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FILOSOFÍA, ÉTICA Y MORAL II

CÁTEDRA DE FILOSOFÍA, ÉTICA Y MORAL

Escuela de Grumetes “A.N.C.”


BIEN COMÚN

• Por Bien común se entiende en general como aquello que es compartido


por y en beneficio para todos los miembros de una comunidad; en sentido
general, no solo físico o económico.

• El bien común abarca al conjunto de aquellas condiciones de la vida social,


con las cuales los seres humanos, las familias y los colectivos pueden lograr
con mayor plenitud y facilidad su propia perfección.​ “Perfección de todo en
cuanto todo” (Aristóteles).
Discusión 4
• Pregunta rectora: El bien común: ¿voluntad de la mayoría?
• Cuestión o problema a discutir: El fin común de un cuerpo social.

RESULTADO DE APRENDIZAJE:
• Valore el rol de las FF.AA. en la estructura del Estado y en la sociedad para
asumir los principios valóricos en que se sustenta la Armada de Chile.
EN TODA SOCIEDAD SE DISTINGUE EN:

1. Bien común externo o trascendente: refiere a la última finalidad de la sociedad, la cual es la


gloria de Dios -el bien común en grado máximo- y la felicidad perfecta de los hombres. Conocer
esta finalidad última de la sociedad es de enorme importancia y utilidad para orientar la vida y
organización de las sociedades humanas. Sin embargo, cuando este fin es distinto de la
realidad misma del todo (comunidad), una vez que se alcanza ese fin la comunidad cesa o se
desintegra.

• La cooperación social es una ayuda que se presta al hombre, creando las condiciones
propicias para que logre su realización más plena, pero es el individuo, en singular, quien
debe realmente alcanzarla.
• El bien último del hombre no se deriva unívoca y necesariamente de
un modelo determinado de organización social, pero sí unos principios
fundamentales, que no pueden abandonarse sin que la sociedad se
aparte de su bien común externo. Tales principios son de carácter
general, y corresponde a cada grupo social decidir la forma de llevarlos a
la práctica. Por ejemplo: la primacía de los valores morales con respecto
a la libertad y valores personales, vigencia de los imperativos morales
del propio hombre, etc.
EN TODA SOCIEDAD SE DISTINGUE EN:
• 3. los bienes particulares de cada individuo. Es el que le corresponde a cada
persona que compone la sociedad (el deber social del hombre). En cuanto
miembro de la sociedad civil, corresponde al hombre un deber general:
contribuir al bien común en la medida de sus posibilidades y de la función que
desempeña.
• El bien particular o individual puede concebirse, al menos, como el
cumplimiento efectivo de sus fines por parte de cada persona; y como el
objetivo inmediato de la conducta personal, buscado a través de medios que
sólo determina el propio interesado (bien privado).
EN TODA SOCIEDAD SE
DISTINGUE EN:
2. El bien común temporal: Es un bien común
interno o intrínseco, es decir, la adecuada
ordenación entre las partes, que permite alcanzar
el fin externo. (hace posible alcanzar el fin último).
• Es el conjunto de los medios y condiciones vitales
y morales que toda sociedad debe procurar a sus
miembros para que éstos puedan alcanzar los
fines de su vida. Comprende la serie de bienes
cuya posesión posibilitará al hombre su
perfección temporal, en orden a la terrena.
Ahora bien, en virtud de la complejidad de las
relaciones sociales, el bien común adquiere en
cada comunidad características bien diversas.
LA RELACIÓN ENTRE EL BIEN COMÚN Y EL
PARTICULAR
• El bien común temporal y el bien particular están estrechamente relacionados.
El hecho de que todos lo hombres persigan esencialmente el mismo bien, lo
convierte en una tarea común. Por ende, todos deben contribuir a la creación de
presupuestos sociales que hacen asequible el perfeccionamiento personal.
• Teniendo en cuanta esto, no es difícil comprender la mutua interdependencia
que existe ente el bien de todos y de uno solo. El bien común es superior al
particular porque aprovecha a toda la colectividad. Además, el bien común está
en función del verdadero bien de los individuos por eso se ha de tener en
cuenta la jerarquía de bienes.
• Hablar del bien común es aludir al fin de la vida
humana, es decir, la felicidad y de modo implícito a
Dios; afirmar lo contario significa destruir la naturaleza
humana pues significaría tener dos naturalezas.
EL BIEN COMÚN
• La Felicidad, como fin del bien común político, tiene un POLÍTICO
carácter comunicable y participable ya que no se agota
en una sola persona. Esto implica que feliz es aquel que
no solo posee el bien, sino que además procura la
felicidad del otro, por lo tanto, la comunidad perfecta
será una comunidad política porque en ella el hombre
actualiza sus potencias y alcanza su propia perfección.
Además, ella supone las instancias sociales previas, por
ejemplo, las familias, las aldeas, etc. Es decir, la relación
vertical entre actividad humana y felicidad, da origen a
múltiples relaciones sociales y en cada una se busca
alcanzar el fin o bien que se pretende. En resumen,
mientras más grande sea el bien moral (la felicidad)
debe ser más participable, más universal.
EL BIEN COMÚN
POLÍTICO
• “El hombre vive en comunidad no solo para vivir, sino para vivir bien” (Aristóteles) y
bien se entiende como virtud, pues es lo que caracteriza a lo específico del hombre y
mientras más virtuoso, más humano será. Por lo tanto, el bien común político (o
sociedad política) tiene como fin hacer al hombre virtuoso. Es decir, una relación entre
lo social y lo individual. Sin embargo, hoy en día, la actividad política no busca la
felicidad, sino crear condiciones ambientales (externas al hombre) para que cada uno
busque su propio modo de ser feliz.
EL BIEN COMÚN POLÍTICO

