político, como se refleja en su
sueño del surgimiento de una “República
• Para encarnar esta idea llegaron a criticar
fuertemente desde el púlpito a las
autoridades de la “Primera Audiencia” e
impusieron serias penas canónicas a los
líderes españoles de esta segunda etapa
de la colonización.
• Para conseguir el fin de la “república
indígena” se dedicaron a la enseñanza de
los indios en su propia tierra, en su propia
lengua y con sus propios maestros. Fruto
de ello, en 1536 se funda el Colegio de la
Santa Cruz de Tlatelolco, que produjo
• A mediados del siglo XVI se ejecuta una fuerte
actividad evangelizadora en la que los frailes
menores tienen un especial protagonismo, la misma
se nota en:
• Su empeño para congregar en pueblos a la población
indígena que esta dispersa.
• Los trabajos catequéticos, los servicios urbanos y las
contrucciones de Iglesias y conventos, en la que tiene
una importancia capital la ayuda de los virreyes
Antonio de Mendoza y Luis de Velasco.
• En la segunda mitad del siglo XVI los frailes se
empeñan
• en destruir todos los elementos idolátricos de la
religión indígena
V. Los grandes conflictos y las posiciones
de los frailes en el contexto de la conquista
y colonización de América

• Para el historiador Pedro Borges, la Orden


franciscana comparte algunas características
comunes con las demás órdenes religiosas
(agustinos, capuchinos, jesuitas y mercedarios)
que llegaron al Nuevo Mundo en los albores de la
conquista y colonización. Pero también posee
unas características que le son propias.
*Cf. Pedro Borges, “La evangelización en su contexto de la conquista y colonización. Los grandes
conflictos y las posiciones de los franciscanos”, Francisco Morales (Coor y Ed), Franciscanos en
América. Quinientos años de presencia evangelizadora, Op. Cit., p. 45.
• Ni los franciscanos ni ninguna otra Orden
mantuvieron una postura que se pueda considerar
institucional, ante los problemas que planteaba la
colonización de América.
• Destacan más bien figuras, cuyos posicionamientos
ha alcanzado una relevancia universal, como por
ejemplo el dominico fray Bartolomé de las Casas
(1484-1566), el franciscano fray Juan Focher (1572), el
agustino fray Alonso de Veracruz (1507-1584) o el
jesuita José de Acosta (1540-1600).
• Los franciscanos en América tuvieron que
intervenir en los problemas que plateaba la
conquista, tanto por su condición de religiosos
como por sus vínculos con la Corona española.
1. Los franciscanos ante los problemas antillanos

• Está muy bien documentado el apoyo que dieron los franciscanos


a Colón cuando este se disponía a emprender la empresa marítima
que le llevó a América. También el distanciamiento que se da entre
este y aquellos ante las divergencias una vez establecidos en el
“Nuevo Mundo”.
• Pues son estos quienes (concretamente en la figura de fray Juan de
Trasierra, fray Juan de Robles y fray Francisco Ruiz) denuncian
sus excesos ante la Corona Española y quienes junto a Nicolás de
Ovando se encargan de su apresamiento en el año 1500 y de su
deportación a España.
• Una patente en favor de los indígenas. Para muchos, el primer
documento en defensa de los indios de América lo constituye el
de Barolomé de las Casas que es de 1511, sin embargo, tenemos
constancias de un texto anterior, de 1502, que sale de mano del
franciscano fray Juan de Robles, dirigida a Cisneros.
• Posoción de los frailes ante el sistema de encomiendas. Otro
tema importantísimo en este contexto es la postura de los
franciscanos ante el sistema de encomiendas (1511-1513), que
consistia en el trabajo que hacían algunos indios a los españoles
a cambio de alimentación y una mísera remuneración.
• Apuesta por la educación indigenista. También conviene resaltar la labor
de los franciscanos en la formación de los indígenas de la nobleza, para lo
cual fundaron dos colegios en la isla Española, en uno de los cuales fue
educado el caquique Guarocuya, llamado Enriquillo por los españoles y
que capitaneó una revolución indígena en Bahoruco, que fueron
capituladas en 1538 mediante un tratado de paz.
• Poblados indígenas libres. Por último, hemos de mencionar la
disposición procurada por el fraile franciscano Pedro Mexía y por el
dominico Reguinaldo Montesionos que propugnaban para que un
grupo considerable de indígenas pudiesen vivir en libertad, que
quisieron encarnar en la Española, en Cuba y en Puerto Rico, aunque
en ninguna de las tres islas se mantuvo vigente por más de siete años.
2. Los franciscanos ante la Conquista

