Está en la página 1de 8

CHARLIE Y LA FABRICA DE CHOCOLATE

5to básico A
¡Augustus gloop! ¡Augustus Gloop!
¡No puedes ser tan comilón!
¡No lo debemos permitir!
¡Esto ya no puede seguir!

¡Tu gula es digna de pavor!


¡Tu glotonería es tal que inspira horror!
Por mucho que este cerdo viva
Jamás será capaz de dar siquiera un poco de alegría.

O a sus placeres renunciar


Y por lo tanto lo que haremos
En caso tal es lo siguiente:
La suavidad utilizaremos.
Un medio sutil y convincente.
Apresaremos al culpable
Y con un mágico ademán
Haremos de él algo agradable.

Que a todo el mundo encantará


Como un juguete, por ejemplo,
Una pelota, un balancín,
Una muñeca o una comba,
Un trompo un monopatín.

Aunque este niño repugnante


Era tan malo, era tan vil,
Tan comilón y horripilante,
Tan caprichoso e infantil.
Que no perdimos un instante
En decidir cual de sus mil
Vicios era el más importante.

Por ser pecado capital.


Ya tal vicio, tal castigo.
En eso convendréis, amigos.
!Ya esta! – decidimos-.

Ha llegado el día
De dar a este niño su justo escarmiento.
Le haremos pasar por la tubería
Sin dudarlo siquiera un momento.

Y pronto verá, despavorido,


Que en la sala adonde ha ido
A parar, cosas extrañas
Se suceden. Ni sus mañas
Le ayudarán, llegado allí.
!Oh, Augustus, pobre de ti!
Más no hay porque estar alarmados.
Augustus no será dañado

Aunque si hemos de admitir que será modificado.


Cambiará de lo que ha sido
Una vez que haya pasado
Por el chocolate hervido.

En el barril poco a poco,


Las ruedas echan a andar,
Cien cuchillos como locos
Empiezan a triturar.

Lo que hay dentro del brebaje


Mientras gira el engranaje
Que la mezcla ha de licuar.

Añadimos el azúcar
Y los demás ingredientes
Y con el último hervor (el chocolate esta ardiente)
Ya podemos sin temor.
Sacar a Augustus del fuego
Para asegurarnos luego
¡De que ha cambiado! ¡Si señora!
¡ha cambiado! ¡Es un milagro!

Este niño, que entró grueso


En el barril, sale magro
Este niño feo y obeso
Este, a quien nadie quería.

Cambió de la noche al día


Gracias a nuestros desvelos.
Todos le quieren ¿pues quien podría
Odiar a un riquísimo caramelo?

También podría gustarte