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Pompeya

La ciudad sepultada
Introducción
El año 79 d. C. las ciudades romanas de Pompeya y Herculano fueron
sepultadas por una erupción del volcán Vesubio. Una oleada de barro y lluvia
de cenizas cubrieron las dos ciudades y las conservaron a lo largo de los
siglos.

Actualmente las excavaciones arqueológicas han puesto al descubierto


sus calles, casas, pinturas y mosaicos, aportándonos una visión de lo que
constituía la vida cotidiana de una ciudad del imperio romano tal como se
desenvolvía hace 2000 años.
Geografía de la región
Dentro de la península italiana, en la región de Campania, se encuentra
el Vesubio dominando la bahía de Nápoles.

Entorno a esta bahía la ciudad romana de Pompeya se encuentra a 34 km


al sudeste de Nápoles en la desembocadura del rio Sarno.

En las proximidades de la ciudad, a unos 1.200 metros sobre el nivel del


mar, se eleva el Vesubio. La pequeña población se encuentra a unos 9
kilómetros de la cima y a unos 6 de otra ciudad, Herculano, situada en la
costa al oeste del volcán.

Al oeste de Nápoles, está Miseno y éste a 30 km del Vesubio.

Castellammare di Stabia es otra población que está situada a unos 6 km


al sur de Pompeya y a uno o dos kilómetros del mar situada en el golfo de
Nápoles.
Vulcanismo de la región
En el sur de Itália y Sicília, a causa del rozamiento de las
placas tectónicas euroasiática y africana, se producen zonas
de actividad volcánica, dando lugar a cuatro volcanes
relativamente próximos: Vesubio, Stromboli, Vulcano y Etna.
Las erupciones volcánicas se producen cuando los
materiales que componen el magma son expulsados al
exterior de la Tierra a causa de un aumento de las presiones
a que estan sometidas.
Durante una erupción, los volcanes emiten al exterior
distintos productos:
1. Sólidos: según su tamaño de menor a mayor
pueden ser: cenizas, lapilli y bombas volcánicas.
2. Líquidos: se denomina lava y es el magma sin
gases.
3. Gaseosos: gases muy diversos, como vapor de
agua, nitrógeno, sulfuros, monóxido y dióxido de
carbono, entre otros.
Se denomina flujo piroclástico a una oleada caótica de
altas temperaturas expulsada por un volcán compuesta de
piedra pómez, ceniza y gases, que puede moverse a altas
velocidades a ras de suelo y sobrepasan cualquier obstáculo.
La erupción del año 79 d. C.
A la 1:30 de la tarde del 24 de agosto del año 79 d. C., el Vesubio explotó
violentamente por su cima con un ensordecedor rugido y expulsó una
monstruosa columna de llamas, rocas, humo y polvo.

Una nube en forma de pino se alzó sobre la montaña, tapando


completamente los rayos del sol y trayendo la noche en plena tarde.

Una lluvia de lapilli y cenizas comenzó a caer sobre Pompeya y Herculano.


Algunos de sus habitantes huyeron, mientras que otros se resguardaron en
sus casas.

Hacia la media noche, el volcán descansó momentáneamente causando


que la gran nube se colapsara sobre sí misma y comenzara a desplazarse
como una ola por la ladera de la montaña: es el llamado flujo piroclástico.

El borde de esta ola era una veloz corriente de gases y ceniza ardiente
viajando a velocidades increibles a ras de suelo. Era acompañada de una
segunda parte más densa de rocas, piedra pómez y barro, licuada por las
altísimas temperaturas.

La erupción del Vesubio duró apenas un día pero la devastación fue


absoluta. Pompeya quedó sepultada debajo de 4 metros de ceniza y lava,
mientras que Herculano, que estaba más cerca del volcán, quedó enterrada a
20 metros.
Pompeya a la luz
Después de la erupción que sepultó a Pompeya y Herculano, la memoria
de estas dos ciudades se perdió a través de los siglos y sus nombres y
localizaciones fueron olvidadas.

El descubrimiento de Pompeya tuvo lugar en el año 1550, cuando el


arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para al rio Sarno. No
obstante, hubo que esperar 150 años hasta que se iniciaran las excavaciones.
Desde entonces, se han ido mostrando a la luz numerosos edificios intactos,
así como pinturas murales y mosaicos.

La conservación de numerosos edificios y objetos, nos ha proporcionado


mucha información acerca de cómo vivían los romanos hace unos 2000 años.

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