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Leyes de la

Termodinámica
y sus ejemplos
Primera Ley de la Termodinámica:
Ley de la Conservación de la Energía.
“en un sistema aislado, la energía no puede crearse ni destruirse, solo transformarse”.

Imaginemos el motor de un automóvil. La gasolina es un sistema termodinámico que


reacciona con el oxígeno generando una chispa que produce una combustión. Esta reacción
mueve un pistón que es el responsable del movimiento de las ruedas del automóvil (trabajo).
Además, todo el proceso genera calor que sale por el caño de escape.
Si pudiéramos medir la cantidad de combustible consumido, la cantidad de trabajo
desempeñado y la cantidad de calor liberado, llegaríamos a la conclusión de que la energía
en el motor se ha mantenido constante en el tiempo (no se creó ni destruyó energía).
Segunda Ley de la Termodinámica:
El segundo principio de la termodinámica establece que, si bien todo el trabajo mecánico puede
transformarse en calor, no todo el calor puede transformarse en trabajo mecánico
En teoría, una máquina térmica con una eficiencia perfecta debería convertir toda la energía calorífica
absorbida en trabajo mecánico. La segunda ley de la termodinámica establece que esto es imposible.
Una máquina térmica tiene por objetivo proporcionar continuamente trabajo al exterior a partir del calor
absorbido.
Si imaginamos un ciclo realizado en sentido opuesto al de un motor, el resultado final será:
• La absorción de calor a temperatura baja.
• La expulsión de una cantidad mayor a temperatura más elevada
• Y por fin, la realización de una cantidad neta de trabajo sobre el sistema.
Tercera Ley de la Termodinámica:

Conocida también como el Postulado de Nerst, esta ley plantea que la entropía de
un sistema llevado al cero absoluto es una constante definida

Si bien resulta difícil alcanzar de manera cotidiana temperaturas cercanas al


llamado cero absoluto (-273,15 °C, valor que nunca se ha alcanzado aún), puede
ejemplificarse este principio con lo que ocurre en nuestro congelador: la carne y
los alimentos que depositemos allí serán llevados a temperaturas muy bajas, para
enlentecer o incluso detener prácticamente los procesos bioquímicos en su
interior, retardando su descomposición y maximizando su vida útil.

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