• Para lograr el bien común requiere un orden social para que favorezca y promueva el
cultivo y ejercicio de las virtudes de los ciudadanos, esto trae como resultado natural de
la paz social pues no habría nada que no impida alcanzar su fin. Ahora la paz en la
sociedad política estará dada por la dirección de los actos de todas sus partes a su fin y
por la siguiente concordia entre las partes y quien las dirige. Por lo tanto, la paz también
implica la unión de las diversas partes bajo una sola dirección, de modo que todos se
dirijan armoniosamente al bien común político. Además, la paz supone que la sociedad
procure la satisfacción de las necesidades materiales de todos los ciudadanos, la práctica
de la virtud así lo requiere, no reduciéndola a la búsqueda de placeres, sino al desarrollo
integral de la persona. La responsabilidad de este punto cae directamente tanto en el
Estado como también en los particulares.
LA RECTA ORDENACIÓN DE LA VIDA POLÍTICA
Y SOCIAL
• El primero modo de contribuir al bien de los demás es adquirir y practicar las
virtudes morales (justicia, fortaleza, prudencia y templanza). El segundo
modo, requiere también el esfuerzo por orientar rectamente todas las
profesiones e instituciones humanas. El ejercicio de la profesión es un servicio
directo a la sociedad. A esto se añade el cumplimiento de los deberes cívicos,
haciendo uso de todos los derechos que competen a los ciudadanos y
miembros de cada agrupación social.
• Necesidad de una formación adecuada para contribuir al bien común ya que
no basta con el deseo, para ello se debe referir a los principios de la ley
natural, una formación profesional (realizar una función útil a la sociedad
mediante el propio trabajo), y un conocimiento imprescindible de las tareas
que comporta el bien común.
LA RECTA ORDENACIÓN
DE LA VIDA POLÍTICA Y
SOCIAL
• Se debe fomentar la unión de la vida social, evitando
violencias, enfrentamiento y luchas innecesarias,
para ello se debe fomentar el mutuo entendimiento
entre los individuos y entre las comunidades menores
que componen la sociedad. Además se debe respetar
la libertad ya que unidad no quiere decir formalidad,
es decir, la promoción de la vida social se basa en la
libertad ajena, y no en querer imponer soluciones
exclusivas en materias contingentes. Por lo tanto, en
los valores es en donde la unidad juega su papel ya
que expresa la unidad de los principios y el objetivo a
conseguir.

• En resumen, Todos los hombres están obligados a


procurar el bien común de la sociedad a que
DIALOGUEMOS
CONCLUSIÓN

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