• Las conquistas fueron expediciones compuestas por hordas de 100 a


200 hombres armados independientes entre sí que tomaban un
territorio y lo anexaban políticamente a la corona española.
• Tanto en su contexto como en la actualidad este sistema de
apropiación generó mucha polémica en torno a su legitimidad o no.
Tanto en lo que tiene que ver con el hecho en sí, como en las
condiciones en que este se realiza.
• Los frailes franciscanos entraron en esta controversia y encontramos
a quienes están en contra de esta acción y a quienes están a favor
de la misma. También quienes tienen una posición intermedia.
3. Los franciscanos, las armas y la evangelización

• La misión franciscana que se dio en América se llevó a cabo


mediante tres sistemas de predicación: la evangelización apostólica o
pacífica, la posbélica y la protegida.
• La evangelización apostólica o pacífica
• Esta consistió en la predicación tal como la vivieron Jesús y sus discípulos.
• Se da sin llevar nada y sin que haya una conquista previa del territorio para
anexarlo a España.
• Fue implementada por los franciscanos y los dominicos que evengelizaron la
zona de Venezuela hacia los años 1517-1522.
• La evangelización posbélica
• Es la predicación del envangelio en los territorios que los españoles ya habian
conquistado a través de las armas.
• Este fue el sistema de evangelización más generalizado entre los frailes, mientras estuvo
vigente el uso de las armas como medio de anexión política, esto es entre los años 1508-
1573.
• Fue el predominante en la llamada “América Nuclear” o de las “Altas Culturas”, no en el
resto del Continente o la América marginal.
• La evangelización protegida
• En esta perspectiva los misioneros realizan su tarea acompañados de más o menos
hombres armados, cuyo cometido no es atacar a los indios ni someterlos a la fe, sino que
le sirven de escolta a los misioneros para prevenir las agresiones de los indígenas.
• El grupo armado que acomapañaba a los frailes se consideraba su escolta. Este método
fue el que imperó en América al término de la época de la conquista.
• En 1562, fray Pedro de Ayala, es uno de los frailes que defiende esta postura en Nueva
España.
4. Los franciscanos y el sistema de colonización

• Además de la pregunta sobre la conquista de América tanto en


España como en nuestro Continente se planteó la cuestión de si era
lícita la colonización posesión del “Nuevo Mundo”.
Cuestionamiento en el que participaron los frailes franciscanos.
• El primer dato que tenemos al respecto nos lo ofrece Bartolomé de
las Casas, quien afirma que en 1518 fray Tomás Infante se
cuestiona sobre el derecho que tiene la Corona epañola a paseer
estas tierras.
• En 1562 se afirma que los superiores de la Orden perseguían a fray
Alonso de Santiago porque no reconocía la facultad de los reyes
católicos para anexarse las tierras del “Nuevo Mundo”.
• La colonización siguió su curso normal pese a la opocisión de los
religiosos, entre los que destacaron los franciscanos, pero siempre bajo
sus más ferreas críticas.
• Con respetos a otras disputas concretas, como la de la racionalidad de
los indígenas, los repartimientos, el pago de diezmo y el pago de
tributo, los franciscanos también tuvieron una participación que no fue
homogenea.
VI. Apuntes para seguir profundizando: aciertos y
desaciertos en estos “Quinientos Años de evangelización
franciscana en América”

• En este apartado queremos hacer un elenco de los principales aciertos


y desaciertos que nosotros hemos identificado en la empresa
evangelizadora de la Orden de los Frailes Menores en América,
intentando rescatar aquellos que hoy por hoy para nosotros se
constituyen en desafíos que nos ayudan a “Vivir el Santo Evangelio
como fraternidad evangelizadora, encarnados en la historia de
nuestros pueblos”.
Principales aciertos

1. El vínculo entre vida evangélica y acción evangelizadora, que se enmarca en la


búsqueda de nuestros reformadores de una mayor fidelidad a la Regla y al Evangelio
de Cristo.
2. El implementar una propuesta evangelizadora en sintonía con la identeidad del
hermano menor franciscano y de nuestro carisma fundacional, rescatando la rica
experiencia evangelizadora de la Orden previa a la realizada en América.
3. Los procesos de transformación que va viviendo la Orden en América y que están
muy vinculados a su acción misionera.
4. La sana integración de frailes sacertodes y frailes de opción laical trabajando
mancomunadamente en el proyecto misionero de América.
5. La preparación intelectual de los frailes venidos al Nuevo Mundo, la implementación
de trabajos conectados con sus áreas de estudio, el poner sus conocimientos al
servicio de la fraterniad y la evangelización.
6. El celo apostólico de los hermanos venidos al Nuevo Mundo y su entrega a
tiempo completo a la misión que el Señor les ha encomendado a través de sus
superiores.
7. La articulación entre propuesta evangelizadora y acción social, que se verifica en
la gestación de proyectos que tienden a dignificar la vida de la población
indígena de América.
8. El uso de métodos novedosos para la evangelización, como la elaboración de
catecismos, vocabularios, etc., como material didáctico que favorece una mayor
memorización, comprensión y profundización de la doctrina cristiana.
9. La creatividad con la que se realiza la tarea evangelizadora a la que se integra la
literatura, el canto, la danza, la pintura y el teatro para lograr una mayor
comprensión del mensaje cristiano.
10. La articulación de una propuesta evangelizadora que toma en cuenta a los
agentes de la evangelización, a sus destinatarios o sujetos y al contexto
económico, social, político, geográfico, cultural y religioso en el que esta
acontece.
11. El uso de la educación como una plantaforma fundamental para la
evangelización, que da una importancia capital a los niños. Esta propuesta nos
ha legado instituciones educativas de gran renombre en América.
12. La combinación entre un vínculo fuerte con las instancias de la Orden y una
necesaria autonomía para dar una respuesta rápida a las diversas situaciones y
desafíos que se presentan en el Nuevo Mundo.
13. La apuesta por la formación de frailes americanos que llenó la acción
evangelizadora franciscana de una gran vitalidad.
Principales desaciertos

1. La unión entre misión y colonización, que lleva a entender la


evangelización en una perspectiva colonial.
2. La destrucción de los templos y diversos elementos de la
religiosidad indígena, la tendencia a demonizarla y caracterizarla
como idolátrica, sin el tiempo suficiente para poder valorarla a
fondo.
3. La falta de unos lineamientos como Orden que perimitieran unos
criterios orientativos generales para la actuación de los frailes antes
los diversos desafíos que le supuso su tarea evangelizadora en el
Nuevo Mundo.
4. La no siempre sana integración de los conflictos internos
enfrentados por las ramas masculinas del carisma
franciscano, que llevó a un trabajo no articulado entre ellas
y en muchos casos a establecer una férrea competencia
entre las mismas.
5. La falta de un plan misionero a largo plazo, que
direccionara las diversas propuestas que se implementaron
en la evangelización franciscana de América, que integrara
las iniciativas pesonales de los frailes y que forjara un
claro horizonte de futuro.
• Quisiera terminar esta reflexión “quinientos años de Evangelización
Franciscana en América” con una frase de San Francisco de Asís y que,
aunque él la formula como una malaventuranza nosotros queremos
rescatarla como una bienaventuranza, como una advertencia de lo que
no debemos hacer ni esperar:
• “Por eso es grandemente vergonzoso para nosotros los siervos de
Dios que los santos hicieron las obras, y nosotros, con narrarlas,
queramos recibir gloria y honor”*

*San Francisco de Asís, Avisos Espirituales VI, 3, en José Antonio Guerra, San
Francisco de Asís. Escritos • Biografías • Documentos de la Época, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, 1978, p. 72).

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